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Me entrego a mi mismo como tu esposo para siempre
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De los Cnticos Espirituales de San Juan de la Cruz, presbtero

El aspirar del aire

Este aspirar del aire es una habilidad del Espritu Santo, que el alma pide para amarlo a Dios perfectamente, por medio del mismo Espritu Santo. Se lo llama aspirar del aire, porque es un toque y sentimiento de amor que se causa en el alma con y en la comunicacin del Espritu Santo. El cual, a manera de aspirar, con su aspiracin divina, levanta al alma y la informa, para que ella aspire en Dios la misma aspiracin de amor que el Padre aspira en el Hijo y el Hijo en el Padre, lo qual es precisamente el mismo Espritu Santo, quien el alma aspira en dicha transformacim. Porque no sera verdadera transformacin si el alma no se uniese y se transformase en el Espritu Santo como es as en las otras dos Personas Divinas, aunque no
sucede en el mismo grado manifiesto divinamente, por la condicin de bajeza de esta vida terrenal. Y todo esto es para el alma una gloria tan! alta y tan! profundo y sumo deleite, que no se puede expresar adecuadamente con la lengua mortal, ni tampoco con el entendimiento humano.

An as, el alma unida y transformada en Dios aspira y anhela en Dios a Dios esa misma aspiracin divina que Dios, estando en ella aspira en s mismo a ella, que es lo que, segun lo que puedo entender, quiso decir San Pablo (Gal. 4:6), cuando dijo: Por cuanto son hijos de Dios, envi Dios en vuestros corazones el espritu de Su Hijo, clamando en oracin al Abba, Padre, lo cual se realiza en las almas perfectas en esta vida.

Y no hay que dudar que el alma pueda lograr una cosa tan alta, porque, dado que Dios tenga merced por ella, llegue a estar deiforme y unida en la Santsima Trinidad, en que ella se hace Dios por participacion, qu cosa tan increble es que ella pueda obrar en su entendimiento, conociendo noticia y amor en la Trinidad, juntamente con ella, como es con la misma Trinidad, por participacin, obrndolo Dios en la misma alma?

Ningun conocimiento o poder puede describir como esto sucede, salvo al explicar cmo el Hijo de Dios nos alcanz este alto estado y nos mereci este alto puesto, como nos dice San Juan (Jn 1:12): Padre, quiero que donde yo estoy, los que me has dado, tambin estn conmigo, para que vean la claridad que me diste; a saber (Jn 17:24): que hagan por participacin en nosotros la misma obra que yo por naturaleza, que es aspirar el Espritu Santo. Y tambi dice (Jn 17:20-23): No ruego, Padre, solamente por estos presentes, sino tambin por aquellos que han de creer por su doctrina en m, que todos ellos sean una misma cosa; de la manera que T, Padre, ests en m y yo en Ti, as ellos en nosotros sean una misma cosa. Y yo la claridad y gloria que me has dado, se las he dado a ellos, para que sean una misma cosa, como nosotros somos una misma cosa, yo en ellos y T en mi, porque sean perfectos en uno; que el mundo conozca y sepa que T me enviaste y los amaste como me amaste a m, que es comunicndoles el mismo amor que al Hijo, aunque no naturalmente como al Hijo, sino, como habemos dicho, por unidad y transformacin de amor. Aqu entonces quiere decir que para el Hijo y al Padre sean los santos una cosa esencial, pero no como ya lo son el Padre y el Hijo, sino que lo sean por unin de amor, como el Padre y el Hijo estn en la unidad del amor.

Por lo tanto, las almas poseen esos mismos bienes participacin que l posee por naturaleza; Como resultado de esto, verdaderamente son dios por participacin, iguales y compaeros suyos de Dios. De esto San Pedro (2 Pe. 1, 2-4) expres: que la gracia y la paz sean cumplidas y perfeccionadas en ustedes en el conocimiento de Dios y de Jesucristo Nuestro Seor, de la manera que nos son dadas todas las cosas de su divina virtud para la vida y la piedad, por el conocimiento de aquel que nos llam con su propia gloria y virtud, por el cual muy grandes y preciosas promesas nos otorg, para que por estas cosas seamos hechos compaeros de la divina naturaleza. Esto significa la participacin del alma en Dios obrando en l, acompaadamente con l; la obra de la Santsima Trinidad, de la manera que hemos dicho, por causa de la unin sustancial entre el alma y Dios. Lo cual, aunque se cumple perfectamente en la otra vida, todava en sta, cuando se llega al estado perfecto, se alcanza gran rastro y sabor de ello, al modo que vamos diciendo, aunque, como ya hemos dicho, no se puede expresar.

Oh almas criadas para estas grandezas y para ellas llamadas! Qu hacen? En qu se entretienen? Sus pretensiones son bajezas, y sus posesiones, miserias. Oh miserable ceguera de los ojos de sus almas! Para tanta luz estn ciegos y para tan grandes vocesm sordos! No pueden ver que en tanto que buscan grandezas y gloria se quedan miserables y bajos de tantos bienes, hechos ignorantes e indignos! Sigan lo segundo que el alma clama, lo cual es:

El canto de la dulce filomena

Lo que nace en el alma del aspirar del aire es el canto de la ms dulce filomena, ya que, as como el canto de la filomena o el ruiseor, el cual se oye en la primavera, pasados ya los fros y lluvias del invierno, y hace meloda al odo y recreacin para el espritu, es as en esta actual comunicacin y transformacin de amor, amparada ya las esposa y libre de todas las imperfeciones y penalidades y nieblas del mundo; ella siente la primavera, renaciente en su espritu, en el cual tambin siente la dulce voz del Esposo, su dulce filomena, la cual refrezca y renueva la sustancia de su alma, diciendole (Ct. 2:10-12): levntate, apresrate, amiga, paloma, hermosa ma y ven; porque ya ha pasado el invierno, las lluvias se han ido lejos, las flores han aparecido ya en nuestra tierra, y ha llegado el tiempo del podar, y la voz de la tortolica se ha odo en nuestra tierra.



 
 
 


De los Cnticos Espirituales de San Juan de la Cruz, presbtero

El aspirar del aire

Este aspirar del aire es una habilidad del Espritu Santo, que el alma pide para amarlo a Dios perfectamente, por medio del mismo Espritu Santo. Se lo llama aspirar del aire, porque es un toque y sentimiento de amor que se causa en el alma con y en la comunicacin del Espritu Santo. El cual, a manera de aspirar, con su aspiracin divina, levanta al alma y la informa, para que ella aspire en Dios la misma aspiracin de amor que el Padre aspira en el Hijo y el Hijo en el Padre, lo qual es precisamente el mismo Espritu Santo, quien el alma aspira en dicha transformacin. Porque no sera verdadera transformacin si el alma no se uniese y se transformase en el Espritu Santo como es as en las otras dos Personas Divinas, aunque no sucede en el mismo grado manifiesto divinamente, por la condicin de bajeza de esta vida terrenal. Y todo esto es para el alma una gloria tan! alta y tan! profundo y sumo deleite, que no se puede expresar adecuadamente con la lengua mortal, ni tampoco con el entendimiento humano.

An as, el alma unida y transformada en Dios aspira y anhela en Dios a Dios esa misma aspiracin divina que Dios, estando en ella aspira en s mismo a ella, que es lo que, segun lo que puedo entender, quiso decir San Pablo (Gal. 4:6), cuando dijo: Por cuanto son hijos de Dios, envi Dios en vuestros corazones el espritu de Su Hijo, clamando en oracin al Abba, Padre, lo cual se realiza en las almas perfectas en esta vida.

Y no hay que dudar que el alma pueda lograr una cosa tan alta, porque, dado que Dios tenga merced por ella, llegue a estar deiforme y unida en la Santsima Trinidad, en que ella se hace Dios por participacion, qu cosa tan increble es que ella pueda obrar en su entendimiento, conociendo noticia y amor en la Trinidad, juntamente con ella, como es con la misma Trinidad, por participacin, obrndolo Dios en la misma alma?

Ningun conocimiento o poder puede describir como esto sucede, salvo al explicar cmo el Hijo de Dios nos alcanz este alto estado y nos mereci este alto puesto, como nos dice San Juan (Jn 1:12): Padre, quiero que donde yo estoy, los que me has
dado, tambin estn conmigo, para que vean la claridad que me diste; a saber (Jn 17:24): que hagan por participacin en nosotros la misma obra que yo por naturaleza, que es aspirar el Espritu Santo. Y tambin dice (Jn 17:20-23): No ruego, Padre, solamente por estos presentes, sino tambin por aquellos que han de creer por su doctrina en m, que todos ellos sean una misma cosa; de la manera que T, Padre, ests en m y yo en Ti, as ellos en nosotros sean una misma cosa. Y yo la claridad y gloria que me has dado, se las he dado a ellos, para que sean una misma cosa, como nosotros somos una misma cosa, yo en ellos y T en mi, porque sean perfectos en uno; que el mundo conozca y sepa que T me enviaste y los amaste como me amaste a m, que es comunicndoles el mismo amor que al Hijo, aunque no naturalmente como al Hijo, sino, como habemos dicho, por unidad y transformacin de amor. Aqu entonces quiere decir que para el Hijo y al Padre sean los santos una cosa esencial, pero no como ya lo son el Padre y el Hijo, sino que lo sean por unin de amor, como el Padre y el Hijo estn en la unidad del amor.

Por lo tanto, las almas poseen esos mismos bienes participacin que l posee por naturaleza; Como resultado de esto, verdaderamente son dios por participacin, iguales y compaeros suyos de Dios. De esto San Pedro (2 Pe. 1, 2-4) expres: que la gracia y la paz sean cumplidas y perfeccionadas en ustedes en el conocimiento de Dios y de Jesucristo Nuestro Seor, de la manera que nos son dadas todas las cosas de su divina virtud para la vida y la piedad, por el conocimiento de aquel que nos llam con su propia gloria y virtud, por el cual muy grandes y preciosas promesas nos otorg, para que por estas cosas seamos hechos compaeros de la divina naturaleza. Esto significa la participacin del alma en Dios obrando en l, acompaadamente con l; la obra de la Santsima Trinidad, de la manera que hemos dicho, por causa de la unin sustancial entre el alma y Dios. Lo cual, aunque se cumple perfectamente en la otra vida, todava en sta, cuando se llega al estado perfecto, se alcanza gran rastro y sabor de ello, al modo que vamos diciendo, aunque, como ya hemos dicho, no se puede expresar.

Oh almas criadas para estas grandezas y para ellas llamadas! Qu hacen? En qu se entretienen? Sus pretensiones son bajezas, y sus posesiones, miserias. Oh miserable ceguera de los ojos de sus almas! Para tanta luz estn ciegos y para tan grandes voces son sordos! No pueden ver que en tanto que buscan grandezas y gloria se quedan miserables y bajos de tantos bienes, hechos ignorantes e indignos! Sigan lo segundo que el alma clama, lo cual es:

El canto de la dulce filomena

Lo que nace en el alma del aspirar del aire es el canto de la ms dulce filomena, ya que, as como el canto de la filomena o el ruiseor, el cual se oye en la primavera, pasados ya los fros y lluvias del invierno, y hace meloda al odo y recreacin para el espritu, es as en esta actual comunicacin y transformacin de amor, amparada ya las esposa y libre de todas las imperfeciones y penalidades y nieblas del mundo; ella siente la primavera, renaciente en su espritu, en el cual tambin siente la dulce voz del Esposo, su dulce filomena, la cual refrezca y renueva la sustancia de su alma, diciendole (Ct. 2:10-12): levntate, apresrate, amiga, paloma, hermosa ma y ven; porque ya ha pasado el invierno, las lluvias se han ido lejos, las flores han aparecido ya en nuestra tierra, y ha llegado el tiempo del podar, y la voz de la tortolica se ha odo en nuestra tierra.






De los Cnticos Espirituales de San Juan de la Cruz, presbtero

El aspirar del aire

Este aspirar del aire es una habilidad del Espritu Santo, que el alma pide para amarlo a Dios perfectamente, por medio del mismo Espritu Santo. Se lo llama aspirar del aire, porque es un toque y sentimiento de amor que se causa en el alma con y en la comunicacin del Espritu Santo. El cual, a manera de aspirar, con su aspiracin divina, levanta al alma y la informa, para que ella aspire en Dios la misma aspiracin de amor que el Padre aspira en el Hijo y el Hijo en el Padre, lo qual es precisamente el mismo Espritu Santo, quien el alma aspira en dicha transformacin. Porque no sera verdadera transformacin si el alma no se uniese y se transformase en el Espritu Santo como es as en las otras dos Personas Divinas, aunque no sucede en el mismo grado manifiesto divinamente, por la condicin de bajeza de esta vida terrenal. Y todo esto es para el alma una gloria tan! alta y tan! profundo y sumo deleite, que no se puede expresar adecuadamente con la lengua mortal, ni tampoco con el entendimiento humano.

An as, el alma unida y transformada en Dios aspira y anhela en Dios a Dios esa misma aspiracin divina que Dios, estando en ella aspira en s mismo a ella, que es lo que, segun lo que puedo entender, quiso decir San Pablo (Gal. 4:6), cuando dijo: Por cuanto son hijos de Dios, envi Dios en vuestros corazones el espritu de Su Hijo, clamando en oracin al Abba, Padre, lo cual se realiza en las almas perfectas en esta vida.

Y no hay que dudar que el alma pueda lograr una cosa tan alta, porque, dado que Dios tenga merced por ella, llegue a estar deiforme y unida en la Santsima Trinidad, en que ella se hace Dios por participacion, qu cosa tan increble es que ella pueda obrar en su entendimiento, conociendo noticia y amor en la Trinidad, juntamente con ella, como es con la misma Trinidad, por participacin, obrndolo Dios en la misma alma?

Ningun conocimiento o poder puede describir como esto sucede, salvo al explicar cmo el Hijo de Dios nos alcanz este alto estado y nos mereci este alto puesto, como nos dice San Juan (Jn 1:12), diciendo, Padre, quiero que donde yo estoy, los que me has dado, tambin estn conmigo, para que vean la claridad que me diste; a saber (Jn 17:24): que hagan por participacin en nosotros la misma obra que yo por naturaleza, que es aspirar el Espritu Santo. Y tambin dice (Jn 17:20-23): No ruego, Padre, solamente por estos presentes, sino tambin por aquellos que han de creer por su doctrina en m, que todos ellos sean una misma cosa; de la manera que T, Padre, ests en m y yo en Ti, as ellos en nosotros sean una misma cosa. Y yo la claridad y gloria que me has dado, se las he dado a ellos, para que sean una misma cosa, como nosotros somos una misma cosa, yo en ellos y T en mi, porque sean perfectos en uno; que el mundo conozca y sepa que T me enviaste y los amaste como me amaste a m, que es comunicndoles el mismo amor que al Hijo, aunque no naturalmente como al Hijo, sino, como habemos dicho, por unidad y transformacin de amor. Aqu entonces quiere decir que para el Hijo y al Padre sean los santos una cosa esencial, pero no como ya lo son el Padre y el Hijo, sino que lo sean por unin de amor, como el Padre y el Hijo estn en la unidad del amor.

Por lo tanto, las almas poseen esos mismos bienes participacin que l posee por naturaleza; Como resultado de esto, verdaderamente son dios por participacin, iguales y compaeros suyos de Dios. De esto San Pedro (2 Pe. 1, 2-4) expres: que la gracia y la paz sean cumplidas y perfeccionadas en ustedes en el conocimiento de Dios y de Jesucristo Nuestro Seor, de la manera que nos son dadas todas las cosas de su divina virtud para la vida y la piedad, por el conocimiento de aquel que nos llam con su propia gloria y virtud, por el cual muy grandes y preciosas promesas nos otorg, para que por estas cosas seamos hechos compaeros de la divina naturaleza. Esto significa la participacin del alma en Dios obrando en l, acompaadamente con l; la obra de la Santsima Trinidad, de la manera que hemos dicho, por causa de la unin sustancial entre el alma y Dios. Lo cual, aunque se cumple perfectamente en la otra vida, todava en sta, cuando se llega al estado perfecto, se alcanza gran rastro y sabor de ello, al modo que vamos diciendo, aunque, como ya hemos dicho, no se puede expresar.

Oh almas criadas para estas grandezas y para ellas llamadas! Qu hacen? En qu se entretienen? Sus pretensiones son bajezas, y sus posesiones, miserias. Oh miserable ceguera de los ojos de sus almas! Para tanta luz estn ciegos y para tan grandes voces son sordos! No pueden ver que en tanto que buscan grandezas y gloria se quedan miserables y bajos de tantos bienes, hechos ignorantes e indignos! Sigan lo segundo que el alma clama, lo cual es:

El canto de la dulce filomena

Lo que nace en el alma del aspirar del aire es el canto de la ms dulce filomena, ya que, as como el canto de la filomena o el ruiseor, el cual se oye en la primavera, pasados ya los fros y lluvias del invierno, y hace meloda al odo y recreacin para el espritu, es as en esta actual comunicacin y transformacin de amor, amparada ya las esposa y libre de todas las imperfeciones y penalidades y nieblas del mundo; ella siente la primavera, renaciente en su espritu, en el cual tambin siente la dulce voz del Esposo, su dulce filomena, la cual refrezca y renueva la sustancia de su alma, diciendole (Ct. 2:10-12): levntate, apresrate, amiga, paloma, hermosa ma y ven; porque ya ha pasado el invierno, las lluvias se han ido lejos, las flores han aparecido ya en nuestra tierra, y ha llegado el tiempo del podar, y la voz de la tortolica se ha odo en nuestra tierra.


 
 
 
24 de Noviembre - San Juan de la Cruz (Tradicional) - Me entrego a mi mismo como tu esposo para siempre
 

Este sitio es dedicado a Nuestro Seor Jesucristo
en la Santsima Virgen Mara
para la Gloria de Dios

  La Bendicin Apostlica de la Santa Sede en Roma se imparta (28 de Octubre, 2013)
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Omnia ad majoren Dei Gloriam!
(Todo para la mayor gloria de Dios!)

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OUR FATHER

Our Father, Who Art In Heaven
Hallowed Be Thy Name.
Thy Kingdom come,
Thy Will be done
On earth as it is in Heaven.
Give us this day our daily bread
And forgive us our trespasses
As we forgive those who trespass against us.
Liberate us from all temptation[*]
And deliver us from all evil. Amen



[*] Liberate us is in keeping with the original Latin text.
       God usually does not "lead us" to temptation
       (unless we are tested),
       but gives us the grace to overcome and/or resist it
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HAIL MARY

Hail Mary, full of grace
The Lord is with thee.
Blessed art though among women,
And blessed is the fruit
Of thy womb, Jesus.
 
Holy Mary, Mary of God
Pray for us sinners
Now, and in the hour
Of our death. Amen


 
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APOSTLE'S CREED
I believe in God, the Father Almighty
Creator of Heaven and earth;
And in Jesus Christ, His Only Son, our Lord;
Who was conceived by the
[work and grace of the] Holy Ghost,[*]
Born of the Virgin Mary,
Suffered under Pontius Pilate,
Was crucified, died and was buried.
He descended into the Dead.[**]
On the third day, He rose again;
He ascended into Heaven,
And sits at the right hand of God,
the Father Almighty.
From thence he shall come to judge
the living and the dead.
 
I believe in the Holy Ghost,[*]
The Holy Catholic Church,
The communion of saints,
The forgiveness of sins.
The resurrection of the body,
And life everlasting. Amen

[*] Holy Ghost: may be substituted with the current Holy Spirit.
[**] the Dead: "inferi", the underworld or the dead in Latin.
X
GLORIA

Glory be to the Father, and to the Son,
and to the Holy Ghost[*],
as it was in the beginning, is now,
and ever shall be, world without end.
Amen

[*] Holy Ghost: may be substituted with the current Holy Spirit.
X
DE PROFUNDIS

Out of the depths I have cried to Thee, O Lord:
Lord, hear my voice.
Let Thine ears be attentive
to the voice of my supplication.

If thou, O Lord, wilt mark iniquities:
Lord, who shall abide it.
For with Thee there is merciful forgiveness:
and because of Thy law,
I have waited for Thee, O Lord.

My soul hath waited on His word:
my soul hath hoped in the Lord.
From the morning-watch even until night,
let Israel hope in the Lord.

For with the Lord there is mercy:
and with Him plenteous redemption.
And He shall redeem Israel
from all her iniquities.

Glory be to the Father, and to the Son,
and to the Holy Ghost[*],
as it was in the beginning, is now,
and ever shall be, world without end.
Amen

[*] Holy Ghost: may be substituted with the current Holy Spirit.
X
DE PROFUNDIS

Out of the depths I have cried to Thee, O Lord:
Lord, hear my voice.
Let Thine ears be attentive to the voice
of my supplication.

If thou, O Lord, wilt mark iniquities:
Lord, who shall abide it.
For with Thee there is merciful forgiveness:
and because of Thy law,
I have waited for Thee, O Lord.

My soul hath waited on His word:
my soul hath hoped in the Lord.
From the morning-watch even until night,
let Israel hope in the Lord.

For with the Lord there is mercy:
and with Him plenteous redemption.
And He shall redeem Israel
from all his iniquities.

V. Eternal rest give unto them, O Lord.
R. And let perpetual light shine upon them.
V. From the gate of hell.
R. Deliver their souls, O Lord.
V. May they rest in peace.
R. Amen.
V. O Lord, hear my prayer.
R. And let my cry come unto Thee.
V. The Lord be with you.
R. And with Thy Spirit.

(50 days indulgence to all who pray the De Profundis with V. and R.
"Requiem aeternam" (Eternal Rest) three times a day.
Pope Leo XIII, February 3, 1888)


Let us pray:
O God, the Creator and Redeemer of all
the faithful, we beseech Thee to grant
to the souls of Thy servants the remission
of their sins, so that by our prayers
they may obtain pardon for which they long.
O Lord, who lives and reigns,
world without end. Amen

May they rest in peace. Amen

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PADRE NUESTRO

Padre Nuestro,
que estas en los Cielos
Santificado sea Tu Nombre;
Venga a nosotros tu Reino;
Hgase Tu Voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada da;
Perdona nuestras ofensas,
Como tambin nosotros
perdonamos a los que nos ofenden,
No nos dejes caer en la tentacin,
y lbranos del mal. Amén
 
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AVE MARA

Dios te salve, Mara,
llena eres de gracia;
El Seor es Contigo;
Bendita T eres
entre todas las mujeres,
Y bendito es el fruto
De tu vientre, Jess.
 
Santa Mara,
Madre de Dios,
Ruega por nosotros
pecadores,
Ahora y en la hora
De nuestra muerte.
Amn
 
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CREDO
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo,
Su nico Hijo, Nuestro Seor,
Que fue concebido por obra
y gracia del Espritu Santo,
Naci de la Santa Mara Virgen;
Padeci bajo el poder de Poncio Pilato,
Fue crucificado, muerto y sepultado,
Descendi a los infiernos,
Al tercer da resucit de entre los muertos,
Subi a los cielos
Y est sentado a la derecha de Dios,
Padre Todopoderoso.
Desde all ha de venir a juzgar
a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espritu Santo,
La Santa Iglesia Catlica,
La comunin de los santos,
El perdn de los pecados,
La resurreccin de la carne
Y la vida eterna. Amn
 
 
CERRAR
DE PROFUNDIS

Desde lo hondo a Ti grito, Seor; Seor,
escucha mi voz;
Estn Tus oidos atentos
a la voz de mi splica.

Si llevas cuenta de los delitos, Seor,
quin podr resistir?
Pero de ti procede el perdn,
y as infundes respeto.
Mi alma espera en el Seor.

Espera en su palabra;
mi alma aguarda al Seor,
ms que el centinela la aurora.
Aguarda Israel al Seor.

Como el centinela la aurora;
porque del Seor viene la misericordia.
la redencin copiosa;
y l redimir a Israel de todos sus delitos.

Gloria al Padre, al Hijo y al
Espritu Santo,
como es desde el principio,
es ahora y ser por los siglos de los siglos.
Amn

X
GLORIA

Gloria al Padre, al Hijo y al
Espritu Santo,
como es desde el principio,
es ahora y ser por los siglos de los siglos.
Amn

CERRAR
DE PROFUNDIS y QUE DESCANSEN EN PAZ

Desde lo hondo a Ti grito, Seor;
Seor, escucha mi voz;
Estn Tus oidos atentos a
la voz de mi splica.

Si llevas cuenta de los delitos, Seor,
quin podr resistir?

Pero de ti procede el perdn,
y as infundes respeto.
Mi alma espera en el Seor.

Espera en su palabra;
mi alma aguarda al Seor,
ms que el centinela la aurora.
Aguarda Israel al Seor.

Como el centinela la aurora;
porque del Seor viene la misericordia,
la redencin copiosa;
y l redimir a Israel de todos sus delitos.

V. Dadles, Seor, a todas las almas
el descanso eterno.
R. Y haced lucir sobre ellas
vuestra eterna luz.
V. Que en paz descansen.
R. Amn.