Se Tu Mismo el Sacrificio y el Sacerdote de Dios
San Juan Reposando Su Cabeza sobre el Corazn de Jess; nogal tallado por un Maestro Alemn desconocido; c. 1320; Museo Mayer van den Bergh, Antwerp, Blgica;
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Se Tu Mismo el Sacrificio y el Sacerdote de Dios
Sermn 108 de San Pedro Crislogo, obispo
Os exhorto, por la misericordia de Dios, nos dice San Pablo. l nos exhorta, o mejor dicho, Dios nos exhorta, por medio de l. El Seor se presenta como quien ruega, porque prefiere ser amado que temido, y le agrada ms mostrarse como Padre que aparecer como Seor. Dios, pues, suplica por misericordia para no tener que castigar con rigor.
Escucha cmo suplica el Seor: "Mirad y contemplad en m vuestro mismo cuerpo, vuestros miembros, vuestras entraas, vuestros huesos, vuestra sangre. Y si ante lo que es propio de Dios temis, por qu no amis al contemplar lo que es de vuestra misma naturaleza? Si temis a Dios como Seor, por qu no acuds a l como Padre?
Pero quiz sea la inmensidad de mi Pasin, cuyos responsables fuisteis vosotros, lo que os confunde. No temis. Esta cruz no es mi aguijn, sino el aguijn de la muerte. Estos clavos no me infligen dolor, lo que hacen es acrecentar en m el amor por vosotros. Estas llagas no provocan mis gemidos, lo que hacen es introduciros ms en mis entraas. Mi cuerpo al ser extendido en la cruz os acoge con un seno ms dilatado, pero no aumenta mi sufrimiento. Mi sangre no es para m una prdida, sino el pago de vuestro precio.
Venid, pues, retornad y comprobaris que soy un padre, que devuelvo bien por mal, amor por injurias, inmensa caridad como paga de las muchas heridas." Pero escuchemos ya lo que nos dice el Apstol: Os exhorto - dice - a presentar vuestros cuerpos. Al rogar as el Apstol eleva a todos los hombres a la dignidad del sacerdocio: a presentar vuestros cuerpos como hostia viva.
Oh inaudita riqueza del sacerdocio cristiano: el hombre es, a la vez, sacerdote y vctima! El cristiano ya no tiene que buscar fuera de s la ofrenda que debe inmolar a Dios: lleva consigo y en s mismo lo que va a sacrificar a Dios. Tanto la vctima como el sacerdote permanecen intactos: la vctima sacrificada sigue viviendo, y el sacerdote que presenta el sacrificio no podra matar esta vctima.
Misterioso sacrificio en que el cuerpo es ofrecido sin inmolacin del cuerpo, y la sangre se ofrece sin derramamiento de sangre. Os exhorto, por la misericordia de Dios - dice - , a presentar vuestros cuerpos como hostia viva.
Este sacrificio, hermanos, es como una imagen del de Cristo que, permaneciendo vivo, inmol su cuerpo por la vida del mundo: l hizo efectivamente de su cuerpo una hostia viva, porque a pesar de haber sido muerto, contina viviendo. En un sacrificio como ste, la muerte tuvo su parte, pero la vctima permaneci viva; la muerte result castigada, la vctima, en cambio, no perdi la vida. As tambin, para los mrtires, la muerte fue un nacimiento: su fin, un principio, al ajusticiarlos encontraron la vida y, cuando, en la tierra, los hombres pensaban que haban muerto, empezaron a brillar resplandecientes en el cielo.
Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como una hostia viva. Es lo mismo que ya haba dicho el profeta: T no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo.
Hombre, procura, pues, ser t mismo el sacrificio y el sacerdote de Dios. No desprecies lo que el poder de Dios te ha dado y concedido. Revstete con la tnica de la santidad, que la castidad sea tu ceidor, que Cristo sea el casco de tu cabeza, que la cruz defienda tu frente, que en tu pecho more el conocimiento de los misterios de Dios, que t oracin arda continuamente, como perfume de incienso: toma en tus manos la espada del Espritu: haz de tu corazn un altar, y as, afianzado en Dios, presenta tu cuerpo al Seor como sacrificio.
Dios te pide la fe, no desea tu muerte; tiene sed de tu entrega, no de tu sangre; se aplaca, no con tu muerte, sino con tu buena voluntad.
Se Tu Mismo el Sacrificio y el Sacerdote de Dios
Sermn 108 de San Pedro Crislogo, obispo
Os exhorto, por la misericordia de Dios, nos dice San Pablo. l nos exhorta, o mejor dicho, Dios nos exhorta, por medio de l. El Seor se presenta como quien ruega, porque prefiere ser amado que temido, y le agrada ms mostrarse como Padre que aparecer como Seor. Dios, pues, suplica por misericordia para no tener que castigar con rigor.
Escucha cmo suplica el Seor: "Mirad y contemplad en m vuestro mismo cuerpo, vuestros miembros, vuestras entraas, vuestros huesos, vuestra sangre. Y si ante lo que es propio de Dios temis, por qu no amis al contemplar lo que es de vuestra misma naturaleza? Si temis a Dios como Seor, por qu no acuds a l como Padre?
Pero quiz sea la inmensidad de mi Pasin, cuyos responsables fuisteis vosotros, lo que os confunde. No temis. Esta cruz no es mi aguijn, sino el aguijn de la muerte. Estos clavos no me infligen dolor, lo que hacen es acrecentar en m el amor por vosotros. Estas llagas no provocan mis gemidos, lo que hacen es introduciros ms en mis entraas. Mi cuerpo al ser extendido en la cruz os acoge con un seno ms dilatado, pero no aumenta mi sufrimiento. Mi sangre no es para m una prdida, sino el pago de vuestro precio.
Venid, pues, retornad y comprobaris que soy un padre, que devuelvo bien por mal, amor por injurias, inmensa caridad como paga de las muchas heridas." Pero escuchemos ya lo que nos dice el Apstol: Os exhorto - dice - a presentar vuestros cuerpos. Al rogar as el Apstol eleva a todos los hombres a la dignidad del sacerdocio: a presentar vuestros cuerpos como hostia viva.
Oh inaudita riqueza del sacerdocio cristiano: el hombre es, a la vez, sacerdote y vctima! El cristiano ya no tiene que buscar fuera de s la ofrenda que debe inmolar a Dios: lleva consigo y en s mismo lo que va a sacrificar a Dios. Tanto la vctima como el sacerdote permanecen intactos: la vctima sacrificada sigue viviendo, y el sacerdote que presenta el sacrificio no podra matar esta vctima.
Misterioso sacrificio en que el cuerpo es ofrecido sin inmolacin del cuerpo, y la sangre se ofrece sin derramamiento de sangre. Os exhorto, por la misericordia de Dios - dice - , a presentar vuestros cuerpos como hostia viva.
Este sacrificio, hermanos, es como una imagen del de Cristo que, permaneciendo vivo, inmol su cuerpo por la vida del mundo: l hizo efectivamente de su cuerpo una hostia viva, porque a pesar de haber sido muerto, contina viviendo. En un sacrificio como ste, la muerte tuvo su parte, pero la vctima permaneci viva; la muerte result castigada, la vctima, en cambio, no perdi la vida. As tambin, para los mrtires, la muerte fue un nacimiento: su fin, un principio, al ajusticiarlos encontraron la vida y, cuando, en la tierra, los hombres pensaban que haban muerto, empezaron a brillar resplandecientes en el cielo.
Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como una hostia viva. Es lo mismo que ya haba dicho el profeta: T no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo.
Hombre, procura, pues, ser t mismo el sacrificio y el sacerdote de Dios. No desprecies lo que el poder de Dios te ha dado y concedido. Revstete con la tnica de la santidad, que la castidad sea tu ceidor, que Cristo sea el casco de tu cabeza, que la cruz defienda tu frente, que en tu pecho more el conocimiento de los misterios de Dios, que t oracin arda continuamente, como perfume de incienso: toma en tus manos la espada del Espritu: haz de tu corazn un altar, y as, afianzado en Dios, presenta tu cuerpo al Seor como sacrificio.
Dios te pide la fe, no desea tu muerte; tiene sed de tu entrega, no de tu sangre; se aplaca, no con tu muerte, sino con tu buena voluntad.
La Santsima Trinidad; Monasterio Cisterciense de la Santa Trinidad, Cortona, Toscana, Italia;
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"La benevolencia vence la ira,
la mansedumbre acaba con la furia,
la paciencia es el azote de la impaciencia,
palabras amables derrotan el espritu pendenciero,
y la humildad postra al orgullo propio."
San Pedro Crislogo
Se Tu Mismo el Sacrificio y el Sacerdote de Dios - Sermn 108 de San Pedro Crislogo (380-450), obispo
Este sitio es dedicado a Nuestro Seor Jesucristo
en la Santsima Virgen Mara
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La Bendicin Apostlica de la Santa Sede en Roma se imparta (28 de Octubre, 2013)
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