San Joaqun, Padre de La Madre de Dios
San Joaqun, Padre de la Santsima Virgen Mara
de Padre Francis Xavier Weninger, 1876
San Joaqun, padre de la Santsima Virgen, naci en Nazaret, un pequeo pueblo de Galilea. Sus padres, aunque ocupaban una posicin humilde en el mundo, eran descendientes del rey santo David. No fue sin inspiracin que, en su circuncisin, le fue dado el nombre de Joaqun; Significa "Preparacin para el Seor", o, como otros lo traducen, una preparacin para la llegada del Seor; Y varios maestros han entendido que l tendra una hija a quien preparara, por una santa educacin, para ser la morada del Redentor del mundo. Llegando a los aos de la virilidad, se cas con Ana, una virtuosa y casta doncella de Beln, a la cual, sin duda, Dios haba dotado de gracias especiales, ya que fue elegida por l para ser la Madre de la Reina del Cielo.
Joaqun y Ana continuaron, despus de su unin, a servir a Dios con la mayor fidelidad. La ms perfecta caridad y armona reinaba en su morada. Haban dividido sus posesiones en tres partes. Los primeros se dedicaron exclusivamente al honor de Dios y al adorno del templo; El segundo, a los pobres; Y el tercero que guardaban para s mismos. Una cosa entristeci a las vidas de Joachim y Anna. Haban estado casados muchos aos sin ser bendecidos con un nio, y su edad avanzada los hizo desesperar en poder tener uno. La esterilidad era, entre su gente y en su tiempo, considerada una gran desgracia y una maldicin del Cielo, y Joachim vivi bajo esa cruz por muchos aos. l nunca dej de implorar a Dios con lgrimas, oraciones y ayunos, para quitar de l esta desgracia; pero pareca que no se le oa, lo que le causaba gran pena. l, sin embargo, nunca murmur contra el Todopoderoso, sino que en vez, sometindose a Su voluntad, continu con su oracin. Tambin se cree que l y su esposa hicieron un voto, que si eran bendecidos con un nio, lo consagraran a Su servicio.
San Epifanio relata que un da, mientras oraba San Joaqun, se le apareci un ngel y le asegur que Dios haba odo su oracin, y que se le dara una hija que se convertira en la Madre del Mesas prometido. El ngel le inform tambin del nombre que Dios le haba destinado. La alegra, que llen a San Joaqun cuando oy este mensaje, est ms all de toda descripcin. Inmediatamente se lo cont a su cnyuge, que, segn algunos autores, haba recibido la misma revelacin. Ambos dieron fervientes gracias al Todopoderoso, y alabaron Su misericordia. La profeca del ngel se cumpli, y Santa Ana dio a luz a una hija que naci libre de la mancha del pecado original, llena del Espritu Santo, bendecida sobre todas las mujeres y destinada por el Cielo a ser la Madre del unignito Hijo de Dios. San Joaqun, renovando sus gracias al Todopoderoso, redobl su celo en Su servicio.
Tan pronto como lleg el momento en que la ley lo prescribi, San Joaqun y su santa esposa llevaron a su hija recin nacida al templo y la ofrecieron con gran devocin a Dios, la redimieron de acuerdo con la costumbre y regresaron con ella a su hogar. Despus de tres aos, tuvieron con ellos a su hija, despus de lo cual trajeron a la tierna criatura, que sin embargo estaba dotada de pleno uso de la mente, al templo de Jerusaln, y la haba consagrado, con las ceremonias usuales, al servicio del Todopoderoso, le dio a cargo de los sacerdotes para la educacin y la instruccin. De esta manera, San Joaqun cumpli su voto y mostr cun verdaderamente amaba a Dios. Pues aunque su amor por su hija super sin duda el amor de la mayora de los padres por sus hijos, se priv de lo que le era ms querido en la tierra y lo consagr al Altsimo. No se puede dudar que Dios recompens su amor abnegado con grandes gracias y favores. Despus de haber hecho este sacrificio al Todopoderoso, Joaqun y Ana vivieron durante muchos aos en gran santidad.
Se cree que San Joaqun expir a los ochenta aos de su edad; Pero faltan pruebas de esto. Su muerte, sin embargo, siempre que le hubiera gustado al Todopoderoso llamarlo, debi haber sido preciosa a los ojos de Dios, como una vida tan santa la haba precedido. Tambin es cierto que la gloria de San Joaqun en el cielo y su intercesin con Dios son proporcionales a su mrito y dignidad al haber sido escogidos para ser el padre de la Madre de Dios y, por tanto, el abuelo de Jesucristo. Aquellos que en necesidad y tristeza lo invoquen con confianza, seguramente encontrarn que est siempre listo para llevar las peticiones de los fieles al trono del Altsimo.
San Joaqun, Padre de la Santsima Virgen Mara
de Padre Francis Xavier Weninger, 1876
San Joaqun, padre de la Santsima Virgen, naci en Nazaret, un pequeo pueblo de Galilea. Sus padres, aunque ocupaban una posicin humilde en el mundo, eran descendientes del rey santo David. No fue sin inspiracin que, en su circuncisin, le fue dado el nombre de Joaqun; Significa "Preparacin para el Seor", o, como otros lo traducen, una preparacin para la llegada del Seor; Y varios maestros han entendido que l tendra una hija a quien preparara, por una santa educacin, para ser la morada del Redentor del mundo. Llegando a los aos de la virilidad, se cas con Ana, una virtuosa y casta doncella de Beln, a la cual, sin duda, Dios haba dotado de gracias especiales, ya que fue elegida por l para ser la Madre de la Reina del Cielo.
Joaqun y Ana continuaron, despus de su unin, a servir a Dios con la mayor fidelidad. La ms perfecta caridad y armona reinaba en su morada. Haban dividido sus posesiones en tres partes. Los primeros se dedicaron exclusivamente al honor de Dios y al adorno del templo; El segundo, a los pobres; Y el tercero que guardaban para s mismos. Una cosa entristeci a las vidas de Joachim y Anna. Haban estado casados muchos aos sin ser bendecidos con un nio, y su edad avanzada los hizo desesperar en poder tener uno. La esterilidad era, entre su gente y en su tiempo, considerada una gran desgracia y una maldicin del Cielo, y Joachim vivi bajo esa cruz por muchos aos. l nunca dej de implorar a Dios con lgrimas, oraciones y ayunos, para quitar de l esta desgracia; pero pareca que no se le oa, lo que le causaba gran pena. l, sin embargo, nunca murmur contra el Todopoderoso, sino que en vez, sometindose a Su voluntad, continu con su oracin. Tambin se cree que l y su esposa hicieron un voto, que si eran bendecidos con un nio, lo consagraran a Su servicio.
San Epifanio relata que un da, mientras oraba San Joaqun, se le apareci un ngel y le asegur que Dios haba odo su oracin, y que se le dara una hija que se convertira en la Madre del Mesas prometido. El ngel le inform tambin del nombre que Dios le haba destinado. La alegra, que llen a San Joaqun cuando oy este mensaje, est ms all de toda descripcin. Inmediatamente se lo cont a su cnyuge, que, segn algunos autores, haba recibido la misma revelacin. Ambos dieron fervientes gracias al Todopoderoso, y alabaron Su misericordia. La profeca del ngel se cumpli, y Santa Ana dio a luz a una hija que naci libre de la mancha del pecado original, llena del Espritu Santo, bendecida sobre todas las mujeres y destinada por el Cielo a ser la Madre del unignito Hijo de Dios. San Joaqun, renovando sus gracias al Todopoderoso, redobl su celo en Su servicio.
Tan pronto como lleg el momento en que la ley lo prescribi, San Joaqun y su santa esposa llevaron a su hija recin nacida al templo y la ofrecieron con gran devocin a Dios, la redimieron de acuerdo con la costumbre y regresaron con ella a su hogar. Despus de tres aos, tuvieron con ellos a su hija, despus de lo cual trajeron a la tierna criatura, que sin embargo estaba dotada de pleno uso de la mente, al templo de Jerusaln, y la haba consagrado, con las ceremonias usuales, al servicio del Todopoderoso, le dio a cargo de los sacerdotes para la educacin y la instruccin. De esta manera, San Joaqun cumpli su voto y mostr cun verdaderamente amaba a Dios. Pues aunque su amor por su hija super sin duda el amor de la mayora de los padres por sus hijos, se priv de lo que le era ms querido en la tierra y lo consagr al Altsimo. No se puede dudar que Dios recompens su amor abnegado con grandes gracias y favores. Despus de haber hecho este sacrificio al Todopoderoso, Joaqun y Ana vivieron durante muchos aos en gran santidad.
Se cree que San Joaqun expir a los ochenta aos de su edad; Pero faltan pruebas de esto. Su muerte, sin embargo, siempre que le hubiera gustado al Todopoderoso llamarlo, debi haber sido preciosa a los ojos de Dios, como una vida tan santa la haba precedido. Tambin es cierto que la gloria de San Joaqun en el cielo y su intercesin con Dios son proporcionales a su mrito y dignidad al haber sido escogidos para ser el padre de la Madre de Dios y, por tanto, el abuelo de Jesucristo. Aquellos que en necesidad y tristeza lo invoquen con confianza, seguramente encontrarn que est siempre listo para llevar las peticiones de los fieles al trono del Altsimo.