Fueron ministros de esta accin los dos prncipes
soberanos San Miguel y San Gabriel.
Asistan en forma humana corprea al misterio, al punto que el
Verbo humanado, penetrndose con su virtud por el
tlamo virginal, sali a luz, en debida distancia le
recibieron en sus manos con incomparable reverencia.
Al modo que el Sacerdote propone al pueblo la Sagrada
Hostia para que la adore, as estos dos celestiales
ministros presentaron a los ojos de la divina Madre a
su Hijo glorioso y refulgente.
En este estado le vio tambin su Madre pursima, y con profunda
humildad y reverencia, adorndole en la postura que ella
estaba de rodillas, le recibi de manos de los Santos
ngeles que le tenan. Y cuando le vio en las suyas, le
habl y le dijo:
"Dulcsimo amor mo, lumbre de mis ojos y
ser de mi alma, venid en hora buena al mundo, Sol de
Justicia (Mal. 4, 2), para desterrar las tinieblas del pecado
y de la muerte.
Dios verdadero de Dios verdadero,
redimid a vuestros siervos, y vea toda carne a quien le
trae la salud (Is. 9, 2).
Recibid para vuestro obsequio a
vuestra esclava y suplid mi insuficiencia para serviros.
Hacedme, Hijo mo, tal como queris que sea con vos."
Fragmentos son de La Mstica Ciudad de Dios,
Vol II, manifestados por Nuestra Seora a
Mara de Jess (Mara de Agreda)
Luego se convirti la prudentsima Madre a ofrecer su
Unignito al eterno Padre, y dijo:
"Altsimo Criador de todo el universo, aqu est el altar y el sacrificio
aceptable a vuestros ojos.
Desde esta hora, Seor mo, mirad al linaje humano con misericordia, y cuando
merezcamos vuestra indignacin, tiempo es de que se aplaque con vuestro Hijo y mo.
Descanse ya la justicia, y magnifquese vuestra misericordia, pues para esto se ha
vestido el Verbo divino la similitud de la carne del
pecado (Rom 8, 3) y se ha hecho hermano de los mortales
y pecadores (Filip 2,7).
Por este ttulo los reconozco por hijos y pido
con lo ntimo de mi corazn por ellos.
Vos, Seor poderoso, me habis hecho Madre de vuestro Unignito
sin merecerlo, porque esta ignidad es sobre todos
merecimientos de criaturas, pero debo a los hombres en
parte la ocasin que han dado a mi incomparable dicha,
pues por ellos soy Madre del Verbo humanado pasible y
Redentor de todos.
No les negar mi amor, mi cuidado y desvelo para su remedio. Recibid, eterno Dios, mis
deseos y peticiones para lo que es de vuestro mismo
agrado y voluntad."
San Lucas 2:14
Y sin dejarle de sus brazos, sirvi de altar y de
sagrario donde los diez mil ngeles en forma humana
adoraron a su Criador hecho hombre.
Y como la
beatsima Trinidad asista con especial modo al
nacimiento del Verbo encarnado, qued el cielo como
desierto de sus moradores, porque toda aquella corte
invisible se traslad a la feliz cueva de Beln y ador
tambin a su Criador en hbito nuevo y peregrino.
Y en su
alabanza entonaron los Santos ngeles aquel nuevo
cntico: "Gloria in excelsis Deo, et in terra pax hominibus bonae
voluntatis" (Lc 2, 14).
Fragmentos son de La Mstica Ciudad de Dios,
Vol II, manifestados por Nuestra Seora a
Mara de Jess (Mara de Agreda)
La Natividad de Noel Coypel; (b. Dec. 25, 1628, d. Dec. 24, 1707)
25 de Diciembre - La Natividad de nuestro Seor
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en la Santsima Virgen Mara
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se imparta (28 de Octubre, 2013)
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