La famosa 'Jactancia y Desafo' del Jesuita Edmundo Campion antes de ser ejecutado
San Edmundo Campion, SJ (Sociedad de Jess)
Londres, 1581
"Al Derecho Honorable, los Seores del Consejo Privado de Su Majestad:
Londres, 1581
"Al Derecho Honorable, los Seores del Consejo Privado de Su Majestad:
Siendo que he salido de Alemania y Bohemia, siendo enviado por mis superiores, y me aventur en este noble reino, mi querido pas, por la gloria de Dios y el beneficio de las almas, pens que era suficiente que, en este ocupado, vigilante, y mundo sospechoso, tarde o temprano debera ser interceptado y detenido de mi curso.
Por lo tanto, teniendo en cuenta todos los eventos, e inseguro de lo que pueda ser de m, cuando Dios entregue mi cuerpo a la perdicin, supuse que era necesario poner esto por escrito con prontitud, deseando que sus buenos seores le dieran su lectura, para conocer mi causa Al hacerlo. Confo en que les facilitar un poco de trabajo. Por lo que de otra manera debieron buscar con la prctica del ingenio, ahora estoy en sus manos por simple confesin. Y con la intencin de que todo el asunto pueda concebirse en orden, y para que tanto mejor se entienda como se recuerde, hago de estos nueve puntos o artculos; directa, verdadera y resueltamente abriendo toda mi empresa y propsito.
i. Yo Confieso que soy (aunque indigno) un sacerdote de la Iglesia Catlica, y por la gran misericordia de Dios jur estos ocho aos en la religin de la Compaa de Jess. Por este medio he tomado una clase especial de guerra bajo la bandera de la obediencia, y tambin he renunciado a todos mis intereses o posibilidades de riqueza, honor, placer y otra felicidad mundana.
ii. A la voz de nuestro General, que es para m una orden del Cielo y el orculo de Cristo, hice mi viaje de Praga a Roma (donde nuestro Padre General siempre est residente) y de Roma a Inglaterra, como podra haberlo hecho y lo hubiera hecho. alegremente en cualquier parte de la cristiandad o el paganismo, de haberme asignado.
iii. Mi cargo es, de forma gratuita, predicar el Evangelio, ministrar los sacramentos, instruir a los simples, reformar a los pecadores, refutar errores; en resumen, lanzar una alarma espiritual contra el vicio sucio y la orgullosa ignorancia, con la que muchos de mis queridos compatriotas son abusados.
iv. Nunca tuve la intencin, y estoy estrictamente prohibido por nuestro Padre que me envi, de tratar en cualquier aspecto la cuestin de estado o poltica de este mbito, como cosas que no pertenecen a mi vocacin, y de las cuales contentamene restricto y secuestro mis pensamientos.
v. Si pido, para la gloria de Dios, con toda humildad y bajo su correccin, tres clases de audiencias indiferentes y silenciosas: la primera, antes de sus honores, en la que hablar de religin, en tanto que toque el bien comn y de sus noblezas: la segunda, de la que hago ms cuentas, ante los Doctores y Maestros y hombres elegidos de ambas universidades, donde me comprometo a confesar la fe de nuestra Iglesia Catlica mediante pruebas innumerables - Escrituras, concilios, Padres, historia natural y razones morales: la tercera, ante los abogados, espirituales y terrenales, en la que justificar dicha fe por la sabidura comn de las leyes correientes, an vigentes y prcticas.
vi. Me resistira a hablar cualquier cosa que pueda sonar como un insolente jaleo o desafo, especialmente siendo ahora un hombre muerto para este mundo y dispuesto a poner mi cabeza debajo del pie de cada hombre, y besar el suelo sobre el que pisaban. Sin embargo, tengo tanto coraje al reconocer la majestad de Jess, mi Rey, y tal afn en su amable favor, y tanta seguridad en mi disputa, y mi evidencia tan inexpugnable, y porque s perfectamente que nadie Protestante, ni todos los Protestantes viviendo , ni ninguna secta de nuestros adversarios (como se enfrenten a los hombres en los plpitos, y nos invalidizan en su reino de gramticos y odos ignorantes) puede mantener su doctrina en disputa. Demandar con humildad y de manera instantnea para el combate con todos y cada uno de ellos, y lo ms importante que se pueda encontrar: protestando que en esta prueba, cuanto mejor preparados estn, mejor bienvenida recibirn.
vii. Y porque ha complacido a Dios en enriquecer a la Reina, mi Soberana Seora, con notables dones de naturaleza, aprendizaje y educacin principesca, realmente confo en que si su Alteza le dara su persona real y buena atencin a una conferencia como esta, en la segunda parte de mi quinto artculo que he sealado, o de algunos sermones, que en su audicin debo emitir una luz tn manifiesta y justa mediante un buen mtodo y que se pueden tratar de plano estas controversias que, posiblemente su celo por la verdad y el amor a su pueblo inclinar a su noble Gracia a desfavorecer algunos procedimientos dainos para el reino, y procurar para nosotros oprimidos ms equidad.
viii. Adems, no dudo, pero ustedes, el Consejo de Su Alteza, siendo tan sabios y discreto sen los casos ms importantes, cuando hayan escuchado estas cuestiones de religin abiertas fielmente, que muchas veces nuestros adversarios estn acurrucadas y confundidas, vern sobre qu bases sustanciales nuestra fe catlica se construye, cun dbil es ese lado que por el dominio del tiempo prevalece contra nosotros, y as por fin para sus propias almas, y para muchas miles de almas que dependen de su gobierno, habr un error de falta de preparacin cuando sea traicionado, y escucharn a aquellos que gastaran la mejor sangre en sus cuerpos para su salvacin. Muchas manos inocentes son elevadas al cielo para ustedes todos los das por aquellos estudiantes de Ingls, cuya posteridad nunca morir, que ms all de los mares, acumulando virtud y conocimiento suficiente para el propsito, estn determinados a nunca darles ms, sino para ganarles el Cielo, o morir en sus picas.
Y tocando a nuestra Sociedad, sepa que hemos formado una liga, todos los jesuitas en el mundo, cuya sucesin y multitud deben sobrepasar toda la prctica de Inglaterra, alegremente para llevar la Cruz que se nos impondr, y nunca ms desesperar su recuperacin, mientras tengamos un hombre para disfrutar de su Tribunal, o para ser atormentados por sus tormentos, o consumidos con sus prisiones. El gasto se calcula, la empresa se inicia; es de Dios; no puede ser resistida. Entonces la fe fue plantada: entonces debe ser restaurada.
ix. Si estas ofertas son rechazadas, y mis esfuerzos no pueden tomar lugar, y yo, habiendo corrido miles de millas para hacerles el bien, se vern recompensados con rigor. No tengo ms que decir que recomendarle su caso y el mo a Dios Todopoderoso, el Buscador de Corazones, que nos enva Su gracia y nos ve de acuerdo antes del da del pago, para que al final podamos ser amigos en el Cielo, cuando todas las heridas sern olvidadas.
Translated from the English by Jan Paul von Wendt -
jesuitinstitute.org
San Edmundo Campion, SJ (Sociedad de Jess)
Londres, 1581
"Al Derecho Honorable, los Seores del Consejo Privado de Su Majestad:
Londres, 1581
"Al Derecho Honorable, los Seores del Consejo Privado de Su Majestad:
Siendo que he salido de Alemania y Bohemia, siendo enviado por mis superiores, y me aventur en este noble reino, mi querido pas, por la gloria de Dios y el beneficio de las almas, pens que era suficiente que, en este ocupado, vigilante, y mundo sospechoso, tarde o temprano debera ser interceptado y detenido de mi curso.
Por lo tanto, teniendo en cuenta todos los eventos, e inseguro de lo que pueda ser de m, cuando Dios entregue mi cuerpo a la perdicin, supuse que era necesario poner esto por escrito con prontitud, deseando que sus buenos seores le dieran su lectura, para conocer mi causa Al hacerlo. Confo en que les facilitar un poco de trabajo. Por lo que de otra manera debieron buscar con la prctica del ingenio, ahora estoy en sus manos por simple confesin. Y con la intencin de que todo el asunto pueda concebirse en orden, y para que tanto mejor se entienda como se recuerde, hago de estos nueve puntos o artculos; directa, verdadera y resueltamente abriendo toda mi empresa y propsito.
i. Yo Confieso que soy (aunque indigno) un sacerdote de la Iglesia Catlica, y por la gran misericordia de Dios jur estos ocho aos en la religin de la Compaa de Jess. Por este medio he tomado una clase especial de guerra bajo la bandera de la obediencia, y tambin he renunciado a todos mis intereses o posibilidades de riqueza, honor, placer y otra felicidad mundana.
ii. A la voz de nuestro General, que es para m una orden del Cielo y el orculo de Cristo, hice mi viaje de Praga a Roma (donde nuestro Padre General siempre est residente) y de Roma a Inglaterra, como podra haberlo hecho y lo hubiera hecho. alegremente en cualquier parte de la cristiandad o el paganismo, de haberme asignado.
iii. Mi cargo es, de forma gratuita, predicar el Evangelio, ministrar los sacramentos, instruir a los simples, reformar a los pecadores, refutar errores; en resumen, lanzar una alarma espiritual contra el vicio sucio y la orgullosa ignorancia, con la que muchos de mis queridos compatriotas son abusados.
iv. Nunca tuve la intencin, y estoy estrictamente prohibido por nuestro Padre que me envi, de tratar en cualquier aspecto la cuestin de estado o poltica de este mbito, como cosas que no pertenecen a mi vocacin, y de las cuales contentamene restricto y secuestro mis pensamientos.
v. Si pido, para la gloria de Dios, con toda humildad y bajo su correccin, tres clases de audiencias indiferentes y silenciosas: la primera, antes de sus honores, en la que hablar de religin, en tanto que toque el bien comn y de sus noblezas: la segunda, de la que hago ms cuentas, ante los Doctores y Maestros y hombres elegidos de ambas universidades, donde me comprometo a confesar la fe de nuestra Iglesia Catlica mediante pruebas innumerables - Escrituras, concilios, Padres, historia natural y razones morales: la tercera, ante los abogados, espirituales y terrenales, en la que justificar dicha fe por la sabidura comn de las leyes correientes, an vigentes y prcticas.
vi. Me resistira a hablar cualquier cosa que pueda sonar como un insolente jaleo o desafo, especialmente siendo ahora un hombre muerto para este mundo y dispuesto a poner mi cabeza debajo del pie de cada hombre, y besar el suelo sobre el que pisaban. Sin embargo, tengo tanto coraje al reconocer la majestad de Jess, mi Rey, y tal afn en su amable favor, y tanta seguridad en mi disputa, y mi evidencia tan inexpugnable, y porque s perfectamente que nadie Protestante, ni todos los Protestantes viviendo , ni ninguna secta de nuestros adversarios (como se enfrenten a los hombres en los plpitos, y nos invalidizan en su reino de gramticos y odos ignorantes) puede mantener su doctrina en disputa. Demandar con humildad y de manera instantnea para el combate con todos y cada uno de ellos, y lo ms importante que se pueda encontrar: protestando que en esta prueba, cuanto mejor preparados estn, mejor bienvenida recibirn.
vii. Y porque ha complacido a Dios en enriquecer a la Reina, mi Soberana Seora, con notables dones de naturaleza, aprendizaje y educacin principesca, realmente confo en que si su Alteza le dara su persona real y buena atencin a una conferencia como esta, en la segunda parte de mi quinto artculo que he sealado, o de algunos sermones, que en su audicin debo emitir una luz tn manifiesta y justa mediante un buen mtodo y que se pueden tratar de plano estas controversias que, posiblemente su celo por la verdad y el amor a su pueblo inclinar a su noble Gracia a desfavorecer algunos procedimientos dainos para el reino, y procurar para nosotros oprimidos ms equidad.
viii. Adems, no dudo, pero ustedes, el Consejo de Su Alteza, siendo tan sabios y discreto sen los casos ms importantes, cuando hayan escuchado estas cuestiones de religin abiertas fielmente, que muchas veces nuestros adversarios estn acurrucadas y confundidas, vern sobre qu bases sustanciales nuestra fe catlica se construye, cun dbil es ese lado que por el dominio del tiempo prevalece contra nosotros, y as por fin para sus propias almas, y para muchas miles de almas que dependen de su gobierno, habr un error de falta de preparacin cuando sea traicionado, y escucharn a aquellos que gastaran la mejor sangre en sus cuerpos para su salvacin. Muchas manos inocentes son elevadas al cielo para ustedes todos los das por aquellos estudiantes de Ingls, cuya posteridad nunca morir, que ms all de los mares, acumulando virtud y conocimiento suficiente para el propsito, estn determinados a nunca darles ms, sino para ganarles el Cielo, o morir en sus picas.
Y tocando a nuestra Sociedad, sepa que hemos formado una liga, todos los jesuitas en el mundo, cuya sucesin y multitud deben sobrepasar toda la prctica de Inglaterra, alegremente para llevar la Cruz que se nos impondr, y nunca ms desesperar su recuperacin, mientras tengamos un hombre para disfrutar de su Tribunal, o para ser atormentados por sus tormentos, o consumidos con sus prisiones. El gasto se calcula, la empresa se inicia; es de Dios; no puede ser resistida. Entonces la fe fue plantada: entonces debe ser restaurada.
ix. Si estas ofertas son rechazadas, y mis esfuerzos no pueden tomar lugar, y yo, habiendo corrido miles de millas para hacerles el bien, se vern recompensados con rigor. No tengo ms que decir que recomendarle su caso y el mo a Dios Todopoderoso, el Buscador de Corazones, que nos enva Su gracia y nos ve de acuerdo antes del da del pago, para que al final podamos ser amigos en el Cielo, cuando todas las heridas sern olvidadas.
Translated from the English by Jan Paul von Wendt -
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Diciembre 1 (Tradicional) - La famosa "Jactancia y Desafo" del Jesuita Edmundo Campin antes de ser ejecutado (1540-1581), Sacerdote y Mrtir
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