La Vida del Hombre Consiste en la Visin de Dios
La Gloria de Dios Consiste en que el Hombre Viva
La Vida del Hombre Consiste en la Visin de Dios
La Vida del Hombre Consiste en la Visin de Dios
La Gloria de Dios Consiste en que el Hombre Viva y la Vida del Hombre Consiste en la Visin de Dios
Del Tratado Contra las Herejas de San Ireneo, obispo
(Libro 4, 20, 5-7; SC 100, 640-642, 644-648)
La claridad de Dios vivifica y, por lo tanto, los que ven a Dios reciben la vida. Por esto aquel que supera nuestra capacidad, que es incomprensible, invisible, se hace visible y comprensible para los hombres, se adapta a su capacidad, para dar vida a los que lo perciben y lo ven. Vivir sin vida es algo imposible, y la subsistencia de esta vida proviene de la participacin de Dios, que consiste en ver a Dios y gozar de su bondad.
Los hombres, pues, vern a Dios y vivirn, ya que esta visin los har inmortales, al hacer que lleguen hasta la posesin de Dios. Esto, como dije antes, lo anunciaban ya los profetas de un modo velado, a saber, que vern a Dios los que son portadores de su Espritu y esperan continuamente su venida. Como dice Moiss en el Deuteronomio: Aquel da veremos que puede Dios hablar a un hombre, y seguir ste con vida.
Aquel que obra todo en todos es invisible e inefable en su ser y en su grandeza, con respecto a todos los seres creados por l, mas no por esto deja de ser conocido, porque todos sabemos, por medio de su Verbo, que es un solo Dios Padre, que lo abarca todo y que da el ser a todo; este conocimiento viene atestiguado por el Evangelio, cuando dice: Nadie ha visto jams a Dios; el Hijo Unignito, que est en el seno del Padre, es quien nos lo ha dado a conocer.
As, pues, el Hijo nos ha dado a conocer al Padre desde el principio, ya que desde el principio est con el Padre; l, en efecto, ha manifestado al gnero humano el sentido de las visiones profticas, de la distribucin de los diversos carismas, con sus ministerios, y en qu consiste la glorificacin del Padre, y lo ha hecho de un modo consecuente y ordenado, a su debido tiempo y con provecho; porque donde hay orden all hay armona, y donde hay armona all todo sucede a su debido tiempo, y donde todo sucede a su debido tiempo all hay provecho.
Por esto el Verbo se ha constituido en distribuidor de la gracia del Padre en provecho de los hombres, en cuyo favor ha puesto por obra los inescrutables designios de Dios, mostrando a Dios a los hombres, presentando al hombre a Dios; salvaguardando la invisibilidad del Padre, para que el hombre tuviera siempre un concepto muy elevado de Dios y un objetivo hacia el cual tender, pero haciendo tambin visible a Dios para los hombres, realizando as los designios eternos del padre, no fuera que el hombre, privado totalmente de Dios, dejara de existir; porque la gloria de Dios consiste en que el hombre viva, y la vida del hombre consiste en la visin de Dios. En efecto, si la revelacin de Dios a travs de la creacin es causa de vida para todos los seres que viven en la tierra, mucho ms lo ser la manifestacin del Padre por medio del Verbo para los que ven a Dios.
Oracin
Seor, t que quisiste que el obispo san Ireneo hiciera triunfar la verdadera doctrina y lograra afianzar la paz de Tu Iglesia, haz que nosotros, renovados, por su intercesin, en la fe y en la caridad, nos esforcemos siempre en fomentar la unidad y la concordia entre los hombres. Por nuestro Seor Jesucristo, Tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amn
La Gloria de Dios Consiste en que el Hombre Viva y la Vida del Hombre Consiste en la Visin de Dios
Del Tratado Contra las Herejas de San Ireneo, obispo
(Libro 4, 20, 5-7; SC 100, 640-642, 644-648)
La claridad de Dios vivifica y, por lo tanto, los que ven a Dios reciben la vida. Por esto aquel que supera nuestra capacidad, que es incomprensible, invisible, se hace visible y comprensible para los hombres, se adapta a su capacidad, para dar vida a los que lo perciben y lo ven. Vivir sin vida es algo imposible, y la subsistencia de esta vida proviene de la participacin de Dios, que consiste en ver a Dios y gozar de su bondad.
Los hombres, pues, vern a Dios y vivirn, ya que esta visin los har inmortales, al hacer que lleguen hasta la posesin de Dios. Esto, como dije antes, lo anunciaban ya los profetas de un modo velado, a saber, que vern a Dios los que son portadores de su Espritu y esperan continuamente su venida. Como dice Moiss en el Deuteronomio: Aquel da veremos que puede Dios hablar a un hombre, y seguir ste con vida.
Aquel que obra todo en todos es invisible e inefable en su ser y en su grandeza, con respecto a todos los seres creados por l, mas no por esto deja de ser conocido, porque todos sabemos, por medio de su Verbo, que es un solo Dios Padre, que lo abarca todo y que da el ser a todo; este conocimiento viene atestiguado por el Evangelio, cuando dice: Nadie ha visto jams a Dios; el Hijo Unignito, que est en el seno del Padre, es quien nos lo ha dado a conocer.
As, pues, el Hijo nos ha dado a conocer al Padre desde el principio, ya que desde el principio est con el Padre; l, en efecto, ha manifestado al gnero humano el sentido de las visiones profticas, de la distribucin de los diversos carismas, con sus ministerios, y en qu consiste la glorificacin del Padre, y lo ha hecho de un modo consecuente y ordenado, a su debido tiempo y con provecho; porque donde hay orden all hay armona, y donde hay armona all todo sucede a su debido tiempo, y donde todo sucede a su debido tiempo all hay provecho.
Por esto el Verbo se ha constituido en distribuidor de la gracia del Padre en provecho de los hombres, en cuyo favor ha puesto por obra los inescrutables designios de Dios, mostrando a Dios a los hombres, presentando al hombre a Dios; salvaguardando la invisibilidad del Padre, para que el hombre tuviera siempre un concepto muy elevado de Dios y un objetivo hacia el cual tender, pero haciendo tambin visible a Dios para los hombres, realizando as los designios eternos del padre, no fuera que el hombre, privado totalmente de Dios, dejara de existir; porque la gloria de Dios consiste en que el hombre viva, y la vida del hombre consiste en la visin de Dios. En efecto, si la revelacin de Dios a travs de la creacin es causa de vida para todos los seres que viven en la tierra, mucho ms lo ser la manifestacin del Padre por medio del Verbo para los que ven a Dios.
Oracin
Seor, t que quisiste que el obispo san Ireneo hiciera triunfar la verdadera doctrina y lograra afianzar la paz de Tu Iglesia, haz que nosotros, renovados, por su intercesin, en la fe y en la caridad, nos esforcemos siempre en fomentar la unidad y la concordia entre los hombres. Por nuestro Seor Jesucristo, Tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amn
La Gloria de Dios Consiste en que el Hombre Viva y la Vida del Hombre Consiste en la Visin de Dios del Tratado Contra las Herejas de San Ireneo (130-202), obispo
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La Bendicin Apostlica de la Santa Sede en Roma se imparta (28 de Octubre, 2013)
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