Jesucristo, la Verdadera Vid - Qudate conmigo!
Evangelio segn San Juan 15:1-8
Jess le dijo a sus discpulos:
"Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
Todo pmpano que en m no lleva fruto, le quitar:
y todo aquel que lleva fruto, le limpiar, para que lleve ms fruto.
Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado.
Estad en m, y yo en vosotros.
Como el pmpano no puede llevar fruto de s mismo,
si no estuviere en la vid;
as ni vosotros, si no estuviereis en m.
Yo soy la vid, vosotros los pmpanos:
el que est en m, y yo en l, ste lleva mucho fruto;
porque sin m nada podis hacer.
El que en m no estuviere,
ser echado fuera como mal pmpano, y se secar;
y los cogen, y los echan en el fuego,
y arden.
Si estuviereis en m, y mis palabras estuvieren en vosotros,
pedid todo lo que quisiereis, y os ser hecho.
En esto es glorificado mi Padre,
en que llevis mucho fruto, y seis as mis discpulos."
"Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
Todo pmpano que en m no lleva fruto, le quitar:
y todo aquel que lleva fruto, le limpiar, para que lleve ms fruto.
Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado.
Estad en m, y yo en vosotros.
Como el pmpano no puede llevar fruto de s mismo,
si no estuviere en la vid;
as ni vosotros, si no estuviereis en m.
Yo soy la vid, vosotros los pmpanos:
el que est en m, y yo en l, ste lleva mucho fruto;
porque sin m nada podis hacer.
El que en m no estuviere,
ser echado fuera como mal pmpano, y se secar;
y los cogen, y los echan en el fuego,
y arden.
Si estuviereis en m, y mis palabras estuvieren en vosotros,
pedid todo lo que quisiereis, y os ser hecho.
En esto es glorificado mi Padre,
en que llevis mucho fruto, y seis as mis discpulos."
Quinto Domingo de Pascua: Homila por el Padre Juan Tokaz, O.F.M. Cap., en Ingls, basada en el Evangelio segun San Juan 15:1-8; Parroquia de Mara Inmaculada de Lourdes, Newton, Massachusetts; 29 de Abril, 2018
En los Estados Unidos (y la mayora del Mundo Occidental) del siglo XXI, parece que como cultura necesitamos desesperadamente estar conectados.
Y, en consecuencia, tenemos i-phones; tenemos telfonos inteligentes; enviamos mensajes de texto y mensajes instantneos; tenemos telfonos; tenemos radios; tenemos televisores, aunque estos ltimos son un poco ms anticuados en estos das. Y parece que tenemos esta necesidad, esta constante necesidad de estar conectados, ya sea con el mundo mayor fuera de nosotros o con nuestras familias, o con nuestros amigos, o con nuestra comunidad local, y por eso las personas caminan incesantemente con sus telfonos en su manos, como si esta conexin iba a traerles bendicin.
Y sin embargo, estoy seguro de que han observado esto: que tenemos esta obsesin por estar conectados, electrnicamente a todos, en todas partes, todo el tiempo. Y entonces estamos acostumbrados a buscar la conexin. Estamos acostumbrados a eso como cultura y como sociedad. Y cuando no tenemos esa conexin, los psiclogos nos dicen ahora que los pacientes realmente pasan por una especie de ansiedad por no tener su dispositivo. Existe una ansiedad real que entra en sus corazones y almas, porque no tienen sus telfonos.
En el Santo Evangelio de hoy, Jess nos recuerda que Dios es o todo para nosotros o que Dios no es nada. Dios es o todo ... o nada.
Y, por lo tanto, la conexin ms importante que usted y yo podemos tener no es con un telfono, un i-phone o un telfono inteligente. Es con el Seor Jesucristo.
Y l dice, hace 2.000 aos, muy enfticamente, a Sus discpulos: "Yo soy la Vid y ustedes [si quieres tener una vida decente] son las ramas".
Debes estar conectado conmigo! Primero, ante todo y siempre, la conexin que necesitas est conmigo!
Y esto es hace 2.000 aos. Mucho antes de las computadoras y el correo electrnico y correo de voz, y los i-phones.
l dice: "Tu conexin tiene que estar conmigo. Yo soy la vid. Yo soy la fuente.
Porque incluso entonces supongo, aunque los apstoles y discpulos no tenan todas estos dispositivos que tenemos hoy; Jess quera que supieran, Nuestro bendito Seor quiso que supieran, cun importante era cada da conectarnos con l de una manera significativa, y tomarse el tiempo de enriquecer nuestra relacin con l a travs de la oracin y la meditacin; a travs del tiempo tranquilo y calmo.
Debido a que la forma en que somos las ramas, conectadas en la Vid que es Jesucristo: es a travs de la oracin y la meditacin, todos los das, con suerte a lo largo de nuestro da; esa oracin no es algo que nos gusta cepillarnos los dientes en la maana, entonces estamos hecho con l por el da, hasta que nos acostamos por la noche.
La oracin es algo en la que participamos de forma prctica durante todo el da. Nos conectamos con Jesucristo por medio de la oracin, a travs del tiempo de silencio y mediante la meditacin.
Y cuando hacemos eso, Jesucristo nuestro Salvador puede hablarnos. l puede tocar nuestros corazones, y lo ms importante, puede dirigirnos y guiarnos a travs de nuestro da de una manera significativa; de una manera pacfica y sobre todo de una manera espiritual. De modo que mientras caminamos por nuestro da, caminamos conectados a Jesucristo.
Tenemos una mano espiritual en la Mano de nuestro Salvador Jesucristo. Y cuando hacemos eso, nuestro da est bien. No puede mejorarse a pesar de que puede haber dificultades, puede haber dolor y puede haber tristeza en nuestros das.
Cuando estamos conectados con Jesucristo, cuando nos aferramos a la Mano de nuestro Salvador, Jesucristo, nuestro da no puede sino ser bueno. Y podra ser bueno en el sentido de ser capaz de lidiar con la dificultad, la desgracia y el dolor, con esa paz de Dios en nuestros corazones que nos permite una amable aceptacin, por ejemplo.
Pero la conexin, la conexin tiene que estar all. Si usted y yo pasamos ms tiempo con nuestros telfonos celulares que en oracin y meditacin, algo est mal porque usted y yo somos fieles.
Y as el Evangelio de hoy, de manera conmovedora, con esta imagen de Jesucristo como nuestra Vid y nosotros como Sus ramas, nos recuerda que la conexin principal que debemos hacer todos los das a lo largo de nuestro da, varias veces durante el da, es con Jess nuestro Cristo; Jess nuestro Salvador; Jess el Buen Pastor que quiere guiarnos, quien quiere protegernos, quien quiere estar con nosotros.
Nuestro Seor est esperando. Nuestro Seor nos est esperando.
Somos nosotros los que debemos tomar la decisin de conectarnos con l.
Este es un evangelio muy desafiante para los estadounidenses y occidentales del siglo XXI esta maana. Nos habla sobre estar conectados. Algo con lo que todos estamos muy familiarizados; pero tambin nos desafa a estar conectados con la persona adecuada, de la manera correcta para vivir vidas maravillosas, hermosas y espirituales.
Al escuchar este Evangelio, tommoslo en serio. Y probemos la prxima semana para dedicarnos a estar conectados con Jesucristo para que podamos ser los beneficiarios de Su Paz, Su Fortaleza Espiritual y Su Bondad.
Evangelio segn San Juan 15:1-8
Jess le dijo a sus discpulos:
"Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
Todo pmpano que en m no lleva fruto, le quitar:
y todo aquel que lleva fruto, le limpiar, para que lleve ms fruto.
Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado.
Estad en m, y yo en vosotros.
Como el pmpano no puede llevar fruto de s mismo,
si no estuviere en la vid;
as ni vosotros, si no estuviereis en m.
Yo soy la vid, vosotros los pmpanos:
el que est en m, y yo en l, ste lleva mucho fruto;
porque sin m nada podis hacer.
El que en m no estuviere,
ser echado fuera como mal pmpano, y se secar;
y los cogen, y los echan en el fuego,
y arden.
Si estuviereis en m, y mis palabras estuvieren en vosotros,
pedid todo lo que quisiereis, y os ser hecho.
En esto es glorificado mi Padre,
en que llevis mucho fruto, y seis as mis discpulos."
"Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
Todo pmpano que en m no lleva fruto, le quitar:
y todo aquel que lleva fruto, le limpiar, para que lleve ms fruto.
Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado.
Estad en m, y yo en vosotros.
Como el pmpano no puede llevar fruto de s mismo,
si no estuviere en la vid;
as ni vosotros, si no estuviereis en m.
Yo soy la vid, vosotros los pmpanos:
el que est en m, y yo en l, ste lleva mucho fruto;
porque sin m nada podis hacer.
El que en m no estuviere,
ser echado fuera como mal pmpano, y se secar;
y los cogen, y los echan en el fuego,
y arden.
Si estuviereis en m, y mis palabras estuvieren en vosotros,
pedid todo lo que quisiereis, y os ser hecho.
En esto es glorificado mi Padre,
en que llevis mucho fruto, y seis as mis discpulos."
Quinto Domingo de Pascua: Homila por el Padre Juan Tokaz, O.F.M. Cap., en Ingls, basada en el Evangelio segun San Juan 15:1-8; Parroquia de Mara Inmaculada de Lourdes, Newton, Massachusetts; 29 de Abril, 2018
En los Estados Unidos (y la mayora del Mundo Occidental) del siglo XXI, parece que como cultura necesitamos desesperadamente estar conectados.
Y, en consecuencia, tenemos i-phones; tenemos telfonos inteligentes; enviamos mensajes de texto y mensajes instantneos; tenemos telfonos; tenemos radios; tenemos televisores, aunque estos ltimos son un poco ms anticuados en estos das. Y parece que tenemos esta necesidad, esta constante necesidad de estar conectados, ya sea con el mundo mayor fuera de nosotros o con nuestras familias, o con nuestros amigos, o con nuestra comunidad local, y por eso las personas caminan incesantemente con sus telfonos en su manos, como si esta conexin iba a traerles bendicin.
Y sin embargo, estoy seguro de que han observado esto: que tenemos esta obsesin por estar conectados, electrnicamente a todos, en todas partes, todo el tiempo. Y entonces estamos acostumbrados a buscar la conexin. Estamos acostumbrados a eso como cultura y como sociedad. Y cuando no tenemos esa conexin, los psiclogos nos dicen ahora que los pacientes realmente pasan por una especie de ansiedad por no tener su dispositivo. Existe una ansiedad real que entra en sus corazones y almas, porque no tienen sus telfonos.
En el Santo Evangelio de hoy, Jess nos recuerda que Dios es o todo para nosotros o que Dios no es nada. Dios es o todo ... o nada.
Y, por lo tanto, la conexin ms importante que usted y yo podemos tener no es con un telfono, un i-phone o un telfono inteligente. Es con el Seor Jesucristo.
Y l dice, hace 2.000 aos, muy enfticamente, a Sus discpulos: "Yo soy la Vid y ustedes [si quieres tener una vida decente] son las ramas".
Debes estar conectado conmigo! Primero, ante todo y siempre, la conexin que necesitas est conmigo!
Y esto es hace 2.000 aos. Mucho antes de las computadoras y el correo electrnico y correo de voz, y los i-phones.
l dice: "Tu conexin tiene que estar conmigo. Yo soy la vid. Yo soy la fuente.
Porque incluso entonces supongo, aunque los apstoles y discpulos no tenan todas estos dispositivos que tenemos hoy; Jess quera que supieran, Nuestro bendito Seor quiso que supieran, cun importante era cada da conectarnos con l de una manera significativa, y tomarse el tiempo de enriquecer nuestra relacin con l a travs de la oracin y la meditacin; a travs del tiempo tranquilo y calmo.
Debido a que la forma en que somos las ramas, conectadas en la Vid que es Jesucristo: es a travs de la oracin y la meditacin, todos los das, con suerte a lo largo de nuestro da; esa oracin no es algo que nos gusta cepillarnos los dientes en la maana, entonces estamos hecho con l por el da, hasta que nos acostamos por la noche.
La oracin es algo en la que participamos de forma prctica durante todo el da. Nos conectamos con Jesucristo por medio de la oracin, a travs del tiempo de silencio y mediante la meditacin.
Y cuando hacemos eso, Jesucristo nuestro Salvador puede hablarnos. l puede tocar nuestros corazones, y lo ms importante, puede dirigirnos y guiarnos a travs de nuestro da de una manera significativa; de una manera pacfica y sobre todo de una manera espiritual. De modo que mientras caminamos por nuestro da, caminamos conectados a Jesucristo.
Tenemos una mano espiritual en la Mano de nuestro Salvador Jesucristo. Y cuando hacemos eso, nuestro da est bien. No puede mejorarse a pesar de que puede haber dificultades, puede haber dolor y puede haber tristeza en nuestros das.
Cuando estamos conectados con Jesucristo, cuando nos aferramos a la Mano de nuestro Salvador, Jesucristo, nuestro da no puede sino ser bueno. Y podra ser bueno en el sentido de ser capaz de lidiar con la dificultad, la desgracia y el dolor, con esa paz de Dios en nuestros corazones que nos permite una amable aceptacin, por ejemplo.
Pero la conexin, la conexin tiene que estar all. Si usted y yo pasamos ms tiempo con nuestros telfonos celulares que en oracin y meditacin, algo est mal porque usted y yo somos fieles.
Y as el Evangelio de hoy, de manera conmovedora, con esta imagen de Jesucristo como nuestra Vid y nosotros como Sus ramas, nos recuerda que la conexin principal que debemos hacer todos los das a lo largo de nuestro da, varias veces durante el da, es con Jess nuestro Cristo; Jess nuestro Salvador; Jess el Buen Pastor que quiere guiarnos, quien quiere protegernos, quien quiere estar con nosotros.
Nuestro Seor est esperando. Nuestro Seor nos est esperando.
Somos nosotros los que debemos tomar la decisin de conectarnos con l.
Este es un evangelio muy desafiante para los estadounidenses y occidentales del siglo XXI esta maana. Nos habla sobre estar conectados. Algo con lo que todos estamos muy familiarizados; pero tambin nos desafa a estar conectados con la persona adecuada, de la manera correcta para vivir vidas maravillosas, hermosas y espirituales.
Al escuchar este Evangelio, tommoslo en serio. Y probemos la prxima semana para dedicarnos a estar conectados con Jesucristo para que podamos ser los beneficiarios de Su Paz, Su Fortaleza Espiritual y Su Bondad.
Abril 29, 2018 - Jesucristo, la Vid Verdadera - Evangelio segn San Juan 15:1-8 y Homila del Padre Juan Tokaz, O.F.M. Cap.
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La Bendicin Apostlica de la Santa Sede en Roma se imparta (28 de Octubre, 2013)
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