San Isidro, el agricultor: la dignidad del trabajo y de una vida ordinaria
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San Isidro, el agricultor
de las Obras de los Predicadores Eminentes, 1878
Meditacin sobre la pintura de San Isidro
En cada estado honesto de la vida, los hombres pueden llegar a ser Santos. En tu almanaque encuentras reyes santos, sbditos, ciudadanos, soldados, pastores y trabajadores, personas casadas y vrgenes. Nuestra propia experiencia nos ensea que las brillantes virtudes brillan a veces en los palacios y, a veces, en las casuchas. La Santa Iglesia conmemora, en estos das, a un santo que labraba la tierra, y, por esta razn, se celebra en gran veneracin por la comunidad agrcola. Permtanos, para nuestra edificacin e instruccin, meditar un rato en su imagen. En ella est representado San Isidro:
I. Sus manos levantadas hacia el cielo
II. A sus pies una espada
III. A su lado Santos ngeles manejando el arado
I. LAS MANOS LEVANTADAS HACIA EL CIELO
Esto denota:
1. En general, el espritu celestial.
a. La tierra no es nuestro hogar Nuestro hogar est sobre las estrellas, "que Jerusaln, que est arriba, es libre, que es nuestra madre". Galn. iv, 26. Por lo tanto, el deseo de nuestros corazones debe dirigirse al cielo. "Tenga en cuenta las cosas que estn arriba, no las cosas que estn en la tierra". Col. iii, 2. Este deseo por el cielo se insina en la imagen de San Isidro, por sus manos unidas. Ellos estn dirigidos hacia el cielo; y como sus manos, tambin su corazn. Isidoro busc a Dios en todas las cosas, dedicndole todos sus pensamientos y ofrecindole todas sus palabras y hechos.
b. Qu buscamos? Cielo o tierra; cosas eternas o perecederas; el Creador o la criatura? Somos del nmero de aquellos de quienes San Pablo se queja de que "les importan las cosas terrenales"? Philip. iii, 19. Oh! usemos este mundo, como si no lo usramos, porque la figura de este mundo pasa. I Cor. vii, 31.
2. Oracin especialmente devota.
a. La oracin es la nutricin del alma; es el roco del cielo: "como la cera, cuando se expone a los rayos del sol, se vuelve blanca, entonces el alma, que en oracin se acerca al sol de la justicia divina, aumenta en santidad y pureza" - Luis de Granada. San Isidro era un hombre de oracin.
I. Atesoremos la palabra del Seor: "velad y orad" (Mc 13, 33), y la exhortacin del Apstol: "sed instantneos en oracin". Col. iv, 2. Muchos dicen: "No encuentro tiempo para la oracin". San Isidro fue tambin un hombre trabajador; an as encontr tiempo para la oracin. Si tienes buena voluntad, encontrars fcilmente tiempo para la oracin de la maana y de la tarde. Adems, cuando ests en el trabajo, recuerda la presencia divina y renueva con frecuencia tus buenas intenciones. "Haced todo para la gloria de Dios". I Cor. x, 31.
II. EL SIGNIFICADO DE LA ESPADA A SUS PIES
Significa:
1. La forma difcil de ganarse la vida.
a. "Maldita ser la tierra en tu obra, con trabajo y fatiga comers de ella todos los das de tu vida. Espinas y cardos te darn a luz. Con el sudor de tu rostro comers el pan hasta que vuelvas a la tierra." Gnesis 3, 17. San Isidro trabaj arduamente, no para s mismo, sino al servicio del prjimo.
b. No te has quejado a menudo de tu arduo trabajo? Recuerda, Dios mismo coloc la espada en tus manos; y no podemos sino soportar la carga del da y el calor, hasta que se acerca el gran da de descanso. Dios no gui a sus santos de una manera diferente al cielo. Por lo tanto, trabajemos alegremente para la gloria de Dios.
2. Piadosa industria.
a. Nuestro trabajo diario, cuando se hace con resignacin a la santa voluntad de Dios y con amor santo, es meritorio para el cielo. "El trabajo est bien pagado, ganamos por ello la gloria de la eternidad" - San Jernimo. San Isidro gan el cielo por su industria. Trabaj con una buena intencin, por el amor de Dios; y con gran diligencia, ante la presencia de Dios.
b. Al examinar nuestra conciencia, encontramos que muchas de nuestras obras no darn fruto para el cielo, porque solo el egosmo nos impuls a realizarlas; no fueron santificados al tener nuestros ojos espirituales vueltos hacia el cielo. Deja que sea de otra manera para el futuro. "Todo lo que hagas, hazlo de corazn, como del Seor, y no a los hombres, sabiendo que recibirs del Seor la recompensa de la herencia".
III. LOS SANTOS NGELES COMPROMETIDOS EN OBRAR
Nos recuerdan:
1. De la bendicin del cielo.
a. El maestro de Isidro vio frecuentemente a santos ngeles arando a su lado. Donde trabajan las manos anglicas, la bendicin divina seguramente vendr. La prosperidad aument manifiestamente bajo la administracin del Santo, para poder decirlr a su maestro en las palabras de Jacob, una vez que le habl a Labn: "T sabes cmo te he servido, y cun grande ha sido tu posesin en mis manos. Tuviste pero poco antes de llegar a ti, y ahora te has hecho rico; y Jehov te ha bendecido con mi venida". Gen. xxx, 29.
b. Dios est ansioso por bendecirte tambin, si no colocas ningn obstculo en su camino. Dios no enva a sus ngeles a las casas de los pendencieros, codiciosos, impos, etc. Leemos: "El inocente en manos, y limpio de corazn, recibir la bendicin del Seor". Salmo xxiii, 4. "El Seor no se queda en la casa de los impos, pero si en las habitaciones de los justos que sern bendecidas". Prov. iii, 33. Expulsa, pues, el pecado y el vicio de tu casa, y guarda los mandamientos divinos y los preceptos de la Iglesia.
2. De la interrelacin del santo ngel con los hombres.
a. Esta verdad est contenida en la fe cristiana. "Ha entregado a sus ngeles sobre ti, para que te guarden en todos tus caminos. En sus manos te sostendrn, an si tropiezas con tu pie en una piedra". Salmo. xc, 11. La Sagrada Escritura registra muchas instancias de esta relacin amorosa de los santos ngeles con los hombres.
b. Qu gran consuelo! Los ngeles nos rodean, los ngeles nos protegen, los ngeles nos ayudan en nuestro trabajo diario. "Son fieles, sabios, poderosos. Por qu deberamos temblar? Por lo tanto, sigmoslos y sujtese a ellos". San Bernardo. De manera especial, veneremos a nuestro ngel de la Guarda y, por su intercesin, obtendremos la abundancia de la bendicin celestial.
San Isidro, el agricultor
de las Obras de los Predicadores Eminentes, 1878
Meditacin sobre la pintura de San Isidro
En cada estado honesto de la vida, los hombres pueden llegar a ser Santos. En tu almanaque encuentras reyes santos, sbditos, ciudadanos, soldados, pastores y trabajadores, personas casadas y vrgenes. Nuestra propia experiencia nos ensea que las brillantes virtudes brillan a veces en los palacios y, a veces, en las casuchas. La Santa Iglesia conmemora, en estos das, a un santo que labraba la tierra, y, por esta razn, se celebra en gran veneracin por la comunidad agrcola. Permtanos, para nuestra edificacin e instruccin, meditar un rato en su imagen. En ella est representado San Isidro:
I. Sus manos levantadas hacia el cielo
II. A sus pies una espada
III. A su lado Santos ngeles manejando el arado
I. LAS MANOS LEVANTADAS HACIA EL CIELO
Esto denota:
1. En general, el espritu celestial.
a. La tierra no es nuestro hogar Nuestro hogar est sobre las estrellas, "que Jerusaln, que est arriba, es libre, que es nuestra madre". Galn. iv, 26. Por lo tanto, el deseo de nuestros corazones debe dirigirse al cielo. "Tenga en cuenta las cosas que estn arriba, no las cosas que estn en la tierra". Col. iii, 2. Este deseo por el cielo se insina en la imagen de San Isidro, por sus manos unidas. Ellos estn dirigidos hacia el cielo; y como sus manos, tambin su corazn. Isidoro busc a Dios en todas las cosas, dedicndole todos sus pensamientos y ofrecindole todas sus palabras y hechos.
b. Qu buscamos? Cielo o tierra; cosas eternas o perecederas; el Creador o la criatura? Somos del nmero de aquellos de quienes San Pablo se queja de que "les importan las cosas terrenales"? Philip. iii, 19. Oh! usemos este mundo, como si no lo usramos, porque la figura de este mundo pasa. I Cor. vii, 31.
2. Oracin especialmente devota.
a. La oracin es la nutricin del alma; es el roco del cielo: "como la cera, cuando se expone a los rayos del sol, se vuelve blanca, entonces el alma, que en oracin se acerca al sol de la justicia divina, aumenta en santidad y pureza" - Luis de Granada. San Isidro era un hombre de oracin.
I. Atesoremos la palabra del Seor: "velad y orad" (Mc 13, 33), y la exhortacin del Apstol: "sed instantneos en oracin". Col. iv, 2. Muchos dicen: "No encuentro tiempo para la oracin". San Isidro fue tambin un hombre trabajador; an as encontr tiempo para la oracin. Si tienes buena voluntad, encontrars fcilmente tiempo para la oracin de la maana y de la tarde. Adems, cuando ests en el trabajo, recuerda la presencia divina y renueva con frecuencia tus buenas intenciones. "Haced todo para la gloria de Dios". I Cor. x, 31.
II. EL SIGNIFICADO DE LA ESPADA A SUS PIES
Significa:
1. La forma difcil de ganarse la vida.
a. "Maldita ser la tierra en tu obra, con trabajo y fatiga comers de ella todos los das de tu vida. Espinas y cardos te darn a luz. Con el sudor de tu rostro comers el pan hasta que vuelvas a la tierra." Gnesis 3, 17. San Isidro trabaj arduamente, no para s mismo, sino al servicio del prjimo.
b. No te has quejado a menudo de tu arduo trabajo? Recuerda, Dios mismo coloc la espada en tus manos; y no podemos sino soportar la carga del da y el calor, hasta que se acerca el gran da de descanso. Dios no gui a sus santos de una manera diferente al cielo. Por lo tanto, trabajemos alegremente para la gloria de Dios.
2. Piadosa industria.
a. Nuestro trabajo diario, cuando se hace con resignacin a la santa voluntad de Dios y con amor santo, es meritorio para el cielo. "El trabajo est bien pagado, ganamos por ello la gloria de la eternidad" - San Jernimo. San Isidro gan el cielo por su industria. Trabaj con una buena intencin, por el amor de Dios; y con gran diligencia, ante la presencia de Dios.
b. Al examinar nuestra conciencia, encontramos que muchas de nuestras obras no darn fruto para el cielo, porque solo el egosmo nos impuls a realizarlas; no fueron santificados al tener nuestros ojos espirituales vueltos hacia el cielo. Deja que sea de otra manera para el futuro. "Todo lo que hagas, hazlo de corazn, como del Seor, y no a los hombres, sabiendo que recibirs del Seor la recompensa de la herencia".
III. LOS SANTOS NGELES COMPROMETIDOS EN OBRAR
Nos recuerdan:
1. De la bendicin del cielo.
a. El maestro de Isidro vio frecuentemente a santos ngeles arando a su lado. Donde trabajan las manos anglicas, la bendicin divina seguramente vendr. La prosperidad aument manifiestamente bajo la administracin del Santo, para poder decirlr a su maestro en las palabras de Jacob, una vez que le habl a Labn: "T sabes cmo te he servido, y cun grande ha sido tu posesin en mis manos. Tuviste pero poco antes de llegar a ti, y ahora te has hecho rico; y Jehov te ha bendecido con mi venida". Gen. xxx, 29.
b. Dios est ansioso por bendecirte tambin, si no colocas ningn obstculo en su camino. Dios no enva a sus ngeles a las casas de los pendencieros, codiciosos, impos, etc. Leemos: "El inocente en manos, y limpio de corazn, recibir la bendicin del Seor". Salmo xxiii, 4. "El Seor no se queda en la casa de los impos, pero si en las habitaciones de los justos que sern bendecidas". Prov. iii, 33. Expulsa, pues, el pecado y el vicio de tu casa, y guarda los mandamientos divinos y los preceptos de la Iglesia.
2. De la interrelacin del santo ngel con los hombres.
a. Esta verdad est contenida en la fe cristiana. "Ha entregado a sus ngeles sobre ti, para que te guarden en todos tus caminos. En sus manos te sostendrn, an si tropiezas con tu pie en una piedra". Salmo. xc, 11. La Sagrada Escritura registra muchas instancias de esta relacin amorosa de los santos ngeles con los hombres.
b. Qu gran consuelo! Los ngeles nos rodean, los ngeles nos protegen, los ngeles nos ayudan en nuestro trabajo diario. "Son fieles, sabios, poderosos. Por qu deberamos temblar? Por lo tanto, sigmoslos y sujtese a ellos". San Bernardo. De manera especial, veneremos a nuestro ngel de la Guarda y, por su intercesin, obtendremos la abundancia de la bendicin celestial.
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22 de Marzo (Tradicional) / 15 de Mayo / 25 de Octubre - San Isidro, el agricultor (1070-1172), Confesor: la dignidad del trabajo y de una vida ordinaria
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