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Santa Francisca la Romana - En amoroso servicio y obediencia a la voluntad de Dios
Santa Francisca la Romana - En amoroso servicio y obediencia a la voluntad de Dios
Santa Francisca la Romana - En amoroso servicio y obediencia a la voluntad de Dios
Santa Francisca la Romana - En amoroso servicio y obediencia a la voluntad de Dios
 
 
 

 
 

La Visin de Santa Francisca la Romana de Orazio Gentileschi (1563-1639) ; 1615-19; Galleria Nazionale delle Marche, Urbino, Italia;
www.wga.hu
 
 
La paciencia y caridad de Santa Francisca
De la vida de Santa Francisca la Romana por Mara Magdalena Anguillaria, Superiora de las Oblatas de la Tor de Specchi
Caps. 6-7: Acta Sanctorum Martii 2, 188-189)


Dios prob la paciencia de Francisca no slo en su fortuna, sino tambin en su mismo cuerpo, hacindola experimentar largas y graves enfermedades, como se ha dicho antes y se dir luego. Sin embargo, no se pudo observar en ella ningn acto de impaciencia, ni mostr el menor signo de desagrado por la torpeza con que a veces la atendan.

Francisca manifest su entereza en la muerte prematura de sus hijos, a los que amaba tiernamente; siempre acept con serenidad la voluntad de Dios, dando gracias por todo lo que le aconteca. Con la misma paciencia soportaba a los que la criticaban, calumniaban y hablaban mal de su forma de vivir. Nunca se advirti en ella ni el ms leve indicio de aversin respecto de aquellas personas que hablaban mal de ella y de sus asuntos; al contrario, devolviendo bien por mal, rogaba a Dios continuamente por dichas personas.

Y ya que Dios no la haba elegido para que se preocupara exclusivamente de su santificacin, sino para que emplease los dones que l le haba concedido para la salud espiritual y corporal del prjimo, la haba dotado de tal bondad que, a quien le aconteca ponerse en contacto con ella, se senta inmediatamente cautivado por su amor y su estima, y se haca dcil a todas sus indicaciones. Es que, por el poder de Dios, sus palabras posean tal eficacia que con una breve exhortacin consolaba a los afligidos y desconsolados, tranquilizaba a los desasosegados, calmaba a los iracundos, reconciliaba a los enemigos, extingua odios y rencores inveterados, en una palabra, moderaba las pasiones de los hombres y las orientaba hacia su recto fin.

Por esto todo el mundo recurra a Francisca como a un asilo seguro, y todos encontraban consuelo, aunque reprenda severamente a los pecadores y censuraba sin timidez a los que haban ofendido o eran ingratos a Dios.

Francisca, entre las diversas enfermedades mortales y pestes que abundaban en Roma, despreciando todo peligro de contagio, ejercitaba su misericordia con todos los desgraciados y todos los que necesitaban ayuda de los dems. Fcilmente los encontraba; en primer lugar les incitaba a la expiacin uniendo sus padecimientos a los de Cristo, despus les atenda con todo cuidado, exhortndoles amorosamente a que aceptasen gustosos todas las incomodidades como venidas de la mano de Dios, y a que las soportasen por el amor de aquel que haba sufrido tanto por ellos.

Francisca no se contentaba con atender a los enfermos que poda recoger en su casa, sino que los buscaba en sus chozas y hospitales pblicos. All calmaba su sed, arreglaba sus camas y curaba sus lceras con tanto mayor cuidado cuanto ms f tidas o repugnantes eran.

Acostumbraba tambin a ir al hospital de Camposanto y all distribua entre los ms necesitados alimentos y delicados manjares. Cuando volva a casa, llevaba consigo los harapos y los paos sucios y los lavaba cuidadosamente y planchaba con esmero, colocndolos entre aromas, como si fueran a servir para su mismo Seor.

Durante treinta aos desempe Francisca este servicio a los enfermos, es decir, mientras vivi en casa de su marido, y tambin durante este tiempo realizaba frecuentes visitas a los hospitales de Santa Mara, de Santa Cecilia en el Trastvere, del Espritu Santo y de Camposanto. Y, como durante este tiempo en el que abundaban las enfermedades contagiosas, era muy difcil encontrar no slo mdicos que curasen los cuerpos, sino tambin sacerdotes que se preocupasen de lo necesario para el alma, ella misma los buscaba y los llevaba a los enfermos que ya estaban preparados para recibir la penitencia y la eucarista. Para poder actuar con ms libertad, ella misma retribua de su propio peculio a aquellos sacerdotes que atendan en los hospitales a los enfermos que ella les indicaba.


ORACIN

Oh Dios, que nos diste en santa Francisca Romana modelo singular de vida matrimonial y monstica, concdenos vivir en tu servicio con tal perseverancia, que podamos descubrirte y seguirte en todas las circunstancias de la vida. Por nuestro Seor Jesucristo. Amn.


 
La paciencia y caridad de Santa Francisca
De la vida de Santa Francisca la Romana por Mara Magdalena Anguillaria, Superiora de las Oblatas de la Tor de Specchi
Caps. 6-7: Acta Sanctorum Martii 2, 188-189)


Dios prob la paciencia de Francisca no slo en su fortuna, sino tambin en su mismo cuerpo, hacindola experimentar largas y graves enfermedades, como se ha dicho antes y se dir luego. Sin embargo, no se pudo observar en ella ningn acto de impaciencia, ni mostr el menor signo de desagrado por la torpeza con que a veces la atendan.

Francisca manifest su entereza en la muerte prematura de sus hijos, a los que amaba tiernamente; siempre acept con serenidad la voluntad de Dios, dando gracias por todo lo que le aconteca. Con la misma paciencia soportaba a los que la criticaban, calumniaban y hablaban mal de su forma de vivir. Nunca se advirti en ella ni el ms leve indicio de aversin respecto de aquellas personas que hablaban mal de ella y de sus asuntos; al contrario, devolviendo bien por mal, rogaba a Dios continuamente por dichas personas.

Y ya que Dios no la haba elegido para que se preocupara exclusivamente de su santificacin, sino para que emplease los dones que l le haba concedido para la salud espiritual y corporal del prjimo, la haba dotado de tal bondad que, a quien le aconteca ponerse en contacto con ella, se senta inmediatamente cautivado por su amor y su estima, y se haca dcil a todas sus indicaciones. Es que, por el poder de Dios, sus palabras posean tal eficacia que con una breve exhortacin consolaba a los afligidos y desconsolados, tranquilizaba a los desasosegados, calmaba a los iracundos, reconciliaba a los enemigos, extingua odios y rencores inveterados, en una palabra, moderaba las pasiones de los hombres y las orientaba hacia su recto fin.

Por esto todo el mundo recurra a Francisca como a un asilo seguro, y todos encontraban consuelo, aunque reprenda severamente a los pecadores y censuraba sin timidez a los que haban ofendido o eran ingratos a Dios.

Francisca, entre las diversas enfermedades mortales y pestes que abundaban en Roma, despreciando todo peligro de contagio, ejercitaba su misericordia con todos los desgraciados y todos los que necesitaban ayuda de los dems. Fcilmente los encontraba; en primer lugar les incitaba a la expiacin uniendo sus padecimientos a los de Cristo, despus les atenda con todo cuidado, exhortndoles amorosamente a que aceptasen gustosos todas las incomodidades como venidas de la mano de Dios, y a que las soportasen por el amor de aquel que haba sufrido tanto por ellos.

Francisca no se contentaba con atender a los enfermos que poda recoger en su casa, sino que los buscaba en sus chozas y hospitales pblicos. All calmaba su sed, arreglaba sus camas y curaba sus lceras con tanto mayor cuidado cuanto ms f tidas o repugnantes eran.

Acostumbraba tambin a ir al hospital de Camposanto y all distribua entre los ms necesitados alimentos y delicados manjares. Cuando volva a casa, llevaba consigo los harapos y los paos sucios y los lavaba cuidadosamente y planchaba con esmero, colocndolos entre aromas, como si fueran a servir para su mismo Seor.

Durante treinta aos desempe Francisca este servicio a los enfermos, es decir, mientras vivi en casa de su marido, y tambin durante este tiempo realizaba frecuentes visitas a los hospitales de Santa Mara, de Santa Cecilia en el Trastvere, del Espritu Santo y de Camposanto. Y, como durante este tiempo en el que abundaban las enfermedades contagiosas, era muy difcil encontrar no slo mdicos que curasen los cuerpos, sino tambin sacerdotes que se preocupasen de lo necesario para el alma, ella misma los buscaba y los llevaba a los enfermos que ya estaban preparados para recibir la penitencia y la eucarista. Para poder actuar con ms libertad, ella misma retribua de su propio peculio a aquellos sacerdotes que atendan en los hospitales a los enfermos que ella les indicaba.


ORACIN

Oh Dios, que nos diste en santa Francisca Romana modelo singular de vida matrimonial y monstica, concdenos vivir en tu servicio con tal perseverancia, que podamos descubrirte y seguirte en todas las circunstancias de la vida. Por nuestro Seor Jesucristo. Amn.




 
 
 
 
9 de Marzo - Santa Francisca la Romana - En amoroso servicio y obediencia a la voluntad de Dios - Esposa, Madre, Viuda, Mstica, Oblata Benedictina


 
 

Este sitio es dedicado a Nuestro Seor Jesucristo
en la Santsima Virgen Mara
para la Gloria de Dios

  La Bendicin Apostlica de la Santa Sede en Roma se imparta (28 de Octubre, 2013)
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OUR FATHER

Our Father, Who Art In Heaven
Hallowed Be Thy Name.
Thy Kingdom come,
Thy Will be done
On earth as it is in Heaven.
Give us this day our daily bread
And forgive us our trespasses
As we forgive those who trespass against us.
Liberate us from all temptation[*]
And deliver us from all evil. Amen



[*] Liberate us is in keeping with the original Latin text.
       God usually does not "lead us" to temptation
       (unless we are tested),
       but gives us the grace to overcome and/or resist it
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HAIL MARY

Hail Mary, full of grace
The Lord is with thee.
Blessed art though among women,
And blessed is the fruit
Of thy womb, Jesus.
 
Holy Mary, Mary of God
Pray for us sinners
Now, and in the hour
Of our death. Amen


 
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APOSTLE'S CREED
I believe in God, the Father Almighty
Creator of Heaven and earth;
And in Jesus Christ, His Only Son, our Lord;
Who was conceived by the
[work and grace of the] Holy Ghost,[*]
Born of the Virgin Mary,
Suffered under Pontius Pilate,
Was crucified, died and was buried.
He descended into the Dead.[**]
On the third day, He rose again;
He ascended into Heaven,
And sits at the right hand of God,
the Father Almighty.
From thence he shall come to judge
the living and the dead.
 
I believe in the Holy Ghost,[*]
The Holy Catholic Church,
The communion of saints,
The forgiveness of sins.
The resurrection of the body,
And life everlasting. Amen

[*] Holy Ghost: may be substituted with the current Holy Spirit.
[**] the Dead: "inferi", the underworld or the dead in Latin.
X
GLORIA

Glory be to the Father, and to the Son,
and to the Holy Ghost[*],
as it was in the beginning, is now,
and ever shall be, world without end.
Amen

[*] Holy Ghost: may be substituted with the current Holy Spirit.
X
DE PROFUNDIS

Out of the depths I have cried to Thee, O Lord:
Lord, hear my voice.
Let Thine ears be attentive
to the voice of my supplication.

If thou, O Lord, wilt mark iniquities:
Lord, who shall abide it.
For with Thee there is merciful forgiveness:
and because of Thy law,
I have waited for Thee, O Lord.

My soul hath waited on His word:
my soul hath hoped in the Lord.
From the morning-watch even until night,
let Israel hope in the Lord.

For with the Lord there is mercy:
and with Him plenteous redemption.
And He shall redeem Israel
from all her iniquities.

Glory be to the Father, and to the Son,
and to the Holy Ghost[*],
as it was in the beginning, is now,
and ever shall be, world without end.
Amen

[*] Holy Ghost: may be substituted with the current Holy Spirit.
X
DE PROFUNDIS

Out of the depths I have cried to Thee, O Lord:
Lord, hear my voice.
Let Thine ears be attentive to the voice
of my supplication.

If thou, O Lord, wilt mark iniquities:
Lord, who shall abide it.
For with Thee there is merciful forgiveness:
and because of Thy law,
I have waited for Thee, O Lord.

My soul hath waited on His word:
my soul hath hoped in the Lord.
From the morning-watch even until night,
let Israel hope in the Lord.

For with the Lord there is mercy:
and with Him plenteous redemption.
And He shall redeem Israel
from all his iniquities.

V. Eternal rest give unto them, O Lord.
R. And let perpetual light shine upon them.
V. From the gate of hell.
R. Deliver their souls, O Lord.
V. May they rest in peace.
R. Amen.
V. O Lord, hear my prayer.
R. And let my cry come unto Thee.
V. The Lord be with you.
R. And with Thy Spirit.

(50 days indulgence to all who pray the De Profundis with V. and R.
"Requiem aeternam" (Eternal Rest) three times a day.
Pope Leo XIII, February 3, 1888)


Let us pray:
O God, the Creator and Redeemer of all
the faithful, we beseech Thee to grant
to the souls of Thy servants the remission
of their sins, so that by our prayers
they may obtain pardon for which they long.
O Lord, who lives and reigns,
world without end. Amen

May they rest in peace. Amen

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PADRE NUESTRO

Padre Nuestro,
que estas en los Cielos
Santificado sea Tu Nombre;
Venga a nosotros tu Reino;
Hgase Tu Voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada da;
Perdona nuestras ofensas,
Como tambin nosotros
perdonamos a los que nos ofenden,
No nos dejes caer en la tentacin,
y lbranos del mal. Amén
 
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AVE MARA

Dios te salve, Mara,
llena eres de gracia;
El Seor es Contigo;
Bendita T eres
entre todas las mujeres,
Y bendito es el fruto
De tu vientre, Jess.
 
Santa Mara,
Madre de Dios,
Ruega por nosotros
pecadores,
Ahora y en la hora
De nuestra muerte.
Amn
 
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CREDO
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo,
Su nico Hijo, Nuestro Seor,
Que fue concebido por obra
y gracia del Espritu Santo,
Naci de la Santa Mara Virgen;
Padeci bajo el poder de Poncio Pilato,
Fue crucificado, muerto y sepultado,
Descendi a los infiernos,
Al tercer da resucit de entre los muertos,
Subi a los cielos
Y est sentado a la derecha de Dios,
Padre Todopoderoso.
Desde all ha de venir a juzgar
a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espritu Santo,
La Santa Iglesia Catlica,
La comunin de los santos,
El perdn de los pecados,
La resurreccin de la carne
Y la vida eterna. Amn
 
 
CERRAR
DE PROFUNDIS

Desde lo hondo a Ti grito, Seor; Seor,
escucha mi voz;
Estn Tus oidos atentos
a la voz de mi splica.

Si llevas cuenta de los delitos, Seor,
quin podr resistir?
Pero de ti procede el perdn,
y as infundes respeto.
Mi alma espera en el Seor.

Espera en su palabra;
mi alma aguarda al Seor,
ms que el centinela la aurora.
Aguarda Israel al Seor.

Como el centinela la aurora;
porque del Seor viene la misericordia.
la redencin copiosa;
y l redimir a Israel de todos sus delitos.

Gloria al Padre, al Hijo y al
Espritu Santo,
como es desde el principio,
es ahora y ser por los siglos de los siglos.
Amn

X
GLORIA

Gloria al Padre, al Hijo y al
Espritu Santo,
como es desde el principio,
es ahora y ser por los siglos de los siglos.
Amn

CERRAR
DE PROFUNDIS y QUE DESCANSEN EN PAZ

Desde lo hondo a Ti grito, Seor;
Seor, escucha mi voz;
Estn Tus oidos atentos a
la voz de mi splica.

Si llevas cuenta de los delitos, Seor,
quin podr resistir?

Pero de ti procede el perdn,
y as infundes respeto.
Mi alma espera en el Seor.

Espera en su palabra;
mi alma aguarda al Seor,
ms que el centinela la aurora.
Aguarda Israel al Seor.

Como el centinela la aurora;
porque del Seor viene la misericordia,
la redencin copiosa;
y l redimir a Israel de todos sus delitos.

V. Dadles, Seor, a todas las almas
el descanso eterno.
R. Y haced lucir sobre ellas
vuestra eterna luz.
V. Que en paz descansen.
R. Amn.