Mis queridos, el dia de la beata y muy venerable Virgen Mara, deseado desde hace tanto tiempo, Ha llegado!

Que nuestro pueblo se alegre con la mayor exultacin!

Que permita la luz del nacimiento de tal virgen penetrar en nosotros!

Ya que ella es la flor del campo. De ella brot el lirio precioso del valle.

A travs de su nacer es cambiada la naturaleza heredada de nuestros primeros padres. Es borrado su pecado. Esa triste maldicin de Eva con la cual se ha dicho: En tristeza haz de dar luz a tus nios, es, en el caso de Mara, acabado, ya que ella pari al Seir con alegra.

Eva se afligi; Mara se regocij.
Eva llevaba lgrimas en su seno, Mara, alegra.
Eva di a luz al pecador, Mara a la inocencia.
La madre del gnero humano trajo el castigo al mundo; la madre del Seor, la salvacin.
Eva fue la fuente del pecado, Mara, de la gracia.
Eva hiri al traer la muerte, Mara ayud dando vida.
La primera lastim, la segunda, cur.
La Obediencia reemplaz la desobediencia; la fidelidad repara por la infidelidad.

Ahora, Mara puede tocar melodias con el organo. Ahora los dedos activos de la joven madre puede golpear la pandereta. Ahora los coros pueden cantar con gran jbilo. Ahora, dejemos que la mas dulces Canciones se mezclen con las varias harmonas.

Oyela ahora, nuestra panderetera, cantando: Mi alma magnifica al Seor y mi espiritu se alegra en Dios mi Salvador. Porque l ha tomado en consideracin la bajeza de su sirvienta, y, por lo tanto de ahora en adelante todas las generaciones me han de llamar bendita, ya que El quien es todopoderoso ha hecho grandes cosas por mi.

El milagroso nuevo nacimiento conquist al error prevalente.
El cntico de Mara silenci los lamentos de Eva.

 
 
 

 


Por fin, Oh Mara, nuestra tierra te pose!

Tu nacimiento le revela el secreto de su destino, el Secreto de ese amor que la llam desde la nada, para que se convierta en el palacio del Dios que recide mas all de los Cielos.

Pero que misterio, que la pobre, debil humanidad, inferior a los Angeles por naturaleza, fuera elegida para darles a los Angeles su Rey y su Reina! Su Rey pronto han de adorar, un recien-nacido Beb en tus brazos; su Reina han de darle reverencia hoy, admirandote en tu cuna como slo los Angeles pueden.

En el principio estas estrellas matutinas, esos nobles espritus, contemplaron las manifestaciones del Poder Omnipotente, y alabaron al Altsimo; pero nunca sus miradas entusiastas descubrieron tal maravilla como lo que delicia a los ojos en estas horas: Dios, comunmente visto bajo un velo corporeal, bajo la frgil forma de un infante de un solo da de edad, que con toda la fuerza y toda la belleza de sus nueve coros angelicles; Dios, tan cautivado por tal fragilidad, uni, por Su gracia, a tal amor, que El hizo de tal su punto culminante de Su obra al determinarse en manifestar a su Hijo as.

Reina de los Angeles, tu eres nuestra Reina tambien; acptanos en tus vasallos. En este da, cuando el primer movimiento del alma santo fue hacia Dios, y la primera sonrisa de tus amados ojos fue dirigida a tus padres felices, que la santa Ana nos permita arrodillarnos y besar tu pequeita mano, ya tan llena con los dones divinos que tu ya eres la dispensora predestinada para darnos.

Y ahora, crece, dulce pequeita!

Que tus pies se fortalezcan para aplastar a la serpiente y tus brazos para cargar al tesoro del mundo!

Angeles y hombres, toda la naturaleza, Dios Padre, Hijo, y Espritu Santo, todos estan esperando al momento solemne, cuando Gabriel descienda desde el Cielo, para aclamar: Salve llena de gracia, y entregarte el mensaje de Amor Eterno. Amn