San Antonio Mara Claret - Nos Apremia el Amor de Cristo
Mosaico de Obispo San Antonio Mara Claret, Iglesia de San Pablo, Crdoba, Espaa; commons.wikimedia.org
Nos Apremia el Amor de Cristo
De las obras de San Antonio Mara Claret, Obispo (LEgosimo vinto, Romae 1869, 60; Autobiografa, Cap. 34)
Inflamados por el fuego del Espritu Santo, los misioneros apostlicos han llegado, llegan y llegarn hasta los confines del mundo, desde uno y otro polo, para anunciar la palabra divina; de modo que pueden decirse con razn a s mismos las palabras del apstol san Pablo: Nos apremia el amor de Cristo.
El amor de Cristo nos estimula y apremia a correr y volar con las alas del santo celo. El verdadero amante ama a Dios y a su prjimo; el verdadero celador es el mismo amante, pero en grado superior, segn los grados de amor; de modo que, cuanto ms amor tiene, por tanto mayor celo es compelido. Y, si uno no tiene celo, es seal cierta que tiene apagado en su corazn el fuego del amor, la caridad. Aquel que tiene celo desea y procura, por todos los medios posibles, que Dios sea siempre ms conocido, amado y servido en esta vida y en la otra, puesto que este sagrado amor no tiene ningn lmite.
Lo mismo practica con su prjimo, deseando y procurando que todos estn contentos en este mundo y sean felices y bienaventurados en el otro; que todos se salven, que ninguno se pierda eternamente, que nadie ofenda a Dios y que ninguno, finalmente, se encuentre un solo momento en pecado. As como lo vemos en los santos apstoles y en cualquiera que est dotado de espritu apostlico.
Yo me digo a m mismo: Un hijo del Inmaculado Corazn de Mara es un hombre que arde en caridad y que abrasa por donde pasa; que desea eficazmente y procura, por todos los medios, encender a todo el mundo en el fuego del divino amor. Nada le arredra, se goza en las privaciones, aborda los trabajos, abraza los sacrificios, se complace en las calumnias y se alegra en los tormentos. No piensa sino cmo seguir e imitar a Jesucristo en trabajar, sufrir y en procurar siempre y nicamente la mayor gloria de Dios y la salvacin de las almas.
ORACIN
Oh Dios, que concediste a tu obispo San Antonio Mara Claret una caridad y un valor admirables para anunciar el Evangelio a los pueblos, concdenos, por su intercesin, que, buscando siempre tu voluntad en todas las cosas, trabajemos generosamente por ganar nuevos hermanos para Cristo. Por nuestro Seor Jesucristo. Amn
Nos Apremia el Amor de Cristo
De las obras de San Antonio Mara Claret, Obispo (LEgosimo vinto, Romae 1869, 60; Autobiografa, Cap. 34)
Inflamados por el fuego del Espritu Santo, los misioneros apostlicos han llegado, llegan y llegarn hasta los confines del mundo, desde uno y otro polo, para anunciar la palabra divina; de modo que pueden decirse con razn a s mismos las palabras del apstol san Pablo: Nos apremia el amor de Cristo.
El amor de Cristo nos estimula y apremia a correr y volar con las alas del santo celo. El verdadero amante ama a Dios y a su prjimo; el verdadero celador es el mismo amante, pero en grado superior, segn los grados de amor; de modo que, cuanto ms amor tiene, por tanto mayor celo es compelido. Y, si uno no tiene celo, es seal cierta que tiene apagado en su corazn el fuego del amor, la caridad. Aquel que tiene celo desea y procura, por todos los medios posibles, que Dios sea siempre ms conocido, amado y servido en esta vida y en la otra, puesto que este sagrado amor no tiene ningn lmite.
Lo mismo practica con su prjimo, deseando y procurando que todos estn contentos en este mundo y sean felices y bienaventurados en el otro; que todos se salven, que ninguno se pierda eternamente, que nadie ofenda a Dios y que ninguno, finalmente, se encuentre un solo momento en pecado. As como lo vemos en los santos apstoles y en cualquiera que est dotado de espritu apostlico.
Yo me digo a m mismo: Un hijo del Inmaculado Corazn de Mara es un hombre que arde en caridad y que abrasa por donde pasa; que desea eficazmente y procura, por todos los medios, encender a todo el mundo en el fuego del divino amor. Nada le arredra, se goza en las privaciones, aborda los trabajos, abraza los sacrificios, se complace en las calumnias y se alegra en los tormentos. No piensa sino cmo seguir e imitar a Jesucristo en trabajar, sufrir y en procurar siempre y nicamente la mayor gloria de Dios y la salvacin de las almas.
ORACIN
Oh Dios, que concediste a tu obispo San Antonio Mara Claret una caridad y un valor admirables para anunciar el Evangelio a los pueblos, concdenos, por su intercesin, que, buscando siempre tu voluntad en todas las cosas, trabajemos generosamente por ganar nuevos hermanos para Cristo. Por nuestro Seor Jesucristo. Amn
23 de Octubre (Tradicional) - 24 (Novus Ordo) - San Antonio Mara Claret (1807-1870) - Nos Apremia el Amor de Cristo
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