Arda en deseos de Jesucristo, a quien pensaba que se lo haban llevado
Noli Me Tangere de Paolo Veronese (1528-1588); Muse des Beaux-Arts de Grenoble, Francia;
commons.wikimedia.org
Arda en deseos de Jesucristo, a quien pensaba que se lo haban llevado
De las homilas sobre los Evangelios por Papa San Gregorio Magno, Obispo de Roma (540-604)
(Hom. 25,1-2.4-5: PL 76, 1189-1193)
Mara Magdalena, cuando lleg al sepulcro y no encontr all el cuerpo del Seor, crey que alguien se lo haba llevado y as lo comunic a los discpulos. Ellos fueron tambin al sepulcro, miraron dentro y creyeron que era tal como aquella mujer les haba dicho. Y dice el Evangelio acerca de ellos: Los discpulos se volvieron a su casa. Y aade, a continuacin: Mara se haba quedado fuera, llorando junto al sepulcro.
Lo que hay que considerar en estos hechos es la intensidad del amor que arda en el corazn de aquella mujer, que no se apartaba del sepulcro, aunque los discpulos se haban marchado de all. Buscaba al que no haba hallado, lo buscaba llorando y, encendida en el fuego de su amor, arda en deseos de aquel a quien pensaba que se lo haban llevado. Por esto ella fue la nica en verlo entonces, porque se haba quedado buscndolo, pues lo que da fuerza a las buenas obras es la perseverancia en ellas, tal como afirma la voz de aquel que es la Verdad en persona: El que persevere hasta el fin se salvar.
Primero lo busc, sin encontrarlo; persever luego en la bsqueda, y as fue como lo encontr; con la dilacin iba aumentando su deseo, y este deseo aumentado le vali hallar lo que buscaba. Los santos deseos, en efecto, aumentan con la dilacin. Si la dilacin los enfra, es porque no son o no eran verdaderos deseos. Todo aquel que ha sido capaz de llegar a la verdad es porque ha sentido la fuerza de este amor. Por esto dice David: Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: cundo entrar a ver el rostro de Dios? Idnticos sentimientos expresa la Iglesia cuando dice, en el Cantar de los cantares: Desfallezco de amor; y tambin: Mi alma se derrite.
Mujer, por qu lloras? A quin buscas? Se le pregunta la causa de su dolor con la finalidad de aumentar su deseo, ya que, al recordarle a quin busca, se enciende con ms fuerza el fuego de su amor.
Jess dijo: Mara! Despus de haberla llamado con el nombre genrico de mujer, sin haber sido reconocido, la llama ahora por su nombre propio. Es como si le dijera: Reconoce a aquel que te reconoce a ti. Yo te conozco, no de un modo genrico, como a los dems, sino en especial. Mara, al sentirse llamada por su nombre, reconoce al que lo ha pronunciado, y, al momento, lo llama rabbun, es decir: maestro, ya que el mismo a quien ella buscaba exteriormente era el que interiormente la instrua para que lo buscase.
Oremos
Dios nuestro, que quisiste que santa Mara Magdalena fuese la primera en recibir de Tu Hijo unignito la misin de anunciar el gozo pascual, concdenos, por su intercesin, que, siguiendo su ejemplo, demos a conocer a Jesucristo resucitado y merezcamos contemplarlo luego reinando en Tu gloria. Por nuestro Seor Jesucristo, Tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amn
Arda en deseos de Jesucristo, a quien pensaba que se lo haban llevado
De las homilas sobre los Evangelios por Papa San Gregorio Magno, Obispo de Roma (540-604)
(Hom. 25,1-2.4-5: PL 76, 1189-1193)
Mara Magdalena, cuando lleg al sepulcro y no encontr all el cuerpo del Seor, crey que alguien se lo haba llevado y as lo comunic a los discpulos. Ellos fueron tambin al sepulcro, miraron dentro y creyeron que era tal como aquella mujer les haba dicho. Y dice el Evangelio acerca de ellos: Los discpulos se volvieron a su casa. Y aade, a continuacin: Mara se haba quedado fuera, llorando junto al sepulcro.
Lo que hay que considerar en estos hechos es la intensidad del amor que arda en el corazn de aquella mujer, que no se apartaba del sepulcro, aunque los discpulos se haban marchado de all. Buscaba al que no haba hallado, lo buscaba llorando y, encendida en el fuego de su amor, arda en deseos de aquel a quien pensaba que se lo haban llevado. Por esto ella fue la nica en verlo entonces, porque se haba quedado buscndolo, pues lo que da fuerza a las buenas obras es la perseverancia en ellas, tal como afirma la voz de aquel que es la Verdad en persona: El que persevere hasta el fin se salvar.
Primero lo busc, sin encontrarlo; persever luego en la bsqueda, y as fue como lo encontr; con la dilacin iba aumentando su deseo, y este deseo aumentado le vali hallar lo que buscaba. Los santos deseos, en efecto, aumentan con la dilacin. Si la dilacin los enfra, es porque no son o no eran verdaderos deseos. Todo aquel que ha sido capaz de llegar a la verdad es porque ha sentido la fuerza de este amor. Por esto dice David: Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: cundo entrar a ver el rostro de Dios? Idnticos sentimientos expresa la Iglesia cuando dice, en el Cantar de los cantares: Desfallezco de amor; y tambin: Mi alma se derrite.
Mujer, por qu lloras? A quin buscas? Se le pregunta la causa de su dolor con la finalidad de aumentar su deseo, ya que, al recordarle a quin busca, se enciende con ms fuerza el fuego de su amor.
Jess dijo: Mara! Despus de haberla llamado con el nombre genrico de mujer, sin haber sido reconocido, la llama ahora por su nombre propio. Es como si le dijera: Reconoce a aquel que te reconoce a ti. Yo te conozco, no de un modo genrico, como a los dems, sino en especial. Mara, al sentirse llamada por su nombre, reconoce al que lo ha pronunciado, y, al momento, lo llama rabbun, es decir: maestro, ya que el mismo a quien ella buscaba exteriormente era el que interiormente la instrua para que lo buscase.
Oremos
Dios nuestro, que quisiste que santa Mara Magdalena fuese la primera en recibir de Tu Hijo unignito la misin de anunciar el gozo pascual, concdenos, por su intercesin, que, siguiendo su ejemplo, demos a conocer a Jesucristo resucitado y merezcamos contemplarlo luego reinando en Tu gloria. Por nuestro Seor Jesucristo, Tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amn
22 de Julio - Santa Mara Magdalena - Arda en deseos de Jesucristo, a quien pensaba que se lo haban llevado - de las Homilias de Papa San Gregorio Magno (540-604)
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