San Hermenegildo - Triunfo de la Verdad de la Fe Catlica
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San Hermenegildo, Mrtir
del Ao Litrgico, 1870
Es a travs de la rama de la palma de un mrtir que hoy debemos ver el misterio pascual. Hermenegildo, un joven prncipe visigodo, es ejecutado por su padre hertico, porque valientemente se neg a recibir su Comunin de Pascua de manos de un obispo arriano. El mrtir saba que la Eucarista es el smbolo sagrado de la unidad catlica; y que no se nos permite acercarnos a la Santa Mesa en compaa de aquellos que no estn en la verdadera Iglesia. Una consagracin sacrlega les da a los herejes la posesin real del Misterio Divino, si el carcter sacerdotal est en l que se atreve a ofrecer el Sacrificio al Dios a quien blasfema; pero el catlico, que sabe que no puede orar con los herejes, se estremece al ver la profanacin, y prefiere morir antes que compartir, con su presencia, en insultar a nuestro Redentor en ese mismo Sacrificio y Sacramento, que fueron instituidos para que todos podamos ser hechos uno en Dios.
La sangre del mrtir produjo su fruto: Espaa se deshizo de las cadenas de hereja que la haban esclavizado, y un concilio, celebrado en Toledo, complet el trabajo de conversin iniciado por el sacrificio de Hermenegild. Hay muy pocos casos registrados en la historia de una Nacin entera que se levanta en una misa para abjurar de la hereja; pero Espaa lo hizo, porque parece ser un pas en el que el cielo prodiga bendiciones excepcionales. Poco despus de esto, ella pas por la prueba de la invasin sarracena; ella triunf aqu nuevamente por la valenta de sus hijos; y desde entonces, su fe ha sido tan firme y tan pura, como para merecer el orgulloso ttulo de El Reino Catlico.
San Gregorio Magno, contemporneo de San Hermenegildo, nos ha transmitido el siguiente relato del martirio. La Iglesia lo ha insertado en sus Segundas lecciones de las maitines de hoy.
San Hermenegildo, Mrtir
del Ao Litrgico, 1870
Es a travs de la rama de la palma de un mrtir que hoy debemos ver el misterio pascual. Hermenegildo, un joven prncipe visigodo, es ejecutado por su padre hertico, porque valientemente se neg a recibir su Comunin de Pascua de manos de un obispo arriano. El mrtir saba que la Eucarista es el smbolo sagrado de la unidad catlica; y que no se nos permite acercarnos a la Santa Mesa en compaa de aquellos que no estn en la verdadera Iglesia. Una consagracin sacrlega les da a los herejes la posesin real del Misterio Divino, si el carcter sacerdotal est en l que se atreve a ofrecer el Sacrificio al Dios a quien blasfema; pero el catlico, que sabe que no puede orar con los herejes, se estremece al ver la profanacin, y prefiere morir antes que compartir, con su presencia, en insultar a nuestro Redentor en ese mismo Sacrificio y Sacramento, que fueron instituidos para que todos podamos ser hechos uno en Dios.
La sangre del mrtir produjo su fruto: Espaa se deshizo de las cadenas de hereja que la haban esclavizado, y un concilio, celebrado en Toledo, complet el trabajo de conversin iniciado por el sacrificio de Hermenegild. Hay muy pocos casos registrados en la historia de una Nacin entera que se levanta en una misa para abjurar de la hereja; pero Espaa lo hizo, porque parece ser un pas en el que el cielo prodiga bendiciones excepcionales. Poco despus de esto, ella pas por la prueba de la invasin sarracena; ella triunf aqu nuevamente por la valenta de sus hijos; y desde entonces, su fe ha sido tan firme y tan pura, como para merecer el orgulloso ttulo de El Reino Catlico.
San Gregorio Magno, contemporneo de San Hermenegildo, nos ha transmitido el siguiente relato del martirio. La Iglesia lo ha insertado en sus Segundas lecciones de las maitines de hoy.
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Del libro de los Dilogos de San Gregorio, el Papa
El prncipe Hermenegildo, hijo de Leovigildo, rey de los visigodos, se convirti, de la hereja arriana, a la fe catlica, por la predicacin del venerable Leander, obispo de Sevilla, uno de mis amigos ms antigos y queridos. Su padre, que continu en la hereja arriana, hizo todo lo posible, tanto por promesas como por amenazas, para inducirlo a apostatar. Pero Hermenegildo le devolvi siempre la misma respuesta, que nunca podra abandonar la verdadera fe, despus de haberlo conocido alguna vez. El padre, en un ataque de disgusto, lo priv no solo de su derecho al trono, sino de todo lo que posea. Y cuando incluso esto no logr quebrar la energa de su alma, lo tuvo encerrado con cadenas en el cuello y las manos. Ante esto, el joven rey Hermenegildo comenz a despreciar lo terrenal y ardientemente a anhelar el reino celestial. As encadenado y con una camisa de pelo, suplic al Dios Omnipotente que lo apoyara. En cuanto a la gloria de este mundo fugaz, lo mir noblemente con desdn, tanto ms cuanto que su cautiverio le ense la nada de lo que podra serle quitado.
Fue la fiesta de Pascua. En una hora temprana de la noche, cuando todo estaba en calma, su malvado padre le envi un Obispo Arriano, con este mensaje, que si l reciba la Comunin de sus manos (la Comunin de una consagracin sacrlega!) sera restaurado al favor (de supadre). Fiel a su Creador, el hombre de Dios le dio una merecida reprobacin al Obispo arriano y, con santa indignacin, rechaz su oferta pecaminosa; porque aunque su cuerpo yaca postrado en cadenas, su alma estaba en el suelo ms all del alcance de la tirana. Por lo tanto, el obispo regres de donde haba venido. El padre arriano se enfureci y en seguida envi a sus lictores, ordenndoles que los reparasen en la prisin del inquebrantable Confesor del Seor, y lo asesinaran en el acto. Ellos obedecieron; entraron a la prisin; les cortaron su crneo con una espada; quitaron la vida del cuerpo y mataron a lo que l, el asesinado, haba jurado contar como vil. Los milagros pronto siguieron, por lo cual el cielo testific la verdadera gloria de Hermenegildo; ya que durante la noche, se escuch una dulce msica cerca del cuerpo del Rey y el Mrtir, Rey de hecho, porque l era un mrtir.
Se dice que las luces se vieron al mismo tiempo quemando en la prisin. Los Fieles fueron guiados, por estas seales, a reverenciar el cuerpo, como el de un mrtir. En cuanto al malvado padre, se arrepinti de haber ingerido sus manos en la sangre de su hijo; pero su arrepentimiento no fue para la salvacin, ya que, aunque reconoca que la Fe Catlica era la verdadera, no tuvo el coraje de abrazarla, ya que tema el disgusto de sus sbditos. Cuando en su ltima enfermedad, y en el momento de la muerte, elogi a su hijo Recared, un hereje, al cuidado de Leander el Obispo, a quien haba perseguido hasta ese momento, pero a quien ahora le pregunt, que hara por este hijo. lo que tena, por sus exhortaciones, hecho para Hermenegild. Habiendo hecho esta peticin, muri, y fue sucedido, en el trono, por Reccared, quien tom como modelo a su padre malvado, pero a su hermano mrtir, abandon la impa hereja arriana y condujo a toda la nacin visigoda a la verdadera Fe. l no permitira que ningn hombre sirviera en sus ejrcitos, quien se atrevi a continuar siendo el enemigo del Dios de los ejrcitos por hereja. Tampoco es de extraar que, siendo el hermano de un mrtir, se haya convertido en un propagador de la verdadera fe, ya que fue por los mritos de Hermenegild que ha logrado reconciliar a tantos miles con el gran Dios del cielo.
Del libro de los Dilogos de San Gregorio, el Papa
El prncipe Hermenegildo, hijo de Leovigildo, rey de los visigodos, se convirti, de la hereja arriana, a la fe catlica, por la predicacin del venerable Leander, obispo de Sevilla, uno de mis amigos ms antigos y queridos. Su padre, que continu en la hereja arriana, hizo todo lo posible, tanto por promesas como por amenazas, para inducirlo a apostatar. Pero Hermenegildo le devolvi siempre la misma respuesta, que nunca podra abandonar la verdadera fe, despus de haberlo conocido alguna vez. El padre, en un ataque de disgusto, lo priv no solo de su derecho al trono, sino de todo lo que posea. Y cuando incluso esto no logr quebrar la energa de su alma, lo tuvo encerrado con cadenas en el cuello y las manos. Ante esto, el joven rey Hermenegildo comenz a despreciar lo terrenal y ardientemente a anhelar el reino celestial. As encadenado y con una camisa de pelo, suplic al Dios Omnipotente que lo apoyara. En cuanto a la gloria de este mundo fugaz, lo mir noblemente con desdn, tanto ms cuanto que su cautiverio le ense la nada de lo que podra serle quitado.
Fue la fiesta de Pascua. En una hora temprana de la noche, cuando todo estaba en calma, su malvado padre le envi un Obispo Arriano, con este mensaje, que si l reciba la Comunin de sus manos (la Comunin de una consagracin sacrlega!) sera restaurado al favor (de supadre). Fiel a su Creador, el hombre de Dios le dio una merecida reprobacin al Obispo arriano y, con santa indignacin, rechaz su oferta pecaminosa; porque aunque su cuerpo yaca postrado en cadenas, su alma estaba en el suelo ms all del alcance de la tirana. Por lo tanto, el obispo regres de donde haba venido. El padre arriano se enfureci y en seguida envi a sus lictores, ordenndoles que los reparasen en la prisin del inquebrantable Confesor del Seor, y lo asesinaran en el acto. Ellos obedecieron; entraron a la prisin; les cortaron su crneo con una espada; quitaron la vida del cuerpo y mataron a lo que l, el asesinado, haba jurado contar como vil. Los milagros pronto siguieron, por lo cual el cielo testific la verdadera gloria de Hermenegildo; ya que durante la noche, se escuch una dulce msica cerca del cuerpo del Rey y el Mrtir, Rey de hecho, porque l era un mrtir.
Se dice que las luces se vieron al mismo tiempo quemando en la prisin. Los Fieles fueron guiados, por estas seales, a reverenciar el cuerpo, como el de un mrtir. En cuanto al malvado padre, se arrepinti de haber ingerido sus manos en la sangre de su hijo; pero su arrepentimiento no fue para la salvacin, ya que, aunque reconoca que la Fe Catlica era la verdadera, no tuvo el coraje de abrazarla, ya que tema el disgusto de sus sbditos. Cuando en su ltima enfermedad, y en el momento de la muerte, elogi a su hijo Recared, un hereje, al cuidado de Leander el Obispo, a quien haba perseguido hasta ese momento, pero a quien ahora le pregunt, que hara por este hijo. lo que tena, por sus exhortaciones, hecho para Hermenegild. Habiendo hecho esta peticin, muri, y fue sucedido, en el trono, por Reccared, quien tom como modelo a su padre malvado, pero a su hermano mrtir, abandon la impa hereja arriana y condujo a toda la nacin visigoda a la verdadera Fe. l no permitira que ningn hombre sirviera en sus ejrcitos, quien se atrevi a continuar siendo el enemigo del Dios de los ejrcitos por hereja. Tampoco es de extraar que, siendo el hermano de un mrtir, se haya convertido en un propagador de la verdadera fe, ya que fue por los mritos de Hermenegild que ha logrado reconciliar a tantos miles con el gran Dios del cielo.
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ORACIN
Te ofrecemos, oh valiente testigo de la verdad de la Santa Fe! nuestra admiracin y gratitud Tu valiente muerte fue prueba del amor que tenas por Cristo; y tu desprecio de los honores terrenales nos ensea a despreciarlos.
Heredero de un trono, una prisin era tu morada aqu abajo. Fue desde tu prisin que ascendiste al cielo, vistiendo en tu frente los laureles del martirio, una corona mucho ms brillante que la que te ofrecieron con la condicin de apostatar de la fe.
Reza ahora por nosotros: la Iglesia te lo pide, insertando tu nombre en el Calendario de sus Santos. La Pascua fue el da de tu triunfo: obtn para nosotros que esta puede ser una verdadera Pascua para nosotros, una verdadera resurreccin, que puede conducirnos al cielo de arriba, donde podamos disfrutar, junto a ti, de la vista de nuestro Resucitado Jess.
Intercede por nosotros para que seamos firmes en la fe, obedientes a las enseanzas de la santa Iglesia y enemigos de todo error e innovacin. Protege a Espaa, tu patria, que debe a tu martirio largos siglos de lealtad a la verdadera fe. Ora por ella, para que pueda seguir mereciendo su glorioso ttulo del Reino Catlico. Amn
ORACIN
Te ofrecemos, oh valiente testigo de la verdad de la Santa Fe! nuestra admiracin y gratitud Tu valiente muerte fue prueba del amor que tenas por Cristo; y tu desprecio de los honores terrenales nos ensea a despreciarlos.
Heredero de un trono, una prisin era tu morada aqu abajo. Fue desde tu prisin que ascendiste al cielo, vistiendo en tu frente los laureles del martirio, una corona mucho ms brillante que la que te ofrecieron con la condicin de apostatar de la fe.
Reza ahora por nosotros: la Iglesia te lo pide, insertando tu nombre en el Calendario de sus Santos. La Pascua fue el da de tu triunfo: obtn para nosotros que esta puede ser una verdadera Pascua para nosotros, una verdadera resurreccin, que puede conducirnos al cielo de arriba, donde podamos disfrutar, junto a ti, de la vista de nuestro Resucitado Jess.
Intercede por nosotros para que seamos firmes en la fe, obedientes a las enseanzas de la santa Iglesia y enemigos de todo error e innovacin. Protege a Espaa, tu patria, que debe a tu martirio largos siglos de lealtad a la verdadera fe. Ora por ella, para que pueda seguir mereciendo su glorioso ttulo del Reino Catlico. Amn
13 Abril (Tradicional) - San Hermenegildo (564-585), Prncipe y Mrtir Visigodas - Triunfo de la Verdad de la Fe Catlica
Este sitio es dedicado a Nuestro Seor Jesucristo
en la Santsima Virgen Mara
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La Bendicin Apostlica de la Santa Sede en Roma se imparta (28 de Octubre, 2013)
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