En la Celebracin de la Epifana - El Seor da a conocer su salvacin en todo el orbe de la Tierra
El Seor da a cononcer su salvacin en todo el orbe de la tierra
Del Sermn de San Len Magno, papa
(Sermn 3 en Epiphania Domini, 1-3. 5: PL 54, 240-244)
(Sermn 3 en Epiphania Domini, 1-3. 5: PL 54, 240-244)
La providencia misericordiosa de Dios, cuando dispuso socorrer en la plenitud de los tiempos al mundo que pereca, determin salvar a todos los hombres en Cristo.
Ellos forman la incontable descendencia prometida en otro tiempo a Abraham, descendencia que haba de ser engendrada no segn la carne, sino por la fecundidad de la fe, y que por esto fue comparada a la multitud de las estrellas, para que la esperanza del padre de todas las gentes tuviera por objeto no una progenie terrena, sino celestial.
Entre, entre en la familia de los patriarcas la totalidad de los gentiles, y reciban los hijos de la promesa la bendicin de la descendencia de Abraham, a la que han renunciado los hijos segn la carne. En la persona de los tres magos adoren todos los pueblos al Autor del universo; y sea Dios conocido no slo en Judea, sino en todo el orbe, a fin de que en todas partes su fama sea grande en Israel.
Adoctrinados, amadsimos hermanos, por estos misterios de la gracia divina, celebremos, llenos de gozo espiritual, el da de nuestras primicias y el comienzo de la vocacin de los gentiles, dando gracias a Dios misericordioso que, como dice el Apstol, nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. l nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido; porque, como haba profetizado Isaas, el pueblo de los gentiles que caminaba en tinieblas vio una grande luz; sobre los que habitaban en tierra de sombras brill un intenso resplandor. De ellos dice el mismo profeta, dirigindose al Seor: T llamars a un pueblo desconocido, un pueblo que no te conoca correr hacia ti.
ste es el da que Abraham contempl y salt de gozo, al reconocer a los hijos de su fe que haban de ser bendecidos en su descendencia, que es Cristo; y, al contemplar de antemano que haba de ser por su fe padre de todas las gentes, dio gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios, que lo haba prometido, tena tambin poder para cumplirlo.
ste es el da que cant el salmista, cuando dijo: Todos los pueblos vendrn a postrarse en tu presencia, Seor, bendecirn tu nombre; y tambin: El Seor da a conocer su salvacin, revela a las naciones su justicia..
Sabemos que estas predicciones empezaron a cumplirse desde que la estrella hizo salir de su lejano pas a los tres magos, para que conocieran y adoraran al Rey de cielo y tierra. Su docilidad es para nosotros un ejemplo que nos exhorta a todos a que sigamos, segn nuestra capacidad, las invitaciones de la gracia, que nos lleva a Cristo.
Todos, amadsimos hermanos, debis emularos en este empeo, a fin de que brillis como hijos de la luz en el reino de Dios, al cual se llega por la integridad de la fe y por las buenas obras; por nuestro Seor Jesucristo, que vive y reina con Dios Padre y el Espritu Santo por los siglos de los siglos. Amn.
ORACIN
Seor, t que manifestaste a tu Hijo en este da a todas las naciones por medio de una estrella, concdenos, a los que ya te conocemos por la fe, llegar a contemplar, cara a cara, la hermosura infinita de tu gloria. Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amn.
El Seor da a cononcer su salvacin en todo el orbe de la tierra
Del Sermn de San Len Magno, papa
(Sermn 3 en Epiphania Domini, 1-3. 5: PL 54, 240-244)
(Sermn 3 en Epiphania Domini, 1-3. 5: PL 54, 240-244)
La providencia misericordiosa de Dios, cuando dispuso socorrer en la plenitud de los tiempos al mundo que pereca, determin salvar a todos los hombres en Cristo.
Ellos forman la incontable descendencia prometida en otro tiempo a Abraham, descendencia que haba de ser engendrada no segn la carne, sino por la fecundidad de la fe, y que por esto fue comparada a la multitud de las estrellas, para que la esperanza del padre de todas las gentes tuviera por objeto no una progenie terrena, sino celestial.
Entre, entre en la familia de los patriarcas la totalidad de los gentiles, y reciban los hijos de la promesa la bendicin de la descendencia de Abraham, a la que han renunciado los hijos segn la carne. En la persona de los tres magos adoren todos los pueblos al Autor del universo; y sea Dios conocido no slo en Judea, sino en todo el orbe, a fin de que en todas partes su fama sea grande en Israel.
Adoctrinados, amadsimos hermanos, por estos misterios de la gracia divina, celebremos, llenos de gozo espiritual, el da de nuestras primicias y el comienzo de la vocacin de los gentiles, dando gracias a Dios misericordioso que, como dice el Apstol, nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. l nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido; porque, como haba profetizado Isaas, el pueblo de los gentiles que caminaba en tinieblas vio una grande luz; sobre los que habitaban en tierra de sombras brill un intenso resplandor. De ellos dice el mismo profeta, dirigindose al Seor: T llamars a un pueblo desconocido, un pueblo que no te conoca correr hacia ti.
ste es el da que Abraham contempl y salt de gozo, al reconocer a los hijos de su fe que haban de ser bendecidos en su descendencia, que es Cristo; y, al contemplar de antemano que haba de ser por su fe padre de todas las gentes, dio gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios, que lo haba prometido, tena tambin poder para cumplirlo.
ste es el da que cant el salmista, cuando dijo: Todos los pueblos vendrn a postrarse en tu presencia, Seor, bendecirn tu nombre; y tambin: El Seor da a conocer su salvacin, revela a las naciones su justicia..
Sabemos que estas predicciones empezaron a cumplirse desde que la estrella hizo salir de su lejano pas a los tres magos, para que conocieran y adoraran al Rey de cielo y tierra. Su docilidad es para nosotros un ejemplo que nos exhorta a todos a que sigamos, segn nuestra capacidad, las invitaciones de la gracia, que nos lleva a Cristo.
Todos, amadsimos hermanos, debis emularos en este empeo, a fin de que brillis como hijos de la luz en el reino de Dios, al cual se llega por la integridad de la fe y por las buenas obras; por nuestro Seor Jesucristo, que vive y reina con Dios Padre y el Espritu Santo por los siglos de los siglos. Amn.
ORACIN
Seor, t que manifestaste a tu Hijo en este da a todas las naciones por medio de una estrella, concdenos, a los que ya te conocemos por la fe, llegar a contemplar, cara a cara, la hermosura infinita de tu gloria. Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amn.
6 de Enero - En la Celebracin de la Epifana - El Seor da a conocer su salvacin en todo el orbe de la Tierra - del Sermn sobre la Epifana del Seor de San Len Magno (400-461), Papa
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La Bendicin Apostlica de la Santa Sede en Roma se imparta (28 de Octubre, 2013)
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