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En la Encarnacin se ha manifestado la Vida misma en persona
En la Encarnacin se ha manifestado la Vida misma en persona
En la Encarnacin se ha manifestado la Vida misma en persona
 
 
 

 
 

La Santa Trinidad (detalle) de Hendrick van Balen el Mayor (1573-1632); 1620s; Sint-Jacobskerk, Antwerp, Blgica; commons.wikimedia.org
 
 
De la Primera Carta del Apstol San Juan 1, 1 - 2, 3
La Palabra de la Vida y la Luz de Dios

Lo que exista desde un principio, lo que hemos odo, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y lo que tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida (porque la vida se ha manifestado, y nosotros hemos visto y testificamos y os anunciamos esta vida eterna, la que estaba con el Padre y se nos ha manifestado): lo que hemos visto y odo os lo anunciamos, a fin de que vivis en comunin con nosotros. Y esta nuestra comunin de vida es con el Padre y con Su Hijo Jesucristo. Os escribimos estas cosas para que sea colmado vuestro gozo.

Y el mensaje que de l hemos recibido y os transmitimos es ste: Dios es luz y en l no hay tiniebla alguna. Si decimos que vivimos en comunin con l y, con todo, andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos las obras de la verdad. Pero si caminamos en la luz, lo mismo que est l en la luz, entonces vivimos en comunin unos con otros; y la sangre de Jess, su Hijo, nos purifica de todo pecado.

Si decimos que no tenemos pecado, nos engaamos a nosotros mismos, y la verdad no est en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, fiel y bondadoso es l para perdonarnos y purificarnos de toda iniquidad. Si decimos que no hemos pecado, estamos afirmando que Dios miente, y su palabra no est en nosotros.

Hijos mos, os escribo esto para que no pequis. Si alguno peca, abogado tenemos ante el Padre, a Jesucristo, el justo. l es propiciacin por nuestros pecados, y no slo por los nuestros, sino por los del mundo entero.

Y sabemos que hemos llegado a conocerlo si guardamos sus mandamientos.



 
De la Primera Carta del Apstol San Juan 1, 1 - 2, 3
La Palabra de la Vida y la Luz de Dios

Lo que exista desde un principio, lo que hemos odo, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y lo que tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida (porque la vida se ha manifestado, y nosotros hemos visto y testificamos y os anunciamos esta vida eterna, la que estaba con el Padre y se nos ha manifestado): lo que hemos visto y odo os lo anunciamos, a fin de que vivis en comunin con nosotros. Y esta nuestra comunin de vida es con el Padre y con Su Hijo Jesucristo. Os escribimos estas cosas para que sea colmado vuestro gozo.

Y el mensaje que de l hemos recibido y os transmitimos es ste: Dios es luz y en l no hay tiniebla alguna. Si decimos que vivimos en comunin con l y, con todo, andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos las obras de la verdad. Pero si caminamos en la luz, lo mismo que est l en la luz, entonces vivimos en comunin unos con otros; y la sangre de Jess, su Hijo, nos purifica de todo pecado.

Si decimos que no tenemos pecado, nos engaamos a nosotros mismos, y la verdad no est en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, fiel y bondadoso es l para perdonarnos y purificarnos de toda iniquidad. Si decimos que no hemos pecado, estamos afirmando que Dios miente, y su palabra no est en nosotros.

Hijos mos, os escribo esto para que no pequis. Si alguno peca, abogado tenemos ante el Padre, a Jesucristo, el justo. l es propiciacin por nuestros pecados, y no slo por los nuestros, sino por los del mundo entero.

Y sabemos que hemos llegado a conocerlo si guardamos sus mandamientos.



 
De la Primera Carta del Apstol San Juan 1, 1 - 2, 3
La Palabra de la Vida y la Luz de Dios

Lo que exista desde un principio, lo que hemos odo, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y lo que tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida (porque la vida se ha manifestado, y nosotros hemos visto y testificamos y os anunciamos esta vida eterna, la que estaba con el Padre y se nos ha manifestado): lo que hemos visto y odo os lo anunciamos, a fin de que vivis en comunin con nosotros. Y esta nuestra comunin de vida es con el Padre y con Su Hijo Jesucristo. Os escribimos estas cosas para que sea colmado vuestro gozo.

Y el mensaje que de l hemos recibido y os transmitimos es ste: Dios es luz y en l no hay tiniebla alguna. Si decimos que vivimos en comunin con l y, con todo, andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos las obras de la verdad. Pero si caminamos en la luz, lo mismo que est l en la luz, entonces vivimos en comunin unos con otros; y la sangre de Jess, su Hijo, nos purifica de todo pecado.

Si decimos que no tenemos pecado, nos engaamos a nosotros mismos, y la verdad no est en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, fiel y bondadoso es l para perdonarnos y purificarnos de toda iniquidad. Si decimos que no hemos pecado, estamos afirmando que Dios miente, y su palabra no est en nosotros.

Hijos mos, os escribo esto para que no pequis. Si alguno peca, abogado tenemos ante el Padre, a Jesucristo, el justo. l es propiciacin por nuestros pecados, y no slo por los nuestros, sino por los del mundo entero.

Y sabemos que hemos llegado a conocerlo si guardamos sus mandamientos.



 
 
 

 
 

 
 
En la Encarnacin se ha manifestado la misma Vida en persona
De los Tratados de san Agustn, obispo, sobre la primera carta de San Juan
(Tratado 1,1.3: PL 35, 1978, 1980)


Lo que exista desde un principio, lo que hemos odo, lo que hemos visto con nuestros ojos Y lo que tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida. Quin podra tocar con sus manos a la Palabra, si no fuese porque la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros?

Esta Palabra, que se hizo carne para que pudiera ser tocada, comenz a ser carne en el seno de la Virgen Mara; pero no fue entonces cuando empez a ser Palabra, ya que, como nos dice Juan, exista desde un principio. Ved cmo concuerda su carta con las palabras de su evangelio, que acabis de escuchar: Ya al comienzo de las cosas exista la Palabra, y la Palabra estaba con Dios.

Quiz alguien piense que hay que entender la expresin "la Palabra de Vida" como un modo de hablar que se refiere a Cristo, pero no al cuerpo de Cristo que poda ser tocado por nuestras manos. Atended a las palabras que siguen: Porque la vida se ha manifestado. Por tanto, Cristo es la Palabra de vida.

Y de dnde se ha manifestado esta vida? Exista desde un principio, pero no se haba manifestado a los hombres; en cambio, s se haba manifestado a los ngeles, que la vean y se alimentaban de ella como de su propio pan. Pero, qu dice la Escritura? El hombre comi pan de ngeles.

As, pues, en la encarnacin se ha manifestado la misma Vida en persona, y se ha manifestado para que, al hacerse visible, ella, que slo poda ser contemplada con los ojos del corazn, sanara los corazones. Porque la Palabra slo puede ser contemplada con los ojos del corazn; en cambio, la carne puede ser contemplada tambin con los ojos corporales. ramos capaces de ver la carne, pero no a la Palabra; por esto la Palabra se hizo carne, que puede ser vista por nosotros, para sanar en nosotros lo que nos hace capaces de ver a la Palabra.

Y nosotros -contina- testificamos y os anunciamos esta vida eterna, la que estaba con el Padre y se nos ha manifestado, esto es, se ha manifestado entre nosotros y, para decirlo con ms claridad, se ha manifestado en nuestro interior.

Lo que hemos visto y odo os lo anunciamos. Atended, queridos hermanos: Lo que hemos visto y odo os lo anunciamos. Ellos vieron al mismo Seor presente en la carne y oyeron las palabras que salan de su boca, y nos lo han anunciado. Nosotros, por tanto, hemos odo, pero no hemos visto.

Somos por eso menos dichosos que ellos, que vieron y oyeron? Pero entonces, por qu aade: A fin de que vivis en comunin con nosotros? Ellos vieron, nosotros no, y sin embargo vivimos en comunin con ellos, porque tenemos una fe comn.

Y esta nuestra comunin de vida es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos estas cosas - contina - para que sea colmado vuestro gozo. Gozo colmado, dice, en una misma comunin de vida, en una misma caridad, en una misma unidad.


ORACIN

Dios nuestro, que nos descubriste los arcanos de tu Verbo por medio del apstol san Juan, concdenos alcanzar una debida comprensin de todo aquello que l ha hecho llegar a nuestros odos. Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amn.






 
En la Encarnacin se ha manifestado la misma Vida en persona
De los Tratados de san Agustn, obispo, sobre la primera carta de San Juan
(Tratado 1,1.3: PL 35, 1978, 1980)


Lo que exista desde un principio, lo que hemos odo, lo que hemos visto con nuestros ojos Y lo que tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida. Quin podra tocar con sus manos a la Palabra, si no fuese porque la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros?

Esta Palabra, que se hizo carne para que pudiera ser tocada, comenz a ser carne en el seno de la Virgen Mara; pero no fue entonces cuando empez a ser Palabra, ya que, como nos dice Juan, exista desde un principio. Ved cmo concuerda su carta con las palabras de su evangelio, que acabis de escuchar: Ya al comienzo de las cosas exista la Palabra, y la Palabra estaba con Dios.

Quiz alguien piense que hay que entender la expresin "la Palabra de Vida" como un modo de hablar que se refiere a Cristo, pero no al cuerpo de Cristo que poda ser tocado por nuestras manos. Atended a las palabras que siguen: Porque la vida se ha manifestado. Por tanto, Cristo es la Palabra de vida.

Y de dnde se ha manifestado esta vida? Exista desde un principio, pero no se haba manifestado a los hombres; en cambio, s se haba manifestado a los ngeles, que la vean y se alimentaban de ella como de su propio pan. Pero, qu dice la Escritura? El hombre comi pan de ngeles.

As, pues, en la encarnacin se ha manifestado la misma Vida en persona, y se ha manifestado para que, al hacerse visible, ella, que slo poda ser contemplada con los ojos del corazn, sanara los corazones. Porque la Palabra slo puede ser contemplada con los ojos del corazn; en cambio, la carne puede ser contemplada tambin con los ojos corporales. ramos capaces de ver la carne, pero no a la Palabra; por esto la Palabra se hizo carne, que puede ser vista por nosotros, para sanar en nosotros lo que nos hace capaces de ver a la Palabra.

Y nosotros -contina- testificamos y os anunciamos esta vida eterna, la que estaba con el Padre y se nos ha manifestado, esto es, se ha manifestado entre nosotros y, para decirlo con ms claridad, se ha manifestado en nuestro interior.

Lo que hemos visto y odo os lo anunciamos. Atended, queridos hermanos: Lo que hemos visto y odo os lo anunciamos. Ellos vieron al mismo Seor presente en la carne y oyeron las palabras que salan de su boca, y nos lo han anunciado. Nosotros, por tanto, hemos odo, pero no hemos visto.

Somos por eso menos dichosos que ellos, que vieron y oyeron? Pero entonces, por qu aade: A fin de que vivis en comunin con nosotros? Ellos vieron, nosotros no, y sin embargo vivimos en comunin con ellos, porque tenemos una fe comn.

Y esta nuestra comunin de vida es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos estas cosas - contina - para que sea colmado vuestro gozo. Gozo colmado, dice, en una misma comunin de vida, en una misma caridad, en una misma unidad.


ORACIN

Dios nuestro, que nos descubriste los arcanos de tu Verbo por medio del apstol san Juan, concdenos alcanzar una debida comprensin de todo aquello que l ha hecho llegar a nuestros odos. Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amn.






 
En la Encarnacin se ha manifestado la misma Vida en persona
De los Tratados de san Agustn, obispo, sobre la primera carta de San Juan
(Tratado 1,1.3: PL 35, 1978, 1980)


Lo que exista desde un principio, lo que hemos odo, lo que hemos visto con nuestros ojos Y lo que tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida. Quin podra tocar con sus manos a la Palabra, si no fuese porque la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros?

Esta Palabra, que se hizo carne para que pudiera ser tocada, comenz a ser carne en el seno de la Virgen Mara; pero no fue entonces cuando empez a ser Palabra, ya que, como nos dice Juan, exista desde un principio. Ved cmo concuerda su carta con las palabras de su evangelio, que acabis de escuchar: Ya al comienzo de las cosas exista la Palabra, y la Palabra estaba con Dios.

Quiz alguien piense que hay que entender la expresin "la Palabra de Vida" como un modo de hablar que se refiere a Cristo, pero no al cuerpo de Cristo que poda ser tocado por nuestras manos. Atended a las palabras que siguen: Porque la vida se ha manifestado. Por tanto, Cristo es la Palabra de vida.

Y de dnde se ha manifestado esta vida? Exista desde un principio, pero no se haba manifestado a los hombres; en cambio, s se haba manifestado a los ngeles, que la vean y se alimentaban de ella como de su propio pan. Pero, qu dice la Escritura? El hombre comi pan de ngeles.

As, pues, en la encarnacin se ha manifestado la misma Vida en persona, y se ha manifestado para que, al hacerse visible, ella, que slo poda ser contemplada con los ojos del corazn, sanara los corazones. Porque la Palabra slo puede ser contemplada con los ojos del corazn; en cambio, la carne puede ser contemplada tambin con los ojos corporales. ramos capaces de ver la carne, pero no a la Palabra; por esto la Palabra se hizo carne, que puede ser vista por nosotros, para sanar en nosotros lo que nos hace capaces de ver a la Palabra.

Y nosotros -contina- testificamos y os anunciamos esta vida eterna, la que estaba con el Padre y se nos ha manifestado, esto es, se ha manifestado entre nosotros y, para decirlo con ms claridad, se ha manifestado en nuestro interior.

Lo que hemos visto y odo os lo anunciamos. Atended, queridos hermanos: Lo que hemos visto y odo os lo anunciamos. Ellos vieron al mismo Seor presente en la carne y oyeron las palabras que salan de su boca, y nos lo han anunciado. Nosotros, por tanto, hemos odo, pero no hemos visto.

Somos por eso menos dichosos que ellos, que vieron y oyeron? Pero entonces, por qu aade: A fin de que vivis en comunin con nosotros? Ellos vieron, nosotros no, y sin embargo vivimos en comunin con ellos, porque tenemos una fe comn.

Y esta nuestra comunin de vida es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos estas cosas - contina - para que sea colmado vuestro gozo. Gozo colmado, dice, en una misma comunin de vida, en una misma caridad, en una misma unidad.


ORACIN

Dios nuestro, que nos descubriste los arcanos de tu Verbo por medio del apstol san Juan, concdenos alcanzar una debida comprensin de todo aquello que l ha hecho llegar a nuestros odos. Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amn.






 
 
 
 
27 de Diciembre - Fiesta de San Juan el Divino (6-100 dC) - La Primera Carta del Apstol San Juan 1, 1-2, 3 - En la Encarnacin se ha manifestado la Vida misma en persona - de un Sermn de San Agustn (354-430)


 
 

Este sitio es dedicado a Nuestro Seor Jesucristo
en la Santsima Virgen Mara
para la Gloria de Dios

  La Bendicin Apostlica de la Santa Sede en Roma se imparta (28 de Octubre, 2013)
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OUR FATHER

Our Father, Who Art In Heaven
Hallowed Be Thy Name.
Thy Kingdom come,
Thy Will be done
On earth as it is in Heaven.
Give us this day our daily bread
And forgive us our trespasses
As we forgive those who trespass against us.
Liberate us from all temptation[*]
And deliver us from all evil. Amen



[*] Liberate us is in keeping with the original Latin text.
       God usually does not "lead us" to temptation
       (unless we are tested),
       but gives us the grace to overcome and/or resist it
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HAIL MARY

Hail Mary, full of grace
The Lord is with thee.
Blessed art though among women,
And blessed is the fruit
Of thy womb, Jesus.
 
Holy Mary, Mary of God
Pray for us sinners
Now, and in the hour
Of our death. Amen


 
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APOSTLE'S CREED
I believe in God, the Father Almighty
Creator of Heaven and earth;
And in Jesus Christ, His Only Son, our Lord;
Who was conceived by the
[work and grace of the] Holy Ghost,[*]
Born of the Virgin Mary,
Suffered under Pontius Pilate,
Was crucified, died and was buried.
He descended into the Dead.[**]
On the third day, He rose again;
He ascended into Heaven,
And sits at the right hand of God,
the Father Almighty.
From thence he shall come to judge
the living and the dead.
 
I believe in the Holy Ghost,[*]
The Holy Catholic Church,
The communion of saints,
The forgiveness of sins.
The resurrection of the body,
And life everlasting. Amen

[*] Holy Ghost: may be substituted with the current Holy Spirit.
[**] the Dead: "inferi", the underworld or the dead in Latin.
X
GLORIA

Glory be to the Father, and to the Son,
and to the Holy Ghost[*],
as it was in the beginning, is now,
and ever shall be, world without end.
Amen

[*] Holy Ghost: may be substituted with the current Holy Spirit.
X
DE PROFUNDIS

Out of the depths I have cried to Thee, O Lord:
Lord, hear my voice.
Let Thine ears be attentive
to the voice of my supplication.

If thou, O Lord, wilt mark iniquities:
Lord, who shall abide it.
For with Thee there is merciful forgiveness:
and because of Thy law,
I have waited for Thee, O Lord.

My soul hath waited on His word:
my soul hath hoped in the Lord.
From the morning-watch even until night,
let Israel hope in the Lord.

For with the Lord there is mercy:
and with Him plenteous redemption.
And He shall redeem Israel
from all her iniquities.

Glory be to the Father, and to the Son,
and to the Holy Ghost[*],
as it was in the beginning, is now,
and ever shall be, world without end.
Amen

[*] Holy Ghost: may be substituted with the current Holy Spirit.
X
DE PROFUNDIS

Out of the depths I have cried to Thee, O Lord:
Lord, hear my voice.
Let Thine ears be attentive to the voice
of my supplication.

If thou, O Lord, wilt mark iniquities:
Lord, who shall abide it.
For with Thee there is merciful forgiveness:
and because of Thy law,
I have waited for Thee, O Lord.

My soul hath waited on His word:
my soul hath hoped in the Lord.
From the morning-watch even until night,
let Israel hope in the Lord.

For with the Lord there is mercy:
and with Him plenteous redemption.
And He shall redeem Israel
from all his iniquities.

V. Eternal rest give unto them, O Lord.
R. And let perpetual light shine upon them.
V. From the gate of hell.
R. Deliver their souls, O Lord.
V. May they rest in peace.
R. Amen.
V. O Lord, hear my prayer.
R. And let my cry come unto Thee.
V. The Lord be with you.
R. And with Thy Spirit.

(50 days indulgence to all who pray the De Profundis with V. and R.
"Requiem aeternam" (Eternal Rest) three times a day.
Pope Leo XIII, February 3, 1888)


Let us pray:
O God, the Creator and Redeemer of all
the faithful, we beseech Thee to grant
to the souls of Thy servants the remission
of their sins, so that by our prayers
they may obtain pardon for which they long.
O Lord, who lives and reigns,
world without end. Amen

May they rest in peace. Amen

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PADRE NUESTRO

Padre Nuestro,
que estas en los Cielos
Santificado sea Tu Nombre;
Venga a nosotros tu Reino;
Hgase Tu Voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada da;
Perdona nuestras ofensas,
Como tambin nosotros
perdonamos a los que nos ofenden,
No nos dejes caer en la tentacin,
y lbranos del mal. Amén
 
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AVE MARA

Dios te salve, Mara,
llena eres de gracia;
El Seor es Contigo;
Bendita T eres
entre todas las mujeres,
Y bendito es el fruto
De tu vientre, Jess.
 
Santa Mara,
Madre de Dios,
Ruega por nosotros
pecadores,
Ahora y en la hora
De nuestra muerte.
Amn
 
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CREDO
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo,
Su nico Hijo, Nuestro Seor,
Que fue concebido por obra
y gracia del Espritu Santo,
Naci de la Santa Mara Virgen;
Padeci bajo el poder de Poncio Pilato,
Fue crucificado, muerto y sepultado,
Descendi a los infiernos,
Al tercer da resucit de entre los muertos,
Subi a los cielos
Y est sentado a la derecha de Dios,
Padre Todopoderoso.
Desde all ha de venir a juzgar
a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espritu Santo,
La Santa Iglesia Catlica,
La comunin de los santos,
El perdn de los pecados,
La resurreccin de la carne
Y la vida eterna. Amn
 
 
CERRAR
DE PROFUNDIS

Desde lo hondo a Ti grito, Seor; Seor,
escucha mi voz;
Estn Tus oidos atentos
a la voz de mi splica.

Si llevas cuenta de los delitos, Seor,
quin podr resistir?
Pero de ti procede el perdn,
y as infundes respeto.
Mi alma espera en el Seor.

Espera en su palabra;
mi alma aguarda al Seor,
ms que el centinela la aurora.
Aguarda Israel al Seor.

Como el centinela la aurora;
porque del Seor viene la misericordia.
la redencin copiosa;
y l redimir a Israel de todos sus delitos.

Gloria al Padre, al Hijo y al
Espritu Santo,
como es desde el principio,
es ahora y ser por los siglos de los siglos.
Amn

X
GLORIA

Gloria al Padre, al Hijo y al
Espritu Santo,
como es desde el principio,
es ahora y ser por los siglos de los siglos.
Amn

CERRAR
DE PROFUNDIS y QUE DESCANSEN EN PAZ

Desde lo hondo a Ti grito, Seor;
Seor, escucha mi voz;
Estn Tus oidos atentos a
la voz de mi splica.

Si llevas cuenta de los delitos, Seor,
quin podr resistir?

Pero de ti procede el perdn,
y as infundes respeto.
Mi alma espera en el Seor.

Espera en su palabra;
mi alma aguarda al Seor,
ms que el centinela la aurora.
Aguarda Israel al Seor.

Como el centinela la aurora;
porque del Seor viene la misericordia,
la redencin copiosa;
y l redimir a Israel de todos sus delitos.

V. Dadles, Seor, a todas las almas
el descanso eterno.
R. Y haced lucir sobre ellas
vuestra eterna luz.
V. Que en paz descansen.
R. Amn.