San Francisco Borgia - Viva en el Espritu de Jesucristo
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El Espejo de las Acciones Cristianas
(Ejercicios para realizar estas Acciones en el Espritu de Jesucristo)
Extracto de las obras espirituales de San Francisco Borgia
Extracto de las obras espirituales de San Francisco Borgia
INTRODUCCIN
Debes, oh devota alma, hacerte lo ms familiar posible con estos ejercicios, para que tus acciones, que son estriles e imperfectas en s mismas, puedan llegar a ser santas y alutarias, y que merezcan ser presentadas a Dios como agradable sacrificio. Debes comenzar por las acciones ordinarias de cada da, que son comunes a todos; y puedo asegurarles que si son fieles a esta prctica, adems de adquirir, gradualmente, una gran facilidad para actuar santos en todas las dems circunstancias de la vida, encontrarn en ella una dulzura y un consuelo maravillosos.
Ahora, esta prctica consiste en tener tres motivos en cada accin que realices: primero, humillarte ante Dios; segundo, agradecerle por sus gracias; tercero, preguntarle por aquellos de los cuales usted tiene necesidad.
PRIMER TRATADO: PARTE II.
Hara que este ejercicio fuera demasiado largo si aplicara esta prctica a todas nuestras acciones en detalle, que son casi sin nmero. Por lo tanto, creo que es suficiente haber marcado, en la primera parte de este ejercicio, los que son comunes a todos. Aquellos que, con el deseo de una mayor perfeccin, deseen extender esta prctica a otras acciones, pueden hacer uso de lo siguiente.
De pie. - Represntate a ti mismo, nuestro Salvador, y reflexiona sobre la manera en que estuvo ante sus jueces.
Cuando esta sentado. - Recuerda cmo Jesucristo se sent y los judos lo hicieron amortiguar mil ultrajes, dicindole en burla: "Salve, rey de los judos!"
Cuando camina. - Piensa en Jesucristo yendo a Samaria y al Calvario.
Cuando estas fatigado.- Recuerda cmo nuestro Salvador, fatigado en el camino, se sent en una piedra para descansar.
Cuando monta. -Figura para ti mismo nuestro Seor entrando a Jerusaln en un asno.
Al visitar a los enfermos. -Piensa cmo Jesucristo no solo los visit con mucha caridad, sino que tambin los cur.
Cuando tus buenas obras son censuradas.. - Recuerden cmo se culpaba a los de nuestro Seor, todos santos como eran, y cmo lo murmuraban curando a los enfermos en el da de reposo.
Cuando te contestan con desprecio y te tratan con falta de respeto.. -Piense en la indignidad con que nuestro Salvador fue tratado en la casa de Caifs, cuando un soldado le dijo insolentemente: "Es as que respondes al Sumo Sacerdote?" E incluso se atrevi a golpear esa cara sagrada, que es el espejo de los ngeles. y el consuelo de los santos.
Cuando tienes hambre. - Considera el hambre que Jess sufri durante los cuarenta das que ayun en el desierto.
Cuando tienes frio. - Reflexione sobre el fro que sufri nuestro Infante Salvador en la cuna de Beln, cuando quiso nacer en la estacin ms severa del ao, sin fuego y sin otra cama que la paja sobre la cual fue depositado.
Cuando tienes sed. - Piense en el vinagre y la agalla con que se present en la cruz, cuando dijo: "Tengo sed".
Cuando ests perturbado en tu sueo. - Recuerda cmo despertaron a Jesucristo cuando dorma en la barca.
Cuando tus amigos te abandonan cuando ests necesitado. - Considera cmo nuestro Seor fue abandonado por Sus discpulos en el momento de Su Pasin.
Cuando ests obligado a dejar a las personas que amas.. - Piensa en la separacin de Jesucristo de su santa Madre.
Si sucede que eres insultado en pblico. - Reflexione en qu estado Pilato mostr a Jesucristo a la gente, diciendo: "Mira aqu al hombre".
Si eres acusado de alguna falta de la que eres inocente. - Represntate a ti mismo las falsedades y calumnias con las que lo acusaron en la casa de Caifs.
Si eres condenado sin motivo. - Recuerda la sentencia injusta que fue pronunciada contra Jesucristo.
Cuando ests enfermo y soportas gran dolor. - Imagnate a ti mismo la flagelacin, la coronacin de espinas y la crucifixin. Jess estaba cubierto de heridas desde la parte superior de su cabeza hasta la planta de su pie; deseaba que ninguna parte de su cuerpo estuviera exenta de dolor, para que no pudiramos sufrir nada que l no hubiera soportado antes, por nosotros y, que pudiramos estar obligados a ofrecerle todos nuestros sufrimientos.
Finalmente, cuando llegues a la hora de tu muerte, abandona tu espritu con una fe viva en sus manos, y recuerda las palabras que dijo a su padre al morir: "Padre, en tus manos encomiendo mi espritu". As, haciendo del sacrificio de tu vida en consideracin de su muerte, merecers vivir eternamente con l en gloria. Amn.
(Contina abajo)
El Espejo de las Acciones Cristianas
(Ejercicios para realizar estas Acciones en el Espritu de Jesucristo)
Extracto de las obras espirituales de San Francisco Borgia
Extracto de las obras espirituales de San Francisco Borgia
INTRODUCCIN
Debes, oh devota alma, hacerte lo ms familiar posible con estos ejercicios, para que tus acciones, que son estriles e imperfectas en s mismas, puedan llegar a ser santas y alutarias, y que merezcan ser presentadas a Dios como agradable sacrificio. Debes comenzar por las acciones ordinarias de cada da, que son comunes a todos; y puedo asegurarles que si son fieles a esta prctica, adems de adquirir, gradualmente, una gran facilidad para actuar santos en todas las dems circunstancias de la vida, encontrarn en ella una dulzura y un consuelo maravillosos.
Ahora, esta prctica consiste en tener tres motivos en cada accin que realices: primero, humillarte ante Dios; segundo, agradecerle por sus gracias; tercero, preguntarle por aquellos de los cuales usted tiene necesidad.
PRIMER TRATADO: PARTE II.
Hara que este ejercicio fuera demasiado largo si aplicara esta prctica a todas nuestras acciones en detalle, que son casi sin nmero. Por lo tanto, creo que es suficiente haber marcado, en la primera parte de este ejercicio, los que son comunes a todos. Aquellos que, con el deseo de una mayor perfeccin, deseen extender esta prctica a otras acciones, pueden hacer uso de lo siguiente.
De pie. - Represntate a ti mismo, nuestro Salvador, y reflexiona sobre la manera en que estuvo ante sus jueces.
Cuando esta sentado. - Recuerda cmo Jesucristo se sent y los judos lo hicieron amortiguar mil ultrajes, dicindole en burla: "Salve, rey de los judos!"
Cuando camina. - Piensa en Jesucristo yendo a Samaria y al Calvario.
Cuando estas fatigado.- Recuerda cmo nuestro Salvador, fatigado en el camino, se sent en una piedra para descansar.
Cuando monta. -Figura para ti mismo nuestro Seor entrando a Jerusaln en un asno.
Al visitar a los enfermos. -Piensa cmo Jesucristo no solo los visit con mucha caridad, sino que tambin los cur.
Cuando tus buenas obras son censuradas.. - Recuerden cmo se culpaba a los de nuestro Seor, todos santos como eran, y cmo lo murmuraban curando a los enfermos en el da de reposo.
Cuando te contestan con desprecio y te tratan con falta de respeto.. -Piense en la indignidad con que nuestro Salvador fue tratado en la casa de Caifs, cuando un soldado le dijo insolentemente: "Es as que respondes al Sumo Sacerdote?" E incluso se atrevi a golpear esa cara sagrada, que es el espejo de los ngeles. y el consuelo de los santos.
Cuando tienes hambre. - Considera el hambre que Jess sufri durante los cuarenta das que ayun en el desierto.
Cuando tienes frio. - Reflexione sobre el fro que sufri nuestro Infante Salvador en la cuna de Beln, cuando quiso nacer en la estacin ms severa del ao, sin fuego y sin otra cama que la paja sobre la cual fue depositado.
Cuando tienes sed. - Piense en el vinagre y la agalla con que se present en la cruz, cuando dijo: "Tengo sed".
Cuando ests perturbado en tu sueo. - Recuerda cmo despertaron a Jesucristo cuando dorma en la barca.
Cuando tus amigos te abandonan cuando ests necesitado. - Considera cmo nuestro Seor fue abandonado por Sus discpulos en el momento de Su Pasin.
Cuando ests obligado a dejar a las personas que amas.. - Piensa en la separacin de Jesucristo de su santa Madre.
Si sucede que eres insultado en pblico. - Reflexione en qu estado Pilato mostr a Jesucristo a la gente, diciendo: "Mira aqu al hombre".
Si eres acusado de alguna falta de la que eres inocente. - Represntate a ti mismo las falsedades y calumnias con las que lo acusaron en la casa de Caifs.
Si eres condenado sin motivo. - Recuerda la sentencia injusta que fue pronunciada contra Jesucristo.
Cuando ests enfermo y soportas gran dolor. - Imagnate a ti mismo la flagelacin, la coronacin de espinas y la crucifixin. Jess estaba cubierto de heridas desde la parte superior de su cabeza hasta la planta de su pie; deseaba que ninguna parte de su cuerpo estuviera exenta de dolor, para que no pudiramos sufrir nada que l no hubiera soportado antes, por nosotros y, que pudiramos estar obligados a ofrecerle todos nuestros sufrimientos.
Finalmente, cuando llegues a la hora de tu muerte, abandona tu espritu con una fe viva en sus manos, y recuerda las palabras que dijo a su padre al morir: "Padre, en tus manos encomiendo mi espritu". As, haciendo del sacrificio de tu vida en consideracin de su muerte, merecers vivir eternamente con l en gloria. Amn.
(Contina abajo)
Fila superior: Anunciacin, Natividad, Visita de los Tres Magos, Vuelo a Egipto, Bautismo de Cristo, Crianza de Lzaro, Entrada a Jerusaln, ltima cena.
Fila intermedia: Lavado de pies, Agona en el jardn, Arresto de Cristo, Juicio ante el Sanedrn, Juicio ante Pilato, Flagelacin.
Fila inferior: Ecce homo, llevar la cruz, Cristo cae, crucifixin, deposicin de la cruz, angustia del infierno, resurreccin.
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Este ejercicio ser de una utilidad maravillosa para aquellos que lo practicarn con fidelidad y amor. Pero, como la mayora de las cosas de las que hemos hablado hasta el presente, solo se refieren a nuestras acciones exteriores, he pensado que sera an mejor aplicar esta prctica a nuestras Acciones Interiores, y que las ventajas que se pueden extraer de sera mucho ms grande, ya que aquellos que se entregan a las cosas espirituales sienten las necesidades del cuerpo mucho menos que las del alma. Por lo tanto, para que todos puedan encontrar en este ejercicio lo que satisfar su devocin, he agregado las siguientes consideraciones.
Cuando tu vecino lamenta el consejo que le habas dado caritativamente. - Ofrezca este rechazo a nuestro Seor, en memoria de cun poco beneficio han sacado los hombres de Su santa doctrina.
Cuando ves a tu hermano ofender a Dios, y cuando te sientes apenado por ello. - Ofrezca su dolor a Jesucristo y reflexione sobre el disgusto que l mostr cuando, pblicamente, expuls del Templo a los que lo profanaron con su trfico.
Si alguno de tus amigos se desva del camino de la virtud. - Piense en la desgracia de Judas, quien abandon la fuente de todo bien; y trata de sentir el mismo sentimiento ante la cada de su amigo como lo hizo Jess ante el de su apstol.
Cuando ocurre, reflexiona sobre el pequeo nmero de pastores celosos que hay en la Iglesia. - Recuerda cmo se quej nuestro Seor cuando dijo estas palabras: "La cosecha es grande, pero los obreros son pocos" (San Lucas X. 19).
Cuando Dios te da gracia para llorar por tus pecados. - Une tu dolor a lo que tus pecados causaron a Jesucristo, que los conoci mucho antes de que los hayas cometido. Unirlos a lo que l mismo sufri para eliminarlos. Bendcelo, y devulvale mil gracias por haber estado dispuesto a afligirse por sus ofensas.
Cuando ves caer a alguien que ya est avanzado en el camino de la perfeccin. - Piense en el dolor que sinti nuestro Seor por la cada de San Pedro, que ya lo haba reconocido como el Hijo del Dios viviente, y que lo haba visto transfigurado en el Monte Tabor.
Cuando eres atacado con las tentaciones del diablo.. - Recuerda aquellos con los que Jesucristo fue asaltado en el desierto.
Cuando te aflijas al ver que los malvados no pueden soportar la compaa de los buenos. - Considere cmo nuestro Salvador fue perseguido por un pueblo a quien haba cargado de beneficios, y a quien le haba dado las pruebas ms sinceras de su amor y de su caridad.
Cuando reflexionas sobre los crmenes de una ciudad o de una nacin entera. - nete a la tristeza que sientes por ellos a las lgrimas que nuestro Seor derram sobre la destruccin de Jerusaln.
Cuando sabes que alguien ha cado en la infidelidad o duda. - Sitense aflijido por esto, y piensa al mismo tiempo del desplacer que Jesucristo sinti al ver que sus discpulos, debido a su falta de fe, haban perdido el poder desalojar los diablos, lo cual lo hico decir estas palabras: "Oh generacin incrdula, por cuanto ms estar con ustedes? Por cuanto ms tiempo sufrir por ustedes?"
Cuando los malos insultan a los buenos. - Recuerda los insultos que nuestro Redentor soport en la Cruz, cuando le dijeron en tono de burla: "l salv a otros, l mismo no se puede salvar!".
Cuando ves morir a alguien que ha llevado una vida malvada.. - Piense con pesar lo que nuestro Seor sinti al considerar cun pocas personas se beneficiaran de su muerte y de su sangre.
Cuando tu oracin va acompaada de aridez y desolacin. - Recuerda lo que Jesucristo sufri cuando le dijo a su Padre: "Dios mo, Dios mo, por qu me has abandonado?"
Cuando oyes a alguien blasfemar el nombre de Dios. - Imaginese la afliccin que sinti nuestro Seor al saber que su nombre, todo lo santo que es, sera blasfemado por los hombres.
Cuando tu alma se siente separada de Dios y suspira para reunirse con l por caridad y para ser liberada de los peligros de este estado. - Considera lo que sufri el Corazn de Jess cuando, en Su infinita caridad, nos pidi a su Padre Eterno que nos unamos a l con estas maravillosas palabras: "Para que sean uno, como T, Padre, en M, y Yo en Ti; para que tambin ellos sean uno en nosotros "(Juan, xvii. 21).
Quin es entonces tan negligente y tan poco deseoso de su propio bien, como para rechazar el precioso man y los inestimables tesoros de gracia que se le ofrecen? Quin ser lo suficientemente ingrato hacia Jesucristo, no para testificar su amor por l mediante la prctica de al menos una parte de estos ejercicios que hemos propuesto? Qu ejercicios son tan excelentes, tan! llenos de amor y tan! necesarios para la salvacin? Oh, alma devota, no te prives de una bendicin tan grande: considera que lo que tu Dios te pide es pequeo, en comparacin con lo que l mismo te promete a cambio. l te pide aquellas cosas que solo ests obligado a hacer todos los das y que son comunes a todos; y l les pide de ti solo que no se te pierdan para ti.
En una palabra, debe caminar, debe comer, debe trabajar, a veces debe enfermarse y, finalmente, debe morir. Y adems, es seguro que si vd. hace todas estas cosas solo para su propia satisfaccin, o para complacer al mundo, sern an ms difciles, ya que no encontrar un consuelo slido al hacerlas con esta visin, y quedar para Vd. nada ms que pena y remordimiento por haber trabajado sin ningun resultado.
Considera, por lo tanto, seriamente, si desea sufrir en el futuro las cruces con las que se encuentra por el amor a Jesucristo, encontrar consuelo en sus problemas, porque nuestro Seor siempre est en compaa de los afligidos; y finalmente recibir una recompensa que "el ojo no ha visto, el odo no ha odo, ni ha entrado en el corazn del hombre para concebir". Oh! cun indecible es la felicidad que Dios ha preparado para aquellos que lo sirven, y cunto debemos lamentar las muchas oportunidades que hemos perdido de merecerla, y qu tan seriamente debemos aprovechar cada oportunidad que se presentar en el futuro.
Porque es cierto que si aplicamos nuestros sentidos y los poderes de nuestra alma al seguir el camino que Jesucristo nos ha marcado, todas nuestras acciones sern santas y nuestra conciencia nos recordar lo que nuestro Seor dijo en el Evangelio: "El que me sigue, no anda en tinieblas" (Juan, viii. 12), porque Jess es "la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo" (Juan 1: 9); y l ha sido el piloto de todos los que han llegado al puerto de la vida eterna, y yo ruego que tambin podamos llegar por Su gracia, para bendecir al Padre, al Hijo y al Espritu Santo, por los siglos de los siglos. Amn.
Este ejercicio ser de una utilidad maravillosa para aquellos que lo practicarn con fidelidad y amor. Pero, como la mayora de las cosas de las que hemos hablado hasta el presente, solo se refieren a nuestras acciones exteriores, he pensado que sera an mejor aplicar esta prctica a nuestras Acciones Interiores, y que las ventajas que se pueden extraer de sera mucho ms grande, ya que aquellos que se entregan a las cosas espirituales sienten las necesidades del cuerpo mucho menos que las del alma. Por lo tanto, para que todos puedan encontrar en este ejercicio lo que satisfar su devocin, he agregado las siguientes consideraciones.
Cuando tu vecino lamenta el consejo que le habas dado caritativamente. - Ofrezca este rechazo a nuestro Seor, en memoria de cun poco beneficio han sacado los hombres de Su santa doctrina.
Cuando ves a tu hermano ofender a Dios, y cuando te sientes apenado por ello. - Ofrezca su dolor a Jesucristo y reflexione sobre el disgusto que l mostr cuando, pblicamente, expuls del Templo a los que lo profanaron con su trfico.
Si alguno de tus amigos se desva del camino de la virtud. - Piense en la desgracia de Judas, quien abandon la fuente de todo bien; y trata de sentir el mismo sentimiento ante la cada de su amigo como lo hizo Jess ante el de su apstol.
Cuando ocurre, reflexiona sobre el pequeo nmero de pastores celosos que hay en la Iglesia. - Recuerda cmo se quej nuestro Seor cuando dijo estas palabras: "La cosecha es grande, pero los obreros son pocos" (San Lucas X. 19).
Cuando Dios te da gracia para llorar por tus pecados. - Une tu dolor a lo que tus pecados causaron a Jesucristo, que los conoci mucho antes de que los hayas cometido. Unirlos a lo que l mismo sufri para eliminarlos. Bendcelo, y devulvale mil gracias por haber estado dispuesto a afligirse por sus ofensas.
Cuando ves caer a alguien que ya est avanzado en el camino de la perfeccin. - Piense en el dolor que sinti nuestro Seor por la cada de San Pedro, que ya lo haba reconocido como el Hijo del Dios viviente, y que lo haba visto transfigurado en el Monte Tabor.
Cuando eres atacado con las tentaciones del diablo.. - Recuerda aquellos con los que Jesucristo fue asaltado en el desierto.
Cuando te aflijas al ver que los malvados no pueden soportar la compaa de los buenos. - Considere cmo nuestro Salvador fue perseguido por un pueblo a quien haba cargado de beneficios, y a quien le haba dado las pruebas ms sinceras de su amor y de su caridad.
Cuando reflexionas sobre los crmenes de una ciudad o de una nacin entera. - nete a la tristeza que sientes por ellos a las lgrimas que nuestro Seor derram sobre la destruccin de Jerusaln.
Cuando sabes que alguien ha cado en la infidelidad o duda. - Sitense aflijido por esto, y piensa al mismo tiempo del desplacer que Jesucristo sinti al ver que sus discpulos, debido a su falta de fe, haban perdido el poder desalojar los diablos, lo cual lo hico decir estas palabras: "Oh generacin incrdula, por cuanto ms estar con ustedes? Por cuanto ms tiempo sufrir por ustedes?"
Cuando los malos insultan a los buenos. - Recuerda los insultos que nuestro Redentor soport en la Cruz, cuando le dijeron en tono de burla: "l salv a otros, l mismo no se puede salvar!".
Cuando ves morir a alguien que ha llevado una vida malvada.. - Piense con pesar lo que nuestro Seor sinti al considerar cun pocas personas se beneficiaran de su muerte y de su sangre.
Cuando tu oracin va acompaada de aridez y desolacin. - Recuerda lo que Jesucristo sufri cuando le dijo a su Padre: "Dios mo, Dios mo, por qu me has abandonado?"
Cuando oyes a alguien blasfemar el nombre de Dios. - Imaginese la afliccin que sinti nuestro Seor al saber que su nombre, todo lo santo que es, sera blasfemado por los hombres.
Cuando tu alma se siente separada de Dios y suspira para reunirse con l por caridad y para ser liberada de los peligros de este estado. - Considera lo que sufri el Corazn de Jess cuando, en Su infinita caridad, nos pidi a su Padre Eterno que nos unamos a l con estas maravillosas palabras: "Para que sean uno, como T, Padre, en M, y Yo en Ti; para que tambin ellos sean uno en nosotros "(Juan, xvii. 21).
Quin es entonces tan negligente y tan poco deseoso de su propio bien, como para rechazar el precioso man y los inestimables tesoros de gracia que se le ofrecen? Quin ser lo suficientemente ingrato hacia Jesucristo, no para testificar su amor por l mediante la prctica de al menos una parte de estos ejercicios que hemos propuesto? Qu ejercicios son tan excelentes, tan! llenos de amor y tan! necesarios para la salvacin? Oh, alma devota, no te prives de una bendicin tan grande: considera que lo que tu Dios te pide es pequeo, en comparacin con lo que l mismo te promete a cambio. l te pide aquellas cosas que solo ests obligado a hacer todos los das y que son comunes a todos; y l les pide de ti solo que no se te pierdan para ti.
En una palabra, debe caminar, debe comer, debe trabajar, a veces debe enfermarse y, finalmente, debe morir. Y adems, es seguro que si vd. hace todas estas cosas solo para su propia satisfaccin, o para complacer al mundo, sern an ms difciles, ya que no encontrar un consuelo slido al hacerlas con esta visin, y quedar para Vd. nada ms que pena y remordimiento por haber trabajado sin ningun resultado.
Considera, por lo tanto, seriamente, si desea sufrir en el futuro las cruces con las que se encuentra por el amor a Jesucristo, encontrar consuelo en sus problemas, porque nuestro Seor siempre est en compaa de los afligidos; y finalmente recibir una recompensa que "el ojo no ha visto, el odo no ha odo, ni ha entrado en el corazn del hombre para concebir". Oh! cun indecible es la felicidad que Dios ha preparado para aquellos que lo sirven, y cunto debemos lamentar las muchas oportunidades que hemos perdido de merecerla, y qu tan seriamente debemos aprovechar cada oportunidad que se presentar en el futuro.
Porque es cierto que si aplicamos nuestros sentidos y los poderes de nuestra alma al seguir el camino que Jesucristo nos ha marcado, todas nuestras acciones sern santas y nuestra conciencia nos recordar lo que nuestro Seor dijo en el Evangelio: "El que me sigue, no anda en tinieblas" (Juan, viii. 12), porque Jess es "la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo" (Juan 1: 9); y l ha sido el piloto de todos los que han llegado al puerto de la vida eterna, y yo ruego que tambin podamos llegar por Su gracia, para bendecir al Padre, al Hijo y al Espritu Santo, por los siglos de los siglos. Amn.
October 10 - San Francisco Borgia, S.J. (1510-1572) - Viva en el Espritu de Jesucristo - El Espejo de las Acciones Cristianas
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