Entregarse a esta imagen de Cristo como nio, con semejanza a una mueca, requiere que uno abandone el mundo de las preocupaciones de los adultos para vivir en un estado de fe y pura creencia. Honrar al Nio de Praga es una tradicin que se mantiene en muchos hogares en todo el mundo, ya que algunos creen que garantiza la estabilidad financiera y la abundancia. Hay varias novenas para el infante de Praga, una que refleja la intensidad de una situacin de emergencia, se debe hacer en un da, rezando la oracin una vez cada hora durante nueve horas seguidas.

La devocin a Cristo como un nio vestido de rey tiene sus races en el orden Carmelita de Espaa. Segn la tradicin, en 1555, Santa Teresa de vila dio una estatua del nio de Cristo, vestida en ropas reales, a una mujer noble que se casaba en una familia aristocrtica en Bohemia. Llevndola con ella a lo que ahora es la ciudad de Praga, su hija, la Princesa Polixena, la hered.

En 1623, la princesa Polyxena era viuda y eligi dedicar el resto de su vida a causas caritativas. Cuando vio la necesidad que tena el orden pobre de los Carmelitas, le entreg la estatua diciendo: "Te doy mi posesin ms querida; mientras veneres esta imagen, no te faltar nada"

Los monjes acreditaron esta imagen con la recuperacin inmediata de sus fortunas. Cuando fueron obligados a salir de su monasterio debido a una guerra en 1631, dejaron la estatua y el ejrcito invasor la arroj en un montn de basura.

En siete aos los Carmelitas regresaron a su monasterio de Praga, intentando desesperadamente reconstruirlo. Un monje, el padre Cirilo, que tena una devocin particularmente fuerte al Infante Divino, encontr la pequea estatua de cera entre los escombros. El nico dao causado a la estatua fueron sus manos trituradas.

Se decidi que los escasos fondos que la comunidad tena deban destinarse a cosas ms prcticas que la reparacin de una estatua. Mientras los monjes luchaban por reconstruir su antigua casa e iglesia, el Padre Cirilo oy las palabras: "Ten piedad de m y tendr compasin de ti, dame mis manos y te dar paz".

Despus de que la estatua fue reparada, los monjes otra vez la exhibieron en la iglesia principal. Como la ciudad de Praga sufri una epidemia, los feligreses comenzaron a invocar la pequea estatua para la ayuda. La respuesta rpida a sus oraciones llev a muchos en la regin circundante a buscar ayuda.

La devocin se extendi a muchos otros pases gradualmente. Hoy en da, la iglesia de Praga construida para sostener la estatua, Nuestra Seora de la Victoria, es un lugar de peregrinacin con visitantes de todo el mundo prestando sus respetos al Infante Divino.