Una Carta De Padre Po - 'Nuestro Alma es el Templo de Dio's
Comportamiento en la Santa Misa y despus
De Volumen III de las Cartas del Padre Po, "Correspondencia con sus Hijas Espirituales" (1915-1923)
Una carta del Padre Pio a Annita Rodote; Pietrelcina, 25 de Julio de 1915
Una carta del Padre Pio a Annita Rodote; Pietrelcina, 25 de Julio de 1915
Amada hija de Jess,
Que Jess y nuestra Madre siempre sonrieran en tu alma, obteniendo de ella, de su Santsimo Hijo, todos los carismas celestiales! Le escribo por dos razones: contestar algunas preguntas ms de su ltima carta, y desearle un da de nombres muy feliz en el Jess ms dulce, lleno de las ms especiales gracias celestiales. Oh! Si Jess concedi mis oraciones por vosotros o, mejor an, si slo mis oraciones fueran dignas de ser concedidas por Jess! Sin embargo, las incremento cien veces para vuestro consuelo y salvacin, implorando a Jess que no los conceda, no para mi sino por el corazn de su bondad paternal y su infinita misericordia.
Para evitar la irreverencia e imperfecciones en la casa de Dios, en la iglesia - que el Divino Maestro llama la "casa de oracin" - les exhorto en el Seor a practicar lo siguiente::
Entrad a la iglesia en silencio y con gran respeto, considerndote indigno de aparecer ante la Majestad del Seor. Entre otras consideraciones piadosas, recuerda que nuestra alma es el templo de Dios y, como tal, debemos mantenerla pura e inmaculada ante Dios y sus ngeles.
Vamos a sonrojarnos por haber dado acceso al diablo y a sus trampas muchas veces (con sus tentaciones al mundo, su pompa, su vocacin a la carne) al no poder mantener nuestros corazones puros y nuestros cuerpos castos; por haber permitido a nuestros enemigos insinuarse en nuestros corazones, profanando as el templo de Dios que fuimos hechos por el santo Bautismo.
El proximo paso: tomar agua bendita y hacer el Signo de la Cruz cuidadosamente y lentamente.
Tan pronto como tu ests delante de Dios en el Santsimo Sacramento, genuflexine devotamente. Una vez que hayas encontrado tu lugar, arrodllate y rend el tributo de tu presencia y devocin a Jess en el Santsimo Sacramento. Confa todas tus necesidades a l junto con las de los dems. Habla con l con abandono filial, d rienda suelta a tu corazn y dle completa libertad para trabajar en ti como l lo mejor vea.
Cuando asistas a la Santa Misa y a las funciones sagradas, estate muy compuesto al ponerte de pie, arrodillarte y sentarte, y realiza cada acto religioso con la mayor devocin. S modesta en tus miradas; no vuelvas la cabeza aqu y all para ver quin entra y sale. No te ras, por reverencia por este lugar santo y tambin por respeto a los que estn cerca de ti. Trata de no hablar con nadie, excepto cuando la caridad o la estricta necesidad pide esto.
Si oras con otros, di claramente las palabras de la oracin, observa bien las pausas y nunca te apresures.
En resumen, comportate de tal manera para que todos los presentes sean edificados y, a travs tuyo, se les exhorte a glorificar y amar al Padre celestial.
Al salir de la iglesia, debes ser recogido y tranquila. En primer lugar, permtense a Jess en el Santsimo Sacramento; pide Su perdn por las deficiencias cometidas en Su Divina presencia y no lo dejes sin pedir y haber recibido Su Bendicin paternal.
Comportamiento en la Santa Misa y despus
De Volumen III de las Cartas del Padre Po, "Correspondencia con sus Hijas Espirituales" (1915-1923)
Una carta del Padre Pio a Annita Rodote; Pietrelcina, 25 de Julio de 1915
Una carta del Padre Pio a Annita Rodote; Pietrelcina, 25 de Julio de 1915
Amada hija de Jess,
Que Jess y nuestra Madre siempre sonrieran en tu alma, obteniendo de ella, de su Santsimo Hijo, todos los carismas celestiales! Le escribo por dos razones: contestar algunas preguntas ms de su ltima carta, y desearle un da de nombres muy feliz en el Jess ms dulce, lleno de las ms especiales gracias celestiales. Oh! Si Jess concedi mis oraciones por vosotros o, mejor an, si slo mis oraciones fueran dignas de ser concedidas por Jess! Sin embargo, las incremento cien veces para vuestro consuelo y salvacin, implorando a Jess que no los conceda, no para mi sino por el corazn de su bondad paternal y su infinita misericordia.
Para evitar la irreverencia e imperfecciones en la casa de Dios, en la iglesia - que el Divino Maestro llama la "casa de oracin" - les exhorto en el Seor a practicar lo siguiente::
Entrad a la iglesia en silencio y con gran respeto, considerndote indigno de aparecer ante la Majestad del Seor. Entre otras consideraciones piadosas, recuerda que nuestra alma es el templo de Dios y, como tal, debemos mantenerla pura e inmaculada ante Dios y sus ngeles.
Vamos a sonrojarnos por haber dado acceso al diablo y a sus trampas muchas veces (con sus tentaciones al mundo, su pompa, su vocacin a la carne) al no poder mantener nuestros corazones puros y nuestros cuerpos castos; por haber permitido a nuestros enemigos insinuarse en nuestros corazones, profanando as el templo de Dios que fuimos hechos por el santo Bautismo.
El proximo paso: tomar agua bendita y hacer el Signo de la Cruz cuidadosamente y lentamente.
Tan pronto como tu ests delante de Dios en el Santsimo Sacramento, genuflexine devotamente. Una vez que hayas encontrado tu lugar, arrodllate y rend el tributo de tu presencia y devocin a Jess en el Santsimo Sacramento. Confa todas tus necesidades a l junto con las de los dems. Habla con l con abandono filial, d rienda suelta a tu corazn y dle completa libertad para trabajar en ti como l lo mejor vea.
Cuando asistas a la Santa Misa y a las funciones sagradas, estate muy compuesto al ponerte de pie, arrodillarte y sentarte, y realiza cada acto religioso con la mayor devocin. S modesta en tus miradas; no vuelvas la cabeza aqu y all para ver quin entra y sale. No te ras, por reverencia por este lugar santo y tambin por respeto a los que estn cerca de ti. Trata de no hablar con nadie, excepto cuando la caridad o la estricta necesidad pide esto.
Si oras con otros, di claramente las palabras de la oracin, observa bien las pausas y nunca te apresures.
En resumen, comportate de tal manera para que todos los presentes sean edificados y, a travs tuyo, se les exhorte a glorificar y amar al Padre celestial.
Al salir de la iglesia, debes ser recogido y tranquila. En primer lugar, permtense a Jess en el Santsimo Sacramento; pide Su perdn por las deficiencias cometidas en Su Divina presencia y no lo dejes sin pedir y haber recibido Su Bendicin paternal.
Una vez que ests fuera de la iglesia, s como debe ser cada seguidor del Nazareno. Sobre todo, s extremadamente modesto en todo, pues esta es la virtud que, ms que cualquier otra, revela los afectos del corazn.
Nada representa un objeto con ms fidelidad o claridad que un espejo.
De la misma manera, nada ms ampliamente representa las buenas o malas cualidades de un alma que la regulacin mayor o menor del exterior, como cuando uno parece ms o menos modesto.
Tu debes ser modesto en el habla, modesto en la risa, modesto en tu porte, modesto en caminar. Todo esto debe ser practicado no por vanidad para mostrarse a s mismo, ni por hipocresa para parecer bueno a los ojos de los dems, sino ms bien por la virtud interna de la modestia, que regula el funcionamiento externo del cuerpo.
Por lo tanto, se humilde de corazn, prudente en las palabras, prudente en tus resoluciones. Siempre se prudente en tu discurso, asiduo en la buena lectura, atento en tu trabajo, modesto en tu conversacin.
No seas asqueroso para nadie, sino se benevolente hacia todos y respetuoso hacia tus mayores. Que ninguna mirada siniestra est lejos de ti, que ninguna palabra atrevida escapa de tus labios, que no lleves a cabo ninguna accin inmodesta o algun libertinaje; nunca una accin ms libre o un tono petulante de voz.
En resumen, que todo tu exterior sea una viva imagen de la compostura de tu alma.
Siempre mantn la modestia del Divino Maestro ante tus ojos, como un ejemplo; este Maestro que, segn las palabras del Apstol a los Corintios, colocando la modestia de Jesucristo en pie de igualdad con la mansedumbre, que era su nica virtud particular y casi su caracterstica: "Ahora yo mismo Pablo te ruego por la mansedumbre y la modestia de Cristo "(2 Corintios 10: 1) y, de acuerdo con un modelo tan perfecto, reforma todas tus operaciones externas, las cuales deben ser reflexiones fieles que revelen los afectos de tu interior.
Nunca olvides este modelo Divino, Annita. Trata de ver una cierta majestad adorable en Su Presencia, una cierta autoridad agradable en Su manera de hablar, una cierta dignidad agradable al caminar, al contemplar, hablar, conversar; una cierta dulce serenidad de rostro.
Imagina esa expresin sumamente compacta y dulce con la que atraa a la multitud, hacindolos salir de las ciudades y castillos, llevndolos a las montaas, a los bosques, a la soledad y a las playas desiertas del mar, olvidando totalmente la comida, la bebida y sus deberes domsticos.
As intentemos imitar, en la medida de lo posible, esas acciones modestas y dignas. Y hagamos todo lo posible para ser, tambien en la medida de lo posible, semejante a l en esta tierra, a fin de que podamos ser ms perfectos y ms similares a l por toda la eternidad en la Jerusaln celestial.
Termino aqu como soy incapaz de continuar, recomendando que nunca te olvides de m antes de Jess, especialmente durante estos das de extrema afliccin para m. Espero la misma caridad de la excelente Francesca, a la que tendrs la bondad de dar en mi nombre las seguridades de mi extremo inters por verla crecer siempre ms en el amor Divino. Espero que me haga la caridad de hacer una novena de Comuniones por mis intenciones.
No te preocupes si no puedes contestar mi carta por el momento. Lo s todo, as que no te preocupes.
Me despido de vosotros en el santo beso del Seor. Siempre soy tu sirviente.
Fra Pio, Capuchino
Una vez que ests fuera de la iglesia, s como debe ser cada seguidor del Nazareno. Sobre todo, s extremadamente modesto en todo, pues esta es la virtud que, ms que cualquier otra, revela los afectos del corazn.
Nada representa un objeto con ms fidelidad o claridad que un espejo.
De la misma manera, nada ms ampliamente representa las buenas o malas cualidades de un alma que la regulacin mayor o menor del exterior, como cuando uno parece ms o menos modesto.
Tu debes ser modesto en el habla, modesto en la risa, modesto en tu porte, modesto en caminar. Todo esto debe ser practicado no por vanidad para mostrarse a s mismo, ni por hipocresa para parecer bueno a los ojos de los dems, sino ms bien por la virtud interna de la modestia, que regula el funcionamiento externo del cuerpo.
Por lo tanto, se humilde de corazn, prudente en las palabras, prudente en tus resoluciones. Siempre se prudente en tu discurso, asiduo en la buena lectura, atento en tu trabajo, modesto en tu conversacin.
No seas asqueroso para nadie, sino se benevolente hacia todos y respetuoso hacia tus mayores. Que ninguna mirada siniestra est lejos de ti, que ninguna palabra atrevida escapa de tus labios, que no lleves a cabo ninguna accin inmodesta o algun libertinaje; nunca una accin ms libre o un tono petulante de voz.
En resumen, que todo tu exterior sea una viva imagen de la compostura de tu alma.
Siempre mantn la modestia del Divino Maestro ante tus ojos, como un ejemplo; este Maestro que, segn las palabras del Apstol a los Corintios, colocando la modestia de Jesucristo en pie de igualdad con la mansedumbre, que era su nica virtud particular y casi su caracterstica: "Ahora yo mismo Pablo te ruego por la mansedumbre y la modestia de Cristo "(2 Corintios 10: 1) y, de acuerdo con un modelo tan perfecto, reforma todas tus operaciones externas, las cuales deben ser reflexiones fieles que revelen los afectos de tu interior.
Nunca olvides este modelo Divino, Annita. Trata de ver una cierta majestad adorable en Su Presencia, una cierta autoridad agradable en Su manera de hablar, una cierta dignidad agradable al caminar, al contemplar, hablar, conversar; una cierta dulce serenidad de rostro.
Imagina esa expresin sumamente compacta y dulce con la que atraa a la multitud, hacindolos salir de las ciudades y castillos, llevndolos a las montaas, a los bosques, a la soledad y a las playas desiertas del mar, olvidando totalmente la comida, la bebida y sus deberes domsticos.
As intentemos imitar, en la medida de lo posible, esas acciones modestas y dignas. Y hagamos todo lo posible para ser, tambien en la medida de lo posible, semejante a l en esta tierra, a fin de que podamos ser ms perfectos y ms similares a l por toda la eternidad en la Jerusaln celestial.
Termino aqu como soy incapaz de continuar, recomendando que nunca te olvides de m antes de Jess, especialmente durante estos das de extrema afliccin para m. Espero la misma caridad de la excelente Francesca, a la que tendrs la bondad de dar en mi nombre las seguridades de mi extremo inters por verla crecer siempre ms en el amor Divino. Espero que me haga la caridad de hacer una novena de Comuniones por mis intenciones.
No te preocupes si no puedes contestar mi carta por el momento. Lo s todo, as que no te preocupes.
Me despido de vosotros en el santo beso del Seor. Siempre soy tu sirviente.
Fra Pio, Capuchino
"Deja que todo tu exterior sea una viva imagen de la compostura de tu alma"
23 de Septiembre - Fiesta de San Padre Po de Pietrelcina (1887-1968) - Una carta de Padre Pio - 'Nuestro Alma es el Templo de Dios'
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La Bendicin Apostlica de la Santa Sede en Roma se imparta (28 de Octubre, 2013)
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