San Agustn - La Voz de Juan Bautista Que Clama en el Desierto
Nacimiento de San Juan Bautista de Luca Giordano (1634-1705); 1680; Museo Hermitage, San Pedrosburgo, Rusia;
www.arthermitage.org
La Voz Del Que Clama en el Desierto
De un sermn de San Agustn, Obispo y Doctor de la Iglesia
(Sermn 293,1-3: PL 38, 1327-1328)
La Iglesia celebra el nacimiento de Juan como algo sagrado, y l es el nico de los santos cuyo nacimiento se festeja; celebramos el nacimiento de Juan y el de Cristo. Ello no deja de tener su significado, y, si nuestras explicaciones no alcanzaran a estar a la altura de misterio tan elevado, no hemos de perdonar esfuerzo para profundizarlo y sacar provecho de l.
Juan nace de una anciana estril; Cristo, de una jovencita virgen. El futuro padre de Juan no cree el anuncio de su nacimiento y se queda mudo; la Virgen cree el del nacimiento de Cristo y lo concibe por la fe. Esto es, en resumen, lo que intentaremos penetrar y analizar; y, si el poco tiempo y las pocas facultades de que disponemos no nos permiten llegar hasta las profundidades de este misterio tan grande, mejor os adoctrinar aquel que habla en vuestro interior, aun en ausencia nuestra, aquel que es el objeto de vuestros piadosos pensamientos, aquel que habis recibido en vuestro corazn y del cual habis sido hechos templo.
Juan viene a ser como la lnea divisoria entre los dos Testamentos, el antigo y el nuevo. As lo atestigua el mismo Seor, cuando dice: La ley y los profetas llegan hasta Juan. Por tanto, l es como la personificacin de lo antiguo y el anuncio de lo nuevo. Porque personifica lo antiguo, nace de padres ancianos; porque personifica lo nuevo, es declarado profeta en el seno de su madre. An no ha nacido y, al venir la Virgen Mara, salta de gozo en las entraas de su madre. Con ello queda ya sealada su misin, aun antes de nacer; queda demostrado de quin es precursor, antes de que l lo vea. Estas cosas pertenecen al orden de lo divino y sobrepasan la capacidad de la humana pequeez. Finalmente, nace, se le impone el nombre, queda expedita la lengua de su padre. Estos acontecimientos hay que entenderlos con toda la fuerza de su significado.
Zacaras calla y pierde el habla hasta que nace Juan, el precursor del Seor, y abre su boca. Este silencio de Zacaras significaba que, antes de la predicacin de Cristo, el sentido de las profecas estaba en cierto modo latente, oculto, encerrado. Con el advenimiento de aquel a quien se referan estas profecas, todo se hace claro. El hecho de que en el nacimiento de Juan se abre la boca de Zacaras tiene el mismo significado que el rasgarse el velo al morir Cristo en la cruz. Si Juan se hubiera anunciado a s mismo, la boca de Zacaras habra continuado muda. Si se desata su lengua es porque ha nacido aquel que es la voz; en efecto, cuando Juan cumpla ya su misin de anunciar al Seor, le dijeron: Dinos quin eres. Y l respondi: Yo soy la voz del que clama en el desierto. Juan era la voz; pero el Seor era la Palabra que exista ya al comienzo de las cosas. Juan era una voz pasajera, Cristo la Palabra eterna desde el principio.
Oracin
Dios todopoderoso, que suscitaste a san Juan Bautista, para que le preparara a Cristo un pueblo bien dispuesto, concede a tu pueblo el don de la alegra espiritual y guanos por el camino de la salvacin y de la paz. Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amn
La Voz Del Que Clama en el Desierto
De un sermn de San Agustn, Obispo y Doctor de la Iglesia
(Sermn 293,1-3: PL 38, 1327-1328)
La Iglesia celebra el nacimiento de Juan como algo sagrado, y l es el nico de los santos cuyo nacimiento se festeja; celebramos el nacimiento de Juan y el de Cristo. Ello no deja de tener su significado, y, si nuestras explicaciones no alcanzaran a estar a la altura de misterio tan elevado, no hemos de perdonar esfuerzo para profundizarlo y sacar provecho de l.
Juan nace de una anciana estril; Cristo, de una jovencita virgen. El futuro padre de Juan no cree el anuncio de su nacimiento y se queda mudo; la Virgen cree el del nacimiento de Cristo y lo concibe por la fe. Esto es, en resumen, lo que intentaremos penetrar y analizar; y, si el poco tiempo y las pocas facultades de que disponemos no nos permiten llegar hasta las profundidades de este misterio tan grande, mejor os adoctrinar aquel que habla en vuestro interior, aun en ausencia nuestra, aquel que es el objeto de vuestros piadosos pensamientos, aquel que habis recibido en vuestro corazn y del cual habis sido hechos templo.
Juan viene a ser como la lnea divisoria entre los dos Testamentos, el antigo y el nuevo. As lo atestigua el mismo Seor, cuando dice: La ley y los profetas llegan hasta Juan. Por tanto, l es como la personificacin de lo antiguo y el anuncio de lo nuevo. Porque personifica lo antiguo, nace de padres ancianos; porque personifica lo nuevo, es declarado profeta en el seno de su madre. An no ha nacido y, al venir la Virgen Mara, salta de gozo en las entraas de su madre. Con ello queda ya sealada su misin, aun antes de nacer; queda demostrado de quin es precursor, antes de que l lo vea. Estas cosas pertenecen al orden de lo divino y sobrepasan la capacidad de la humana pequeez. Finalmente, nace, se le impone el nombre, queda expedita la lengua de su padre. Estos acontecimientos hay que entenderlos con toda la fuerza de su significado.
Zacaras calla y pierde el habla hasta que nace Juan, el precursor del Seor, y abre su boca. Este silencio de Zacaras significaba que, antes de la predicacin de Cristo, el sentido de las profecas estaba en cierto modo latente, oculto, encerrado. Con el advenimiento de aquel a quien se referan estas profecas, todo se hace claro. El hecho de que en el nacimiento de Juan se abre la boca de Zacaras tiene el mismo significado que el rasgarse el velo al morir Cristo en la cruz. Si Juan se hubiera anunciado a s mismo, la boca de Zacaras habra continuado muda. Si se desata su lengua es porque ha nacido aquel que es la voz; en efecto, cuando Juan cumpla ya su misin de anunciar al Seor, le dijeron: Dinos quin eres. Y l respondi: Yo soy la voz del que clama en el desierto. Juan era la voz; pero el Seor era la Palabra que exista ya al comienzo de las cosas. Juan era una voz pasajera, Cristo la Palabra eterna desde el principio.
Oracin
Dios todopoderoso, que suscitaste a san Juan Bautista, para que le preparara a Cristo un pueblo bien dispuesto, concede a tu pueblo el don de la alegra espiritual y guanos por el camino de la salvacin y de la paz. Por nuestro Seor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amn
Jesucristo y San Juan Bautista de Guido Reni (1575-1642); 1600s; Galeria Nacional, Londres;
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24 de Junio - Natividad de San Juan Bautista / 29 de Agosto - Pasin de San Juan Bautista - La Voz Del Que Clama en el Desierto de San Agustn (354-430), Obispo y Doctor de la Iglesia
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