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Partieron de Nazaret para Beln Mara pursima y el glorioso San Jos, a los ojos del mundo tan solos como pobres y humildes peregrinos,
sin que nadie de los mortales los reputase ni estimase ms de lo que con l tienen granjeado la humildad y pobreza. Pero, oh admirables sacramentos del Altsimo, ocultos a los soberbios e inescrutables para la prudencia carnal! No caminaban solos, pobres ni despreciados, sino prsperos, abundantes y magnficos: eran el objeto ms digno del eterno Padre y de su amor inmenso y lo ms estimable de sus ojos, llevaban consigo el tesoro del cielo y de la misma divinidad, venerbanlos toda la corte de los ciudadanos celestiales.
Fragmentos de La Mstica Ciudad de Dios, Vol II, manifestado por la Virgen a sor Mara de Jess (Mara de Agreda)
Acomparonlos los diez mil ngeles; fueron sealados por el mismo Dios para que sirviesen a Su Majestad y a su santsima Madre en toda esta jornada; y estos escuadrones celestiales iban en forma humana visible para la divina Seora, ms refulgentes cada uno que otros tantos soles.
Con estos admirables favores y regalos mezclaba el Seor algunas penalidades y molestias que se ofrecan a su divina Madre en el viaje.
Porque el concurso de la gente en las posadas, por los muchos que caminaban con la ocasin del imperial edicto, era muy penoso e incmodo para el recato y modestia de la pursima Madre y Virgen y para su esposo, porque como pobres y encogidos eran menos admitidos que otros y les alcanzaba ms descomodidad que a los muy ricos; que el mundo, gobernado por lo sensible, de ordinario distribuye sus favores al revs y con acepcin de personas.

Oan nuestros santos peregrinos repetidas palabras speras en las posadas a donde llegaban fatigados, y en algunas los despedan como a gente intil y despreciable, y muchas veces admitan a la Seora de cielo y tierra en un rincn de un portal, y otras aun no le alcanzaba; y se retiraban ella y su esposo a otros lugares ms humildes y menos decentes en la estimacin del mundo.
Salmo 4: 3-5
Ya que si entra en vuestra asamblea un hombre con un anillo de oro, vestido con fineza, y tambien llegar un hombre pobre con ropa despreciable, y tu tienes gran respeto hacia aquel que est bien vestido, y le dirs: Sientate aqui bien; pero al pobre le dices: Vete alli afuera, o sientate debajo de mi pedestal: acaso, no juzgas en tu interior, y te tornas juez con pensamientos injustos?

Escucha mis mas queridos hermanos: acaso Dios no ha elegido los pobres en este mundo, ricos en fe y herederos del reino que Dios ha prometido a aquellos que lo aman?
Santiago 2:2-5
Eran las nueve de la noche cuando el fidelsimo San Jos lleno de amargura e ntimo dolor se volvi a su esposa prudentsima, y le dijo:
"Seora ma dulcsima, mi corazn desfallece de dolor en esta ocasin viendo que no puedo acomodaros, no slo como vos lo merecis y mi afecto lo deseaba, pero ningn abrigo ni descanso, que raras veces o nunca se le niega al ms pobre y despreciado del mundo. Misterio sin duda tiene esta permisin del cielo, que no se muevan los corazones de los hombres a recibirnos en sus casas. Acurdome, Seora, que fuera de los muros de la ciudad est una cueva que suele servir de albergue a los pastores y a su ganado. Llegumonos all, que si por dicha est desocupada, all tendris del cielo algn amparo cuando nos falta el de la tierra."
Respondile la prudentsima Virgen:

"Esposo y seor mo, no se aflija vuestro piadossimo corazn, porque no se ejecutan los deseos ardentsimos que produce el afecto que tenis al Seor. Y pues le tengo en mis entraas, por l mismo os suplico que le demos gracias por lo que as dispone..

El lugar que me decs ser muy a propsito para mi deseo. Convirtanse vuestras lgrimas en gozo con el amor y posesin de la pobreza, que es el tesoro rico e inestimable de mi Hijo santsimo. Este viene a buscar desde los cielos, preparmosele con jbilo del alma, que no tiene la ma otro consuelo, y vea yo que me le dais en esto. Vamos contentos a donde el Seor nos gua.

Encaminaron para all los Santos ngeles a los divinos esposos, sirvindoles de lucidsimas antorchas, y llegando al portal o cueva, la hallaron desocupada y sola.

Y llenos de celestial consuelo, por este beneficio alabaron al Seor.
Fragmentos de La Mstica Ciudad de Dios, Vol II, manifestado por la Virgen a sor Mara de Jess (Mara de Agreda)
En el camino a Beln de Jon McNaughton
El Viaje a Beln
 
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en la Santsima Virgen Mara
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se imparta (28 de Octubre, 2013)
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