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La Voz de la trtola ha sido escuchada en nuestra tierra
La Voz de la trtola ha sido escuchada en nuestra tierra
La Voz de la trtola ha sido escuchada en nuestra tierra
La Voz de la trtola ha sido escuchada en nuestra tierra
 
 
 

 
 

El milagro de las rosas y la imagen de Nuestra Seora de Guadalupe en la Tilma de San Juan Diego; Baslica de Nuestra Seora de Guadalupe, Mxico;
commons.wikimedia.org

 
 
La Voz de la trtola ha sido escuchada en nuestra tierra
De un informe de Don Antonio Valeriano, un autor nativo americano del siglo XVI
(Nicon Mopohua, 12th ed., 3-9, 21)


Al amanecer, un sbado por la maana, en 1531, los primeros das del mes de diciembre, un indio llamado Juan Diego iba desde la aldea donde viva hasta Tlatelolco para participar en el culto divino y escuchar los mandamientos de Dios. Cuando lleg cerca del cerro llamado Tepeyac, ya haba amanecido y Juan Diego oy que alguien lo llamaba desde lo alto de la colina: "Juanito, Juan Dieguito."

Subi la colina y vio a una dama de grandeza sobrenatural cuya ropa era tan radiante como el sol. Ella le dijo con palabras amables y corteses: "Juanito, el ms humilde de mis hijos, sabe y comprende que soy la siempre virgen Mara, Madre del verdadero Dios por quien todas las cosas viven. Es mi ardiente deseo que aqu se erija una iglesia para que en ella pueda mostrar y otorgar mi amor, compasin, ayuda y proteccin a todos los que habitan en esta tierra y a aquellos que me aman, para que puedan llamar y confiar en mi. Ve al Obispo de Mxico para darle a conocer lo que realmente deseo. Ve y pon todos tus esfuerzos en esto."

Cuando Juan Diego lleg en presencia del Obispo, fray Juan de Zumrraga, un franciscano, este ltimo no pareci creerle a Juan Diego y respondi: "Ven en otro momento, y voy a escuchar a gusto."

Juan Diego regres a la cima de la colina donde la Dama Celestial estaba esperando, y l le dijo: "Mi Dama, mi doncella, present su mensaje al Obispo, pero pareca que no crea que fuera verdad. Por esta razn Te ruego que confes tu mensaje a alguien ms ilustre que pueda transmitirlo para que puedan creerlo, ya que no soy ms que un hombre insignificante."

Ella le contest: "Humilde de mis hijos, te pido que maana vuelvas a ver al Obispo y le digas que yo, la siempre virgen santa Mara, Madre de Dios, soy la que personalmente te envi".

Pero al da siguiente, domingo, el obispo nuevamente no le crey a Juan Diego y le dijo que era necesario algn letrero para poder creer que fue la misma Dama Celestial quien lo envi. Y luego despidi a Juan Diego.

El lunes, Juan Diego no regres. Su to, Juan Bernardino, se puso muy enfermo, y por la noche le pidi a Juan que fuera a Tlatelolco al amanecer para llamar a un sacerdote y escuchar su confesin.

Juan Diego parti el martes, pero rode la colina y pas por el otro lado, hacia el este, para llegar rpidamente a la ciudad de Mxico y evitar ser detenido por la Dama Celestial. Pero ella sali a su encuentro en ese lado de la colina y le dijo: "Escucha y comprende, mi hijo ms humilde. No hay nada que te asuste y te angustie. No dejes que tu corazn se preocupe, y no dejes que nada te moleste. No soy yo, tu madre, quien est aqu? No ests bajo mi proteccin? No ests, afortunadamente, a mi cuidado? No permitas que la enfermedad de tu to te angustie. Es cierto que ya se ha curado. Vete a la colina, hijo mo, donde encontrars flores de diversos tipos. Crtalas y trelas a mi presencia."

Cuando Juan Diego lleg al pico, se asombr de que tantas rosas castellanas hubieran estallado en un momento en que la escarcha era severa. l llev las rosas en los pliegues de su tilma (manto) a la Dama celestial. Ella le dijo: "Hijo mo, esta es la prueba y el letrero que le presentars al obispo para que vea mi voluntad. Eres mi embajador, muy digno de confianza".

Juan Diego se puso en camino, ahora contento y seguro de tener xito. Al llegar a la presencia del obispo, l le dijo: "Mi seor, hice lo que me pidi. La Dama celestial cumpli con su pedido y lo cumpli. Me envi a la cima de la colina para cortar algunas rosas castellanas y me dijo que las trajera a en persona. Y esto estoy haciendo, para que pueda ver en ellas la seal que busca para llevar a cabo su voluntad. Aqu estn, recbelas."

Inmediatamente abri su manto blanco, y cuando todas las diferentes rosas de Castilla se esparcieron por el suelo, se dibuj en la capa y de repente apareci la imagen preciosa de la siempre virgen Mara, Madre de Dios, de la misma manera que es hoy y se guarda en su santuario de Tepeyac.

Toda la ciudad se conmovi y vino a ver y admirar su imagen venerable y ofrecerle oraciones; y siguiendo el mandato que la misma Dama Celestial le dio a Juan Bernardino cuando lo restaur a la salud, la llamaron por el nombre que ella misma haba usado: "la Siempre Virgen Santa Mara de Guadalupe".





 
La Voz de la trtola ha sido escuchada en nuestra tierra
De un informe de Don Antonio Valeriano, un autor nativo americano del siglo XVI
(Nicon Mopohua, 12th ed., 3-9, 21)


Al amanecer, un sbado por la maana, en 1531, los primeros das del mes de diciembre, un indio llamado Juan Diego iba desde la aldea donde viva hasta Tlatelolco para participar en el culto divino y escuchar los mandamientos de Dios. Cuando lleg cerca del cerro llamado Tepeyac, ya haba amanecido y Juan Diego oy que alguien lo llamaba desde lo alto de la colina: "Juanito, Juan Dieguito."

Subi la colina y vio a una dama de grandeza sobrenatural cuya ropa era tan radiante como el sol. Ella le dijo con palabras amables y corteses: "Juanito, el ms humilde de mis hijos, sabe y comprende que soy la siempre virgen Mara, Madre del verdadero Dios por quien todas las cosas viven. Es mi ardiente deseo que aqu se erija una iglesia para que en ella pueda mostrar y otorgar mi amor, compasin, ayuda y proteccin a todos los que habitan en esta tierra y a aquellos que me aman, para que puedan llamar y confiar en mi. Ve al Obispo de Mxico para darle a conocer lo que realmente deseo. Ve y pon todos tus esfuerzos en esto."

Cuando Juan Diego lleg en presencia del Obispo, fray Juan de Zumrraga, un franciscano, este ltimo no pareci creerle a Juan Diego y respondi: "Ven en otro momento, y voy a escuchar a gusto."

Juan Diego regres a la cima de la colina donde la Dama Celestial estaba esperando, y l le dijo: "Mi Dama, mi doncella, present su mensaje al Obispo, pero pareca que no crea que fuera verdad. Por esta razn Te ruego que confes tu mensaje a alguien ms ilustre que pueda transmitirlo para que puedan creerlo, ya que no soy ms que un hombre insignificante."

Ella le contest: "Humilde de mis hijos, te pido que maana vuelvas a ver al Obispo y le digas que yo, la siempre virgen santa Mara, Madre de Dios, soy la que personalmente te envi".

Pero al da siguiente, domingo, el obispo nuevamente no le crey a Juan Diego y le dijo que era necesario algn letrero para poder creer que fue la misma Dama Celestial quien lo envi. Y luego despidi a Juan Diego.

El lunes, Juan Diego no regres. Su to, Juan Bernardino, se puso muy enfermo, y por la noche le pidi a Juan que fuera a Tlatelolco al amanecer para llamar a un sacerdote y escuchar su confesin.

Juan Diego parti el martes, pero rode la colina y pas por el otro lado, hacia el este, para llegar rpidamente a la ciudad de Mxico y evitar ser detenido por la Dama Celestial. Pero ella sali a su encuentro en ese lado de la colina y le dijo: "Escucha y comprende, mi hijo ms humilde. No hay nada que te asuste y te angustie. No dejes que tu corazn se preocupe, y no dejes que nada te moleste. No soy yo, tu madre, quien est aqu? No ests bajo mi proteccin? No ests, afortunadamente, a mi cuidado? No permitas que la enfermedad de tu to te angustie. Es cierto que ya se ha curado. Vete a la colina, hijo mo, donde encontrars flores de diversos tipos. Crtalas y trelas a mi presencia."

Cuando Juan Diego lleg al pico, se asombr de que tantas rosas castellanas hubieran estallado en un momento en que la escarcha era severa. l llev las rosas en los pliegues de su tilma (manto) a la Dama celestial. Ella le dijo: "Hijo mo, esta es la prueba y el letrero que le presentars al obispo para que vea mi voluntad. Eres mi embajador, muy digno de confianza".

Juan Diego se puso en camino, ahora contento y seguro de tener xito. Al llegar a la presencia del obispo, l le dijo: "Mi seor, hice lo que me pidi. La Dama celestial cumpli con su pedido y lo cumpli. Me envi a la cima de la colina para cortar algunas rosas castellanas y me dijo que las trajera a en persona. Y esto estoy haciendo, para que pueda ver en ellas la seal que busca para llevar a cabo su voluntad. Aqu estn, recbelas."

Inmediatamente abri su manto blanco, y cuando todas las diferentes rosas de Castilla se esparcieron por el suelo, se dibuj en la capa y de repente apareci la imagen preciosa de la siempre virgen Mara, Madre de Dios, de la misma manera que es hoy y se guarda en su santuario de Tepeyac.

Toda la ciudad se conmovi y vino a ver y admirar su imagen venerable y ofrecerle oraciones; y siguiendo el mandato que la misma Dama Celestial le dio a Juan Bernardino cuando lo restaur a la salud, la llamaron por el nombre que ella misma haba usado: "la Siempre Virgen Santa Mara de Guadalupe".





 
 
 

 
 

La Tilma, Baslica Nuestra Seora de Guadalupe, Ciudad de Mxico, Mxico;
pilgrimages.com

 
 
"No dejes que tu corazn se preocupe.
No temas esa enfermedad, ni tampoco ninguna otra enfermedad o angustia.
No soy yo, tu madre, quien est aqu?
No ests bajo mi proteccin?
No ests, afortunadamente, a mi cuidado?
Que ms deseas?
No duelas ni seas perturbado por nada."

Palabras de la Siempre Virgen Mara de Guadalupe a San Juan Diego


 
 
 
 
12 de Diciembre - La Siempre Virgen Santa Mara de Guadalupe - La Voz de la trtola ha sido escuchada en nuestra tierra - Extracto de Nicon Mopohua


 
 

Este sitio es dedicado a Nuestro Seor Jesucristo
en la Santsima Virgen Mara
para la Gloria de Dios

  La Bendicin Apostlica de la Santa Sede en Roma se imparta (28 de Octubre, 2013)
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OUR FATHER

Our Father, Who Art In Heaven
Hallowed Be Thy Name.
Thy Kingdom come,
Thy Will be done
On earth as it is in Heaven.
Give us this day our daily bread
And forgive us our trespasses
As we forgive those who trespass against us.
Liberate us from all temptation[*]
And deliver us from all evil. Amen



[*] Liberate us is in keeping with the original Latin text.
       God usually does not "lead us" to temptation
       (unless we are tested),
       but gives us the grace to overcome and/or resist it
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HAIL MARY

Hail Mary, full of grace
The Lord is with thee.
Blessed art though among women,
And blessed is the fruit
Of thy womb, Jesus.
 
Holy Mary, Mary of God
Pray for us sinners
Now, and in the hour
Of our death. Amen


 
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APOSTLE'S CREED
I believe in God, the Father Almighty
Creator of Heaven and earth;
And in Jesus Christ, His Only Son, our Lord;
Who was conceived by the
[work and grace of the] Holy Ghost,[*]
Born of the Virgin Mary,
Suffered under Pontius Pilate,
Was crucified, died and was buried.
He descended into the Dead.[**]
On the third day, He rose again;
He ascended into Heaven,
And sits at the right hand of God,
the Father Almighty.
From thence he shall come to judge
the living and the dead.
 
I believe in the Holy Ghost,[*]
The Holy Catholic Church,
The communion of saints,
The forgiveness of sins.
The resurrection of the body,
And life everlasting. Amen

[*] Holy Ghost: may be substituted with the current Holy Spirit.
[**] the Dead: "inferi", the underworld or the dead in Latin.
X
GLORIA

Glory be to the Father, and to the Son,
and to the Holy Ghost[*],
as it was in the beginning, is now,
and ever shall be, world without end.
Amen

[*] Holy Ghost: may be substituted with the current Holy Spirit.
X
DE PROFUNDIS

Out of the depths I have cried to Thee, O Lord:
Lord, hear my voice.
Let Thine ears be attentive
to the voice of my supplication.

If thou, O Lord, wilt mark iniquities:
Lord, who shall abide it.
For with Thee there is merciful forgiveness:
and because of Thy law,
I have waited for Thee, O Lord.

My soul hath waited on His word:
my soul hath hoped in the Lord.
From the morning-watch even until night,
let Israel hope in the Lord.

For with the Lord there is mercy:
and with Him plenteous redemption.
And He shall redeem Israel
from all her iniquities.

Glory be to the Father, and to the Son,
and to the Holy Ghost[*],
as it was in the beginning, is now,
and ever shall be, world without end.
Amen

[*] Holy Ghost: may be substituted with the current Holy Spirit.
X
DE PROFUNDIS

Out of the depths I have cried to Thee, O Lord:
Lord, hear my voice.
Let Thine ears be attentive to the voice
of my supplication.

If thou, O Lord, wilt mark iniquities:
Lord, who shall abide it.
For with Thee there is merciful forgiveness:
and because of Thy law,
I have waited for Thee, O Lord.

My soul hath waited on His word:
my soul hath hoped in the Lord.
From the morning-watch even until night,
let Israel hope in the Lord.

For with the Lord there is mercy:
and with Him plenteous redemption.
And He shall redeem Israel
from all his iniquities.

V. Eternal rest give unto them, O Lord.
R. And let perpetual light shine upon them.
V. From the gate of hell.
R. Deliver their souls, O Lord.
V. May they rest in peace.
R. Amen.
V. O Lord, hear my prayer.
R. And let my cry come unto Thee.
V. The Lord be with you.
R. And with Thy Spirit.

(50 days indulgence to all who pray the De Profundis with V. and R.
"Requiem aeternam" (Eternal Rest) three times a day.
Pope Leo XIII, February 3, 1888)


Let us pray:
O God, the Creator and Redeemer of all
the faithful, we beseech Thee to grant
to the souls of Thy servants the remission
of their sins, so that by our prayers
they may obtain pardon for which they long.
O Lord, who lives and reigns,
world without end. Amen

May they rest in peace. Amen

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PADRE NUESTRO

Padre Nuestro,
que estas en los Cielos
Santificado sea Tu Nombre;
Venga a nosotros tu Reino;
Hgase Tu Voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada da;
Perdona nuestras ofensas,
Como tambin nosotros
perdonamos a los que nos ofenden,
No nos dejes caer en la tentacin,
y lbranos del mal. Amén
 
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AVE MARA

Dios te salve, Mara,
llena eres de gracia;
El Seor es Contigo;
Bendita T eres
entre todas las mujeres,
Y bendito es el fruto
De tu vientre, Jess.
 
Santa Mara,
Madre de Dios,
Ruega por nosotros
pecadores,
Ahora y en la hora
De nuestra muerte.
Amn
 
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CREDO
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo,
Su nico Hijo, Nuestro Seor,
Que fue concebido por obra
y gracia del Espritu Santo,
Naci de la Santa Mara Virgen;
Padeci bajo el poder de Poncio Pilato,
Fue crucificado, muerto y sepultado,
Descendi a los infiernos,
Al tercer da resucit de entre los muertos,
Subi a los cielos
Y est sentado a la derecha de Dios,
Padre Todopoderoso.
Desde all ha de venir a juzgar
a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espritu Santo,
La Santa Iglesia Catlica,
La comunin de los santos,
El perdn de los pecados,
La resurreccin de la carne
Y la vida eterna. Amn
 
 
CERRAR
DE PROFUNDIS

Desde lo hondo a Ti grito, Seor; Seor,
escucha mi voz;
Estn Tus oidos atentos
a la voz de mi splica.

Si llevas cuenta de los delitos, Seor,
quin podr resistir?
Pero de ti procede el perdn,
y as infundes respeto.
Mi alma espera en el Seor.

Espera en su palabra;
mi alma aguarda al Seor,
ms que el centinela la aurora.
Aguarda Israel al Seor.

Como el centinela la aurora;
porque del Seor viene la misericordia.
la redencin copiosa;
y l redimir a Israel de todos sus delitos.

Gloria al Padre, al Hijo y al
Espritu Santo,
como es desde el principio,
es ahora y ser por los siglos de los siglos.
Amn

X
GLORIA

Gloria al Padre, al Hijo y al
Espritu Santo,
como es desde el principio,
es ahora y ser por los siglos de los siglos.
Amn

CERRAR
DE PROFUNDIS y QUE DESCANSEN EN PAZ

Desde lo hondo a Ti grito, Seor;
Seor, escucha mi voz;
Estn Tus oidos atentos a
la voz de mi splica.

Si llevas cuenta de los delitos, Seor,
quin podr resistir?

Pero de ti procede el perdn,
y as infundes respeto.
Mi alma espera en el Seor.

Espera en su palabra;
mi alma aguarda al Seor,
ms que el centinela la aurora.
Aguarda Israel al Seor.

Como el centinela la aurora;
porque del Seor viene la misericordia,
la redencin copiosa;
y l redimir a Israel de todos sus delitos.

V. Dadles, Seor, a todas las almas
el descanso eterno.
R. Y haced lucir sobre ellas
vuestra eterna luz.
V. Que en paz descansen.
R. Amn.