Santa Catalina de Alejandra: la Ciencia de la Salvacin Eterna y la Verdad del Cristianismo
Santa Catalina de Alejandra, Virgen y Mrtir
de Padre Francisco Xavier Weninger, 1876
Santa Catalina naci en Alejandra, Egipto, de padres paganos. Estaba dotada de una gran belleza personal, y posea una mente tan extraordinaria, que dominaba todas las ciencias que, en ese perodo, florecieron en su ciudad natal. La nica ciencia de la que no tena conocimiento era la de la salvacin eterna; pero esta, tambin, ella finalmente obtuvo de la siguiente manera: le pareci que, en un sueo, la Reina del Cielo estaba parada ante ella con una belleza maravillosa, llevando a su Hijo divino en sus brazos. Pero este ltimo, volviendo su rostro hacia ella con desagrado, dijo que Catalina era fea, porque no haba sido bautizada. Catalina se despert y, mientras pensaba en su sueo, se inspir en el Cielo para decidir convertirse en cristiana.
Cuando recibi las instrucciones suficientes, recibi el santo bautismo, despus de lo cual la Santsima Virgen se le apareci nuevamente con Cristo, quien, mirando tiernamente a Catalina, coloc un anillo en su dedo, como una seal de que la haba elegido para su novia. Al despertarse, encontr un anillo en su dedo y, sin demora, determin consagrar su virginidad al Seor y convertirse en una cristiana ms ferviente.
Maximin, el emperador, haba designado un da determinado para celebrar un sacrificio pblico en honor a los dioses falsos, y se orden a todos los habitantes de la ciudad que participaran en l. Catalina estaba profundamente afligida al ver que la gente debera honrar al diablo y no tener ningn conocimiento del verdadero Dios. Arreglndose de valor, entr sin miedo al templo, donde el emperador asisti personalmente al sacrificio y, dirigindose a l con libertad cristiana, le represent su ceguera al adorar dolos y se esforz por convencerlo de la verdad del cristianismo. El emperador se sorprendi grandemente de que una doncella se atreviera a hablarle as, pero, al mismo tiempo, estaba fascinado por la apariencia y la elocuencia de Catalina. Tan pronto como regres a su palacio, Catalina volvi a aparecer ante l y habl con tanta fuerza de la falsedad de los dioses paganos y de la verdad de la religin cristiana que el emperador no supo qu responder.
Santa Catalina de Alejandra, Virgen y Mrtir
de Padre Francisco Xavier Weninger, 1876
Santa Catalina naci en Alejandra, Egipto, de padres paganos. Estaba dotada de una gran belleza personal, y posea una mente tan extraordinaria, que dominaba todas las ciencias que, en ese perodo, florecieron en su ciudad natal. La nica ciencia de la que no tena conocimiento era la de la salvacin eterna; pero esta, tambin, ella finalmente obtuvo de la siguiente manera: le pareci que, en un sueo, la Reina del Cielo estaba parada ante ella con una belleza maravillosa, llevando a su Hijo divino en sus brazos. Pero este ltimo, volviendo su rostro hacia ella con desagrado, dijo que Catalina era fea, porque no haba sido bautizada. Catalina se despert y, mientras pensaba en su sueo, se inspir en el Cielo para decidir convertirse en cristiana.
Cuando recibi las instrucciones suficientes, recibi el santo bautismo, despus de lo cual la Santsima Virgen se le apareci nuevamente con Cristo, quien, mirando tiernamente a Catalina, coloc un anillo en su dedo, como una seal de que la haba elegido para su novia. Al despertarse, encontr un anillo en su dedo y, sin demora, determin consagrar su virginidad al Seor y convertirse en una cristiana ms ferviente.
Maximin, el emperador, haba designado un da determinado para celebrar un sacrificio pblico en honor a los dioses falsos, y se orden a todos los habitantes de la ciudad que participaran en l. Catalina estaba profundamente afligida al ver que la gente debera honrar al diablo y no tener ningn conocimiento del verdadero Dios. Arreglndose de valor, entr sin miedo al templo, donde el emperador asisti personalmente al sacrificio y, dirigindose a l con libertad cristiana, le represent su ceguera al adorar dolos y se esforz por convencerlo de la verdad del cristianismo. El emperador se sorprendi grandemente de que una doncella se atreviera a hablarle as, pero, al mismo tiempo, estaba fascinado por la apariencia y la elocuencia de Catalina. Tan pronto como regres a su palacio, Catalina volvi a aparecer ante l y habl con tanta fuerza de la falsedad de los dioses paganos y de la verdad de la religin cristiana que el emperador no supo qu responder.
Lo que no pudo hacer pens que otros podran hacer por l; por lo tanto, convoc a algunos de los hombres ms instruidos en su presencia, para que respondieran a los argumentos de Catalina y la persuadieran a renunciar a la fe cristiana. Pero el Todopoderoso, Quien, por una dbil doncella, pudo desbaratar la sabidura de los sabios paganos, inspir a Santa Catalina con tal elocuencia, que logr convencerlos de su error tan completamente, que lo renunciaron pblicamente, y proclamaron la fe cristiana como la nica verdadera. El emperador, enfurecido por un asunto tan inesperado, orden que estos nuevos confesores de Cristo fueran ejecutados inmediatamente. Luego se esforz por ganar a Catalina de su fe con halagos y promesas; y cuando descubri que sus palabras no dejaban huella en la mente de la virgen, comenz a amenazarla y finalmente la envi lejos para que la torturaran. Fue azotada con tanta crueldad y durante tanto tiempo, que todo su cuerpo estaba cubierto de heridas, de las cuales la sangre flua en corrientes. Los espectadores lloraban con pena; pero Catalina, fortalecida por Dios, estaba con los ojos elevados al cielo, sin dar seales de sufrimiento o temor.
Despus de este cruel trato, fue arrastrada a una mazmorra y, por orden del emperador, se qued sin comida, a fin de que lentamente se pudriera. Pero Dios envi un ngel, que san sus heridas y llen su corazn con un comfort indescriptible. El Seor mismo se le apareci; la anim a luchar valientemente y le prometi la corona de la gloria eterna. Algunos escritores agregan que la emperatriz, habiendo odo mucho de la maravillosa sabidura, elocuencia y entereza de Catalina, tuvo una profunda compasin por ella, y secretamente fue a la noche con Porfirio, el capitn de la guardia, para visitarla en su mazmorra. Cuando vio que las heridas de Catalina haban sanado y que la virgen resplandeca con algo ms que belleza humana, se qued sin palabras, sorprendida. Catalina hizo de este milagro una ocasin para hablarle de la omnipotencia del Altsimo y de la falsedad de los dioses paganos. Habl con una elocuencia tan abrumadora que la emperatriz, al igual que Porfirio, prometi abrazar el cristianismo.
Lo que no pudo hacer pens que otros podran hacer por l; por lo tanto, convoc a algunos de los hombres ms instruidos en su presencia, para que respondieran a los argumentos de Catalina y la persuadieran a renunciar a la fe cristiana. Pero el Todopoderoso, Quien, por una dbil doncella, pudo desbaratar la sabidura de los sabios paganos, inspir a Santa Catalina con tal elocuencia, que logr convencerlos de su error tan completamente, que lo renunciaron pblicamente, y proclamaron la fe cristiana como la nica verdadera. El emperador, enfurecido por un asunto tan inesperado, orden que estos nuevos confesores de Cristo fueran ejecutados inmediatamente. Luego se esforz por ganar a Catalina de su fe con halagos y promesas; y cuando descubri que sus palabras no dejaban huella en la mente de la virgen, comenz a amenazarla y finalmente la envi lejos para que la torturaran. Fue azotada con tanta crueldad y durante tanto tiempo, que todo su cuerpo estaba cubierto de heridas, de las cuales la sangre flua en corrientes. Los espectadores lloraban con pena; pero Catalina, fortalecida por Dios, estaba con los ojos elevados al cielo, sin dar seales de sufrimiento o temor.
Despus de este cruel trato, fue arrastrada a una mazmorra y, por orden del emperador, se qued sin comida, a fin de que lentamente se pudriera. Pero Dios envi un ngel, que san sus heridas y llen su corazn con un comfort indescriptible. El Seor mismo se le apareci; la anim a luchar valientemente y le prometi la corona de la gloria eterna. Algunos escritores agregan que la emperatriz, habiendo odo mucho de la maravillosa sabidura, elocuencia y entereza de Catalina, tuvo una profunda compasin por ella, y secretamente fue a la noche con Porfirio, el capitn de la guardia, para visitarla en su mazmorra. Cuando vio que las heridas de Catalina haban sanado y que la virgen resplandeca con algo ms que belleza humana, se qued sin palabras, sorprendida. Catalina hizo de este milagro una ocasin para hablarle de la omnipotencia del Altsimo y de la falsedad de los dioses paganos. Habl con una elocuencia tan abrumadora que la emperatriz, al igual que Porfirio, prometi abrazar el cristianismo.
Unos das ms tarde, cuando el emperador fue informado de que Catalina no solo estaba viva sino que estaba en mejor estado de salud que nunca, la hizo comparecer ante l y nuevamente la atac con promesas y amenazas. Sin embargo, al darse cuenta de que estaba tan firme como antes, dio rdenes de que la ataran a una rueda tachonada con puntas y cuchillos de punta afilada. La herona cristiana no se horroriz ante este orden inhumano, sino que llam con inquebrantable confianza a Dios. Cuando los verdugos la agarraron y la ataron al timn, el Todopoderoso envi un ngel, quien afloj las cadenas y rompi la rueda en pedazos. Muchos de los espectadores, al contemplar este milagro, clamaron en voz alta: "Grande es el Dios de los cristianos! Solo l es el verdadero Dios!"
Maximin permaneci ciego, y estaba pensando en nuevos tormentos, cuando la emperatriz se adelant, le reproch su barbaridad hacia una doncella dbil e inocente, y confes audazmente que ella misma reconoca y no renda culto a otro dios sino al Dios de los cristianos. El tirano, al escuchar estas palabras, perdi todo control sobre s mismo, y orden que la emperatriz y Porfirio fueran decapitados inmediatamente, y Catalina tambien, como enemiga de los dioses, que la llevaran al mercado pblico y la mataran a espada. La intrpida virgen se dirigi alegremente al lugar sealado, exhort a todas las personas que haban venido a presenciar su muerte a abandonar la idolatra, or a Dios por su conversin y luego recibi el golpe que envi su alma al cielo. Los antiguos autores testifican que la leche flua del cuerpo de Santa Catalina en lugar de la sangre, como haba sucedido anteriormente con la muerte de San Pablo. Su cuerpo, agregan, fue llevado milagrosamente por ngeles y enterrado en el Monte Sina, en Arabia.
Unos das ms tarde, cuando el emperador fue informado de que Catalina no solo estaba viva sino que estaba en mejor estado de salud que nunca, la hizo comparecer ante l y nuevamente la atac con promesas y amenazas. Sin embargo, al darse cuenta de que estaba tan firme como antes, dio rdenes de que la ataran a una rueda tachonada con puntas y cuchillos de punta afilada. La herona cristiana no se horroriz ante este orden inhumano, sino que llam con inquebrantable confianza a Dios. Cuando los verdugos la agarraron y la ataron al timn, el Todopoderoso envi un ngel, quien afloj las cadenas y rompi la rueda en pedazos. Muchos de los espectadores, al contemplar este milagro, clamaron en voz alta: "Grande es el Dios de los cristianos! Solo l es el verdadero Dios!"
Maximin permaneci ciego, y estaba pensando en nuevos tormentos, cuando la emperatriz se adelant, le reproch su barbaridad hacia una doncella dbil e inocente, y confes audazmente que ella misma reconoca y no renda culto a otro dios sino al Dios de los cristianos. El tirano, al escuchar estas palabras, perdi todo control sobre s mismo, y orden que la emperatriz y Porfirio fueran decapitados inmediatamente, y Catalina tambien, como enemiga de los dioses, que la llevaran al mercado pblico y la mataran a espada. La intrpida virgen se dirigi alegremente al lugar sealado, exhort a todas las personas que haban venido a presenciar su muerte a abandonar la idolatra, or a Dios por su conversin y luego recibi el golpe que envi su alma al cielo. Los antiguos autores testifican que la leche flua del cuerpo de Santa Catalina en lugar de la sangre, como haba sucedido anteriormente con la muerte de San Pablo. Su cuerpo, agregan, fue llevado milagrosamente por ngeles y enterrado en el Monte Sina, en Arabia.
CONSIDERACIONES PRCTICAS
I. Antes de que Catalina fuera bautizada, vio que el Divino Nio en los brazos de la Santsima Virgen apart su rostro de ella; pero despus de haber sido recibida en la santa Iglesia por el bautismo, la mir con mucha ternura. La razn de esto fue que antes del bautismo, ella estaba en pecado, y despus de eso, ella fue limpiada y dotada de belleza espiritual. El pecado deforma el alma del hombre y lo hace horrible a los ojos de Dios. El bautismo, y despus del bautismo, la verdadera penitencia, lo limpia de todas las impurezas y le da tal belleza que incluso el Todopoderoso lo contempla con amor. Cul es la apariencia de tu alma? Si est manchado con un solo pecado, es ms deformado y horrible a los ojos de Dios que cualquier cosa en la tierra. Se parece a Lucifer, pero es ms horrible de ver que l. Lucifer era el ms hermoso de los ngeles, pero un pecado lo cambi a tal grado, que si lo vieras, moriras de horror.
Cun terrible debe ser la apariencia de tu alma, si est desfigurada no solo por uno, sino por muchos pecados? Por qu entonces no te apresuras a hacer penitencia, que limpiar como un segundo bautismo? Por qu no te esfuerzas por mantener tu alma limpia y hermosa? Si tu cara tuviera una mancha, lo que te converta en un objeto de disgusto para todos, no haras todo lo posible por eliminarla? Por qu no hacer lo mismo con tu alma, que, a causa del pecado, es un horror para el Todopoderoso? Si se le asegurara que, inmediatamente despus de cometer el pecado, perdera toda la belleza de la cara y la forma, y que sera transformado en un monstruo espantoso, cometera el pecado? Ciertamente no. Por qu te vuelves culpable de ello, sabiendo que deforma tu alma, que destruye toda su belleza y la convierte, a los ojos de Dios y de todos los Santos, en un monstruo espantoso? "Los que desean preservar la belleza de su alma, evitan el pecado, porque no hay nada que deforme el alma tanto como el pecado", escribe San Lorenzo Justiniano.
CONSIDERACIONES PRCTICAS
I. Antes de que Catalina fuera bautizada, vio que el Divino Nio en los brazos de la Santsima Virgen apart su rostro de ella; pero despus de haber sido recibida en la santa Iglesia por el bautismo, la mir con mucha ternura. La razn de esto fue que antes del bautismo, ella estaba en pecado, y despus de eso, ella fue limpiada y dotada de belleza espiritual. El pecado deforma el alma del hombre y lo hace horrible a los ojos de Dios. El bautismo, y despus del bautismo, la verdadera penitencia, lo limpia de todas las impurezas y le da tal belleza que incluso el Todopoderoso lo contempla con amor. Cul es la apariencia de tu alma? Si est manchado con un solo pecado, es ms deformado y horrible a los ojos de Dios que cualquier cosa en la tierra. Se parece a Lucifer, pero es ms horrible de ver que l. Lucifer era el ms hermoso de los ngeles, pero un pecado lo cambi a tal grado, que si lo vieras, moriras de horror.
Cun terrible debe ser la apariencia de tu alma, si est desfigurada no solo por uno, sino por muchos pecados? Por qu entonces no te apresuras a hacer penitencia, que limpiar como un segundo bautismo? Por qu no te esfuerzas por mantener tu alma limpia y hermosa? Si tu cara tuviera una mancha, lo que te converta en un objeto de disgusto para todos, no haras todo lo posible por eliminarla? Por qu no hacer lo mismo con tu alma, que, a causa del pecado, es un horror para el Todopoderoso? Si se le asegurara que, inmediatamente despus de cometer el pecado, perdera toda la belleza de la cara y la forma, y que sera transformado en un monstruo espantoso, cometera el pecado? Ciertamente no. Por qu te vuelves culpable de ello, sabiendo que deforma tu alma, que destruye toda su belleza y la convierte, a los ojos de Dios y de todos los Santos, en un monstruo espantoso? "Los que desean preservar la belleza de su alma, evitan el pecado, porque no hay nada que deforme el alma tanto como el pecado", escribe San Lorenzo Justiniano.
II. Catalina se tom grandes molestias para adquirir conocimiento mundano, pero finalmente se familiariz tambin con la ciencia ms necesaria, la de la salvacin. Todas las dems ciencias habran sido intiles para ella sin esta. Hay muchas personas en nuestros das que estudian muchas ciencias y artes diferentes; no ahorran ni gastos ni trabajo ni tiempo para dominarlas, y el mundo los honra por sus adquisiciones. Pero la ciencia de la salvacin, la ms necesaria de todas, no se alcanza ni se estima. Encontramos personas en las estaciones superiores de la vida, que no conocen ni siquiera los primeros principios de la verdadera fe. Otros conocimientos han adquirido, pero saben menos de la ciencia de la salvacin que muchas de las clases bajas, menos que los nios de diez o doce aos. De qu les sirve toda su ciencia? De qu sirve todo lo que han aprendido, cuando no estudian la ciencia de la salvacin y no ajustan sus vidas a sus preceptos? Si pregunta en qu consiste la ciencia, Santo Toms le responder de la siguiente manera: "Al conocer, primero, lo que debe creer, en segundo lugar, lo que debe esperar y temer, en tercer lugar, qu y a quin debe amar; en cuarto lugar, lo que debe hacer, y en quinto lugar, lo que debe evitar para ganar la vida eterna".
Decir esto en pocas palabras, consiste en saber lo que debemos creer, hacer y evitar para ganar el Cielo. Y dnde podemos aprender esta ciencia? Ciertamente no en libros mundanos o inmorales, ni en el teatro, ni en la sociedad de personas frvolas; pero en sermones e instrucciones, en libros devotos y meditaciones piadosas. Has intentado hasta ahora alcanzar esta ciencia? Has empleado para este fin todos los medios necesarios? Te comportas de acuerdo con los preceptos de esta ciencia? Tres preguntas importantes que bien merecen ser consideradas seriamente. Porque si no te esfuerzas por aprender la ciencia de la salvacin, si no empleas los medios necesarios para aprenderla, nunca la aprenders y, por lo tanto, sers infeliz para siempre, ya que tu ignorancia ser deliberada y, por lo tanto, sers culpable. Y si, aunque hayas adquirido esta gran ciencia, no vives de acuerdo con sus enseanzas, entonces tu conocimiento de ella te ayudar tan poco como a los demonios y a los condenados, que tambin saban lo que era necesario para obtener la salvacin, pero vivieron no de acuerdo con su conocimiento.
II. Catalina se tom grandes molestias para adquirir conocimiento mundano, pero finalmente se familiariz tambin con la ciencia ms necesaria, la de la salvacin. Todas las dems ciencias habran sido intiles para ella sin esta. Hay muchas personas en nuestros das que estudian muchas ciencias y artes diferentes; no ahorran ni gastos ni trabajo ni tiempo para dominarlas, y el mundo los honra por sus adquisiciones. Pero la ciencia de la salvacin, la ms necesaria de todas, no se alcanza ni se estima. Encontramos personas en las estaciones superiores de la vida, que no conocen ni siquiera los primeros principios de la verdadera fe. Otros conocimientos han adquirido, pero saben menos de la ciencia de la salvacin que muchas de las clases bajas, menos que los nios de diez o doce aos. De qu les sirve toda su ciencia? De qu sirve todo lo que han aprendido, cuando no estudian la ciencia de la salvacin y no ajustan sus vidas a sus preceptos? Si pregunta en qu consiste la ciencia, Santo Toms le responder de la siguiente manera: "Al conocer, primero, lo que debe creer, en segundo lugar, lo que debe esperar y temer, en tercer lugar, qu y a quin debe amar; en cuarto lugar, lo que debe hacer, y en quinto lugar, lo que debe evitar para ganar la vida eterna".
Decir esto en pocas palabras, consiste en saber lo que debemos creer, hacer y evitar para ganar el Cielo. Y dnde podemos aprender esta ciencia? Ciertamente no en libros mundanos o inmorales, ni en el teatro, ni en la sociedad de personas frvolas; pero en sermones e instrucciones, en libros devotos y meditaciones piadosas. Has intentado hasta ahora alcanzar esta ciencia? Has empleado para este fin todos los medios necesarios? Te comportas de acuerdo con los preceptos de esta ciencia? Tres preguntas importantes que bien merecen ser consideradas seriamente. Porque si no te esfuerzas por aprender la ciencia de la salvacin, si no empleas los medios necesarios para aprenderla, nunca la aprenders y, por lo tanto, sers infeliz para siempre, ya que tu ignorancia ser deliberada y, por lo tanto, sers culpable. Y si, aunque hayas adquirido esta gran ciencia, no vives de acuerdo con sus enseanzas, entonces tu conocimiento de ella te ayudar tan poco como a los demonios y a los condenados, que tambin saban lo que era necesario para obtener la salvacin, pero vivieron no de acuerdo con su conocimiento.
De nada sirve," dice San Prspero, "aprender lo que debemos hacer, y no gobernar nuestra conducta en consecuencia ". Cristo dice: "Si sabes estas cosas, sers bendecido si las haces". (San Juan xiii.) El conocimiento por s solo no salva, pero el vivir y actuar de acuerdo con nuestro conocimiento, si nos gana la vida eterna. Saber y no actuar en consecuencia nos hace merecer el castigo. Cristo mismo dice del siervo que conoca la voluntad de su Seor y no actu en consecuencia: "l ser golpeado con muchas palizas" (San Lucas xii.) Lo que debe hacerse, por lo tanto, es fcil de inferir. Esfurcese por aprender la ciencia de la salvacin, emplee todos los medios necesarios para su adquisicin, y luego regule su vida por su conocimiento. Los padres estn obligados, bajo pena de castigo eterno, a ver que sus hijos son instruidos temprano en esta ciencia, que es conocimiento ms necesario para ellos que cualquier otro. Ay de quien descuida este deber!
De nada sirve," dice San Prspero, "aprender lo que debemos hacer, y no gobernar nuestra conducta en consecuencia ". Cristo dice: "Si sabes estas cosas, sers bendecido si las haces". (San Juan xiii.) El conocimiento por s solo no salva, pero el vivir y actuar de acuerdo con nuestro conocimiento, si nos gana la vida eterna. Saber y no actuar en consecuencia nos hace merecer el castigo. Cristo mismo dice del siervo que conoca la voluntad de su Seor y no actu en consecuencia: "l ser golpeado con muchas palizas" (San Lucas xii.) Lo que debe hacerse, por lo tanto, es fcil de inferir. Esfurcese por aprender la ciencia de la salvacin, emplee todos los medios necesarios para su adquisicin, y luego regule su vida por su conocimiento. Los padres estn obligados, bajo pena de castigo eterno, a ver que sus hijos son instruidos temprano en esta ciencia, que es conocimiento ms necesario para ellos que cualquier otro. Ay de quien descuida este deber!
November 25 - Santa Catalina de Alejandra, Virgen y Mrtir (287-307) - la Ciencia de la Salvacin Eterna y la Verdad del Cristianismo - Uno de los Catorce Eficaces Santos Auxiliadores
Este sitio es dedicado a Nuestro Seor Jesucristo
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La Bendicin Apostlica de la Santa Sede en Roma se imparta (28 de Octubre, 2013)
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