A estos doce Jess los despach con esta orden:

Id a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Y yendo, predicad, diciendo:

El reino de los cielos est a mano.

Sana a los enfermos, resucita los muertos, limpia los leprosos, echa fuera a demonios: libremente has recibido, libremente, dad.

No posees oro, ni plata, ni dinero en vuestras fajas:

Ni vale para el camino, ni dos tnicas, ni sandalias, ni bastn; porque el obrero es digno de su alimento.

En cualquier ciudad o aldea donde entris, informaos quin en ella sea digno, y posad all hasta que salgis.

Y cuando llegues a la casa, saluda, diciendo:

Que la Paz reine en esta casa.

Y si la casa es digna, vuestra paz vendr sobre ella; mas si no es digna, vuestra paz volver a vosotros.

Y cualquiera que no los reciba, ni oya vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies.

San Mateo 10: 5-14

Un da, cuando la historia del evangelio de Cristo, en la cual El enva a sus discpulos a predicar, fue leda en la iglesia, el hombre santo de Dios (Francisco) estuvo presente y ms o menos la entiendi. Despus de la misa le pidi humildemente al sacerdote que explicara ese evangelio. Se enter de que los discpulos de Cristo deban poseer ni oro, ni plata, ni dinero, tampoco pan, ni bastn, calzado, o mas de una tnica, predicando el reino de Dios y la penitencia. Cuando el sacerdote termin, Francisco, alegrndose en el espritu de Dios le dijo: "Esto es lo que quiero! Esto es lo que estoy buscando! Esto es lo que quiero hacer desde el fondo de mi corazn!" Se quit los zapatos, tir lejos su batn, satisfecho con una sola tnica, y cambi su cinturn de cuero por una soga.

Extracto de la Primera y la Segunda Vida de San Francisco por Toms de Celano, tr. original por David Burr

Francisco paseaba un da cerca de la antigua iglesia de San Damin, la cual estaba casi destruida y abandonada por todos. El espritu lo llev a entrar en la iglesia y rezar. Devotamente postrado ante el crucifijo, agitado por visitaciones inusuales, se encontr con que habia cambiado, se senta diferente de cuando haba entrado. Mientras estaba en ese estado afectado, algo absolutamente inslito ocurri. El crucifijo movi sus labios y comenz a hablar. "Francisco", dijo, llamndolo por su nombre, "ve y repara mi casa, que, como ves, est completamente destruida." Francisco estaba estupefacto y casi trastornado por este discurso. Se dispuso a obedecer, entregndose por completo al proyecto .... A partir de entonces la compasin por el crucificado fue grabada en su alma santo y uno puede sospechar que, devotamente, las estigmas de la pasin sagrada estaban profundamente ya grabadas en su corazn, aunque no aun en su carne.

Extracto de la Primera y la Segunda Vida de San Francisco por Toms de Celano, tr. original por David Burr

La Oracin ante el Crucifijo de San Damin

Dios Altsimo, glorioso, ilumina las tinieblas de mi corazn y dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta, sentido y conocimiento, Seor, para que cumpla tu santo y veraz mandamiento. Amn

San Francisco

Te Adoramos

Te adoramos, Seor Jesucristo, en todas tus iglesias en todo el mundo y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Amn

San Francisco

"Hay una necesidad urgente, entonces, para ver una vez ms que la fe es una luz, ya que una vez que la llama de la fe se extingue, el resto de las otras luces comienzan a apagarse. La luz de la fe es nica, ya que es capaz de iluminar todos los aspectos de la existencia humana."

Fragmento de la Encclica Lumen Fidei de Papa Francisco (LF 4)

San Francisco de Assis de Cigoli; 1597-1599; Hermitage Museum, St. Petersburg; https://www.wga.hu/index1.html

La Visin de San Francisco en el Porziuncola de Bartolom Esteban Murillo; 1667; Museo del Prado, Madrid, https://www.wikipaintings.org

4 de Octubre - San Francisco de Ass, Confesor - Caminando en las huellas de Cristo