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Tres Miradas al Cementerio
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Tres Miradas al Cementerio
 
 
 

 
 

Cementerio de Santa Mara, Needham, Massachusetts; saintmaryscemetery.org
 
 
Tres miradas al cementerio
por el Rev. Juan Evangelista Zollner, 1884

"Slo queda la tumba para m"
Job, 17: 1

En este da [de todas las Almas Difuntas], y durante la Octava de Todas las Almas, los fieles en todas partes estn acostumbrados a visitar las tumbas. Muchos hacen incluso viajes largos para adornar las tumbas de sus padres, hermanos y hermanas u otros amigos cercanos y conocidos, y recitar algunas pas oraciones all. Esta costumbre de visitar las tumbas es muy loable y en todos los sentidos apropiada, siendo muy sana tanto para nosotros como para los difuntos; para nosotros, porque el cementerio produce en nosotros una sana y santa disposicin de la mente, y nos hace hacer buenas resoluciones para enmendar nuestra vida; porque los sepulcros nos recuerdan vivamente a nuestros amigos y compaeros cristianos, y nos invitan a orar por el reposo de sus almas. Dado que visitar las tumbas es de beneficio tanto para usted como para los difuntos, le exhorto a leer:

Parte I. - Una mirada sobre las tumbas,
Parte II. - Una mirada a las tumbas, y
Parte III. - Una mirada ms all de las tumbas.

Parte I.

Cuando miramos alrededor de nosotros en un cementerio, vemos tumbas de todas las descripciones.

1. Las que tienen un carcter cristiano, y las que no tienen un carcter cristiano.
Una sepultura cristiana se conoce por la cruz, que se coloca sobre ella; porque la cruz es la marca y el signo del cristiano. Si entras en una casa y observas en ella la imagen del Crucificado, juzgas que los reclusos son cristianos. Si usted ve a un hombre hacer la seal de la cruz, usted dice dentro de s mismos: este hombre es un cristiano. Usted piensa y dice lo mismo cuando ve una tumba con una cruz sobre ella. Siendo catlicos, no debemos colocar las cruces sobre las tumbas de nuestros hermanos fallecidos y proveer que nuestra propia tumba, cuando estemos muertos, est adornada con una cruz? Por las cruces sobre las tumbas, profesamos que nosotros y los difuntos somos cristianos, que estimamos altamente nuestra santa fe, y que Jesucristo, que muri en la cruz, es nuestra nica esperanza en vida y muerte. Las cruces sobre las tumbas son tambin una advertencia para que sigamos a Cristo en el camino de la cruz, como l mismo dice: "Si alguno quiere venir en pos de m, niguese a s mismo, tome su cruz y sgame". - Matt. 16: 24.

2. Magnfico y llano. Algunos monumentos y lpidas estn ricamente talladas y magnficamente ornamentadas. No encuentro culpa alguna, si los ricos erigen hermosos e incluso costosos monumentos a la memoria de su querido difunto, pero no debe hacerse con un motivo de orgullo y vana ostentacin, sino slo para honrarlos y mostrarles el debido amor y gratitud. La extravagancia, sin embargo, no debe ser elogiada; El dinero ciertamente sera mejor gastado, si es dado como una limosna para el reposo del alma del difunto, o como un fondo de dotacin de caridad, que cuando se gasta en erigir un monumento costoso. Despus de todo, poco importa si uno tiene un monumento ms o menos magnfico, siempre que sea feliz en la eternidad.

Los santos, incluso los que eran de noble extraccin, prohiban pomposos funerales y magnficos mausoleos, y ordenaron que ellos mismos fueran enterrados claramente y su tumba adornada con nada ms que una cruz. Tenga cuidado de que en la ereccin de los monumentos y las lpidas en la memoria de sus queridos amigos desaparecidos, est gobernado por vana ostentacin en lugar de modestia cristiana. Hay, sin embargo, sepulcros que no tienen monumentos en absoluto, no se ve nada sobre ellos, y sin embargo han dejado atrs a nios, amigos y conocidos, y tal vez han legado una rica herencia. Tales herederos actan muy ingratamente al no erigir a sus benefactores ni una simple lpida, y cuando algn da se presenten ante el tribunal de Dios, ciertamente no los recomendar por su penuria. Si llevamos una vida piadosa, hacemos mucho bien por el honor de Dios y la salvacin del hombre, y legamos un bendito recuerdo a nuestra posteridad, nos erigimos un monumento ms duradero y ms magnfico que cualquier otro que este mundo nos puede dar.

3. Adornado con flores. Para adornar la tumba con las flores es una costumbre hermosa y loable, que tiene tambin una significacin apropiada. Las flores de las tumbas nos recuerdan las palabras del piadoso Job: "El hombre nacido de una mujer, viviendo poco tiempo, est lleno de muchas miserias, que sale como una flor, y es destruido, y huye como una sombra". - Job, 14: 1, 3. Nada es ms frgil que las flores. La mayora florece slo un corto tiempo, algunos slo unos pocos das, o incluso slo unas pocas horas; Tambin son muy sensibles, la menor helada, el aire fro, incluso algunas gotas de lluvia, les privan de su tierna vida. Es lo contrario con la vida del hombre? No podemos llamarnos justamente hombres de hoy? No es lo ms insignificante a menudo suficiente para destruir prematuramente esa vida que es en s fugaz. Y sin embargo, muchos de nosotros somos tan necios que somos ms solcitos para nuestro cuerpo frgil y corruptible que para nuestro alma inmortal.

Las flores son hermosas a los ojos y difunden un agradable aroma. Por tanto, cuando las veamos en las tumbas, hagamos la resolucin de alegrar a Dios y al hombre por el dulce aroma de una vida virtuosa, para que podamos decir con el Apstol: "Somos para Dios el buen olor de Cristo en los que son salvos, y en los que perecen."- II. Cor. 2: 15. Colocadas sobre las tumbas de los muertos, las flores tambin sirven para mitigar el aspecto triste de la tumba y para cubrir tanto como sea posible la muerte y la decadencia. Hasta ahora est bien y bien; Pero no es correcto, amigo cristiano, si sin necesidad sacas a la luz las faltas y los pecados de los muertos, si los calumnias y los detestras incluso en la tumba, y les privas de su buen nombre. Tal conducta es ciertamente muy poco caritativa y tanto ms para ser reprendida como los muertos no pueden defenderse y buscar la justicia. Aprende, pues, de las flores de las tumbas para guardar silencio sobre las faltas de los muertos, a menos que sea necesaria una excepcin, y recuerda el proverbio, De mortuis nil nisi bonum. Habla slo lo que es bueno de los muertos.



 
Tres miradas al cementerio
por el Rev. Juan Evangelista Zollner, 1884

"Slo queda la tumba para m"
Job, 17: 1

En este da [de todas las Almas Difuntas], y durante la Octava de Todas las Almas, los fieles en todas partes estn acostumbrados a visitar las tumbas. Muchos hacen incluso viajes largos para adornar las tumbas de sus padres, hermanos y hermanas u otros amigos cercanos y conocidos, y recitar algunas pas oraciones all. Esta costumbre de visitar las tumbas es muy loable y en todos los sentidos apropiada, siendo muy sana tanto para nosotros como para los difuntos; para nosotros, porque el cementerio produce en nosotros una sana y santa disposicin de la mente, y nos hace hacer buenas resoluciones para enmendar nuestra vida; porque los sepulcros nos recuerdan vivamente a nuestros amigos y compaeros cristianos, y nos invitan a orar por el reposo de sus almas. Dado que visitar las tumbas es de beneficio tanto para usted como para los difuntos, le exhorto a leer:

Parte I. - Una mirada sobre las tumbas,
Parte II. - Una mirada a las tumbas, y
Parte III. - Una mirada ms all de las tumbas.

Parte I.

Cuando miramos alrededor de nosotros en un cementerio, vemos tumbas de todas las descripciones.

1. Las que tienen un carcter cristiano, y las que no tienen un carcter cristiano.
Una sepultura cristiana se conoce por la cruz, que se coloca sobre ella; porque la cruz es la marca y el signo del cristiano. Si entras en una casa y observas en ella la imagen del Crucificado, juzgas que los reclusos son cristianos. Si usted ve a un hombre hacer la seal de la cruz, usted dice dentro de s mismos: este hombre es un cristiano. Usted piensa y dice lo mismo cuando ve una tumba con una cruz sobre ella. Siendo catlicos, no debemos colocar las cruces sobre las tumbas de nuestros hermanos fallecidos y proveer que nuestra propia tumba, cuando estemos muertos, est adornada con una cruz? Por las cruces sobre las tumbas, profesamos que nosotros y los difuntos somos cristianos, que estimamos altamente nuestra santa fe, y que Jesucristo, que muri en la cruz, es nuestra nica esperanza en vida y muerte. Las cruces sobre las tumbas son tambin una advertencia para que sigamos a Cristo en el camino de la cruz, como l mismo dice: "Si alguno quiere venir en pos de m, niguese a s mismo, tome su cruz y sgame". - Matt. 16: 24.

2. Magnfico y llano. Algunos monumentos y lpidas estn ricamente talladas y magnficamente ornamentadas. No encuentro culpa alguna, si los ricos erigen hermosos e incluso costosos monumentos a la memoria de su querido difunto, pero no debe hacerse con un motivo de orgullo y vana ostentacin, sino slo para honrarlos y mostrarles el debido amor y gratitud. La extravagancia, sin embargo, no debe ser elogiada; El dinero ciertamente sera mejor gastado, si es dado como una limosna para el reposo del alma del difunto, o como un fondo de dotacin de caridad, que cuando se gasta en erigir un monumento costoso. Despus de todo, poco importa si uno tiene un monumento ms o menos magnfico, siempre que sea feliz en la eternidad.

Los santos, incluso los que eran de noble extraccin, prohiban pomposos funerales y magnficos mausoleos, y ordenaron que ellos mismos fueran enterrados claramente y su tumba adornada con nada ms que una cruz. Tenga cuidado de que en la ereccin de los monumentos y las lpidas en la memoria de sus queridos amigos desaparecidos, est gobernado por vana ostentacin en lugar de modestia cristiana. Hay, sin embargo, sepulcros que no tienen monumentos en absoluto, no se ve nada sobre ellos, y sin embargo han dejado atrs a nios, amigos y conocidos, y tal vez han legado una rica herencia. Tales herederos actan muy ingratamente al no erigir a sus benefactores ni una simple lpida, y cuando algn da se presenten ante el tribunal de Dios, ciertamente no los recomendar por su penuria. Si llevamos una vida piadosa, hacemos mucho bien por el honor de Dios y la salvacin del hombre, y legamos un bendito recuerdo a nuestra posteridad, nos erigimos un monumento ms duradero y ms magnfico que cualquier otro que este mundo nos puede dar.

3. Adornado con flores. Para adornar la tumba con las flores es una costumbre hermosa y loable, que tiene tambin una significacin apropiada. Las flores de las tumbas nos recuerdan las palabras del piadoso Job: "El hombre nacido de una mujer, viviendo poco tiempo, est lleno de muchas miserias, que sale como una flor, y es destruido, y huye como una sombra". - Job, 14: 1, 3. Nada es ms frgil que las flores. La mayora florece slo un corto tiempo, algunos slo unos pocos das, o incluso slo unas pocas horas; Tambin son muy sensibles, la menor helada, el aire fro, incluso algunas gotas de lluvia, les privan de su tierna vida. Es lo contrario con la vida del hombre? No podemos llamarnos justamente hombres de hoy? No es lo ms insignificante a menudo suficiente para destruir prematuramente esa vida que es en s fugaz. Y sin embargo, muchos de nosotros somos tan necios que somos ms solcitos para nuestro cuerpo frgil y corruptible que para nuestro alma inmortal.

Las flores son hermosas a los ojos y difunden un agradable aroma. Por tanto, cuando las veamos en las tumbas, hagamos la resolucin de alegrar a Dios y al hombre por el dulce aroma de una vida virtuosa, para que podamos decir con el Apstol: "Somos para Dios el buen olor de Cristo en los que son salvos, y en los que perecen."- II. Cor. 2: 15. Colocadas sobre las tumbas de los muertos, las flores tambin sirven para mitigar el aspecto triste de la tumba y para cubrir tanto como sea posible la muerte y la decadencia. Hasta ahora est bien y bien; Pero no es correcto, amigo cristiano, si sin necesidad sacas a la luz las faltas y los pecados de los muertos, si los calumnias y los detestras incluso en la tumba, y les privas de su buen nombre. Tal conducta es ciertamente muy poco caritativa y tanto ms para ser reprendida como los muertos no pueden defenderse y buscar la justicia. Aprende, pues, de las flores de las tumbas para guardar silencio sobre las faltas de los muertos, a menos que sea necesaria una excepcin, y recuerda el proverbio, De mortuis nil nisi bonum. Habla slo lo que es bueno de los muertos.



 
 
 

 
 

Cementerio de Santa Mara, Needham, Massachusetts; saintmaryscemetery.org
 
 
Parte II.

Si echamos una ojeada a la tumba, qu vemos? Vemos:

1. Lo que el muerto tiene en la tumba.
Ay! No tiene nada ms que su lmina y el atad que contiene su cuerpo, pudriendose. A pesar de que pudo haber sido rico durante la vida, aunque l pudo haber tenido el dinero por los millones, las casas magnficas, las inmensas posesiones, y un negocio lucrativo, l ahora no posee nada de todas estas cosas; debe decir con Job: "Slo queda la tumba para m". El califa Hesham, que muri en Baspha, en el ao 742, posea setecientas cajas de piezas de oro, y una cantidad tan grande de ropas y vestimentas de seda, que para retirar estos bienes de un lugar a otro seiscientos camellos eran necesarios. Apenas haba cerrado los ojos en la muerte, cuando su palacio fue saqueado, y no qued ni un lavabo en el que lavar su cuerpo inanimado, ni un trozo de lino para envolverlo para la tumba. Cmo la pobre muerte hizo a este rico gobernante! Le dej algo ms que la tumba?

Qu estpido es entonces que los cristianos acten, que arreglen todos sus pensamientos y se preocupen por los bienes temporales y, por lo tanto, olviden a Dios y la salvacin de sus almas; s, que se ven sometidos a la avaricia y la codicia hasta tal punto, que se apartan con dureza a los pobres y necesitados de su puerta, y en sus transacciones comerciales cometen muchas injusticias. O, no es la mayor locura y ceguedad perder el cielo por causa de esos vanos y perecederos bienes de la tierra y sufrir la condenacin eterna? Considerad esto bien y no tengis ningn amor excesivo por el dinero y los bienes de este mundo; sed solcitos por los bienes temporales slo en la medida en que sean necesarios para vuestra subsistencia en esta vida, y nunca olvidis las palabras del Seor: "En que le beneficia a un hombre, si gana el mundo entero y pierde su propia alma." - Mateo 16:26.

2. Lo que el muerto se convierte en la tumba. En qu se convierte? Todos ustedes saben. Despus de unos das el cuerpo se descompone, se convierte en manchas moradas, negras y grises, la piel estalla y un lquido grisceo rezuma, un hedor intolerable llena la tumba, y si se encuentra una salida, infecta el aire; los gusanos crecen en la carne, que es devorada por ellos, y cae en pedazos de los huesos; la cabeza est desprovista de pelo, carne y piel; donde la boca, las orejas y los ojos eran antiguamente, ahora slo se ven huecos horribles; Poco a poco la carne es destruida, y nada queda ms que un esqueleto, que tambin se desmenuza en polvo con el curso del tiempo, de modo que lo que queda del hombre no es ms que un puado de polvo. Tal ser nuestro estado un da; nuestro cuerpo moldear en la tumba y volver al polvo y a las cenizas. Y este cuerpo frgil y perecedero, que tiene un final tan miserable, cmo decoraras tan en vano, te vestiras tan orgullosamente, tan extravagantemente, y te enorgulleceras de su belleza, satisfaceras sus concupiscencias y abusaras del pecado y de los vicios?

Cuando San Francisco Borgia, duque de Ganda, vio el cuerpo de Isabel, que en la vida era considerada la ms bella de las mujeres, tan horrible y tan desfigurada, que la mera visin le aterrorizaba, exclam: Se ha convertido ahora en aquellos ojos, que alguna vez fueron tan brillantes? Dnde est ahora la belleza y el encanto de ese semblante, que tan ltimamente vimos? Es usted su majestad, Doa Isabel? Eres mi emperatriz, mi seora, mi amante? Regresando del funeral, se encerr en su habitacin y pas toda la noche sin dormir. Se postr en el suelo, derramando un torrente de lgrimas y se dijo: "Qu es, alma ma, lo que busco en el mundo? Cunto tiempo voy a perseguir y agarrarme a las sombras? Dios mo, Dios mo, concdeme que nunca pueda servir a un maestro que la muerte me pueda arrebatar." Poco despus renunci a todos los honores y dignidades mundanos, entr en la Compaa de Jess y se convirti en un gran santo. Que una mirada a la tumba ya los cadveres en decadencia y enmohecimiento le induzca a decidir a conducir una vida piadosa y penitencial, y especialmente a emplear su cuerpo siempre como un instrumento al servicio de Dios, a mortificar sus concupiscencias pecaminosas y a no permitir nada que sea contrario a la pureza santa.



 
Parte II.

Si echamos una ojeada a la tumba, qu vemos? Vemos:

1. Lo que el muerto tiene en la tumba.
Ay! No tiene nada ms que su lmina y el atad que contiene su cuerpo, pudriendose. A pesar de que pudo haber sido rico durante la vida, aunque l pudo haber tenido el dinero por los millones, las casas magnficas, las inmensas posesiones, y un negocio lucrativo, l ahora no posee nada de todas estas cosas; debe decir con Job: "Slo queda la tumba para m". El califa Hesham, que muri en Baspha, en el ao 742, posea setecientas cajas de piezas de oro, y una cantidad tan grande de ropas y vestimentas de seda, que para retirar estos bienes de un lugar a otro seiscientos camellos eran necesarios. Apenas haba cerrado los ojos en la muerte, cuando su palacio fue saqueado, y no qued ni un lavabo en el que lavar su cuerpo inanimado, ni un trozo de lino para envolverlo para la tumba. Cmo la pobre muerte hizo a este rico gobernante! Le dej algo ms que la tumba?

Qu estpido es entonces que los cristianos acten, que arreglen todos sus pensamientos y se preocupen por los bienes temporales y, por lo tanto, olviden a Dios y la salvacin de sus almas; s, que se ven sometidos a la avaricia y la codicia hasta tal punto, que se apartan con dureza a los pobres y necesitados de su puerta, y en sus transacciones comerciales cometen muchas injusticias. O, no es la mayor locura y ceguedad perder el cielo por causa de esos vanos y perecederos bienes de la tierra y sufrir la condenacin eterna? Considerad esto bien y no tengis ningn amor excesivo por el dinero y los bienes de este mundo; sed solcitos por los bienes temporales slo en la medida en que sean necesarios para vuestra subsistencia en esta vida, y nunca olvidis las palabras del Seor: "En que le beneficia a un hombre, si gana el mundo entero y pierde su propia alma." - Mateo 16:26.

2. Lo que el muerto se convierte en la tumba. En qu se convierte? Todos ustedes saben. Despus de unos das el cuerpo se descompone, se convierte en manchas moradas, negras y grises, la piel estalla y un lquido grisceo rezuma, un hedor intolerable llena la tumba, y si se encuentra una salida, infecta el aire; los gusanos crecen en la carne, que es devorada por ellos, y cae en pedazos de los huesos; la cabeza est desprovista de pelo, carne y piel; donde la boca, las orejas y los ojos eran antiguamente, ahora slo se ven huecos horribles; Poco a poco la carne es destruida, y nada queda ms que un esqueleto, que tambin se desmenuza en polvo con el curso del tiempo, de modo que lo que queda del hombre no es ms que un puado de polvo. Tal ser nuestro estado un da; nuestro cuerpo moldear en la tumba y volver al polvo y a las cenizas. Y este cuerpo frgil y perecedero, que tiene un final tan miserable, cmo decoraras tan en vano, te vestiras tan orgullosamente, tan extravagantemente, y te enorgulleceras de su belleza, satisfaceras sus concupiscencias y abusaras del pecado y de los vicios?

Cuando San Francisco Borgia, duque de Ganda, vio el cuerpo de Isabel, que en la vida era considerada la ms bella de las mujeres, tan horrible y tan desfigurada, que la mera visin le aterrorizaba, exclam: Se ha convertido ahora en aquellos ojos, que alguna vez fueron tan brillantes? Dnde est ahora la belleza y el encanto de ese semblante, que tan ltimamente vimos? Es usted su majestad, Doa Isabel? Eres mi emperatriz, mi seora, mi amante? Regresando del funeral, se encerr en su habitacin y pas toda la noche sin dormir. Se postr en el suelo, derramando un torrente de lgrimas y se dijo: "Qu es, alma ma, lo que busco en el mundo? Cunto tiempo voy a perseguir y agarrarme a las sombras? Dios mo, Dios mo, concdeme que nunca pueda servir a un maestro que la muerte me pueda arrebatar." Poco despus renunci a todos los honores y dignidades mundanos, entr en la Compaa de Jess y se convirti en un gran santo. Que una mirada a la tumba ya los cadveres en decadencia y enmohecimiento le induzca a decidir a conducir una vida piadosa y penitencial, y especialmente a emplear su cuerpo siempre como un instrumento al servicio de Dios, a mortificar sus concupiscencias pecaminosas y a no permitir nada que sea contrario a la pureza santa.



 
 
 

 
 

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Parte III.

A la luz de la fe contemplamos ms all de la tumba tres lugares: el cielo, el infierno y el purgatorio. En uno u otro de estos tres lugares estn las almas de todos los que han partido de esta vida.

1. Qu almas estn en el cielo?

(a) En primer lugar, las almas de esos nios que murieron en su inocencia bautismal.
Nios felices! Poco sintieron las angustias de la muerte, ya que en su tierna edad no saban qu era morir, y cuando sus almas estaban separadas de sus cuerpos, se apresuraron directamente al cielo. Tales tumbas de nios inocentes son numerosas en todo cementerio; el Dios bueno los arrebata en su inocencia bautismal, para completar el nmero de los elegidos en el cielo. Padres cristianos, es verdad que hay que preocuparse por la salud y la vida de sus hijos y emplear conscientemente los medios necesarios para ese fin; este es su obligado deber; Pero si Dios, sin embargo, permite que uno o el otro de tus hijos muera, y si es tu nico, no debes afligirte inmoderadamente por eso, porque tus hijos difuntos estn bien cuidados y t, con todos su amor, cuidado y solicitud no habran podido darles nada mejor que el cielo.

(b) Aquellas almas que, mientras que en la tierra, o en el purgatorio, han rendido la satisfaccin perfecta para todos sus pecados. Espero y confo en Dios que en nuestro cementerio hay muchas tumbas de tales benditos. Siempre ha habido cristianos en nuestra congregacin que llevaron una vida piadosa y sirvieron a Dios con celo. Cuando murieron, no tuvieron mucho que expiar en el purgatorio, y ahora estn en el cielo. A esta clase pertenecen muchos padres y madres, que caminaron en el temor de Dios, mantuvieron buena disciplina entre sus hijos y siervos, y los llevaron al bien; muchos hijos e hijas, que en medio de un mundo depravado y degenerado conservaban su inocencia, y por su piedad y buena moral edificaban toda la congregacin; luego, como cayeron una y otra vez y pecaron gravemente, pero verdaderamente se arrepintieron, ya que despus vivieron una vida penitente y fueron celosos en hacer el bien, y especialmente porque soportaron los sufrimientos y tribulaciones de la vida con paciencia, murieron una feliz muerte y despus de haber sido detenidos en el purgatorio por un perodo ms o menos largo, fueron admitidos al cielo. Podemos aventurarnos a decir que en nuestra parroquia apenas hay una familia que no tenga santos, ni nios ni adultos, en el cielo. Qu aliento para emplear diligentemente el tiempo presente que Dios nos da en su misericordia! Cmo es posible que los pecadores, aun los ms grandes, no se sientan animados y alentados con toda seriedad en este da a abrazar una vida de penitencia para reconciliarse con Dios y ser contados entre los santos penitentes en el cielo por toda la eternidad.



 
Parte III.

A la luz de la fe contemplamos ms all de la tumba tres lugares: el cielo, el infierno y el purgatorio. En uno u otro de estos tres lugares estn las almas de todos los que han partido de esta vida.

1. Qu almas estn en el cielo?

(a) En primer lugar, las almas de esos nios que murieron en su inocencia bautismal.
Nios felices! Poco sintieron las angustias de la muerte, ya que en su tierna edad no saban qu era morir, y cuando sus almas estaban separadas de sus cuerpos, se apresuraron directamente al cielo. Tales tumbas de nios inocentes son numerosas en todo cementerio; el Dios bueno los arrebata en su inocencia bautismal, para completar el nmero de los elegidos en el cielo. Padres cristianos, es verdad que hay que preocuparse por la salud y la vida de sus hijos y emplear conscientemente los medios necesarios para ese fin; este es su obligado deber; Pero si Dios, sin embargo, permite que uno o el otro de tus hijos muera, y si es tu nico, no debes afligirte inmoderadamente por eso, porque tus hijos difuntos estn bien cuidados y t, con todos su amor, cuidado y solicitud no habran podido darles nada mejor que el cielo.

(b) Aquellas almas que, mientras que en la tierra, o en el purgatorio, han rendido la satisfaccin perfecta para todos sus pecados. Espero y confo en Dios que en nuestro cementerio hay muchas tumbas de tales benditos. Siempre ha habido cristianos en nuestra congregacin que llevaron una vida piadosa y sirvieron a Dios con celo. Cuando murieron, no tuvieron mucho que expiar en el purgatorio, y ahora estn en el cielo. A esta clase pertenecen muchos padres y madres, que caminaron en el temor de Dios, mantuvieron buena disciplina entre sus hijos y siervos, y los llevaron al bien; muchos hijos e hijas, que en medio de un mundo depravado y degenerado conservaban su inocencia, y por su piedad y buena moral edificaban toda la congregacin; luego, como cayeron una y otra vez y pecaron gravemente, pero verdaderamente se arrepintieron, ya que despus vivieron una vida penitente y fueron celosos en hacer el bien, y especialmente porque soportaron los sufrimientos y tribulaciones de la vida con paciencia, murieron una feliz muerte y despus de haber sido detenidos en el purgatorio por un perodo ms o menos largo, fueron admitidos al cielo. Podemos aventurarnos a decir que en nuestra parroquia apenas hay una familia que no tenga santos, ni nios ni adultos, en el cielo. Qu aliento para emplear diligentemente el tiempo presente que Dios nos da en su misericordia! Cmo es posible que los pecadores, aun los ms grandes, no se sientan animados y alentados con toda seriedad en este da a abrazar una vida de penitencia para reconciliarse con Dios y ser contados entre los santos penitentes en el cielo por toda la eternidad.



 
 
 

 
 

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2. Qu almas estn en el infierno? Ay! Hay muchos que entran en la eternidad en el estado de pecado, y la fe nos ensea, que todos los que mueren en pecado mortal estn perdidos para siempre. Enumerar a esos desafortunados? Son esos padres y madres que tenan poca religin ellos mismos, que no criaron a sus hijos en la virtud y el temor de Dios, y que conspiraron en su disipacin y mala conducta. Ahora sufren un doble dolor en el infierno, porque son castigados no slo por sus propios pecados, sino tambin por los pecados de sus hijos, que no trataron de prevenir. Son aquellos hijos e hijas que pasaron los mejores aos de su vida en la levedad y el olvido de Dios, y endurecieron su corazn contra todas las amonestaciones saludables. Son los borrachos casados y solteros, los malditos y los blasfemos, los bromistas y los bufones, que por sus discursos impuros, sus canciones y sus bromas envenenaban la inocencia; aquellas almas avariciosas que resintieron todo para s y para los dems; los injustos, que cometieron muchas injusticias y no restituyeron; el vengativo, que no oy hablar de reconciliacin y por lo tanto vivi y muri en la enemistad; los tibios, que descuidaban la oracin, no escuchaban sermones, no lean libros espirituales, confesaban slo una vez al ao, e incluso entonces no estaban bien, y slo vivan para el mundo; finalmente, todos los que no hicieron penitencia por sus pecados, sino slo una penitencia de imitacin. Reflexiona seriamente hoy sobre la condicin de tu propia alma, si ests en el camino al cielo o al infierno. Si tu conciencia te reprocha, que todo no te va bien, que las tumbas de los condenados sean una invitacin sincera a ti para un rpido arrepentimiento y enmienda de vida.

3. Finalmente, qu almas estn en el purgatorio? Las almas de los justos que salieron de esta vida, bien en pecado venial, o que todava tienen que hacer alguna satisfaccin a la justicia de Dios por los pecados que han sido perdonados. Nada contaminado puede entrar en el cielo. El que muere en pecados veniales, que no han sido perdonados, va al purgatorio y debe sufrir all hasta que haya expiado por ellos. San Gregorio de Nisa dice: "Si alguno ha partido de esta vida sabiendo la diferencia entre el bien y el mal, no puede acercarse a la Deidad, hasta que un fuego purificador haya extinguido las manchas con que el alma est contaminada". Esas almas tambien van al purgatorio, quienes han obtenido la remisin de sus pecados, pero an no han cancelado por completo los castigos temporales. Siendo as, el nmero de cristianos que mueren en edad avanzada, que sern traducidos al cielo sin purgatorio ser muy pequeo, porque la mayora de ellos, a su muerte, estn contaminados con pecados veniales o no han satisfecho por sus castigos temporales. Santa Catalina de Gnova dice que slo aquellos que tienen que sufrir, y soportar pacientemente, sufrimientos duros y persistentes, pueden ser admitidos en el cielo, a la visin de Dios, inmediatamente despus de su muerte. Piensa ahora en las almas de los fieles difuntos, detenidos en la crcel del purgatorio; desciende en pensamiento a esas regiones bajas y considera lo que estn sufriendo, y haz lo que puedas para obtener para ellos el reposo eterno. Oren por ellos, hagan misas por ellos y apliquen los frutos de la limosna y de otras obras piadosas y buenas. El amor cristiano y la gratitud deben animarnos a abrazar celosamente la causa de las pobres almas en el purgatorio, ya que son nuestros hermanos y hermanas en Jesucristo, muchos de los cuales nos han hecho mucho bien en cuerpo y alma.



 
2. Qu almas estn en el infierno? Ay! Hay muchos que entran en la eternidad en el estado de pecado, y la fe nos ensea, que todos los que mueren en pecado mortal estn perdidos para siempre. Enumerar a esos desafortunados? Son esos padres y madres que tenan poca religin ellos mismos, que no criaron a sus hijos en la virtud y el temor de Dios, y que conspiraron en su disipacin y mala conducta. Ahora sufren un doble dolor en el infierno, porque son castigados no slo por sus propios pecados, sino tambin por los pecados de sus hijos, que no trataron de prevenir. Son aquellos hijos e hijas que pasaron los mejores aos de su vida en la levedad y el olvido de Dios, y endurecieron su corazn contra todas las amonestaciones saludables. Son los borrachos casados y solteros, los malditos y los blasfemos, los bromistas y los bufones, que por sus discursos impuros, sus canciones y sus bromas envenenaban la inocencia; aquellas almas avariciosas que resintieron todo para s y para los dems; los injustos, que cometieron muchas injusticias y no restituyeron; el vengativo, que no oy hablar de reconciliacin y por lo tanto vivi y muri en la enemistad; los tibios, que descuidaban la oracin, no escuchaban sermones, no lean libros espirituales, confesaban slo una vez al ao, e incluso entonces no estaban bien, y slo vivan para el mundo; finalmente, todos los que no hicieron penitencia por sus pecados, sino slo una penitencia de imitacin. Reflexiona seriamente hoy sobre la condicin de tu propia alma, si ests en el camino al cielo o al infierno. Si tu conciencia te reprocha, que todo no te va bien, que las tumbas de los condenados sean una invitacin sincera a ti para un rpido arrepentimiento y enmienda de vida.

3. Finalmente, qu almas estn en el purgatorio? Las almas de los justos que salieron de esta vida, bien en pecado venial, o que todava tienen que hacer alguna satisfaccin a la justicia de Dios por los pecados que han sido perdonados. Nada contaminado puede entrar en el cielo. El que muere en pecados veniales, que no han sido perdonados, va al purgatorio y debe sufrir all hasta que haya expiado por ellos. San Gregorio de Nisa dice: "Si alguno ha partido de esta vida sabiendo la diferencia entre el bien y el mal, no puede acercarse a la Deidad, hasta que un fuego purificador haya extinguido las manchas con que el alma est contaminada". Esas almas tambien van al purgatorio, quienes han obtenido la remisin de sus pecados, pero an no han cancelado por completo los castigos temporales. Siendo as, el nmero de cristianos que mueren en edad avanzada, que sern traducidos al cielo sin purgatorio ser muy pequeo, porque la mayora de ellos, a su muerte, estn contaminados con pecados veniales o no han satisfecho por sus castigos temporales. Santa Catalina de Gnova dice que slo aquellos que tienen que sufrir, y soportar pacientemente, sufrimientos duros y persistentes, pueden ser admitidos en el cielo, a la visin de Dios, inmediatamente despus de su muerte. Piensa ahora en las almas de los fieles difuntos, detenidos en la crcel del purgatorio; desciende en pensamiento a esas regiones bajas y considera lo que estn sufriendo, y haz lo que puedas para obtener para ellos el reposo eterno. Oren por ellos, hagan misas por ellos y apliquen los frutos de la limosna y de otras obras piadosas y buenas. El amor cristiano y la gratitud deben animarnos a abrazar celosamente la causa de las pobres almas en el purgatorio, ya que son nuestros hermanos y hermanas en Jesucristo, muchos de los cuales nos han hecho mucho bien en cuerpo y alma.



 
 
 

 
 

Cementerio de Santa Mara, Needham, Massachusetts; saintmaryscemetery.org
 
 
PERORATA

En conclusin, les exhorto a visitar las tumbas, no slo hoy y durante la Octava, sino tambin en otras ocasiones, especialmente los domingos y das festivos. Todas las tumbas que ves te recuerdan lo perecedero de todas las cosas terrenales, la brevedad de la vida, la certeza de la muerte, y recuerdas las palabras de la Sagrada Escritura: "Polvo eres, y al polvo volvers" - Gen.3:19. Nuevamente, los sepulcros llaman a ustedes a desentraar su corazn de todo amor desordenado del mundo, a poner los asuntos de su conciencia en orden, y a ser solcitos por lo nico necesario, la salvacin de su alma. Al mismo tiempo, los sepulcros les advierten que recuerden con caridad a las almas del purgatorio y imploren a Dios, para que los console y los refresque en sus sufrimientos, acorte el tiempo de su castigo y los conduzca a la morada del reposo eterno. As, las visitas a las tumbas sern para vosotros y para las almas sufrientes una bendicin, y seris para vosotros y para ellos un excelente medio para la obtencin de vuestro destino eterno. Amn



 
PERORATA

En conclusin, les exhorto a visitar las tumbas, no slo hoy y durante la Octava, sino tambin en otras ocasiones, especialmente los domingos y das festivos. Todas las tumbas que ves te recuerdan lo perecedero de todas las cosas terrenales, la brevedad de la vida, la certeza de la muerte, y recuerdas las palabras de la Sagrada Escritura: "Polvo eres, y al polvo volvers" - Gen.3:19. Nuevamente, los sepulcros llaman a ustedes a desentraar su corazn de todo amor desordenado del mundo, a poner los asuntos de su conciencia en orden, y a ser solcitos por lo nico necesario, la salvacin de su alma. Al mismo tiempo, los sepulcros les advierten que recuerden con caridad a las almas del purgatorio y imploren a Dios, para que los console y los refresque en sus sufrimientos, acorte el tiempo de su castigo y los conduzca a la morada del reposo eterno. As, las visitas a las tumbas sern para vosotros y para las almas sufrientes una bendicin, y seris para vosotros y para ellos un excelente medio para la obtencin de vuestro destino eterno. Amn




El descanso eterno les conceda, oh Seor, y dejad perpetua Luz brillar sobre ellos
Que descansen en paz. Amn
El descanso eterno les conceda, oh Seor, y dejad perpetua Luz brillar sobre ellos Que descansen en paz. Amn
El descanso eterno les conceda, oh Seor, y dejad perpetua Luz brillar sobre ellos Que descansen en paz. Amn

 
 
 
 
 
 
Tres Miradas al Cementerio por el Rev. Juan Evangelista Zollner, 1884
 
 

Este sitio es dedicado a Nuestro Seor Jesucristo
en la Santsima Virgen Mara
para la Gloria de Dios

  La Bendicin Apostlica de la Santa Sede en Roma se imparta (28 de Octubre, 2013)
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OUR FATHER

Our Father, Who Art In Heaven
Hallowed Be Thy Name.
Thy Kingdom come,
Thy Will be done
On earth as it is in Heaven.
Give us this day our daily bread
And forgive us our trespasses
As we forgive those who trespass against us.
Liberate us from all temptation[*]
And deliver us from all evil. Amen



[*] Liberate us is in keeping with the original Latin text.
       God usually does not "lead us" to temptation
       (unless we are tested),
       but gives us the grace to overcome and/or resist it
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HAIL MARY

Hail Mary, full of grace
The Lord is with thee.
Blessed art though among women,
And blessed is the fruit
Of thy womb, Jesus.
 
Holy Mary, Mary of God
Pray for us sinners
Now, and in the hour
Of our death. Amen


 
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APOSTLE'S CREED
I believe in God, the Father Almighty
Creator of Heaven and earth;
And in Jesus Christ, His Only Son, our Lord;
Who was conceived by the
[work and grace of the] Holy Ghost,[*]
Born of the Virgin Mary,
Suffered under Pontius Pilate,
Was crucified, died and was buried.
He descended into the Dead.[**]
On the third day, He rose again;
He ascended into Heaven,
And sits at the right hand of God,
the Father Almighty.
From thence he shall come to judge
the living and the dead.
 
I believe in the Holy Ghost,[*]
The Holy Catholic Church,
The communion of saints,
The forgiveness of sins.
The resurrection of the body,
And life everlasting. Amen

[*] Holy Ghost: may be substituted with the current Holy Spirit.
[**] the Dead: "inferi", the underworld or the dead in Latin.
X
GLORIA

Glory be to the Father, and to the Son,
and to the Holy Ghost[*],
as it was in the beginning, is now,
and ever shall be, world without end.
Amen

[*] Holy Ghost: may be substituted with the current Holy Spirit.
X
DE PROFUNDIS

Out of the depths I have cried to Thee, O Lord:
Lord, hear my voice.
Let Thine ears be attentive
to the voice of my supplication.

If thou, O Lord, wilt mark iniquities:
Lord, who shall abide it.
For with Thee there is merciful forgiveness:
and because of Thy law,
I have waited for Thee, O Lord.

My soul hath waited on His word:
my soul hath hoped in the Lord.
From the morning-watch even until night,
let Israel hope in the Lord.

For with the Lord there is mercy:
and with Him plenteous redemption.
And He shall redeem Israel
from all her iniquities.

Glory be to the Father, and to the Son,
and to the Holy Ghost[*],
as it was in the beginning, is now,
and ever shall be, world without end.
Amen

[*] Holy Ghost: may be substituted with the current Holy Spirit.
X
DE PROFUNDIS

Out of the depths I have cried to Thee, O Lord:
Lord, hear my voice.
Let Thine ears be attentive to the voice
of my supplication.

If thou, O Lord, wilt mark iniquities:
Lord, who shall abide it.
For with Thee there is merciful forgiveness:
and because of Thy law,
I have waited for Thee, O Lord.

My soul hath waited on His word:
my soul hath hoped in the Lord.
From the morning-watch even until night,
let Israel hope in the Lord.

For with the Lord there is mercy:
and with Him plenteous redemption.
And He shall redeem Israel
from all his iniquities.

V. Eternal rest give unto them, O Lord.
R. And let perpetual light shine upon them.
V. From the gate of hell.
R. Deliver their souls, O Lord.
V. May they rest in peace.
R. Amen.
V. O Lord, hear my prayer.
R. And let my cry come unto Thee.
V. The Lord be with you.
R. And with Thy Spirit.

(50 days indulgence to all who pray the De Profundis with V. and R.
"Requiem aeternam" (Eternal Rest) three times a day.
Pope Leo XIII, February 3, 1888)


Let us pray:
O God, the Creator and Redeemer of all
the faithful, we beseech Thee to grant
to the souls of Thy servants the remission
of their sins, so that by our prayers
they may obtain pardon for which they long.
O Lord, who lives and reigns,
world without end. Amen

May they rest in peace. Amen

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PADRE NUESTRO

Padre Nuestro,
que estas en los Cielos
Santificado sea Tu Nombre;
Venga a nosotros tu Reino;
Hgase Tu Voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada da;
Perdona nuestras ofensas,
Como tambin nosotros
perdonamos a los que nos ofenden,
No nos dejes caer en la tentacin,
y lbranos del mal. Amén
 
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AVE MARA

Dios te salve, Mara,
llena eres de gracia;
El Seor es Contigo;
Bendita T eres
entre todas las mujeres,
Y bendito es el fruto
De tu vientre, Jess.
 
Santa Mara,
Madre de Dios,
Ruega por nosotros
pecadores,
Ahora y en la hora
De nuestra muerte.
Amn
 
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CREDO
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo,
Su nico Hijo, Nuestro Seor,
Que fue concebido por obra
y gracia del Espritu Santo,
Naci de la Santa Mara Virgen;
Padeci bajo el poder de Poncio Pilato,
Fue crucificado, muerto y sepultado,
Descendi a los infiernos,
Al tercer da resucit de entre los muertos,
Subi a los cielos
Y est sentado a la derecha de Dios,
Padre Todopoderoso.
Desde all ha de venir a juzgar
a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espritu Santo,
La Santa Iglesia Catlica,
La comunin de los santos,
El perdn de los pecados,
La resurreccin de la carne
Y la vida eterna. Amn
 
 
CERRAR
DE PROFUNDIS

Desde lo hondo a Ti grito, Seor; Seor,
escucha mi voz;
Estn Tus oidos atentos
a la voz de mi splica.

Si llevas cuenta de los delitos, Seor,
quin podr resistir?
Pero de ti procede el perdn,
y as infundes respeto.
Mi alma espera en el Seor.

Espera en su palabra;
mi alma aguarda al Seor,
ms que el centinela la aurora.
Aguarda Israel al Seor.

Como el centinela la aurora;
porque del Seor viene la misericordia.
la redencin copiosa;
y l redimir a Israel de todos sus delitos.

Gloria al Padre, al Hijo y al
Espritu Santo,
como es desde el principio,
es ahora y ser por los siglos de los siglos.
Amn

X
GLORIA

Gloria al Padre, al Hijo y al
Espritu Santo,
como es desde el principio,
es ahora y ser por los siglos de los siglos.
Amn

CERRAR
DE PROFUNDIS y QUE DESCANSEN EN PAZ

Desde lo hondo a Ti grito, Seor;
Seor, escucha mi voz;
Estn Tus oidos atentos a
la voz de mi splica.

Si llevas cuenta de los delitos, Seor,
quin podr resistir?

Pero de ti procede el perdn,
y as infundes respeto.
Mi alma espera en el Seor.

Espera en su palabra;
mi alma aguarda al Seor,
ms que el centinela la aurora.
Aguarda Israel al Seor.

Como el centinela la aurora;
porque del Seor viene la misericordia,
la redencin copiosa;
y l redimir a Israel de todos sus delitos.

V. Dadles, Seor, a todas las almas
el descanso eterno.
R. Y haced lucir sobre ellas
vuestra eterna luz.
V. Que en paz descansen.
R. Amn.