El Triunfo de la Iglesia Catolica y por qu es perseguida
Por qu el Mundo Continuamente Persigue a la Iglesia
Originando del cumplimiento de esta profeca est manifestado el hecho que quien la hizo predijo el futuro. Se ha logrado en los Apstoles, cuyas luchas y sufrimientos las describe San Pablo de esta manera: "Dios ha enviado a nosotros Apstoles, los ms recientes, como si fueramos, por decirlo as, hombres destinados a la muerte; esto es porque somos como reducidos a un espectculo para el mundo, para los ngeles, y para los hombres ... somos hechos en la basura de este mundo, el rechazo por parte de todos, hasta ahora" (1 Corintianos 4: 9-13) Esta profeca no fue previsto simplemente para los Apstoles, sino para toda la Iglesia en todas las pocas. Y esto se ha cumplido a traves de todos los siglos de su existencia, desde la persecuciones sangrientas de los primeros siglos hasta las maquinaciones infernales de nuestros das actuales. Entonces, cual es la razon por que esta persecucin continua? Sin mencionar que en la providencia de Dios la verdad y gloria de la Iglesia son manifestadas de esta forma, y los siguientes motivos le son asignados:
I. La Iglesia no es una nia del mundo;
II. Ella combata las mximas del mundo; y
III. Ella no puede ser conquistada por el mundo.
I. La Iglesia no es una nia del mundo; Su Origen proviene del Cielo.
El mundo no antagoniza a la Iglesia porque cree que ella es merecedora de odio. Acaso, que crmenes ha cometido esta hija del Cielo? Para ella, las palabras sobre su Esposo las cuales la describen concordan correctamente: "l and por doquier obrando el bien, curando a todos ... ya que Dios estaba con l" (Hechos 10: 38) Hasta desde un punto de visto temporal, la Iglesia es la mayor benefactora de la humanidad. "Si no hubiera sido por la Iglesia, Europa se hubiera convertido en una presa de la tirana de dspotas, el teatro de guerras perpetuas, o el selva salvaje para los Mogols." (Las palabras de Herder, un Protestante!)
El verdadero motivo de la guerra del mundo contra la Iglesia es por el hecho que ella no es uno de sus miembros. Como su Divino Maestro, ella descendi a nosotros de un mundo mejor y, por lo tanto, es dotada con un espritu opuesto al espritu del mundo (Juan 15: 18,19). "Si el mundo te odia, sepas que me odi a mi antes que te odiara a ti. Si hubieras pertenecido al mundo, el mundo te amara por ser uno de los suyos; pero porque no eres parte del mundo, sino que has elegido estar fuera del mundo, entonces, el mundo te odia." El mundo persigui a nuestro Salvador, en su tierna infancia, en su madurez, y luego de muchos ultrakes e insultos, finalmente, lo crucific. "El sirviente no es mas grandioso que su amo."
Por esta razn, el espritu del mundo se opone amargamente al espritu de la Iglesia.
San Juan ha explicado el espritu del mundo con estas pocas palabras: "Si cualquier hombre ama el mundo, la caridad del Padre no est en el. Por todo lo que est en el mundo, es la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y el orgullo de la vida; todo esto no es del Padre, sino del mundo" (1 Juan 2: 15,16). Estas son las tres fuentes sucias y envenenosas de las cuales se originan todos los deseos mundanales.
La Iglesia exhorta a sus hijos, si desean ser miembros vivientes del sacratisimo cuerpo de Jesucristo, a no ceder a la concupiscencia de la carne, ni a amarrar sus corazones a cosas pereceeras, sino en vez a conquistar el orgullo con la lista obediencia a Dios y sus representantes en la tierra.
Por lo tanto, el mundo siempre ser hostil a la Iglesia. La caridad o amistad no puede existir entre personas con espritus y ocupaciones opuestas. "Predicamops a Cristo crucificado; esto es una traba para los Judios; para los Gentiles, una tonteria; pero a los que son llamados, es el poder de Dios, y la sabidura de Dios" (1 Corintios 1: 23,24). En este sentido, entendemos las palabras de nuestro Salvador: "No piensen que he venido a traer paz sobre la tierra; he venido no para traer paz, sino la espada. Es que he venido para colocar a un hombre en desacuerdo con su padre, y a una hija en contra de su madre, y una nuera en contra de su suegra" (Mateo 10: 34-36).
De todo esto se deduce lo siguiente:
Que una reconciliacin entre el mundo y Cristo no puede ser lograda al menos que se haga un compromiso, o un cambio radical de sentimientos. O el mundo deja de ser el mundo, o la Iglesia deha de ser la Iglesia. Debido que ninguna de estas dos contingencias ocurrirn, continuaran siendo enemigos hasta el fin del mundo.
Este combate se har ms y ms feroz cuanto mas el mundo se empecine en lograr sus diseos malvados. Por lo tanto la guerra presente es lanzada contra la Iglesia por todo el universo, y por ende, hombres ridiculan las demandas estrictas de la Iglesia, y las representan como incompatibles con la debilidad o flaqueza de la naturaleza humana. Si la Iglesia renunciara sus misterios; si ella solo soltaraa lo shombres de la obligacin de obedecer a superiores espirutales, a condesar pecados, a atender la Misa, a ayunar, etc., el mundo se reconciliara muy pronto con ella. Si tu, mi querido, eres odiado por cuenta de tu vida Cristiana, "regocijate y s desbordate en felicidad, porque tu premio en el Cielo es muy grande" (Mateo 5: 12).
II. La Iglesia combata las mximas del mundo
La Iglesia aparece ante el mundo con la intencin de imponer a los hombres el dulce yugo de Jesucristo. Ella aparece en obediencia a la palabra de Jesucristo, quien dijo: "Todo poder me es dado en el cielo y en la tierra: Id, pues, y ensea a todas las naciones, bautizndolos en el nombre del Padre y del Hijo Y del Espritu Santo, ensendoles a guardar todo lo que yo os he mandado; y he aqu, yo estoy con vosotros todos los das, hasta la consumacin del mundo ". (Mateo 28: 18-20). "Amn, os digo que todo lo que atis en la tierra ser atado tambin en el cielo, y todo lo que desate sobre la tierra, ser desatado tambin en el cielo". (Mateo 18:18) Es sorprendente que el mundo se levante contra esta afirmacin de la Iglesia y la autoridad de su Fundador, en el lenguaje de esos ciudadanos rebeldes en la parbola evanglica: "No vamos a tener a este hombre Reinando sobre nosotros?" (Lucas 19:14).
A todos los hombres sin excepcin, cualquiera que sea su estado de vida, la Iglesia repite las exigencias de su Seor y Maestro. Ella dice con San Juan a los reyes ya los poderosos de la tierra: "No es lcito para ti" (Mateo 14: 4); Y con sus sbditos, dice con el Apstol: Teme a Dios, honra al rey. (1 Pedro 2: 17). Ella dice a los ricos: "Es ms fcil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un hombre rico para entrar en el reino de los cielos". (Mateo 19:24.) Ella refrena a los pobres de la violencia, consolndolos por la afirmacin de Jess, que Lzaro, por haber soportado pacientemente sus sufrimientos, fue llevado por los Santos ngeles al seno de Abraham. A los orgullosos dice: "A menos que se conviertan y se hagan pequeos, no entrarn en el reino de los cielos". Ella amenaza a todos los pecadores con el castigo eterno. Ahora bien, la naturaleza del hombre es tal que se siente indignado con el reproche y la correccin. "Vosotros me recibisteis como un ngel de Dios, como Cristo Jess", escribi San Pablo a los Glatas; "Dnde est entonces tu bienaventuranza?, porque te doy testimonio de que, si pudieras hacerlo, te habras arrancado tus propios ojos y me los hubieras dado, me he convertido en tu enemigo en decirte la verdad?" El gran afecto que estas personas recibieron por el Apstol, desapareci tan pronto como l les lanz una palabra de reproche. Tal es el destino de la Iglesia.
El mundo en sus asaltos a la Iglesia es ayudado por el diablo, el prncipe del mundo, que tiembla por continuar su dominio. "Qu tenemos contigo, Jess, Hijo de Dios, has venido aqu para atormentarnos antes de tiempo?" (Mateo 8:29). Por lo tanto los demonios, gritando, dieron testimonio del poder y la gloria del Seor. Satans, tambin conociendo el poder y la gloria de la Iglesia, usa todos los esfuerzos posibles para mantener su dominio, al llevar adelante contra ella una guerra incesante.
No le hagas la guerra a tu Santa Madre, la Iglesia, con una vida pecaminosa y una conducta anticristiana, si no quieres que tus pasiones no te transformen de hijos a enemigos de la Novia de Cristo.
III. La Iglesia no puede ser conquistada por el mundo
Los generosos combatientes nunca harn uso de armas ignominiosas. El mundo, en sus asaltos a la Iglesia, emplea las armas de base de la tergiversacin, la calumnia y la fuerza brutal. -Las mentiras histricas sobre la vida de los Papas, la Noche de San Bartolom, - falsas exposiciones de sus doctrinas, - calumnias contra Sus dignatarios e instituciones religiosas, etc., cul es la explicacin de esta amarga oposicin de estas medidas deshonrosas? Es porque sus enemigos saben por una experiencia de dieciocho siglos, que la Iglesia siempre ha sido victoriosa. Y en lugar de reconocer en ella el dedo de Dios, se vuelven ms enfurecidos contra ella. Su fuerza y belleza, sin embargo, slo han sido renovadas y aumentadas por la atroz crueldad de los Judos, la sangrienta persecucin de los gentiles, los cismas y herejas de los nios infieles, las pretensiones de reyes y emperadores.
La hermosa vida de Jos de Egipto es una verdadera figura de la vida de la Iglesia. "Israel am a Jos por encima de todos sus hijos, porque lo tuvo en su vejez, y le hizo una capa de diversos colores, y sus hermanos, viendo que era amado por su padre ms que todos sus hijos, No poda hablar pacficamente con l". Contemplan la Iglesia y el mundo? La Iglesia que es amada por Dios como su esposa y cuerpo mstico, vestida con la vestidura ms resplandeciente de su gracia, es odiada por los hijos del mundo.
Por visiones maravillosas el Seor revel la gloria futura de su amado Jos, de donde, sus hermanos lo odiaban ms. "He aqu que viene el soador, venid, matmosle, y echmoslo en alguna vieja fosa." Y habran hecho efectivamente su inicuo propsito, pero por los esfuerzos de Judas, su hermano. Las doctrinas de nuestra Iglesia y las promesas hechas a ella por su divino Fundador, son meros sueos vanos a los ojos del mundo, y para probarlos -si es posible- no se aparta de la crueldad. Sin embargo, el hermano protector nunca ha faltado todava. Despus de muchas pruebas, Jos fue recibido en la corte del rey. (Gnesis 41: 42). Al fin, sus hermanos, al punto de morir de hambre, se volvieron a l en busca de ayuda, y los salv de la muerte. Cuando las miserias y las calamidades abruman a las naciones en castigo de sus crmenes, la Iglesia es una vez ms reconocida y alabada como el refugio y la salvacin de la humanidad.
Tenemos buenas razones para mirar con confianza hacia el futuro. Cuanto mayores sean las persecuciones, mayores sern sus beneficios y bendiciones. "Como slo la mujer de Cana toc a nuestro Seor, mientras la multitud se oprima contra l, as la Iglesia es presionada por muchos, tocada por pocos". (San Agustn).
Por qu el Mundo Continuamente Persigue a la Iglesia
Originando del cumplimiento de esta profeca est manifestado el hecho que quien la hizo predijo el futuro. Se ha logrado en los Apstoles, cuyas luchas y sufrimientos las describe San Pablo de esta manera: "Dios ha enviado a nosotros Apstoles, los ms recientes, como si fueramos, por decirlo as, hombres destinados a la muerte; esto es porque somos como reducidos a un espectculo para el mundo, para los ngeles, y para los hombres ... somos hechos en la basura de este mundo, el rechazo por parte de todos, hasta ahora" (1 Corintianos 4: 9-13) Esta profeca no fue previsto simplemente para los Apstoles, sino para toda la Iglesia en todas las pocas. Y esto se ha cumplido a traves de todos los siglos de su existencia, desde la persecuciones sangrientas de los primeros siglos hasta las maquinaciones infernales de nuestros das actuales. Entonces, cual es la razon por que esta persecucin continua? Sin mencionar que en la providencia de Dios la verdad y gloria de la Iglesia son manifestadas de esta forma, y los siguientes motivos le son asignados:
I. La Iglesia no es una nia del mundo;
II. Ella combata las mximas del mundo; y
III. Ella no puede ser conquistada por el mundo.
I. La Iglesia no es una nia del mundo; Su Origen proviene del Cielo.
El mundo no antagoniza a la Iglesia porque cree que ella es merecedora de odio. Acaso, que crmenes ha cometido esta hija del Cielo? Para ella, las palabras sobre su Esposo las cuales la describen concordan correctamente: "l and por doquier obrando el bien, curando a todos ... ya que Dios estaba con l" (Hechos 10: 38) Hasta desde un punto de visto temporal, la Iglesia es la mayor benefactora de la humanidad. "Si no hubiera sido por la Iglesia, Europa se hubiera convertido en una presa de la tirana de dspotas, el teatro de guerras perpetuas, o el selva salvaje para los Mogols." (Las palabras de Herder, un Protestante!)
El verdadero motivo de la guerra del mundo contra la Iglesia es por el hecho que ella no es uno de sus miembros. Como su Divino Maestro, ella descendi a nosotros de un mundo mejor y, por lo tanto, es dotada con un espritu opuesto al espritu del mundo (Juan 15: 18,19). "Si el mundo te odia, sepas que me odi a mi antes que te odiara a ti. Si hubieras pertenecido al mundo, el mundo te amara por ser uno de los suyos; pero porque no eres parte del mundo, sino que has elegido estar fuera del mundo, entonces, el mundo te odia." El mundo persigui a nuestro Salvador, en su tierna infancia, en su madurez, y luego de muchos ultrakes e insultos, finalmente, lo crucific. "El sirviente no es mas grandioso que su amo."
Por esta razn, el espritu del mundo se opone amargamente al espritu de la Iglesia.
San Juan ha explicado el espritu del mundo con estas pocas palabras: "Si cualquier hombre ama el mundo, la caridad del Padre no est en el. Por todo lo que est en el mundo, es la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y el orgullo de la vida; todo esto no es del Padre, sino del mundo" (1 Juan 2: 15,16). Estas son las tres fuentes sucias y envenenosas de las cuales se originan todos los deseos mundanales.
La Iglesia exhorta a sus hijos, si desean ser miembros vivientes del sacratisimo cuerpo de Jesucristo, a no ceder a la concupiscencia de la carne, ni a amarrar sus corazones a cosas pereceeras, sino en vez a conquistar el orgullo con la lista obediencia a Dios y sus representantes en la tierra.
Por lo tanto, el mundo siempre ser hostil a la Iglesia. La caridad o amistad no puede existir entre personas con espritus y ocupaciones opuestas. "Predicamops a Cristo crucificado; esto es una traba para los Judios; para los Gentiles, una tonteria; pero a los que son llamados, es el poder de Dios, y la sabidura de Dios" (1 Corintios 1: 23,24). En este sentido, entendemos las palabras de nuestro Salvador: "No piensen que he venido a traer paz sobre la tierra; he venido no para traer paz, sino la espada. Es que he venido para colocar a un hombre en desacuerdo con su padre, y a una hija en contra de su madre, y una nuera en contra de su suegra" (Mateo 10: 34-36).
De todo esto se deduce lo siguiente:
Que una reconciliacin entre el mundo y Cristo no puede ser lograda al menos que se haga un compromiso, o un cambio radical de sentimientos. O el mundo deja de ser el mundo, o la Iglesia deha de ser la Iglesia. Debido que ninguna de estas dos contingencias ocurrirn, continuaran siendo enemigos hasta el fin del mundo.
Este combate se har ms y ms feroz cuanto mas el mundo se empecine en lograr sus diseos malvados. Por lo tanto la guerra presente es lanzada contra la Iglesia por todo el universo, y por ende, hombres ridiculan las demandas estrictas de la Iglesia, y las representan como incompatibles con la debilidad o flaqueza de la naturaleza humana. Si la Iglesia renunciara sus misterios; si ella solo soltaraa lo shombres de la obligacin de obedecer a superiores espirutales, a condesar pecados, a atender la Misa, a ayunar, etc., el mundo se reconciliara muy pronto con ella. Si tu, mi querido, eres odiado por cuenta de tu vida Cristiana, "regocijate y s desbordate en felicidad, porque tu premio en el Cielo es muy grande" (Mateo 5: 12).
II. La Iglesia combata las mximas del mundo
La Iglesia aparece ante el mundo con la intencin de imponer a los hombres el dulce yugo de Jesucristo. Ella aparece en obediencia a la palabra de Jesucristo, quien dijo: "Todo poder me es dado en el cielo y en la tierra: Id, pues, y ensea a todas las naciones, bautizndolos en el nombre del Padre y del Hijo Y del Espritu Santo, ensendoles a guardar todo lo que yo os he mandado; y he aqu, yo estoy con vosotros todos los das, hasta la consumacin del mundo ". (Mateo 28: 18-20). "Amn, os digo que todo lo que atis en la tierra ser atado tambin en el cielo, y todo lo que desate sobre la tierra, ser desatado tambin en el cielo". (Mateo 18:18) Es sorprendente que el mundo se levante contra esta afirmacin de la Iglesia y la autoridad de su Fundador, en el lenguaje de esos ciudadanos rebeldes en la parbola evanglica: "No vamos a tener a este hombre Reinando sobre nosotros?" (Lucas 19:14).
A todos los hombres sin excepcin, cualquiera que sea su estado de vida, la Iglesia repite las exigencias de su Seor y Maestro. Ella dice con San Juan a los reyes ya los poderosos de la tierra: "No es lcito para ti" (Mateo 14: 4); Y con sus sbditos, dice con el Apstol: Teme a Dios, honra al rey. (1 Pedro 2: 17). Ella dice a los ricos: "Es ms fcil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un hombre rico para entrar en el reino de los cielos". (Mateo 19:24.) Ella refrena a los pobres de la violencia, consolndolos por la afirmacin de Jess, que Lzaro, por haber soportado pacientemente sus sufrimientos, fue llevado por los Santos ngeles al seno de Abraham. A los orgullosos dice: "A menos que se conviertan y se hagan pequeos, no entrarn en el reino de los cielos". Ella amenaza a todos los pecadores con el castigo eterno. Ahora bien, la naturaleza del hombre es tal que se siente indignado con el reproche y la correccin. "Vosotros me recibisteis como un ngel de Dios, como Cristo Jess", escribi San Pablo a los Glatas; "Dnde est entonces tu bienaventuranza?, porque te doy testimonio de que, si pudieras hacerlo, te habras arrancado tus propios ojos y me los hubieras dado, me he convertido en tu enemigo en decirte la verdad?" El gran afecto que estas personas recibieron por el Apstol, desapareci tan pronto como l les lanz una palabra de reproche. Tal es el destino de la Iglesia.
El mundo en sus asaltos a la Iglesia es ayudado por el diablo, el prncipe del mundo, que tiembla por continuar su dominio. "Qu tenemos contigo, Jess, Hijo de Dios, has venido aqu para atormentarnos antes de tiempo?" (Mateo 8:29). Por lo tanto los demonios, gritando, dieron testimonio del poder y la gloria del Seor. Satans, tambin conociendo el poder y la gloria de la Iglesia, usa todos los esfuerzos posibles para mantener su dominio, al llevar adelante contra ella una guerra incesante.
No le hagas la guerra a tu Santa Madre, la Iglesia, con una vida pecaminosa y una conducta anticristiana, si no quieres que tus pasiones no te transformen de hijos a enemigos de la Novia de Cristo.
III. La Iglesia no puede ser conquistada por el mundo
Los generosos combatientes nunca harn uso de armas ignominiosas. El mundo, en sus asaltos a la Iglesia, emplea las armas de base de la tergiversacin, la calumnia y la fuerza brutal. -Las mentiras histricas sobre la vida de los Papas, la Noche de San Bartolom, - falsas exposiciones de sus doctrinas, - calumnias contra Sus dignatarios e instituciones religiosas, etc., cul es la explicacin de esta amarga oposicin de estas medidas deshonrosas? Es porque sus enemigos saben por una experiencia de dieciocho siglos, que la Iglesia siempre ha sido victoriosa. Y en lugar de reconocer en ella el dedo de Dios, se vuelven ms enfurecidos contra ella. Su fuerza y belleza, sin embargo, slo han sido renovadas y aumentadas por la atroz crueldad de los Judos, la sangrienta persecucin de los gentiles, los cismas y herejas de los nios infieles, las pretensiones de reyes y emperadores.
La hermosa vida de Jos de Egipto es una verdadera figura de la vida de la Iglesia. "Israel am a Jos por encima de todos sus hijos, porque lo tuvo en su vejez, y le hizo una capa de diversos colores, y sus hermanos, viendo que era amado por su padre ms que todos sus hijos, No poda hablar pacficamente con l". Contemplan la Iglesia y el mundo? La Iglesia que es amada por Dios como su esposa y cuerpo mstico, vestida con la vestidura ms resplandeciente de su gracia, es odiada por los hijos del mundo.
Por visiones maravillosas el Seor revel la gloria futura de su amado Jos, de donde, sus hermanos lo odiaban ms. "He aqu que viene el soador, venid, matmosle, y echmoslo en alguna vieja fosa." Y habran hecho efectivamente su inicuo propsito, pero por los esfuerzos de Judas, su hermano. Las doctrinas de nuestra Iglesia y las promesas hechas a ella por su divino Fundador, son meros sueos vanos a los ojos del mundo, y para probarlos -si es posible- no se aparta de la crueldad. Sin embargo, el hermano protector nunca ha faltado todava. Despus de muchas pruebas, Jos fue recibido en la corte del rey. (Gnesis 41: 42). Al fin, sus hermanos, al punto de morir de hambre, se volvieron a l en busca de ayuda, y los salv de la muerte. Cuando las miserias y las calamidades abruman a las naciones en castigo de sus crmenes, la Iglesia es una vez ms reconocida y alabada como el refugio y la salvacin de la humanidad.
Tenemos buenas razones para mirar con confianza hacia el futuro. Cuanto mayores sean las persecuciones, mayores sern sus beneficios y bendiciones. "Como slo la mujer de Cana toc a nuestro Seor, mientras la multitud se oprima contra l, as la Iglesia es presionada por muchos, tocada por pocos". (San Agustn).
Por qu el Mundo Continuamente Persigue a la Iglesia
Originando del cumplimiento de esta profeca est manifestado el hecho que quien la hizo predijo el futuro. Se ha logrado en los Apstoles, cuyas luchas y sufrimientos las describe San Pablo de esta manera: "Dios ha enviado a nosotros Apstoles, los ms recientes, como si fueramos, por decirlo as, hombres destinados a la muerte; esto es porque somos como reducidos a un espectculo para el mundo, para los ngeles, y para los hombres ... somos hechos en la basura de este mundo, el rechazo por parte de todos, hasta ahora" (1 Corintianos 4: 9-13) Esta profeca no fue previsto simplemente para los Apstoles, sino para toda la Iglesia en todas las pocas. Y esto se ha cumplido a traves de todos los siglos de su existencia, desde la persecuciones sangrientas de los primeros siglos hasta las maquinaciones infernales de nuestros das actuales. Entonces, cual es la razon por que esta persecucin continua? Sin mencionar que en la providencia de Dios la verdad y gloria de la Iglesia son manifestadas de esta forma, y los siguientes motivos le son asignados:
I. La Iglesia no es una nia del mundo;
II. Ella combata las mximas del mundo; y
III. Ella no puede ser conquistada por el mundo.
I. La Iglesia no es una nia del mundo; Su Origen proviene del Cielo.
El mundo no antagoniza a la Iglesia porque cree que ella es merecedora de odio. Acaso, que crmenes ha cometido esta hija del Cielo? Para ella, las palabras sobre su Esposo las cuales la describen concordan correctamente: "l and por doquier obrando el bien, curando a todos ... ya que Dios estaba con l" (Hechos 10: 38) Hasta desde un punto de visto temporal, la Iglesia es la mayor benefactora de la humanidad. "Si no hubiera sido por la Iglesia, Europa se hubiera convertido en una presa de la tirana de dspotas, el teatro de guerras perpetuas, o el selva salvaje para los Mogols." (Las palabras de Herder, un Protestante!)
El verdadero motivo de la guerra del mundo contra la Iglesia es por el hecho que ella no es uno de sus miembros. Como su Divino Maestro, ella descendi a nosotros de un mundo mejor y, por lo tanto, es dotada con un espritu opuesto al espritu del mundo (Juan 15: 18,19). "Si el mundo te odia, sepas que me odi a mi antes que te odiara a ti. Si hubieras pertenecido al mundo, el mundo te amara por ser uno de los suyos; pero porque no eres parte del mundo, sino que has elegido estar fuera del mundo, entonces, el mundo te odia." El mundo persigui a nuestro Salvador, en su tierna infancia, en su madurez, y luego de muchos ultrakes e insultos, finalmente, lo crucific. "El sirviente no es mas grandioso que su amo."
Por esta razn, el espritu del mundo se opone amargamente al espritu de la Iglesia.
San Juan ha explicado el espritu del mundo con estas pocas palabras: "Si cualquier hombre ama el mundo, la caridad del Padre no est en el. Por todo lo que est en el mundo, es la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y el orgullo de la vida; todo esto no es del Padre, sino del mundo" (1 Juan 2: 15,16). Estas son las tres fuentes sucias y envenenosas de las cuales se originan todos los deseos mundanales.
La Iglesia exhorta a sus hijos, si desean ser miembros vivientes del sacratisimo cuerpo de Jesucristo, a no ceder a la concupiscencia de la carne, ni a amarrar sus corazones a cosas pereceeras, sino en vez a conquistar el orgullo con la lista obediencia a Dios y sus representantes en la tierra.
Por lo tanto, el mundo siempre ser hostil a la Iglesia. La caridad o amistad no puede existir entre personas con espritus y ocupaciones opuestas. "Predicamops a Cristo crucificado; esto es una traba para los Judios; para los Gentiles, una tonteria; pero a los que son llamados, es el poder de Dios, y la sabidura de Dios" (1 Corintios 1: 23,24). En este sentido, entendemos las palabras de nuestro Salvador: "No piensen que he venido a traer paz sobre la tierra; he venido no para traer paz, sino la espada. Es que he venido para colocar a un hombre en desacuerdo con su padre, y a una hija en contra de su madre, y una nuera en contra de su suegra" (Mateo 10: 34-36).
De todo esto se deduce lo siguiente:
Que una reconciliacin entre el mundo y Cristo no puede ser lograda al menos que se haga un compromiso, o un cambio radical de sentimientos. O el mundo deja de ser el mundo, o la Iglesia deha de ser la Iglesia. Debido que ninguna de estas dos contingencias ocurrirn, continuaran siendo enemigos hasta el fin del mundo.
Este combate se har ms y ms feroz cuanto mas el mundo se empecine en lograr sus diseos malvados. Por lo tanto la guerra presente es lanzada contra la Iglesia por todo el universo, y por ende, hombres ridiculan las demandas estrictas de la Iglesia, y las representan como incompatibles con la debilidad o flaqueza de la naturaleza humana. Si la Iglesia renunciara sus misterios; si ella solo soltaraa lo shombres de la obligacin de obedecer a superiores espirutales, a condesar pecados, a atender la Misa, a ayunar, etc., el mundo se reconciliara muy pronto con ella. Si tu, mi querido, eres odiado por cuenta de tu vida Cristiana, "regocijate y s desbordate en felicidad, porque tu premio en el Cielo es muy grande" (Mateo 5: 12).
II. La Iglesia combata las mximas del mundo
La Iglesia aparece ante el mundo con la intencin de imponer a los hombres el dulce yugo de Jesucristo. Ella aparece en obediencia a la palabra de Jesucristo, quien dijo: "Todo poder me es dado en el cielo y en la tierra: Id, pues, y ensea a todas las naciones, bautizndolos en el nombre del Padre y del Hijo Y del Espritu Santo, ensendoles a guardar todo lo que yo os he mandado; y he aqu, yo estoy con vosotros todos los das, hasta la consumacin del mundo ". (Mateo 28: 18-20). "Amn, os digo que todo lo que atis en la tierra ser atado tambin en el cielo, y todo lo que desate sobre la tierra, ser desatado tambin en el cielo". (Mateo 18:18) Es sorprendente que el mundo se levante contra esta afirmacin de la Iglesia y la autoridad de su Fundador, en el lenguaje de esos ciudadanos rebeldes en la parbola evanglica: "No vamos a tener a este hombre Reinando sobre nosotros?" (Lucas 19:14).
A todos los hombres sin excepcin, cualquiera que sea su estado de vida, la Iglesia repite las exigencias de su Seor y Maestro. Ella dice con San Juan a los reyes ya los poderosos de la tierra: "No es lcito para ti" (Mateo 14: 4); Y con sus sbditos, dice con el Apstol: Teme a Dios, honra al rey. (1 Pedro 2: 17). Ella dice a los ricos: "Es ms fcil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un hombre rico para entrar en el reino de los cielos". (Mateo 19:24.) Ella refrena a los pobres de la violencia, consolndolos por la afirmacin de Jess, que Lzaro, por haber soportado pacientemente sus sufrimientos, fue llevado por los Santos ngeles al seno de Abraham. A los orgullosos dice: "A menos que se conviertan y se hagan pequeos, no entrarn en el reino de los cielos". Ella amenaza a todos los pecadores con el castigo eterno. Ahora bien, la naturaleza del hombre es tal que se siente indignado con el reproche y la correccin. "Vosotros me recibisteis como un ngel de Dios, como Cristo Jess", escribi San Pablo a los Glatas; "Dnde est entonces tu bienaventuranza?, porque te doy testimonio de que, si pudieras hacerlo, te habras arrancado tus propios ojos y me los hubieras dado, me he convertido en tu enemigo en decirte la verdad?" El gran afecto que estas personas recibieron por el Apstol, desapareci tan pronto como l les lanz una palabra de reproche. Tal es el destino de la Iglesia.
El mundo en sus asaltos a la Iglesia es ayudado por el diablo, el prncipe del mundo, que tiembla por continuar su dominio. "Qu tenemos contigo, Jess, Hijo de Dios, has venido aqu para atormentarnos antes de tiempo?" (Mateo 8:29). Por lo tanto los demonios, gritando, dieron testimonio del poder y la gloria del Seor. Satans, tambin conociendo el poder y la gloria de la Iglesia, usa todos los esfuerzos posibles para mantener su dominio, al llevar adelante contra ella una guerra incesante.
No le hagas la guerra a tu Santa Madre, la Iglesia, con una vida pecaminosa y una conducta anticristiana, si no quieres que tus pasiones no te transformen de hijos a enemigos de la Novia de Cristo.
III. La Iglesia no puede ser conquistada por el mundo
Los generosos combatientes nunca harn uso de armas ignominiosas. El mundo, en sus asaltos a la Iglesia, emplea las armas de base de la tergiversacin, la calumnia y la fuerza brutal. -Las mentiras histricas sobre la vida de los Papas, la Noche de San Bartolom, - falsas exposiciones de sus doctrinas, - calumnias contra Sus dignatarios e instituciones religiosas, etc., cul es la explicacin de esta amarga oposicin de estas medidas deshonrosas? Es porque sus enemigos saben por una experiencia de dieciocho siglos, que la Iglesia siempre ha sido victoriosa. Y en lugar de reconocer en ella el dedo de Dios, se vuelven ms enfurecidos contra ella. Su fuerza y belleza, sin embargo, slo han sido renovadas y aumentadas por la atroz crueldad de los Judos, la sangrienta persecucin de los gentiles, los cismas y herejas de los nios infieles, las pretensiones de reyes y emperadores.
La hermosa vida de Jos de Egipto es una verdadera figura de la vida de la Iglesia. "Israel am a Jos por encima de todos sus hijos, porque lo tuvo en su vejez, y le hizo una capa de diversos colores, y sus hermanos, viendo que era amado por su padre ms que todos sus hijos, No poda hablar pacficamente con l". Contemplan la Iglesia y el mundo? La Iglesia que es amada por Dios como su esposa y cuerpo mstico, vestida con la vestidura ms resplandeciente de su gracia, es odiada por los hijos del mundo.
Por visiones maravillosas el Seor revel la gloria futura de su amado Jos, de donde, sus hermanos lo odiaban ms. "He aqu que viene el soador, venid, matmosle, y echmoslo en alguna vieja fosa." Y habran hecho efectivamente su inicuo propsito, pero por los esfuerzos de Judas, su hermano. Las doctrinas de nuestra Iglesia y las promesas hechas a ella por su divino Fundador, son meros sueos vanos a los ojos del mundo, y para probarlos -si es posible- no se aparta de la crueldad. Sin embargo, el hermano protector nunca ha faltado todava. Despus de muchas pruebas, Jos fue recibido en la corte del rey. (Gnesis 41: 42). Al fin, sus hermanos, al punto de morir de hambre, se volvieron a l en busca de ayuda, y los salv de la muerte. Cuando las miserias y las calamidades abruman a las naciones en castigo de sus crmenes, la Iglesia es una vez ms reconocida y alabada como el refugio y la salvacin de la humanidad.
Tenemos buenas razones para mirar con confianza hacia el futuro. Cuanto mayores sean las persecuciones, mayores sern sus beneficios y bendiciones. "Como slo la mujer de Cana toc a nuestro Seor, mientras la multitud se oprima contra l, as la Iglesia es presionada por muchos, tocada por pocos". (San Agustn).
El Triunfo de la Iglesia Catolica y por qu es perseguida
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La Bendicin Apostlica de la Santa Sede en Roma se imparta (28 de Octubre, 2013)
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