A traves de Mara la Bendicin del Padre ha Brillado sobre la Humanidad
Madona en el Jardn; Maestro Rhenish desconocido; primera mitad del siglo XVI; Muse de luvre Notre-Dame, Strasbourg, Francia; commons.wikimedia.org
A traves de Mara la Bendicin del Padre ha Brillado sobre la Humanidad
de un Sermn de San Sofronio, obispo
(Oratio 2, in sanctissimae Deiparae Annuntiatione, 21-22, 26: PG 87, 3, 3242-3250)
Algrate, llena de gracia, el Seor es contigo. Y qu puede haber ms sublime que esta alegra, oh Virgen Madre? O qu puede haber ms excelente que esta gracia, que t sola has alcanzado de Dios? O qu puede imaginarse ms amable o esplndido que esta gracia? Nada puede equipararse a las maravillas que en ti vemos realizadas, nada hay que iguale la gracia que tu posees; todo lo dems, por excelente que sea, ocupa un lugar secundario y goza de una excelencia claramente inferior.
El Seor es contigo; quin, pues, se atrever a competir contigo? De ti nacer Dios; quin, por tanto, no se reconocer al momento inferior a ti y no admitir de buen grado tu primaca y superioridad? Es por esto que, al contemplar tus eminentes prerrogativas, que superan las de cualquier otra criatura, te aclamo lleno de entusiasmo: Algrate llena de gracia, el Seor es contigo. Por ti ha venido la alegra no solo a los hombres, sino tambin a los mismos coros celestiales.
Verdaderamente, bendita t eres entre todas las mujeres, ya que has cambiado en bendicin la maldicin de Eva y has hecho que Adn, que yaca postrado bajo el peso de la maldicin, alcanzara, por ti, la bendicin.
Verdaderamente, bendita t eres entre todas las mujeres, ya que, por ti, la bendicin del Padre ha brillado sobre los hombres, librndolos, de la antigua maldicin.
Verdaderamente, bendita t eres entre todas las mujeres, ya que por ti, alcanzan la salvacin tus progenitores; pues has de dar a luz a aquel que les obtendr la salvacin divina.
Verdaderamente, bendita t eres entre todas las mujeres, ya que, sin concurso de semilla, has producido aquel fruto que esparce la bendicin sobre el orbe de la tierra, redimindola de la maldicin que le haca producir espinas y abrojos.
Verdaderamente, bendita t eres entre todas las mujeres, ya que, siendo por condicin natural una mujer como las dems, llegars a ser en verdad Madre de Dios.
Efectivamente, si el que ha de nacer de ti es, con todo verdad, el Dios hecho hombre, con toda razn eres llamada Madre de Dios, ya que realmente das a luz a Dios. Llevas en la intimidad de tu seno al mismo Dios, el cual mora en ti segn la carne, y sale de ti como un esposo, trayendo a todos la alegra y comunicando a todos la luz divina. Pues en ti, oh Virgen, como en el cielo ntido y pursimo, ha puesto Dios su tienda; y saldr de ti como el esposo de su alcoba; y, cual gigante que emprende su carrera, recorrer el camino de su vida, provechosa en todo para todos, alcanzando con su giro del trmino del cielo hasta el opuesto confn, llenndolo todo de su calor divino y de su resplandor vivificante. Amn
catolicosfirmesensufe.org
A traves de Mara la Bendicin del Padre ha Brillado sobre la Humanidad
de un Sermn de San Sofronio, obispo
(Oratio 2, in sanctissimae Deiparae Annuntiatione, 21-22, 26: PG 87, 3, 3242-3250)
Algrate, llena de gracia, el Seor es contigo. Y qu puede haber ms sublime que esta alegra, oh Virgen Madre? O qu puede haber ms excelente que esta gracia, que t sola has alcanzado de Dios? O qu puede imaginarse ms amable o esplndido que esta gracia? Nada puede equipararse a las maravillas que en ti vemos realizadas, nada hay que iguale la gracia que tu posees; todo lo dems, por excelente que sea, ocupa un lugar secundario y goza de una excelencia claramente inferior.
El Seor es contigo; quin, pues, se atrever a competir contigo? De ti nacer Dios; quin, por tanto, no se reconocer al momento inferior a ti y no admitir de buen grado tu primaca y superioridad? Es por esto que, al contemplar tus eminentes prerrogativas, que superan las de cualquier otra criatura, te aclamo lleno de entusiasmo: Algrate llena de gracia, el Seor es contigo. Por ti ha venido la alegra no solo a los hombres, sino tambin a los mismos coros celestiales.
Verdaderamente, bendita t eres entre todas las mujeres, ya que has cambiado en bendicin la maldicin de Eva y has hecho que Adn, que yaca postrado bajo el peso de la maldicin, alcanzara, por ti, la bendicin.
Verdaderamente, bendita t eres entre todas las mujeres, ya que, por ti, la bendicin del Padre ha brillado sobre los hombres, librndolos, de la antigua maldicin.
Verdaderamente, bendita t eres entre todas las mujeres, ya que por ti, alcanzan la salvacin tus progenitores; pues has de dar a luz a aquel que les obtendr la salvacin divina.
Verdaderamente, bendita t eres entre todas las mujeres, ya que, sin concurso de semilla, has producido aquel fruto que esparce la bendicin sobre el orbe de la tierra, redimindola de la maldicin que le haca producir espinas y abrojos.
Verdaderamente, bendita t eres entre todas las mujeres, ya que, siendo por condicin natural una mujer como las dems, llegars a ser en verdad Madre de Dios.
Efectivamente, si el que ha de nacer de ti es, con todo verdad, el Dios hecho hombre, con toda razn eres llamada Madre de Dios, ya que realmente das a luz a Dios. Llevas en la intimidad de tu seno al mismo Dios, el cual mora en ti segn la carne, y sale de ti como un esposo, trayendo a todos la alegra y comunicando a todos la luz divina. Pues en ti, oh Virgen, como en el cielo ntido y pursimo, ha puesto Dios su tienda; y saldr de ti como el esposo de su alcoba; y, cual gigante que emprende su carrera, recorrer el camino de su vida, provechosa en todo para todos, alcanzando con su giro del trmino del cielo hasta el opuesto confn, llenndolo todo de su calor divino y de su resplandor vivificante. Amn
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