Apareci en el cielo una gran seal, una mujer cubierta del sol y debajo de sus pies la luna y coronada la cabeza con doce estrellas.

Una mujer: Tambin se aplica a la Iglesia de Dios. La Iglesia est vestida con el sol, es decir, con Cristo: ella tiene la luna, es decir, las cosas cambiantes del mundo, bajo sus pies, y las doce estrellas con la que se coron, son los doce apstoles: ella est en su trabajo de parto y su dolor, mientras da a luz a sus hijos, y en ellos a Cristo, en medio de las aflicciones y persecuciones.

Y estando encinta, gritaba con dolores de parto, y era en el dolor que se entregaba.

Y apareci otra seal en el cielo: he aqu un gran dragn escarlata, que tena siete cabezas y diez cuernos; y en sus cabezas siete diademas:

Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arroj a la tierra. El dragn se par frente a la mujer que estaba por dar a luz, para que cuando ella daba a luz, su hijo fuera devorado.

Y ella dio a luz un hijo varn, que regir sobre todas las naciones con vara de hierro: y su hijo fue elevado a Dios y su trono.

Apocalipsis de San Juan (Apocalipsis): 12: 1-5 de la Biblia Reina-Valera

Extractos a continuacin (en relacin con el pasaje de las Escrituras arriba) de La Mstica Ciudad de Dios, Vol. I, manifestado a Mara de Jess de Agreda, http://themostholyrosary.com

Esta seal apareci verdaderamente en el cielo por voluntad de Dios, que, se la propuso manifiesta a los buenos y malos ngeles, para que a su vista determinasen sus voluntades a obedecer los preceptos de su beneplcito; y as la vieron antes que los buenos se determinasen al bien y los malos al pecado; y fue como seal de cun admirable haba de ser Dios en la fbrica de la humana naturaleza.

Esta seal apareci verdaderamente en el cielo por voluntad de Dios, que, se la propuso manifiesta a los buenos y malos ngeles, para que a su vista determinasen sus voluntades a obedecer los preceptos de su beneplcito; y as la vieron antes que los buenos se determinasen al bien y los malos al pecado; y fue como seal de cun admirable haba de ser Dios en la fbrica de la humana naturaleza. Y aunque de ella les haba dado a los ngeles noticia, revelndoles el misterio de la unin hiposttica, pero quiso manifestrsela por diferente modo en pura criatura y en la ms perfecta y santa que, despus de Cristo nuestro Seor, haba de criar. Y tambin fue como seal para que los buenos ngeles se asegurasen que por la desobediencia de los malos, aunque Dios quedaba ofendido, no dejara de ejecutar el decreto de criar a los hombres; porque el Verbo humanado y aquella mujer Madre suya le obligaran infinito ms que los inobedientes ngeles podan desobligarle.

Fue tambin como arco en el cielo a cuya semejanza se pondra el de las nubes despus del diluvio (Gn., 9, 13) para que asegurase que, si los hombres pecasen como los ngeles y fuesen inobedientes, no seran castigados como ellos sin remisin, pero que les dara saludable medicina y remedio por medio de aquella maravillosa seal. Y fue como decirles a los ngeles: No castigar yo de esta manera a las criaturas que he de criar, porque de la naturaleza humana descender esta mujer en cuyas entraas tomar carne mi Unignito, que ser el restaurador de mi amistad y apaciguar mi justicia y abrir el camino de la felicidad, que cerrar la culpa.

Y como todo esto fue de grande alegra y gozo para los buenos ngeles, fue tambin de grande tormento para los malos y como principio y parte de su castigo, que luego conocieron, de lo que no se haban aprovechado, y que aquella mujer los haba de vencer y quebrantar la cabeza (Gn., 3, 15).

Una Oracin por la Vida

Oh Mara, brillante amanecer de un mundo nuevo, Madre de los vivientes, a Ti confiamos la causa de la vida:

Mira hacia abajo, oh Madre, el nmero inmenso de nios por nacer, de pobres a quienes se les hace difcil vivir, de hombres y mujeres que son vctimas de la violencia brutal, de los ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.

Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar el Evangelio de la vida con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo.

Obtn para ellos la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, la alegra de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia y la valenta para dar testimonio que solcita constancia, para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad, la civilizacin de la verdad y del amor, para la alabanza y gloria de Dios, Creador y amante de la vida. Amn

Que la mujer vestida del sol, con la imagen de Nuestra Seora de Guadalupe, Protectora de los No Natos, con su mensaje de Amor y Compasin aplaste a la serpiente de nuevo. Amn

"Yo en verdad soy vuestra madre compasiva, tuya y de todos los hombres que en esta tierra estas en uno, y de las dems variadas estirpes de hombres, mis amadores, los que a m clamen, los que me busquen, los que me confin, porque all los escuchar su llanto, su tristeza, para remediar, para curar todas sus diferentes penas, sus miserias, sus dolores."

"Escucha, ponlo en tu corazn, hijo mo el menor, que no es nada lo que te espant, lo que te afligi, que no se perturbe tu rostro, tu corazn. No temas esta enfermedad ni ninguna otra enfermedad, ni cosa punzante, aflictiva. No estoy aqui, yo, que soy tu madre? No ests bajo mi sombra y reguardo? No soy yo la fuente de tu alegra? No ests en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos? Tienes necesidad de alguna otra cosa? Que ninguna otra cosa te aflija, te perturbe."

Nuestra Seora de Guadalupe a Juan Diego, Mxico, 1531

Una Oracin por la Vida, Papa Juan Pablo II, Encclica El Evangelio de la Vida, Roma, Marzo 25 1995, la Solemnidad de la Anunciacion del Senor

Nuestra Seora de Guadalupe - the vision of the woman clothed with the sun and of the great dragon her persecutor described in The Apocalypse of Saint John (Revelation)

Nuestra Seora del Apocalpsis/Revelacin con San Mighel derrotando al dragn

12 de Diciembre - Fiesta de Nuestra Seora de Guadalupe - Madre de las Amricas - Proteger la Vida con Amor y Compasin