Los das de Ascuas (Ember Days) - Das de ayuno, oracin y accin de gracias dentro de las cuatro estaciones
Mientras la tierra permanezca, no cesarn la sementera y la siega, el fro y el calor, el verano y el invierno, y el da y la noche - Gnesis 8:22
Los das Ember
De La Leyenda Dorada, Volumen 1; compilado por Jacobus de Voragine (1230-1299), Arzobispo de Gnova, 1275
El ayuno del Quatretemps (los "Cuatro Tiempos"), llamado en los das de Ascuas Ember ingleses, el Papa Calixto los orden. Y este ayuno se mantiene cuatro veces al ao, y por diversas razones. En la primera instancia que es en Marzo, es caliente y hmedo. El segundo, en el verano, es caliente y seco. El tercero, en la cosecha, es fro y seco. El cuarto en invierno es fro y hmedo. Entonces ayunemos en Marzo, que es el tiempo ptimo para reprimir el calor de la carne hirviente y para apagar el lujo o por lo menos templarlo. En verano debemos ayunar hasta el final para castigar el ardor y la ceguedad de la avaricia. En la cosecha debemos reprimir el orgullo para obtener su sequa, y en el invierno debemos castigar la frialdad de la mentira y de la malicia.
La segunda razn por la que ayunamos cuatro veces, es porque estos ayunos comienzan en Marzo en la primera semana de la Cuaresma, hasta el final cuando los vicios se secan en nosotros, porque no todos pueden ser apagados; o porque los echamos fuera, y las ramas y hierbas de las virtudes crecen en nosotros. Y en el verano tambin, en la semana de Pentecosts, pues entonces viene el Espritu Santo, y por lo tanto debemos ser fervientes y sorprendidos en el amor del Espritu Santo. Tambin ayunamos en Septiembre ante San Miguel, y stos son los terceros ayunos, porque en este tiempo los frutos sern reunidos y debemos rendir a Dios los frutos de las buenas obras. En Diciembre sern tambin, y sern los cuatro ayunos, y en este tiempo morirn las hierbas, y debemos mortificarnos al mundo.
Los das Ember
De La Leyenda Dorada, Volumen 1; compilado por Jacobus de Voragine (1230-1299), Arzobispo de Gnova, 1275
El ayuno del Quatretemps (los "Cuatro Tiempos"), llamado en los das de Ascuas Ember ingleses, el Papa Calixto los orden. Y este ayuno se mantiene cuatro veces al ao, y por diversas razones. En la primera instancia que es en Marzo, es caliente y hmedo. El segundo, en el verano, es caliente y seco. El tercero, en la cosecha, es fro y seco. El cuarto en invierno es fro y hmedo. Entonces ayunemos en Marzo, que es el tiempo ptimo para reprimir el calor de la carne hirviente y para apagar el lujo o por lo menos templarlo. En verano debemos ayunar hasta el final para castigar el ardor y la ceguedad de la avaricia. En la cosecha debemos reprimir el orgullo para obtener su sequa, y en el invierno debemos castigar la frialdad de la mentira y de la malicia.
La segunda razn por la que ayunamos cuatro veces, es porque estos ayunos comienzan en Marzo en la primera semana de la Cuaresma, hasta el final cuando los vicios se secan en nosotros, porque no todos pueden ser apagados; o porque los echamos fuera, y las ramas y hierbas de las virtudes crecen en nosotros. Y en el verano tambin, en la semana de Pentecosts, pues entonces viene el Espritu Santo, y por lo tanto debemos ser fervientes y sorprendidos en el amor del Espritu Santo. Tambin ayunamos en Septiembre ante San Miguel, y stos son los terceros ayunos, porque en este tiempo los frutos sern reunidos y debemos rendir a Dios los frutos de las buenas obras. En Diciembre sern tambin, y sern los cuatro ayunos, y en este tiempo morirn las hierbas, y debemos mortificarnos al mundo.
La tercera razn es para seguir a los Judos. Porque los Judos ayunaron cuatro veces al ao, es decir, hasta la Pascua, hasta Pentecosts, hasta el establecimiento del tabernculo en el templo en Septiembre, y antes de la dedicacin del templo en Diciembre.
La cuarta razn es porque el hombre est compuesto de cuatro elementos que tocan el cuerpo y de tres virtudes o poderes en su alma: es decir, el entendimiento, la voluntad y la mente. A esto, pues, que este ayuno nos ayude cuatro veces al ao, ayunamos tres das cada uno, hasta el extremo de que el nmero de cuatro pueda ser reportado al cuerpo y el nmero de tres al alma. Estas son las razones del Maestro [Juan] Beleth.
La quinta razn, como dice Juan Damasceno: en Marzo y en los cuatro tiempos la sangre crece y se augmenta, y en el verano clera, en Septiembre la melancola, y en el invierno, flema. Entonces ayunamos en Marzo para atemperar y suprimir la sangre de la concupiscencia desordenada, pues la sangunea de su naturaleza est llena de concupiscencia carnal. En verano ayunamos porque esa clera debe ser disminuida y refrenada, de la cual origina la ira. Y luego est naturalmente lleno de ira. En la cosecha ayunamos para abstenernos de la melancola. El hombre melanclico es naturalmente fro, codicioso y pesado. En invierno ayunamos para atemorizar y debilitar la flema de la ligereza y el olvido, pues tal es l que es flemtico.
La tercera razn es para seguir a los Judos. Porque los Judos ayunaron cuatro veces al ao, es decir, hasta la Pascua, hasta Pentecosts, hasta el establecimiento del tabernculo en el templo en Septiembre, y antes de la dedicacin del templo en Diciembre.
La cuarta razn es porque el hombre est compuesto de cuatro elementos que tocan el cuerpo y de tres virtudes o poderes en su alma: es decir, el entendimiento, la voluntad y la mente. A esto, pues, que este ayuno nos ayude cuatro veces al ao, ayunamos tres das cada uno, hasta el extremo de que el nmero de cuatro pueda ser reportado al cuerpo y el nmero de tres al alma. Estas son las razones del Maestro [Juan] Beleth.
La quinta razn, como dice Juan Damasceno: en Marzo y en los cuatro tiempos la sangre crece y se augmenta, y en el verano clera, en Septiembre la melancola, y en el invierno, flema. Entonces ayunamos en Marzo para atemperar y suprimir la sangre de la concupiscencia desordenada, pues la sangunea de su naturaleza est llena de concupiscencia carnal. En verano ayunamos porque esa clera debe ser disminuida y refrenada, de la cual origina la ira. Y luego est naturalmente lleno de ira. En la cosecha ayunamos para abstenernos de la melancola. El hombre melanclico es naturalmente fro, codicioso y pesado. En invierno ayunamos para atemorizar y debilitar la flema de la ligereza y el olvido, pues tal es l que es flemtico.
La sexta razn es que en el tiempo de cuatro (printemps) se asemeja al aire, el verano al fuego, la cosecha a la tierra, y el invierno al agua. Luego ayunamos en Marzo hasta el final para que el aire del orgullo no nos atropelle. En verano nos encontramos con el fuego de la concupiscencia y de la avaricia. En Septiembre es la tierra de la frialdad y de las tinieblas de la ignorancia. En invierno es el agua de la ligereza y la inconstancia.
La sptima razn es porque Marzo se refiere a la infancia, el verano a la juventud, Septiembre a la edad firme y virtuosa, y el invierno a la ancianidad o vejez. Ayunamos en Marzo para que podamos estar en la infancia de la inocencia. En verano, para ser joven en virtud y constancia. En la cosecha podemos estar maduros en atemperancia. En el invierno, podemos ser antigos y viejos por la prudencia y la vida honesta, o por lo menos estar satisfechos a Dios de lo que, en estas cuatro estaciones, lo hemos ofendido.
La octava razn es del Maestro Guillermo de Auxerre. Nosotros ayunamos, dice l, en estas cuatro veces del ao, hacia el fin de que reparemos todo lo que hemos fallado en todas estas cuatro veces, y se hacen en tres das cada vez, hasta el final que satisfacemos en un da por lo que hemos fallado en un mes; y lo que es el cuarto da, que es Mircoles, es el da en que nuestro Seor fue traicionado de Judas; y el Viernes porque nuestro Seor fue crucificado; y el Sbado porque estaba en el sepulcro, y los apstoles estaban doloridos de corazn y con gran dolor.
La sexta razn es que en el tiempo de cuatro (printemps) se asemeja al aire, el verano al fuego, la cosecha a la tierra, y el invierno al agua. Luego ayunamos en Marzo hasta el final para que el aire del orgullo no nos atropelle. En verano nos encontramos con el fuego de la concupiscencia y de la avaricia. En Septiembre es la tierra de la frialdad y de las tinieblas de la ignorancia. En invierno es el agua de la ligereza y la inconstancia.
La sptima razn es porque Marzo se refiere a la infancia, el verano a la juventud, Septiembre a la edad firme y virtuosa, y el invierno a la ancianidad o vejez. Ayunamos en Marzo para que podamos estar en la infancia de la inocencia. En verano, para ser joven en virtud y constancia. En la cosecha podemos estar maduros en atemperancia. En el invierno, podemos ser antigos y viejos por la prudencia y la vida honesta, o por lo menos estar satisfechos a Dios de lo que, en estas cuatro estaciones, lo hemos ofendido.
La octava razn es del Maestro Guillermo de Auxerre. Nosotros ayunamos, dice l, en estas cuatro veces del ao, hacia el fin de que reparemos todo lo que hemos fallado en todas estas cuatro veces, y se hacen en tres das cada vez, hasta el final que satisfacemos en un da por lo que hemos fallado en un mes; y lo que es el cuarto da, que es Mircoles, es el da en que nuestro Seor fue traicionado de Judas; y el Viernes porque nuestro Seor fue crucificado; y el Sbado porque estaba en el sepulcro, y los apstoles estaban doloridos de corazn y con gran dolor.
Eclesiasts, Captulo 3: 1-8
De La Biblia de los Reina Vallarta (ed. 1960)
[1] Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
[2] Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;
[3] tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;
[4] tiempo de llorar, y tiempo de rer; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;
[5] tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar;
[6] tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar;
[7] tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar;
[8] tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
Eclesiasts, Captulo 3: 1-8
De La Biblia de los Reina Vallarta (ed. 1960)
[1] Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
[2] Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;
[3] tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;
[4] tiempo de llorar, y tiempo de rer; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;
[5] tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar;
[6] tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar;
[7] tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar;
[8] tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
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