Su origen es el suguiente: alrededor del ao 1420, un hombre joven, profundamente devoto a nuestra Seora, adopt el habito de San Francisco. Antes de unirse al Orden el tenia, juntamente con otras prcticas, la costumbre cada da en hacer una coronoilla de flores, para coronar a una estatua de la Santa Virgen.

Como noviciado, ya no tena oportunidad en fabricar sus coronas para su Mas Amada Reina. Entonces el, en su simplicidad, pens que ella retirara su afecto hacia el; esta tentacin del diablo perturb su vocacin, y por lo tanto resolvi abandonar al claustro. La misericordiosa Madre se apareci entonces ante el, y lo rega, fortaleciendole su vocacin al pedirle que le ofreciera, en vez de la coronilla de flores, una coronoilla que le resultaba mucho mas placentera, compuesta de setenta y dos Ave Marias con un Padre Nuestro despues de cada decada de Ave Marias, y en meditar sobre cada decada las Siete Alegras que ella habia vivido durante sus setenta y dos aos de su exlio sobre la tierra.

El noviciado inmediatamente comenz a recitar la nueva corona o rosario, y de esta prctia derviv muchas gracias espirituales y temporales. Esta piadosa prctica rapidamente se extendi a travs del Orden entero, y hasta el mundo mismo. Los Pontifices Romanos otorgaron diversas indulgencias a quienes recitaban esta corona, encima de las indulgencias plenarias reservadas para solo los Franciscanos. Esta devocin se torn muy popular bajo diferentes nombres: algunos la llamaron la Corona de la Madona, como para marcar su excelencia; otros, la Corona de los Franciscanos, de acuerdo con su origen; y otros, por ultimo, la Corona de las Siete Alegas, por razn de los misterios que se meditan durante su recitacin.