Domingo de Albis - Como Apareci Cristo a sus Discpulos en el Cenculo
Domingo de la Octava de la Pascua de Resurreccin - Como Apareci Cristo a sus Discpulos en el Cenculo
por Padre Alonso de Andrade, 1878 - Meditaciones Diarias de los Misterios de Nuestra Santa Fe, y de la Vida de Cristo, y de los Santos,
Segunda Parte
Basado en el Evangelio de San Juan, Cap. 20
Basado en el Evangelio de San Juan, Cap. 20
Primer Punto. Considera como para Cristo no hay puerta cerrada, y que adonde no pudo entrar el mal, entr el bien; porque estando los Discpulos congregados en el Cenculo, muy cerradas las puertas, por miedo de los Judios que los buscaban para consumirlos, entr Cristo resucitado y glorioso, y se puso en medio de ellos, como el Sol en medio del cielo alumbrandolos, y alegrando sus corazones con la luz de Su Resurreccin, y la dulzura de Sus palabras. Considera la benignidad del Salvador, y el amor que tiene a los suyos, y el cuidado de consolarlos en sus tristezas, y como para ello aumenta milagros entrando a puertas cerradas, viendo el dote de sutilidad, que gozaba como glorioso: gozate de tener al Seor, y tal Maestro, y cobra gran confianza en Su amor y providencia, y pdele, que te vivifique en tus affliciones y trabajos, y te consuele, y esfuerce, como lo hizo con sus Apstoles y Discpulos.
Segundo Punto. Pondera en esta visita como Cristo se puso en medio de aquella Congregacin, porque quiere estar en medio de los suyos, y en medio de ti mismo, haciendo asiento y morada en tu corazn. Desocpalo de todo lo terreno, y ofrecelo enteramente para que venga a ti, y te visite, y consuele, y more contigo: pondera el sumo gozo de toda aquella santa compaa, viendo la gloria de su Maestro y Redemptor, como todos llegaran a adorarle, y reverenciarle, y servirle, y el amor y caricias con que los recibira y asegurara del miedo en que estaban de los Judios que lo perseguan: llega tu tambien a adorarle, y reverenciarle, y pdele Su bendicin, y parte del gozo que reparte de Su Gloriosa Resurreccin, y que te aliente, y te esfuerze para Su Santo Servicio.
Tercer Punto. Considera como les mostr Sus sagradas Llagas de las Manos, Pies y Costado, que respancederan en Su Cuerpo, glorioso ms que las estrellas en el cielo, aumentando Su hermosura: mira como se precia haber padecido por ti, para que tu te precies de padecer por l, y como las afrentas y llagas que se padecen en este mundo por la gloria de Dios y el bien de las almas, se convierte en la otra vida en margaritas y piedras preciossimas de gloria y honra y hermosura. Oh Seor, y quienes padecerian afrentas, azotes, heridas, insultos y muerte por Vos, como Vos los padecisteis por mi! Pdele al Seor esta gracia y anmate con Su ejemplo a padecer con alegra cualquier cosa que te viniere, por Su amor.
Cuarto Punto. Considera lo que dice el Evangelista San Juan que luego sopl y les di el Espritu Santo para perdonar pecados; no se content con slo darles tan crecido gozo, haciendoles participantes de la gloria de Su Resurreccin; sino juntamente dandoles con ella la plenitud del Espritu Santo para perdonar pecados; a esto vino Cristo al mundo especialmente, y a esto envi Sus Discpulos: no a casticar, sino a perdonar pecados; y para esto les comunic el Espritu Santo. Oh, si viniese a nuestras almas, y nos diera ese don, sobre todo el don de Su Santo Espritu; pdele que venga a la tuya, y que te haga eseta merced, perdonndote tus pecados con la liberalidad que perdon a los Apstoles, dndoles el aliento de Su boca. Oh Seor, si me dieses aliento de Vuestro aliento, y gracia para permanecer en Vuestra gracia, y el perdn de mis culpas, esto os pido y suplico: que me tengais de Vuestra mano para que os ofenda ms.
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Domingo de la Octava de la Pascua de Resurreccin - Como Apareci Cristo a sus Discpulos en el Cenculo
por Padre Alonso de Andrade, 1878 - Meditaciones Diarias de los Misterios de Nuestra Santa Fe, y de la Vida de Cristo, y de los Santos,
Segunda Parte
Basado en el Evangelio de San Juan, Cap. 20
Basado en el Evangelio de San Juan, Cap. 20
Primer Punto. Considera como para Cristo no hay puerta cerrada, y que adonde no pudo entrar el mal, entr el bien; porque estando los Discpulos congregados en el Cenculo, muy cerradas las puertas, por miedo de los Judios que los buscaban para consumirlos, entr Cristo resucitado y glorioso, y se puso en medio de ellos, como el Sol en medio del cielo alumbrandolos, y alegrando sus corazones con la luz de Su Resurreccin, y la dulzura de Sus palabras. Considera la benignidad del Salvador, y el amor que tiene a los suyos, y el cuidado de consolarlos en sus tristezas, y como para ello aumenta milagros entrando a puertas cerradas, viendo el dote de sutilidad, que gozaba como glorioso: gozate de tener al Seor, y tal Maestro, y cobra gran confianza en Su amor y providencia, y pdele, que te vivifique en tus affliciones y trabajos, y te consuele, y esfuerce, como lo hizo con sus Apstoles y Discpulos.
Segundo Punto. Pondera en esta visita como Cristo se puso en medio de aquella Congregacin, porque quiere estar en medio de los suyos, y en medio de ti mismo, haciendo asiento y morada en tu corazn. Desocpalo de todo lo terreno, y ofrecelo enteramente para que venga a ti, y te visite, y consuele, y more contigo: pondera el sumo gozo de toda aquella santa compaa, viendo la gloria de su Maestro y Redemptor, como todos llegaran a adorarle, y reverenciarle, y servirle, y el amor y caricias con que los recibira y asegurara del miedo en que estaban de los Judios que lo perseguan: llega tu tambien a adorarle, y reverenciarle, y pdele Su bendicin, y parte del gozo que reparte de Su Gloriosa Resurreccin, y que te aliente, y te esfuerze para Su Santo Servicio.
Tercer Punto. Considera como les mostr Sus sagradas Llagas de las Manos, Pies y Costado, que respancederan en Su Cuerpo, glorioso ms que las estrellas en el cielo, aumentando Su hermosura: mira como se precia haber padecido por ti, para que tu te precies de padecer por l, y como las afrentas y llagas que se padecen en este mundo por la gloria de Dios y el bien de las almas, se convierte en la otra vida en margaritas y piedras preciossimas de gloria y honra y hermosura. Oh Seor, y quienes padecerian afrentas, azotes, heridas, insultos y muerte por Vos, como Vos los padecisteis por mi! Pdele al Seor esta gracia y anmate con Su ejemplo a padecer con alegra cualquier cosa que te viniere, por Su amor.
Cuarto Punto. Considera lo que dice el Evangelista San Juan que luego sopl y les di el Espritu Santo para perdonar pecados; no se content con slo darles tan crecido gozo, haciendoles participantes de la gloria de Su Resurreccin; sino juntamente dandoles con ella la plenitud del Espritu Santo para perdonar pecados; a esto vino Cristo al mundo especialmente, y a esto envi Sus Discpulos: no a casticar, sino a perdonar pecados; y para esto les comunic el Espritu Santo. Oh, si viniese a nuestras almas, y nos diera ese don, sobre todo el don de Su Santo Espritu; pdele que venga a la tuya, y que te haga eseta merced, perdonndote tus pecados con la liberalidad que perdon a los Apstoles, dndoles el aliento de Su boca. Oh Seor, si me dieses aliento de Vuestro aliento, y gracia para permanecer en Vuestra gracia, y el perdn de mis culpas, esto os pido y suplico: que me tengais de Vuestra mano para que os ofenda ms.
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