Santa Rosa - "Conozcamos el amor de Cristo, que sobrepasa todo conocimiento"
Santa Rosa de Lima con el Nio Jess; Escuela de Cuzco (1680 - 1700); Museo de Arte de Lima (MALI); Lima, Per;
commons.wikimedia.org
Conozcamos el amor de Cristo, que excede todo conocimiento
De los escritos de Santa Rosa de Lima, virgen
(Ad medicum Castillo: edit. L. Getino, La Patrona de Amrica, Madrid 1928, pp. 54-55)
El Salvador levant la voz y dijo, con incomparable majestad: "Conozcan todos que la gracia sigue a la tribulacin. Sepan que sin el peso de las aflicciones no se llega al colmo de la gracia. Comprendan que, conforme al acrecentamiento de los trabajos, se aumenta juntamente la medida de los carismas. Que nadie se engae: sta es la nica verdadera escala del paraso, y fuera de la cruz no hay camino por donde se pueda subir al cielo!"
Odas estas palabras, me sobrevino un mpetu poderoso de ponerme en medio de la plaza para gritar con grandes clamores, diciendo a todas las personas, de cualquier edad, sexo, estado y condicin que fuesen: "Od, pueblo; od, todo gnero de gentes: de parte de Cristo y con palabras tomadas de su misma boca, yo os aviso: Que no se adquiere gracia sin padecer aflicciones; hay necesidad de trabajos y ms trabajos, para conseguir la participacin ntima de la divina naturaleza, la gloria de los hijos de Dios y la perfecta hermosura del alma."
Este mismo estmulo me impulsaba impetuosamente a predicar la hermosura de la divina gracia, me angustiaba y me haca sudar y anhelar. Me pareca que ya no poda el alma detenerse en la crcel del cuerpo, sino que se haba de romper la prisin y, libre y sola, con ms agilidad, se haba de ir por el mundo, dando voces:
"Oh, si conociesen los mortales qu gran cosa es la gracia, qu hermosa, qu noble, qu preciosa, cuntas riquezas esconde en s, cuntos tesoros, cuntos jbilos y delicias! Sin duda emplearan toda su diligencia, afanes y desvelos en buscar penas y aflicciones; andaran todos por el mundo en busca de molestias, enfermedades y tormentos, en vez de aventuras, por conseguir el tesoro inestimable de la gracia. Esta es la mercanca y logro ltimo de la constancia en el sufrimiento. Nadie se quejara de la cruz ni de los trabajos que le caen en suerte, si conociera las balanzas donde se pesan para repartirlos entre los hombres."
ORACIN
Dios nuestro, que impulsaste a Santa Rosa de Lima a apartarse de la vida del mundo por amor tuyo y a consagrarse solo a ti, en la austeridad y en la penitencia, concdenos, por su intercesin, que sepamos seguir, en este mundo, el camino que conduce a la verdadera vida, para que lleguemos a gozar del torrente de tus delicias all en el cielo. Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amn
Conozcamos el amor de Cristo, que excede todo conocimiento
De los escritos de Santa Rosa de Lima, virgen
(Ad medicum Castillo: edit. L. Getino, La Patrona de Amrica, Madrid 1928, pp. 54-55)
El Salvador levant la voz y dijo, con incomparable majestad: "Conozcan todos que la gracia sigue a la tribulacin. Sepan que sin el peso de las aflicciones no se llega al colmo de la gracia. Comprendan que, conforme al acrecentamiento de los trabajos, se aumenta juntamente la medida de los carismas. Que nadie se engae: sta es la nica verdadera escala del paraso, y fuera de la cruz no hay camino por donde se pueda subir al cielo!"
Odas estas palabras, me sobrevino un mpetu poderoso de ponerme en medio de la plaza para gritar con grandes clamores, diciendo a todas las personas, de cualquier edad, sexo, estado y condicin que fuesen: "Od, pueblo; od, todo gnero de gentes: de parte de Cristo y con palabras tomadas de su misma boca, yo os aviso: Que no se adquiere gracia sin padecer aflicciones; hay necesidad de trabajos y ms trabajos, para conseguir la participacin ntima de la divina naturaleza, la gloria de los hijos de Dios y la perfecta hermosura del alma."
Este mismo estmulo me impulsaba impetuosamente a predicar la hermosura de la divina gracia, me angustiaba y me haca sudar y anhelar. Me pareca que ya no poda el alma detenerse en la crcel del cuerpo, sino que se haba de romper la prisin y, libre y sola, con ms agilidad, se haba de ir por el mundo, dando voces:
"Oh, si conociesen los mortales qu gran cosa es la gracia, qu hermosa, qu noble, qu preciosa, cuntas riquezas esconde en s, cuntos tesoros, cuntos jbilos y delicias! Sin duda emplearan toda su diligencia, afanes y desvelos en buscar penas y aflicciones; andaran todos por el mundo en busca de molestias, enfermedades y tormentos, en vez de aventuras, por conseguir el tesoro inestimable de la gracia. Esta es la mercanca y logro ltimo de la constancia en el sufrimiento. Nadie se quejara de la cruz ni de los trabajos que le caen en suerte, si conociera las balanzas donde se pesan para repartirlos entre los hombres."
ORACIN
Dios nuestro, que impulsaste a Santa Rosa de Lima a apartarse de la vida del mundo por amor tuyo y a consagrarse solo a ti, en la austeridad y en la penitencia, concdenos, por su intercesin, que sepamos seguir, en este mundo, el camino que conduce a la verdadera vida, para que lleguemos a gozar del torrente de tus delicias all en el cielo. Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amn
Fiesta de Santa Rosa de Lima (1586-1617) - "Conozcamos el amor de Cristo, que excede todo conocimiento"
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La Bendicin Apostlica de la Santa Sede en Roma se imparta (28 de Octubre, 2013)
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