Consagrado con Amor - Traicionado con un Beso
Consagrado con Amor - Traicionado con un Beso
Mara Magdalena Lavando los Pies de Jess; rodeada de grisallas grises y marrones de otras escenas, de la vida del "composito de Magdalena", de Frans Francken II (1581-1642); 1637; Muse des Beaux-Arts, Rennes, Francia;
commons.wikimedia.org
Meditacin - Mara Magdalena y Judas Iscariote
Fragmento de El Ao de Gracia de la Iglesia, Pius Parsch (1884-1954)
Hoy la liturgia presenta dos notables carcteres que tienen dos roles disimilares en la Pasin del Seor.
Uno nos llena con consuelo y comfort; el otro con desasosiego y temor total. Sus yuxtaposiciones producen un efecto poderoro por medio del contraste. Los dos carcteres de Mara of Bethany y Judas Iscariote.
Jess est en la casa de Lzaro, cenando. Mara se acerca, unge los pies de su Salvador para Su entierro y los ceca con su cabello.
Judas resiente sus acciones y se resuelve en su curso malvado.
Estas dos personas tipifican la relacin del hombre con Cristo.
l da Su Cuerpo a dos tipos de individuos: a las Magdalenas para ser consagrado, a los Iscariotes para ser besado; a personas buenas que lo repagan con amor y servicio, a enemigos quienes lo crucifican.
Esto es expresado tan conmovedoramente en esta Leccin: "Yo di Mi cuerpo a quienes me golpearon, y Mis mejillas a quienes las arrancaron. No di vuelta a Mi cara de quienes me maldicieron y escupieron."
Lo mismo debe ser as con respecto a Su Cuerpo mstico.
A travs de las eras Cristo ha padecido un sin fin de sufrimiento, dando Su cuerpo a otras Maras para su consagracin y a otros Traidores para ser besado, abatido y maltratado.
San Agustn explica como podemos ungir o consagrar el cuerpo de Cristo: consagremos los pies de Jess con una vida placentera para Dios. Sigamos en sus pasos: si tienes abundancia, dselas a los pobres. De esta forma t puedes limpiar los pies del Seor.
Los pobres son, por decir, los pies del Cristo mstico. Al ayudarlos podemos comfortar a nuestro Seor en Su vida mstica, donde El recibe los besos del Traidor de todos los lados con los pecados de los Cristianos.
El recuento evanglico puede ser comprendido en una forma muy personal.
En el corazn de todos y en el mio tambien, viven dos almas: un alma del Traidor y un alma de la Magdalena.
El primero es la causa del sufrimiento de Jess. Siempre est listo para apostatizar, siempre est listo para otorgar el beso traicionero.
Eres maestro total sobre este alma traicionero dentro de ti?
Tu alma Magdaleno es una fuente de consuelo para Cristo en Sus sufrimientos.
Que la santa estacin de la Cuaresma, la cual con la ayuda de Dios estamos por llevar a una conclusin exitosa, nos traiga la victoria sobre el alma traicionero y fortalezca nuestro alma Magdaleno, dentro de nuestros pechos.
Captura de Cristo, con el beso de Judas y Pedro, el sirviente Malco corta una oreja de Fra Angelico (1395-1455); circa 1437-46; Museo di San Marco, Florencia, Italia;
commons.wikimedia.org
Mara Magdalena Lavando los Pies de Jess; rodeada de grisallas grises y marrones de otras escenas, de la vida del "composito de Magdalena", de Frans Francken II (1581-1642); 1637; Muse des Beaux-Arts, Rennes, Francia;
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Meditacin - Mara Magdalena y Judas Iscariote
Fragmento de El Ao de Gracia de la Iglesia, Pius Parsch (1884-1954)
Hoy la liturgia presenta dos notables carcteres que tienen dos roles disimilares en la Pasin del Seor.
Uno nos llena con consuelo y comfort; el otro con desasosiego y temor total. Sus yuxtaposiciones producen un efecto poderoro por medio del contraste. Los dos carcteres de Mara of Bethany y Judas Iscariote.
Jess est en la casa de Lzaro, cenando. Mara se acerca, unge los pies de su Salvador para Su entierro y los ceca con su cabello.
Judas resiente sus acciones y se resuelve en su curso malvado.
Estas dos personas tipifican la relacin del hombre con Cristo.
l da Su Cuerpo a dos tipos de individuos: a las Magdalenas para ser consagrado, a los Iscariotes para ser besado; a personas buenas que lo repagan con amor y servicio, a enemigos quienes lo crucifican.
Esto es expresado tan conmovedoramente en esta Leccin: "Yo di Mi cuerpo a quienes me golpearon, y Mis mejillas a quienes las arrancaron. No di vuelta a Mi cara de quienes me maldicieron y escupieron."
Lo mismo debe ser as con respecto a Su Cuerpo mstico.
A travs de las eras Cristo ha padecido un sin fin de sufrimiento, dando Su cuerpo a otras Maras para su consagracin y a otros Traidores para ser besado, abatido y maltratado.
San Agustn explica como podemos ungir o consagrar el cuerpo de Cristo: consagremos los pies de Jess con una vida placentera para Dios. Sigamos en sus pasos: si tienes abundancia, dselas a los pobres. De esta forma t puedes limpiar los pies del Seor.
Los pobres son, por decir, los pies del Cristo mstico. Al ayudarlos podemos comfortar a nuestro Seor en Su vida mstica, donde El recibe los besos del Traidor de todos los lados con los pecados de los Cristianos.
El recuento evanglico puede ser comprendido en una forma muy personal.
En el corazn de todos y en el mio tambien, viven dos almas: un alma del Traidor y un alma de la Magdalena.
El primero es la causa del sufrimiento de Jess. Siempre est listo para apostatizar, siempre est listo para otorgar el beso traicionero.
Eres maestro total sobre este alma traicionero dentro de ti?
Tu alma Magdaleno es una fuente de consuelo para Cristo en Sus sufrimientos.
Que la santa estacin de la Cuaresma, la cual con la ayuda de Dios estamos por llevar a una conclusin exitosa, nos traiga la victoria sobre el alma traicionero y fortalezca nuestro alma Magdaleno, dentro de nuestros pechos.
Captura de Cristo, con el beso de Judas y Pedro, el sirviente Malco corta una oreja de Fra Angelico (1395-1455); circa 1437-46; Museo di San Marco, Florencia, Italia;
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