Santa Isabel Ana Seton - Nuestro trabajo diario es hacer la Voluntad de Dios
Nuestro trabajo diario es hacer la voluntad de Dios
De una Conferencia a sus hijas espirituales por Isabel Ana Seton (1774-1821)
Te dir cul es mi gran ayuda. Una vez le o escuch que una vida interior significa que la continuacin de la vida de nuestro Salvador vive en nosotros; que el gran objeto de todos sus misterios es merecer la gracia de su vida interior y comunicrnosla, siendo el fin de su misin de conducirnos a la dulce tierra prometida, una vida de constante unin con l. Y cul fue la primera regla de la vida de nuestro querido Salvador? Sabes que era hacer la voluntad de su Padre. Pues bien, el primer fin que propongo en nuestro trabajo cotidiano es hacer la voluntad de Dios; En segundo lugar, hacerlo de la manera que l quiere; Y en tercer lugar, hacerlo porque es Su voluntad.
Yo s cul es Su voluntad gracias a los que me dirigen; todo lo que me pidan hacer, an si es tan pequeo en s mismo, es la voluntad de Dios para m. Luego, hzlo de la manera que l quiera, no cosiendo una cosa vieja como si fuera nueva, o una cosa nueva como si fuera vieja; sin preocuparte porque el horno est demasiado caliente, o sin estar en un alboroto porque est demasiado fro. Tu entiendes - no volar y conducir porque se apresura, no arrastrarse como un caracol porque nadie te empuja. Nuestro querido Salvador nunca estuvo en los extremos. El tercer objeto es hacer Su voluntad porque Dios la quiere, es decir, estar listo para dejar en cualquier momento y hacer cualquier otra cosa a la cual se te pueda llamar a hacer ...
Piensas que es muy difcil llevar una vida de tal moderacin a menos que mantengas tu ojo de fe siempre abierto. La perseverancia es una gran gracia. Para seguir ganando y avanzando cada da, debemos ser resueltos, y soportar y sufrir como lo hicieron nuestros benditos precursores. Cul de ellos gan el cielo sin luchar? Cules son nuestras pruebas reales? Por qu nombre los llamaremos? Uno se corta una cruz de orgullo; otra, de un descontento sin causa; otro, de una impaciencia inquieta o de una pcara irritacin. Pero, es el todo mejor que el juego de los nios si se mira con el ojo comn de la fe? Sin embargo, sabemos con certeza que nuestro Dios nos llama a una vida santa, que nos da toda gracia: toda gracia en abundancia; Y aunque somos tan dbiles nosotros mismos, esta gracia es capaz de llevarnos a travs de cada obstculo y dificultad.
Pero nos falta coraje para vigilar continuamente la naturaleza y, por lo tanto, ao tras ao, con nuestras mil gracias, resoluciones y promesas multiplicadas, corremos en un crculo de miseria e imperfecciones. Despus de mucho tiempo al servicio de Dios, llegamos casi al punto de donde partimos y tal vez con menos ardor por la penitencia y mortificacin que cuando comenzamos nuestra consagracin a l.
Ahora ests en tu primer enprendimiento. Colcate por encima de los vanos temores de la naturaleza y los esfuerzos de tu enemigo. Ustedes son hijas de la eternidad. Sus coronas inmortales les espera, y el mejor de los Padres espera all para recompensar sus deberes y amor. De hecho, tal vez siembres aqu lgrimas, pero pueden estar seguras de que han de cosechar en el Cielo, la alegra.
Nuestro trabajo diario es hacer la voluntad de Dios
De una Conferencia a sus hijas espirituales por Isabel Ana Seton (1774-1821)
Te dir cul es mi gran ayuda. Una vez le o escuch que una vida interior significa que la continuacin de la vida de nuestro Salvador vive en nosotros; que el gran objeto de todos sus misterios es merecer la gracia de su vida interior y comunicrnosla, siendo el fin de su misin de conducirnos a la dulce tierra prometida, una vida de constante unin con l. Y cul fue la primera regla de la vida de nuestro querido Salvador? Sabes que era hacer la voluntad de su Padre. Pues bien, el primer fin que propongo en nuestro trabajo cotidiano es hacer la voluntad de Dios; En segundo lugar, hacerlo de la manera que l quiere; Y en tercer lugar, hacerlo porque es Su voluntad.
Yo s cul es Su voluntad gracias a los que me dirigen; todo lo que me pidan hacer, an si es tan pequeo en s mismo, es la voluntad de Dios para m. Luego, hzlo de la manera que l quiera, no cosiendo una cosa vieja como si fuera nueva, o una cosa nueva como si fuera vieja; sin preocuparte porque el horno est demasiado caliente, o sin estar en un alboroto porque est demasiado fro. Tu entiendes - no volar y conducir porque se apresura, no arrastrarse como un caracol porque nadie te empuja. Nuestro querido Salvador nunca estuvo en los extremos. El tercer objeto es hacer Su voluntad porque Dios la quiere, es decir, estar listo para dejar en cualquier momento y hacer cualquier otra cosa a la cual se te pueda llamar a hacer ...
Piensas que es muy difcil llevar una vida de tal moderacin a menos que mantengas tu ojo de fe siempre abierto. La perseverancia es una gran gracia. Para seguir ganando y avanzando cada da, debemos ser resueltos, y soportar y sufrir como lo hicieron nuestros benditos precursores. Cul de ellos gan el cielo sin luchar? Cules son nuestras pruebas reales? Por qu nombre los llamaremos? Uno se corta una cruz de orgullo; otra, de un descontento sin causa; otro, de una impaciencia inquieta o de una pcara irritacin. Pero, es el todo mejor que el juego de los nios si se mira con el ojo comn de la fe? Sin embargo, sabemos con certeza que nuestro Dios nos llama a una vida santa, que nos da toda gracia: toda gracia en abundancia; Y aunque somos tan dbiles nosotros mismos, esta gracia es capaz de llevarnos a travs de cada obstculo y dificultad.
Pero nos falta coraje para vigilar continuamente la naturaleza y, por lo tanto, ao tras ao, con nuestras mil gracias, resoluciones y promesas multiplicadas, corremos en un crculo de miseria e imperfecciones. Despus de mucho tiempo al servicio de Dios, llegamos casi al punto de donde partimos y tal vez con menos ardor por la penitencia y mortificacin que cuando comenzamos nuestra consagracin a l.
Ahora ests en tu primer enprendimiento. Colcate por encima de los vanos temores de la naturaleza y los esfuerzos de tu enemigo. Ustedes son hijas de la eternidad. Sus coronas inmortales les espera, y el mejor de los Padres espera all para recompensar sus deberes y amor. De hecho, tal vez siembres aqu lgrimas, pero pueden estar seguras de que han de cosechar en el Cielo, la alegra.
4 de Enero - Santa Isabel Ana Seton (1774-1821) - Nuestro trabajo diario es hacer la Voluntad de Dios
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