En el evangelio de Juan el Seor dice: Con esto todos los hombres sabrn que ustedes son mis discpulos, si tienen amor por el otro. En una carta del mismo apstol leemos: Amados, ammosnos mutuamente, ya que el amor proviene de Dios, y el que ama nace de Dios y lo conoce a Dios; el que no ama no lo conoce a Dios, ya que Dios es amor.

Los fieles deben por lo tanto entrar dentro de si mismo y conducir un verdadero juicio sobre sus actitudes de mente y corazn. Y, si encuentrna algo del fruto del amor en sus corazones, no deben dudar de la presencia de Dios dentro de ellos. Si pueden incrementar sus capacidades para recibir un huesped tan grandioso, deben practicar mayor generosidad al hacer el bien, con perseverante caridad.

Si Dios es amor, caridad no debe tener ningun lmite, ya que Dios no puede ser confinado.

Cualquier momento es un buen momento para las obras de caridad; aun as, estos dias de Cuaresma nos proveen con un aliciente especial. Quienes quieren estar presentes en la Pascua del Seor en santidad de mente y corazn deben esmerarse ms que nada en ganar esta gracia, ya que la caridad contiene todas las otras virtudes y cubre una multitud de pecados.

Al preparanos para celebrar el ms grande misterio de todos, con el cual la sangre de Jesucristo lav nuestros pecados, preparmos ante que nada las ofrendas sacrificatorias que constituyen las obras de la misericordia. De esta manera hemos de dar a quienes han pecado contra nosotros lo que Dios en su bondad ya nos ha dado.

Extendamos ahora a los pobres y a los aflijidos una generosidad ms grandiosa y noble, para que le demos a Dios nuestra gratidud a travs de muchas voces nuestras y con al alivio de los necesitados, apoyados con nuestra ayuda. No le d a Dios ms placer que un acto devoto de amor por la parte de los fieles, profusamente, para los pobres. Donde l encuentra la caridad con sus afecto y preocupacin, alli l reconoce el mismo reflejo de su propio cuidado paternal.

En estos actos de dar no temas sobre la escasez de medios. Un mismo espritu generoso es una gran riqueza. No puede haber falta de material para la generosidad cuando es Cristo quien alimenta y es Cristo a quien se alimenta. En toda esta actividad est presente la mano de aqul que multiplica el pan partindolo, y aumentndolo para repartilo entre muchos.

El que reparte dvidas debe estar libre de ansiedad y lleno de alegra. Su ganancia ha de ser mayor cuando el retiene la menor porcin posible para si mismo. El santo apstol Pablo nos dice: quien prove semilla para el sembrador ha de tambien prover pan para su propio sostn; l te proveer con ms semilla, y as incrementar la cosecha de tu bienestar, en Cristo Jess nuestro Seor, quien vive y reina con el Padre y el Espritu Santo por los siglos de los siglos. Amn

Traducido del Ingls por Jan Paul von Wendt -