San Juan Cancio de Kanty merece un lugar destacado entre los grandes santos y eruditos que practican lo que predican y defienden la verdadera fe contra aquellos que la atacan. Cuando la hereja y el cisma estaban ganando terreno en los territorios vecinos, su enseanza en la Universidad de Cracovia no estaba contaminada por ningn error. En el plpito luch para elevar el nivel de santidad entre los fieles, y su predicacin fue reforzada por su humildad, su castidad, su simpata, su penitencia corporal, y las otras cualidades de un sacerdote dedicado y Emisario.

Fue una contribucin nica a la reputacin y el crdito de los profesores de la universidad; tambin leg un maravilloso ejemplo a los de su profesin, una inspiracin de completa dedicacin al deber y a su enseanza -en teologa y otras ciencias- para el honor y la gloria de un Dios.

Con el sentido de adoracin que trajo a su enseanza de las ciencias sagradas, combin la humildad. Nunca se puso por encima de nadie, y se trat a s mismo como no importa, a pesar de que fue reconocido por todos como su maestro. Estaba tan lejos de las pretensiones que incluso deseaba ser objeto de desprecio en los ojos de todos los que subestimaban su vala. Poda tomar sus insultos y comentarios cortantes con calma.

Con su humildad fue una simplicidad rara e infantil; los pensamientos de su corazn fueron revelados en sus palabras y acciones. Si sospechaba que alguien se haba sentido insultado al decir la verdad, antes de ir al altar, le pedira perdn por lo que no era tanto su propio pecado como el malentendido de la otra persona. Todos los das, despus de su ronda de deberes, iba directamente de la sala de conferencias a la iglesia, donde pasaba largas horas en contemplacin y oracin ante el Prncipe oculto de la eucarista. El Dios en su corazn y el Dios en sus labios eran uno y el mismo Dios.

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