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Nuestra Madre de la Divina Providencia - "Sagrado Ncleo del Cristianismo"
Nuestra Madre de la Divina Providencia - "Sagrado Ncleo del Cristianismo"
Nuestra Madre de la Divina Providencia - "Sagrado Ncleo del Cristianismo"
 
 
 

 
 

Mater Divinae Providentiae de Scipione Pulzone (1544-1598); 1580; commons.wikimedia.org
 
 
Madre de la Divina Providencia
De los escritos del Padre Juan Semeria, CRSP
(Mater Divinae Providentiae, Nov. 1922, pp. 372-375)


Nuestra Madre Santsima tiene tantos ttulos hermosos, en su mayora creados por la piedad sencilla y espontnea del pueblo Cristiano, inspirados en la teologa de amor llamado "sentido de la fe". Estos ttulos son clidos, con el afecto y el aroma de la genuina bondad. Son poticos, luminosos y clidos. Expresan una verdad y la expresan con eficacia. Toda una teologa mariana est contenida en ellos. Al repetirlas, las ideas y los sentimientos amorosos se intensifican. Nuestro ttulo nos sita directamente en el centro de la verdadera teologa.

Madre: aqu est la sntesis de la grandeza de Mara. Ella es Nuestra Seora porque era madre. Madre de Jesucristo! Esto lo dice todo. Es la raz misma de la grandeza "humana" de Nuestra Seora. Una mujer alcanza su realizacin natural convirtindose en una madre. Madre es el ttulo ms augusto de y para una mujer. Incluso una reina no est feliz si no es madre; y una madre tiene en su maternidad el secreto de una alegra y un orgullo que una reina no conoce. Una madre es bendecida entre las mujeres, ya que Mara es bendecida entre las madres.

Ese nombre de madre expresa la grandeza "divina" de Nuestra Seora. Ella es ms alta que todas las dems criaturas, porque es madre de Jess, Hijo del Hombre e Hijo de Dios. La divina grandeza del Hijo se refleja en su madre. Entre las madres ella es la bendita; Ella es la bienaventurada porque el fruto de su vientre se llama Jess y es Jesucristo.

Mara, madre de todos nosotros; En Jess, madre universal, porque es madre nica. El amor, la accin y el sacrificio de Jess inundan el mundo y los siglos, llegando a los confines de la tierra, perdindose en la eternidad. Y donde encontramos los amplios efectos del amor de Jess, all tambin encontramos los efectos de ensanchamiento del amor de Mara.

Pero este ttulo, este condensado poema lrico contina: de la Divina Providencia. Aqu Mara se coloca en relacin directa con el dogma de la Providencia de Dios y, a travs de esta relacin, nos conduce a un dogma ms bsico que el Cristianismo comparte con las formas ms rudimentarias de la religin. En efecto, quienquiera que se acerque, quien simplemente quiera acercarse a Dios, dando el ms pequeo paso hacia Dios, debe creer no slo que existe, sino que tambin da la misma recompensa por las obras humanas, que es el "proveedor" ms bsico y el ms alto significado de la palabra (ver Hebreos 11: 6). Si no hay puentes entre el Cielo y la tierra, importa si el Cielo existe o no? Esta es la razn por la que San Pablo proclama que para nuestra vida religiosa la fra idea de un Dios no es suficiente. Dios existe! Asi que? Lo que necesitamos es la nocin ms clida, ms luminosa y ms beneficiosa de un Dios que es providente. Quin piensa en nosotros, que est preocupado por nosotros. El Cristianismo, una religin clida y viva; El Cristianismo, la revelacin completa de Dios, comienza aqu y de alguna manera est todo contenido aqu. Porque una vez que la Providencia, la Providencia de Dios, es aceptada, el resto sigue, con una lgica fcil y una maravillosidad propia.

Todo en el Cristianismo es absurdo; todo sera absurdo si negramos o olvidramos este gran dogma de la Providencia de Dios. Todo es fcil si ese dogma es aceptado con alegra. Toda nuestra existencia concreta depende de ello. Ciertamente, la vida Cristiana es la oracin; Pero uno no puede orar a un Dios que es sordo por naturaleza e impermeable a nuestras peticiones. La fe Cristiana requiere ordenar toda nuestra vida hacia una meta divinamente establecida, o, para decirlo ms simplemente, requiere obediencia a Dios. Ahora, slo podemos obedecer a un Dios que nos llama en amor. Adems, la vida Cristiana es principalmente resignacin al sufrimiento, pero no podemos resignarnos a sufrir a menos que provenga de las manos de un padre providente y amoroso.

Mara, Madre de la Divina Providencia, por su hermoso nombre y su dulce ttulo, nos conduce a este autntico y saludable Sagrado Ncleo del Cristianismo. Dulce e implacablemente nos introduce en esta atmsfera que necesitamos respirar para disfrutar del vigor y la fuerza Cristiana.

La Madre nos conduce al Padre.



 
Madre de la Divina Providencia
De los escritos del Padre Juan Semeria, CRSP
(Mater Divinae Providentiae, Nov. 1922, pp. 372-375)


Nuestra Madre Santsima tiene tantos ttulos hermosos, en su mayora creados por la piedad sencilla y espontnea del pueblo Cristiano, inspirados en la teologa de amor llamado "sentido de la fe". Estos ttulos son clidos, con el afecto y el aroma de la genuina bondad. Son poticos, luminosos y clidos. Expresan una verdad y la expresan con eficacia. Toda una teologa mariana est contenida en ellos. Al repetirlas, las ideas y los sentimientos amorosos se intensifican. Nuestro ttulo nos sita directamente en el centro de la verdadera teologa.

Madre: aqu est la sntesis de la grandeza de Mara. Ella es Nuestra Seora porque era madre. Madre de Jesucristo! Esto lo dice todo. Es la raz misma de la grandeza "humana" de Nuestra Seora. Una mujer alcanza su realizacin natural convirtindose en una madre. Madre es el ttulo ms augusto de y para una mujer. Incluso una reina no est feliz si no es madre; y una madre tiene en su maternidad el secreto de una alegra y un orgullo que una reina no conoce. Una madre es bendecida entre las mujeres, ya que Mara es bendecida entre las madres.

Ese nombre de madre expresa la grandeza "divina" de Nuestra Seora. Ella es ms alta que todas las dems criaturas, porque es madre de Jess, Hijo del Hombre e Hijo de Dios. La divina grandeza del Hijo se refleja en su madre. Entre las madres ella es la bendita; Ella es la bienaventurada porque el fruto de su vientre se llama Jess y es Jesucristo.

Mara, madre de todos nosotros; En Jess, madre universal, porque es madre nica. El amor, la accin y el sacrificio de Jess inundan el mundo y los siglos, llegando a los confines de la tierra, perdindose en la eternidad. Y donde encontramos los amplios efectos del amor de Jess, all tambin encontramos los efectos de ensanchamiento del amor de Mara.

Pero este ttulo, este condensado poema lrico contina: de la Divina Providencia. Aqu Mara se coloca en relacin directa con el dogma de la Providencia de Dios y, a travs de esta relacin, nos conduce a un dogma ms bsico que el Cristianismo comparte con las formas ms rudimentarias de la religin. En efecto, quienquiera que se acerque, quien simplemente quiera acercarse a Dios, dando el ms pequeo paso hacia Dios, debe creer no slo que existe, sino que tambin da la misma recompensa por las obras humanas, que es el "proveedor" ms bsico y el ms alto significado de la palabra (ver Hebreos 11: 6). Si no hay puentes entre el Cielo y la tierra, importa si el Cielo existe o no? Esta es la razn por la que San Pablo proclama que para nuestra vida religiosa la fra idea de un Dios no es suficiente. Dios existe! Asi que? Lo que necesitamos es la nocin ms clida, ms luminosa y ms beneficiosa de un Dios que es providente. Quin piensa en nosotros, que est preocupado por nosotros. El Cristianismo, una religin clida y viva; El Cristianismo, la revelacin completa de Dios, comienza aqu y de alguna manera est todo contenido aqu. Porque una vez que la Providencia, la Providencia de Dios, es aceptada, el resto sigue, con una lgica fcil y una maravillosidad propia.

Todo en el Cristianismo es absurdo; todo sera absurdo si negramos o olvidramos este gran dogma de la Providencia de Dios. Todo es fcil si ese dogma es aceptado con alegra. Toda nuestra existencia concreta depende de ello. Ciertamente, la vida Cristiana es la oracin; Pero uno no puede orar a un Dios que es sordo por naturaleza e impermeable a nuestras peticiones. La fe Cristiana requiere ordenar toda nuestra vida hacia una meta divinamente establecida, o, para decirlo ms simplemente, requiere obediencia a Dios. Ahora, slo podemos obedecer a un Dios que nos llama en amor. Adems, la vida Cristiana es principalmente resignacin al sufrimiento, pero no podemos resignarnos a sufrir a menos que provenga de las manos de un padre providente y amoroso.

Mara, Madre de la Divina Providencia, por su hermoso nombre y su dulce ttulo, nos conduce a este autntico y saludable Sagrado Ncleo del Cristianismo. Dulce e implacablemente nos introduce en esta atmsfera que necesitamos respirar para disfrutar del vigor y la fuerza Cristiana.

La Madre nos conduce al Padre.



 
 
 

 
 

El Santuario Nacional de Nuestra Seora de la Providencia, vestbulo de la Iglesia de la Inmaculada Concepcin, Saint Mary-of-the-Woods, West Terre Haute, Indiana; spsmw.org
 
 

Oracin a Mara, Nuestra Madre de la Divina Providencia

Virgen Mara, Inmaculada Madre de la Divina Providencia, protege nuestra vida y sanctifcanos con el don de la gracia. Obtn del Padre de la misericordia y del Dios de la consolacin el perdn de nuestros pecados, la reconciliacin con nuestros hermanos y la consolacin en medio de las aflicciones.

Renuevan nuestros corazones para que se conviertan en lugares dignos de morada de su Divino Hijo, Jess. Aydanos en nuestras luchas contra la mediocridad, el egosmo y el orgullo para poder servir generosamente a nuestro prjimo. Te encomendamos, Mara, en nuestra peregrinacin en este mundo.

Te invocamos como nuestra gua y nuestra defensa contra los peligros. En las tribulaciones presentes, danos refugio seguro. Oh dulce Madre de la Divina Providencia, vuelve tus ojos hacia nosotros, t que eres nuestra esperanza en la tierra. Concdenos que te tengamos como nuestra Madre en la gloria del Cielo. Amn.




 

Oracin a Mara, Nuestra Madre de la Divina Providencia

Virgen Mara, Inmaculada Madre de la Divina Providencia, protege nuestra vida y sanctifcanos con el don de la gracia. Obtn del Padre de la misericordia y del Dios de la consolacin el perdn de nuestros pecados, la reconciliacin con nuestros hermanos y la consolacin en medio de las aflicciones.

Renuevan nuestros corazones para que se conviertan en lugares dignos de morada de su Divino Hijo, Jess. Aydanos en nuestras luchas contra la mediocridad, el egosmo y el orgullo para poder servir generosamente a nuestro prjimo. Te encomendamos, Mara, en nuestra peregrinacin en este mundo.

Te invocamos como nuestra gua y nuestra defensa contra los peligros. En las tribulaciones presentes, danos refugio seguro. Oh dulce Madre de la Divina Providencia, vuelve tus ojos hacia nosotros, t que eres nuestra esperanza en la tierra. Concdenos que te tengamos como nuestra Madre en la gloria del Cielo. Amn.




 
 
 
 
Fiesta de Nuestra Madre de la Divina Providencia - "Sagrado Ncleo del Cristianismo" - Sbado antes del tercer Domingo de Noviembre


 
 

Este sitio es dedicado a Nuestro Seor Jesucristo
en la Santsima Virgen Mara
para la Gloria de Dios

  La Bendicin Apostlica de la Santa Sede en Roma se imparta (28 de Octubre, 2013)
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(Todo para la mayor gloria de Dios!)

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OUR FATHER

Our Father, Who Art In Heaven
Hallowed Be Thy Name.
Thy Kingdom come,
Thy Will be done
On earth as it is in Heaven.
Give us this day our daily bread
And forgive us our trespasses
As we forgive those who trespass against us.
Liberate us from all temptation[*]
And deliver us from all evil. Amen



[*] Liberate us is in keeping with the original Latin text.
       God usually does not "lead us" to temptation
       (unless we are tested),
       but gives us the grace to overcome and/or resist it
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HAIL MARY

Hail Mary, full of grace
The Lord is with thee.
Blessed art though among women,
And blessed is the fruit
Of thy womb, Jesus.
 
Holy Mary, Mary of God
Pray for us sinners
Now, and in the hour
Of our death. Amen


 
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APOSTLE'S CREED
I believe in God, the Father Almighty
Creator of Heaven and earth;
And in Jesus Christ, His Only Son, our Lord;
Who was conceived by the
[work and grace of the] Holy Ghost,[*]
Born of the Virgin Mary,
Suffered under Pontius Pilate,
Was crucified, died and was buried.
He descended into the Dead.[**]
On the third day, He rose again;
He ascended into Heaven,
And sits at the right hand of God,
the Father Almighty.
From thence he shall come to judge
the living and the dead.
 
I believe in the Holy Ghost,[*]
The Holy Catholic Church,
The communion of saints,
The forgiveness of sins.
The resurrection of the body,
And life everlasting. Amen

[*] Holy Ghost: may be substituted with the current Holy Spirit.
[**] the Dead: "inferi", the underworld or the dead in Latin.
X
GLORIA

Glory be to the Father, and to the Son,
and to the Holy Ghost[*],
as it was in the beginning, is now,
and ever shall be, world without end.
Amen

[*] Holy Ghost: may be substituted with the current Holy Spirit.
X
DE PROFUNDIS

Out of the depths I have cried to Thee, O Lord:
Lord, hear my voice.
Let Thine ears be attentive
to the voice of my supplication.

If thou, O Lord, wilt mark iniquities:
Lord, who shall abide it.
For with Thee there is merciful forgiveness:
and because of Thy law,
I have waited for Thee, O Lord.

My soul hath waited on His word:
my soul hath hoped in the Lord.
From the morning-watch even until night,
let Israel hope in the Lord.

For with the Lord there is mercy:
and with Him plenteous redemption.
And He shall redeem Israel
from all her iniquities.

Glory be to the Father, and to the Son,
and to the Holy Ghost[*],
as it was in the beginning, is now,
and ever shall be, world without end.
Amen

[*] Holy Ghost: may be substituted with the current Holy Spirit.
X
DE PROFUNDIS

Out of the depths I have cried to Thee, O Lord:
Lord, hear my voice.
Let Thine ears be attentive to the voice
of my supplication.

If thou, O Lord, wilt mark iniquities:
Lord, who shall abide it.
For with Thee there is merciful forgiveness:
and because of Thy law,
I have waited for Thee, O Lord.

My soul hath waited on His word:
my soul hath hoped in the Lord.
From the morning-watch even until night,
let Israel hope in the Lord.

For with the Lord there is mercy:
and with Him plenteous redemption.
And He shall redeem Israel
from all his iniquities.

V. Eternal rest give unto them, O Lord.
R. And let perpetual light shine upon them.
V. From the gate of hell.
R. Deliver their souls, O Lord.
V. May they rest in peace.
R. Amen.
V. O Lord, hear my prayer.
R. And let my cry come unto Thee.
V. The Lord be with you.
R. And with Thy Spirit.

(50 days indulgence to all who pray the De Profundis with V. and R.
"Requiem aeternam" (Eternal Rest) three times a day.
Pope Leo XIII, February 3, 1888)


Let us pray:
O God, the Creator and Redeemer of all
the faithful, we beseech Thee to grant
to the souls of Thy servants the remission
of their sins, so that by our prayers
they may obtain pardon for which they long.
O Lord, who lives and reigns,
world without end. Amen

May they rest in peace. Amen

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PADRE NUESTRO

Padre Nuestro,
que estas en los Cielos
Santificado sea Tu Nombre;
Venga a nosotros tu Reino;
Hgase Tu Voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada da;
Perdona nuestras ofensas,
Como tambin nosotros
perdonamos a los que nos ofenden,
No nos dejes caer en la tentacin,
y lbranos del mal. Amén
 
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AVE MARA

Dios te salve, Mara,
llena eres de gracia;
El Seor es Contigo;
Bendita T eres
entre todas las mujeres,
Y bendito es el fruto
De tu vientre, Jess.
 
Santa Mara,
Madre de Dios,
Ruega por nosotros
pecadores,
Ahora y en la hora
De nuestra muerte.
Amn
 
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CREDO
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo,
Su nico Hijo, Nuestro Seor,
Que fue concebido por obra
y gracia del Espritu Santo,
Naci de la Santa Mara Virgen;
Padeci bajo el poder de Poncio Pilato,
Fue crucificado, muerto y sepultado,
Descendi a los infiernos,
Al tercer da resucit de entre los muertos,
Subi a los cielos
Y est sentado a la derecha de Dios,
Padre Todopoderoso.
Desde all ha de venir a juzgar
a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espritu Santo,
La Santa Iglesia Catlica,
La comunin de los santos,
El perdn de los pecados,
La resurreccin de la carne
Y la vida eterna. Amn
 
 
CERRAR
DE PROFUNDIS

Desde lo hondo a Ti grito, Seor; Seor,
escucha mi voz;
Estn Tus oidos atentos
a la voz de mi splica.

Si llevas cuenta de los delitos, Seor,
quin podr resistir?
Pero de ti procede el perdn,
y as infundes respeto.
Mi alma espera en el Seor.

Espera en su palabra;
mi alma aguarda al Seor,
ms que el centinela la aurora.
Aguarda Israel al Seor.

Como el centinela la aurora;
porque del Seor viene la misericordia.
la redencin copiosa;
y l redimir a Israel de todos sus delitos.

Gloria al Padre, al Hijo y al
Espritu Santo,
como es desde el principio,
es ahora y ser por los siglos de los siglos.
Amn

X
GLORIA

Gloria al Padre, al Hijo y al
Espritu Santo,
como es desde el principio,
es ahora y ser por los siglos de los siglos.
Amn

CERRAR
DE PROFUNDIS y QUE DESCANSEN EN PAZ

Desde lo hondo a Ti grito, Seor;
Seor, escucha mi voz;
Estn Tus oidos atentos a
la voz de mi splica.

Si llevas cuenta de los delitos, Seor,
quin podr resistir?

Pero de ti procede el perdn,
y as infundes respeto.
Mi alma espera en el Seor.

Espera en su palabra;
mi alma aguarda al Seor,
ms que el centinela la aurora.
Aguarda Israel al Seor.

Como el centinela la aurora;
porque del Seor viene la misericordia,
la redencin copiosa;
y l redimir a Israel de todos sus delitos.

V. Dadles, Seor, a todas las almas
el descanso eterno.
R. Y haced lucir sobre ellas
vuestra eterna luz.
V. Que en paz descansen.
R. Amn.